En los animales adultos, las inmunodeficiencias a menudo son el resultado de infecciones víricas, desnutrición, estrés, vejez o toxinas. Se denominan inmunodeficiencias secundarias. Las inmunodeficiencias secundarias inducidas por virus son las más importantes.
Inmunodeficiencias inducidas por virus
Una de las formas en que los virus sobreviven en los animales infectados es suprimiendo el sistema inmunitario de su hospedador. El virus del moquillo canino provoca una profunda inmunodeficiencia combinada en los cachorros afectados. La infección se asocia con la disminución progresiva en las concentraciones de Ig, y con el aumento de la sensibilidad a agentes con frecuencia controlados por la inmunidad celular, como Pneumocystis y Toxoplasma. La panleucopenia felina, causada por un parvovirus, se caracteriza por una pérdida drástica y aguda de leucocitos, como se demuestra en frotis sanguíneos de gatos infectados. La infección por parvovirus tanto en perros como en gatos también disminuye drásticamente la resistencia a infecciones fúngicas, como la aspergilosis, la mucormicosis o la candidiasis, en el periodo inmediatamente posterior a la recuperación.
Virus de la leucemia felina (FeLV):
La infección por el FeLV se asocia con propensión incrementada a infecciones secundarias y oportunistas. La inmunodeficiencia adquirida en la infección por FeLV es multifactorial. Los gatos infectados pueden presentar neutropenia, síntesis reducida de anticuerpos (especialmente frente a antígenos bacterianos) y reducción de la inmunidad celular y de la concentración de proteínas del complemento. El FeLV también parece inhibir la inmunidad frente al coronavirus de la peritonitis infecciosa felina (PIF), lo que provoca la reactivación de la PIF latente.
Retrovirus tipo D de los simios
La patogenia de la infección por retrovirus tipo D de los macacos es similar a la infección por el FeLV en los gatos, pero puede provocar una inmunodeficiencia aún más grave. La infección por retrovirus tipo D de los macacos puede producir enfermedad en los animales adolescentes. Los macacos afectados pueden morir a los pocos meses con fiebre, linfadenopatía e infecciones oportunistas del SNC, tracto respiratorio e intestino; o pueden pasar a ser portadores asintomáticos de por vida; o a veces se recuperan por completo.
Virus de la inmunodeficiencia de los simios (SIV)
El SIV es un lentivirus muy cercano al virus de la inmunodeficiencia humana. Existen muchas especies/cepas de SIV. Sus hospedadores habituales son primates africanos, como los monos verdes africanos, los mangabeys grises, los mandriles, los babuinos y otros cercopitecos. La transmisión entre los monos infectados y los que no lo están probablemente se produce como resultado de mordeduras o por exposición en el útero. El SIV no está presente en poblaciones de primates nativas de Asia, y rara vez producen enfermedad en los hospedadores africanos. Si los animales infectados están sometidos a estrés, como cuando están en cautividad, algunos pueden desarrollar una enfermedad similar al sida. El SIV, especialmente el originario de los mangabeys grises, provoca una grave enfermedad en los macacos (Rhesus, rabón, cola de cerdo, bonete, etc.). La inmunodepresión asociada con el SIV puede durar semanas o años. En los macacos, la infección por el SIV con frecuencia produce encefalitis, que suele ser asintomática excepto por el debilitamiento, y linfomas.
Virus de la inmunodeficiencia felina (FIV)
El FIV se ha identificado en felinos domésticos y silvestres. La infección es endémica en los gatos de todo el mundo. El virus se excreta por la saliva, y se transmite principalmente por mordeduras. Como resultado, los gatos que vagan libremente, los machos y los de edad avanzada son los que corren mayor riesgo de contraer la infección. La infección por el FIV es poco común en los criaderos de gatos de raza. Después de la infección, hay fiebre, linfadenopatía y neutropenia transitorias. Tras ello, la mayoría de los gatos se recuperan y parecen clínicamente normales durante muchos meses o años antes de instaurarse la inmunodeficiencia progresiva. El virus infecta a los linfocitos, lo que lleva a una pérdida gradual de linfocitos T CD4+ colaboradores que causa una inmunodeficiencia generalizada. Los gatos con inmunodeficiencia adquirida provocada por FIV padecen entonces infecciones crónicas secundarias y oportunistas de los tractos respiratorio, GI (incluida la boca) y urinario, así como de la piel. Los gatos infectados por el FIV presentan una incidencia mayor que lo esperado de linfomas negativos al FeLV, con frecuencia del tipo de linfocitos B, y de trastornos mieloproliferativos (neoplasias y displasias).
Virus de la inmunodeficiencia bovina
El virus de la inmunodeficiencia bovina es un lentivirus que se ha aislado de bóvidos con linfocitosis persistente, hemolinfadenopatía y linfosarcomas negativos al virus del linfosarcoma bovino. La prevalencia global en el ganado vacuno de Norteamérica parece ser de ~1 %, aunque en algunos rebaños puede alcanzar el 15 %. El virus no parece ser patógeno.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre inmunodeficiencias secundarias en perros e inmunodeficiencias secundarias en gatos.