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Diagnóstico de enfermedades cutáneas en animales

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado ene 2020

El diagnóstico definitivo de las causas de las diversas enfermedades cutáneas requiere una detallada anamnesis, una exploración física y la realización de pruebas diagnósticas adecuadas. Muchas enfermedades cutáneas parecen similares, de modo que el diagnóstico definitivo requiere tiempo para incluir o excluir posibles causas, evaluar las respuestas al tratamiento y/o seguir un proceso de eliminación.

Anamnesis

Una minuciosa anamnesis dermatológica es esencial para interpretar los hallazgos de la exploración física y para elegir las pruebas de diagnóstico adecuadas. Debe obtenerse una anamnesis general completa, que incluya información sobre enfermedades previas, las vacunaciones, el hábitat (alojamiento, práctica alimentaria, etc.), cambios en la actitud y en el consumo de alimentos, prácticas de eliminación, exposición a otros animales y viajes durante los 6-12 meses anteriores. A continuación debe realizarse una anamnesis dermatológica detallada. El uso de un formulario de anamnesis ya impreso puede ser muy útil para los casos crónicos o complicados. Una buena anamnesis es importante, ya que muchas enfermedades cutáneas de aspecto similar se diferencian basándose en la interpretación de los signos clínicos y de los patrones anteriores.

Debería obtenerse la siguiente información:

  1. Afección principal.

  2. Duración del problema.

  3. Edad a la que empezó la enfermedad cutánea (en muchas enfermedades se observa mayor incidencia a una cierta edad [p. ej., demodicosis y dermatofitosis en animales pediátricos y signos de dermatitis atópica en animales de 1-3 años]).

  4. Raza (algunas razas padecen con mayor frecuencia ciertas enfermedades, como el Cocker Spaniel, que presenta predisposición a padecer trastornos primarios de la queratinización, o los Terriers, que tienden a sufrir dermatitis atópica).

  5. Presencia y gravedad del prurito (a menudo los propietarios, incluso con comportamientos de lamido, frotado, rascado o mordisqueo, no se dan cuenta de que el lamido puede ser un signo de prurito).

  6. Modo de comienzo y progresión de la enfermedad (las enfermedades que se inician con prurito pueden hacer que el animal se produzca autolesiones y que posteriormente se desarrollen lesiones epiteliales secundarias [alopecia, seborrea] o infecciones [piodermia por levaduras o bacterias]).

  7. Tipo y progresión de las lesiones observadas por el propietario.

  8. Signos de estacionalidad (que sugieren pulgas, enfermedades alérgicas de la piel o trastornos relacionados con el clima).

  9. Zona del cuerpo donde se notó por primera vez el problema (es decir, los patrones regionales definidos que se ven en la dermatitis atópica [típicamente en la cara y los pies], en la cheyletielosis [principalmente en la zona dorsal], en la sarna [principalmente en la zona ventral] y en la pérdida del pelo por causas endocrinas [que por lo general afecta al tronco y respeta la cabeza y las extremidades]).

  10. Cualquier tratamiento previo y las respuestas a estos (es decir, las enfermedades de la piel que responden a los antibióticos sugieren una causa bacteriana; el prurito que responde a dosis bajas de glucocorticoides, antihistamínicos o ácidos grasos esenciales sugiere una dermatitis alérgica).

  11. Frecuencia de los baños y cuándo se dio el último baño (un baño reciente puede enmascarar o cambiar lesiones clínicas importantes, un exceso de baño y de humedecimiento de la piel puede predisponer al desarrollo de enfermedades cutáneas).

  12. Presencia de pulgas, garrapatas o ácaros.

  13. Contacto con otros animales (es decir, signos de contagio, los cuales sugieren infección por pulgas, sarna, cheyletielosis o dermatofitosis).

  14. El entorno del animal (los cambios en el alojamiento pueden influir sobre el desarrollo de determinadas enfermedades epiteliales [p. ej., la dermatitis por contacto o las enfermedades contagiosas]).

  15. Signos o informes de enfermedad sistémica (trastornos endocrinos [p. ej., hipotiroidismo e hiperadrenocorticismo] y enfermedades metabólicas [p. ej., diabetes mellitus, enfermedad renal, enfermedad hepática], ya que la piel puede ser el primer lugar donde se observan los signos de enfermedad sistémica).

  16. Si el animal está recibiendo fármacos parasiticidas de forma rutinaria y, en caso afirmativo, de qué clase y con qué frecuencia.

Exploración física

Se debe realizar siempre una exploración física completa para ayudar a diagnosticar una enfermedad de la piel. Muchas enfermedades cutáneas son manifestaciones de enfermedades sistémicas (p. ej., del hipotiroidismo, del hiperadrenocorticismo, del síndrome hepatocutáneo o del lupus eritematoso sistémico). Un buen examen dermatológico requiere una inspección muy minuciosa de todo el pelaje y la piel bajo una luz intensa; pueden ser necesarias linternas para examinar la piel de animales grandes. Es importante examinar la zona ventral del animal, donde se encuentran muchas lesiones primarias y parásitos cutáneos.

Las lesiones clínicas se describen de varias formas. Las lesiones macroscópicas se pueden describir, según su distribución, como focales, multifocales o difusas, indicando a continuación la región afectada (p. ej., mucocutánea, del tronco, etc.). En una inspección más rigurosa, las lesiones se pueden describir aún más, como primarias o secundarias.

Las lesiones cutáneas primarias incluyen:

  • Máculas o parches (áreas no elevadas de decoloración).

  • Pápulas o placas (lesiones elevadas, las últimas unidas).

  • Pústulas.

  • Vesículas o ampollas (lesiones llenas de líquido; las ampollas son más grandes).

  • Ronchas (elevaciones sólidas de la piel, con paredes planas e inclinadas, derivadas de la liberación de histamina).

  • Nódulos o tumores (elevaciones muy sólidas de la piel).

Las lesiones cutáneas secundarias incluyen:

  • Collaretes epidérmicos (etapa tardía de una pústula).

  • Cicatrices.

  • Excoriación (áreas de autotraumatismo).

  • Erosiones o úlceras (pérdida de la epidermis).

  • Fisuras.

  • Liquenificación (aumento del engrosamiento e hiperpigmentación de la piel).

  • Callos.

Algunas lesiones pueden ser tanto primarias como secundarias, según la causa de la enfermedad. Estas incluyen:

  • Alopecia.

  • Escamas y/o costras.

  • Moldes foliculares (taponamiento de los folículos pilosos con queratina visible).

  • Comedones (puntos negros).

  • Cambios en la pigmentación.

  • Eritema.

Procedimientos analíticos para las dermopatías

Raspados de piel de animales

Los raspados cutáneos forman parte de la base de datos básica para todas las enfermedades epiteliales. Hay dos tipos de raspados cutáneos, superficiales y profundos. Los raspados superficiales no producen sangrado capilar y proporcionan información sobre la superficie de la epidermis. Los raspados cutáneos profundos recogen material del interior del folículo piloso; el sangrado capilar indica que la muestra fue lo suficientemente profunda. Los raspados cutáneos se usan primordialmente para determinar la presencia o ausencia de ácaros. La mejor manera de realizar los raspados cutáneos es utilizando una espátula de raspado para piel, que es una fina espátula pesada de metal que se puede encontrar normalmente en catálogos de suministros farmacéuticos y químicos. Estas espátulas son reutilizables y no provocan lesiones.

Cepillado del pelaje en animales

Esta técnica, comúnmente llamada "peinado del pelo", es útil para recoger grandes cantidades de residuos celulares y para atrapar parásitos cutáneos. Los cepillados son especialmente útiles para encontrar pulgas, garrapatas, piojos y algunos ácaros. Puede usarse un cepillo limpio tupido o un peine de cepillado para recoger material en un recipiente plano (p. ej., placa) en grandes animales.

Tricograma del pelo

Los tricogrmas del pelo forman parte de la base de datos básica para todas las enfermedades de la piel. Estos se utilizan cada vez más en lugar de los raspados cutáneos porque se ha visto que la técnica proporciona resultados similares. Los tricogramas capilares se realizan agarrando un grupo de pelos en el pelo diana con unas pinzas cerca de la base (manteniendo las pinzas a 90° de los pelos) y arrancando suavemente los pelos en la dirección de crecimiento. Los pelos se montan luego en aceite mineral. Es importante utilizar un cubreobjetos. El examen microscópico de los tallos de los pelos se realiza para buscar pruebas de infestaciones por ácaros, infestaciones por dermatofitos, pelos displásicos y, a veces, enfermedades genéticas del pelaje. Hay que tener en cuenta que no se necesitan agentes limpiadores.

Citología en animales

La citología cutánea y auricular ayuda a identificar enfermedades bacterianas, fúngicas y, posiblemente, neoplásicas de la piel. Se han de realizar al menos 4-6 frotis de impresión; se deben guardar varios portas por si es necesario examinarlos en un laboratorio de referencia. Cuando realizamos un frotis de impresión de la piel, el portaobjetos debe colocarse directamente sobre el lugar del que se va a tomar la muestra. El dedo índice o pulgar se ha de colocar directamente sobre el portaobjetos y presionarlo firmemente. Como alternativa, se puede utilizar una cinta de acetato transparente para tomar muestras de la piel. El muestreo adecuado producirá una "huella del pulgar" de la superficie. La fijación por calor ya no se recomienda porque se ha demostrado que no aumenta la visibilidad de las levaduras. En su lugar, se debe aumentar el número de inmersiones o el tiempo que el portaobjetos se coloca en la tinción "azul". En la mayoría de los casos, una tinción tipo Romanowsky es adecuada. En animales con prurito, la muestra se debe obtener por raspado de debajo de la raíz de la uña y se debe extender sobre el cristal para la tinción y el examen citológico. Las muestras deben examinarse con aumentos de ×4, ×10 y aceite de inmersión. Para las muestras de cinta de acetato, estas deben teñirse sujetándolas por un borde con fórceps o un alfiler de ropa, evitando el paso de la fijación, tiñendo como de costumbre y dejando secar y luego montando la muestra sobre una gota de aceite de inmersión para examinar. La cinta no debe fijarse a un portaobjetos de vidrio y luego teñirse, lo que da lugar a muestras mal teñidas.

Cultivos fúngicos en animales

Las infecciones por dermatofitos se identifican mejor en un cultivo, bien en un medio para dermatofitos o en un simple agar Sabouraud. Se prefieren las placas que se inoculan fácilmente; los botes de cristal con cierre enroscado presentan dificultades para inocular y obtener muestras, por lo que es mejor evitarlos. Los animales se muestrean mejor empleando un cepillo de dientes nuevo, pasándolo con fuerza sobre las lesiones. Las placas se pueden incubar a temperatura ambiente y finalizar el día 14 de cultivo.

Cultivos bacterianos en animales

Las pústulas intactas se pueden cultivar rompiéndolas con una aguja estéril y frotando la lesión con un hisopo estéril. Si no se puede encontrar una pústula intacta, la punta del hisopo debe humedecerse con el medio de transporte, frotando agresivamente el área lesionada y asegurándose de rotar el hisopo 360° para que se use toda la superficie del hisopo. No se deben lavar las lesiones antes de la toma de muestras. Las piodermias profundas se cultivan mejor cuando proceden de una biopsia cutánea (6-8 mm). Se ha de informar al laboratorio de referencia sobre los patógenos que se sospechan, ya que estos pueden afectar al exudado que se cultiva. Se deben suspender los agentes sistémicos y tópicos al menos 72 h antes de la toma de muestras.

Biopsia en animales

Las biopsias cutáneas están indicadas en cualquier caso que parezca grave, inusual o que no responda a una terapia "apropiada". Las lesiones no deben lavarse antes de la biopsia porque la anatomía patológica de superficie es importante en el diagnóstico de muchas enfermedades cutáneas. Se han de enviar varias muestras de diversas lesiones para su examen. Siempre que sea posible, se deben tomar muestras de las lesiones primarias; de otro modo, el informe no ayuda mucho a establecer un diagnóstico o a acortar la lista de diagnósticos diferenciales. Las muestras de biopsias requieren un examen por un anatomopatólogo familiarizado con las enfermedades dermatológicas de los animales. La inmunofluorescencia directa no es necesaria para diagnosticar enfermedades autoinmunitarias de la piel; la histopatología de rutina es la prueba de elección. Se debe utilizar un punzón de biopsia de 6 u 8 mm, ya que las muestras pueden contraerse hasta un 50 % en formol.

Análisis sistemáticos de sangre y orina en animales

En la mayoría de los casos dermatológicos, los análisis rutinarios de sangre y orina no ayudan a elaborar un diagnóstico definitivo. Si existen signos sistémicos de enfermedad, entonces un hemograma completo, una bioquímica sérica y un análisis de orina pueden ser útiles para identificar la causa. En los perros con infecciones recidivantes, estas pruebas pueden identificar una enfermedad subclínica subyacente.

Prueba cutánea intradérmica en animales

No es imprescindible una prueba intradérmica para el diagnóstico de una dermatitis atópica. Una reacción positiva a la prueba intradérmica indica una exposición previa a un alérgeno en particular. Las alergias inhalatorias se diagnostican mejor basándose en una historia clínica compatible, en los hallazgos de la exploración física y en un uso juicioso de la prueba intradérmica o de las pruebas in vitro para alergias. Se recomienda realizar la prueba intradérmica en los animales en los que está indicada la inmunoterapia debido a la gravedad o a la duración de los signos alérgicos. Las potenciales interacciones medicamentosas que pueden interferir con las pruebas deben considerarse antes de realizar la prueba intradérmica.

Pruebas diagnósticas in vitro en animales

Las pruebas de diagnóstico in vitro (ELISA o RAST) son una alternativa a las pruebas intradérmicas. Aunque las pruebas in vitro se consideran menos fiables debido a la gran incidencia de falsos positivos, la mayor parte de las complicaciones en la interpretación son el resultado de una mala selección del paciente. Al igual que las pruebas cutáneas intradérmicas, las pruebas in vitro reflejan la exposición y deben interpretarse a la luz de los signos clínicos y la historia clínica del animal.

Para más información

Consulte también la información para propietarios sobre el diagnóstico de trastornos cutáneos en perros, gatos y caballos.