La artritis infecciosa está fundamentalmente relacionada con agentes bacterianos, como estafilococos, estreptococos y coliformes. Las causas comprenden una extensión hematógena o un traumatismo penetrante, incluyendo la cirugía. Otros agentes responsables de la artritis séptica incluyen las rickettsias (fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, ehrlichiosis) y las espiroquetas (borreliosis).
Los signos clínicos de la artritis séptica consisten en cojera, hinchazón, dolor de la articulación o articulaciones afectadas, y signos sistémicos de fiebre, malestar, anorexia y rigidez. La radiografía puede revelar derrame articular en los casos iniciales y enfermedad articular degenerativa en los estadios crónicos. La artrocentesis revela un incremento de los niveles de leucocitos, particularmente de neutrófilos. El líquido sinovial puede estar bastante purulento. Las pruebas de cultivos bacterianos y el antibiograma pueden confirmar el diagnóstico. Las pruebas serológicas se utilizan para los agentes no bacterianos. El tratamiento consiste en la administración IV y PO de antibióticos adecuados, lavado articular y desbridamiento quirúrgico en los casos graves.