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El sistema tegumentario en animales

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Última revisión/modificación ene 2020

La piel es el órgano más grande del cuerpo y, según la especie y la edad, puede representar el 12-24 % del peso corporal de un animal. La piel tiene varias funciones, entre ellas actuar como barrera envolvente y proporcionar protección frente al medio ambiente, regular la temperatura, producir pigmentos y vitamina D, y realizar la percepción sensorial. Anatómicamente, la piel consta de las siguientes estructuras: epidermis, zona de la membrana basal, dermis, anejos cutáneos y músculos y grasa subcutáneos.

Piel con pelo

La piel, con pelo. Ilustración del Dr. Gheorghe Constantinescu.

Epidermis en animales

La epidermis se compone de múltiples capas celulares, formadas por queratinocitos, melanocitos, células de Langerhans y células de Merkel.

La función de los queratinocitos es proporcionar una barrera protectora. Se desarrollan a partir de células basales cilíndricas adheridas a una membrana basal. Las tasas de mitosis celular y posterior queratinización están controladas por una serie de factores, entre ellos la nutrición, las hormonas, los factores tisulares, las células inmunitarias de la piel y la genética. Los queratinocitos desempeñan un papel clave en el sistema inmunitario de la piel y en la regulación del crecimiento y la renovación de las células. La dermis puede también ejercer un importante control sobre el crecimiento de la epidermis. Se ha propuesto la hipótesis de que el fotoperiodo y los ciclos reproductivos pueden afectar a la epidermis en los animales. Los glucocorticoides disminuyen la actividad mitótica; las enfermedades y la inflamación también alteran el crecimiento y la queratinización normales de la epidermis.

Cuando los queratinocitos migran hacia la superficie cutánea, sufren un complejo proceso de muerte celular programada conocido como queratinización. El objetivo de este proceso es producir una capa compacta de células muertas, denominada estrato córneo o capa córnea, que funciona como una barrera impermeable a la pérdida de líquidos, electrolitos, minerales, sustancias nutritivas y agua, al tiempo que evita la penetración de agentes infecciosos o nocivos en la piel. La disposición estructural de la queratina y de los lípidos de la piel es crucial para que esta pueda desempeñar su función. El precursor de la vitamina D, el 7-dehidrocolesterol, se forma en la epidermis. La epidermis es más gruesa en los animales grandes. El estrato córneo está continuamente exfoliándose o descamándose.

Los melanocitos se localizan en la capa celular basal, en la vaina externa de las raíces capilares y en los conductos de las glándulas sebáceas y sudoríparas. Son responsables de la producción del pigmento de la piel y del pelo (melanina). La producción de pigmento está sometida a control hormonal y genético. Los melanocitos proporcionan la pigmentación constitutiva, el pigmento programado genéticamente y la pigmentación facultativa, que se produce como resultado de la estimulación de hormonas, luz UV, inflamación, etc.

Las células de Langerhans son células mononucleares dendríticas que están íntimamente implicadas en la regulación del sistema inmunitario de la piel. Pueden dañarse tras una exposición excesiva a luz UV y a los glucocorticoides. Estas células procesan y transportan el material antigénico y alergénico hasta las células T locales y ganglionares para inducir reacciones de hipersensibilidad. Las proteínas de la epidermis también pueden conjugarse con haptenos exógenos, transformándolos en antigénicos.

Las células de Merkel son células sensoriales especializadas asociadas a órganos sensoriales de la piel, como por ejemplo las vibrisas y las almohadillas tilótricas. Son mecanorreceptores de adaptación lenta. Estas células también pueden influir en el flujo sanguíneo cutáneo y en la producción de sudor, coordinar la proliferación de queratinocitos y estimular el crecimiento de células madre de los folículos pilosos.

Zona de la membrana basal en animales

La zona de la membrana basal sirve como lugar de anclaje de las células epidérmicas basales y como barrera de protección entre la epidermis y la dermis. Una gran variedad de enfermedades cutáneas, incluidos varios procesos autoinmunitarios, puede lesionar esta zona. Las vesículas son un ejemplo de una zona de la membrana basal dañada. La zona de la membrana basal tiene funciones importantes:

  • Anclar la epidermis a la dermis.

  • Mantener una epidermis funcional y proliferativa.

  • Mantener la arquitectura del tejido.

  • Participar en la cicatrización de heridas.

  • Actúar como una barrera física.

  • Regular el soporte nutricional entre la epidermis y el tejido conectivo subyacente.

Dermis en animales

La dermis es una estructura mesenquimal que sustenta, nutre y, en cierto grado, regula la epidermis y sus anejos. La dermis está constituida por sustancia fundamental, fibras colágenas dérmicas y células (fibroblastos, melanocitos, mastocitos y, ocasionalmente, eosinófilos, neutrófilos, linfocitos, histiocitos y células plasmáticas). En la dermis existen vasos sanguíneos responsables de la termorregulación, plexos nerviosos relacionados con la sensibilidad cutánea y nervios mielínicos y amielínicos. Los nervios motores son principalmente adrenérgicos, e inervan los vasos sanguíneos y los músculos erectores de los pelos. Excepto en el caso de los caballos, las glándulas apocrinas no parecen estar inervadas. Los nervios sensoriales se distribuyen por la dermis, los folículos pilosos y las estructuras táctiles especializadas. La piel responde a las sensaciones del tacto, dolor, picor, calor y frío.

Sistema apendicular en animales

Estas estructuras crecen en (y están en continuidad con) la epidermis y están formadas por los folículos pilosos, las glándulas sebáceas y sudoríparas, y diversas estructuras especializadas (p. ej., uñas, cascos y pezuñas). Los folículos pilosos de los caballos y del ganado vacuno son simples, es decir, los folículos solo poseen un pelo, que emerge por su propio poro. Los folículos pilosos de perros, gatos, ovejas y cabras son compuestos, esto es, poseen un pelo central rodeado por 3-15 pelos más pequeños que salen al exterior por el mismo poro. Los animales que presentan folículos pilosos compuestos nacen con folículos pilosos simples que evolucionan a folículos pilosos compuestos.

El crecimiento del pelo está controlado por varios factores, como la nutrición, las hormonas y el fotoperiodo. El periodo de crecimiento del pelo se denomina fase anágena, mientras que el periodo de descanso (pelo maduro) recibe el nombre de fase telógena. El periodo de transición entre ambas fases se denomina fase catágena. Normalmente, los animales mudan su pelaje en respuesta a los cambios de temperatura y al fotoperiodo; la mayoría de los animales sufren la muda a principios de primavera y a principios de otoño.

El tamaño, el estado y la longitud del pelo están controlados por factores genéticos, pero pueden estar influidos por enfermedades, fármacos exógenos, deficiencias nutricionales y el medio ambiente. Las hormonas ejercen un efecto importante sobre el crecimiento del pelo. La tiroxina estimula el crecimiento del pelo y los glucocorticoides lo inhiben.

Las funciones primordiales del pelaje o capa son proporcionar una barrera mecánica, proteger al hospedador de las lesiones actínicas y realizar la termorregulación. En la mayoría de las especies, el atrapamiento del espacio de aire muerto entre los pelos secundarios conserva el calor. Esto requiere que los pelos estén secos y sean impermeables; el pelaje de invierno de muchos animales es frecuentemente más largo y fino para facilitar la conservación del calor. El pelaje puede ayudar también a enfriar la piel. El pelaje de verano de los animales, en particular de los animales grandes, está constituido por pelos más cortos y gruesos y menos pelos secundarios. Este cambio anatómico permite al aire moverse con facilidad a través del pelaje, lo que facilita el enfriamiento. El pelaje también ayuda a ocultar o camuflar al animal.

Las glándulas sebáceas son glándulas holocrinas alveolares simples o ramificadas, que secretan sebo dentro de los folículos pilosos y sobre la superficie epidérmica. Están presentes en gran número cerca de la unión mucocutánea, los espacios interdigitales, la zona dorsal del cuello, la rabadilla, la barbilla y el área de la cola; en algunas especies son parte del sistema de marcaje por olor. Por ejemplo, en los gatos, las glándulas sebáceas está presentes en alta concentración en la cara, el dorso y la cola; los gatos marcan el territorio por el frotado de su cara en objetos, depositando una capa de sebo con feromonas faciales felinas. El sebo es un material lipídico complejo que contiene colesterol, ésteres de colesterol, triglicéridos, ceras diestéricas y ácidos grasos. El sebo es importante para mantener la piel suave, flexible y adecuadamente hidratada; proporciona brillo al pelaje y tiene propiedades antimicrobianas.

Las glándulas sudoríparas (epitriquiales [antes apocrinas] y atriquiales [antes ecrinas]) forman parte del sistema de la termorregulación. Las glándulas atriquiales solo están presentes en las almohadillas del pie. Las glándulas epitriquiales no están presentes en las almohadillas plantares ni en el plano nasal. La evaporación del sudor de la piel es el sistema primordial de enfriamiento del cuerpo para caballos y primates y, en un menor grado, para cerdos, ovejas y cabras. Existen algunos indicios clínicos que sugieren que en los perros y gatos se produce una sudoración limitada y que esta puede desempeñar un papel menor en el enfriamiento del cuerpo. Los perros y los gatos se termorregulan principalmente jadeando, salivando y esparciendo saliva sobre su pelaje (gatos). Los gatos también sudan a través de sus patas, especialmente cuando están excitados; esto se observa por lo general como huellas húmedas en superficies, por ejemplo, en la mesa de exploración.

Músculos y grasa subcutáneos en animales

El "músculo de la contracción" (panículo carnoso) es el principal músculo subcutáneo. La grasa subcutánea (panículo adiposo) tiene muchas funciones, entre ellas la de aislar, actuar de reservorio de líquidos, electrolitos y energía y amortiguar los golpes.

Para más información

Consulte también la información para propietarios sobre la estructura de la piel en perros, gatos y caballos.