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Osteomalacia en animales

(Raquitismo del adulto)

PorWalter Grünberg, DVM, PhD, DECAR, DECBHM
Revisado/Modificado nov 2020

La osteomalacia es una alteración del metabolismo óseo de los animales adultos. La causa principal es un suministro inadecuado de minerales durante períodos prolongados. El diagnóstico se basa en la presentación clínica en combinación con la identificación de deficiencias nutricionales predisponentes. Las pruebas bioquímicas séricas, las radiografías de los huesos largos y las biopsias óseas pueden ayudar a confirmar el diagnóstico. El tratamiento consiste en abordar los desequilibrios dietéticos.

La osteomalacia tiene una patogenia similar a la del raquitismo, pero se observa en los huesos maduros y se asocia a una alteración del remodelado óseo normal. Dado que los huesos maduran en diferentes grados, el raquitismo y la osteomalacia pueden detectarse en el mismo animal. La osteomalacia se caracteriza por la acumulación de un exceso de osteoide no mineralizado en las superficies trabeculares.

La osteodistrofia nutricional en el caballo se conoce como enfermedad del salvado, enfermedad del molinero, y “cabeza hinchada”. La dieta de caballos mimados es a menudo muy alta en grano y baja en forraje; esta dieta es alta en fósforo y baja en calcio. Muchas de las cojeras inespecíficas de los caballos se han atribuido a la osteodistrofia nutricional.

La osteodistrofia nutricional puede darse en el ganado que pasta en suelos áridos e infértiles, deficientes en fósforo, si no se les administra una suplementación mineral adecuada.

Las dietas acidógenas con una diferencia aniónica-catiónica excesivamente baja consumidas en el transcurso de meses también pueden producir desmineralización y la consiguiente osteomalacia, porque incluso la acidosis metabólica leve pero sostenida tiende a estimular la actividad osteoclástica.

Hallazgos clínicos de la osteomalacia en animales

Los animales con osteomalacia tienen mala condición corporal y pueden mostrar pica. Es habitual una cojera inespecífica alternante. Pueden observarse fracturas, especialmente en las costillas, pelvis y huesos largos. Pueden verse deformaciones del raquis, como la lordosis o cifosis.

Los cambios patológicos de la enfermedad del salvado en caballos son similares a los observados en otras especies, con la salvedad de que los huesos de la cabeza resultan afectados, especialmente en los casos graves, y que las fracturas visibles o microscópicas del hueso subcondral (con degeneración consiguiente del cartílago articular y rotura de los ligamentos desde sus inserciones periósticas) son signos clínicos dominantes. Se ha descrito deformidad facial unilateral debida al hipoparatiroidismo secundario (nutricional) en una potranca de un año de edad.

El ganado vacuno con osteomalacia causada por la privación de fósforo tiene mal estado general y un pelo áspero. Los hallazgos clínicos más frecuentes son la pérdida de peso, la cojera alternante de las extremidades, las deformidades de las extremidades y las fracturas espontáneas. La pica puede predisponer a los animales afectados a la obstrucción esofágica, la reticuloperitonitis, el botulismo u otras intoxicaciones.

Diagnóstico de la osteomalacia en animales

  • Basado en los síntomas clínicos y confirmado por bioquímica sérica, radiografías o biopsia ósea

Para establecer el diagnóstico definitivo de la osteomalacia, la dieta debería ser valorada en el contenido de calcio, fósforo, y vitamina D. Hay indicios radiográficos de desmineralización esquelética generalizada, pérdida de la lámina dura dental, resorción ósea cortical subperióstica, deformidades por arqueo y múltiples fracturas por plegamiento de los huesos largos debido a intensa proliferación osteoclástica localizada. Los biomarcadores óseos como la hidroxiprolina, un aminoácido liberado a la sangre durante la mineralización ósea, pueden determinarse para evaluar el grado de movilización ósea en curso. Si el contenido de calcio y fósforo en la dieta no puede determinarse fácilmente (p. ej., en animales en pastoreo), se pueden analizar muestras de suelo o heces como indicadores crudos de la ingesta dietética de estos minerales.

En animales con osteodistrofia nutricional, los parámetros de laboratorio empleados para valorar la función renal deben estar dentro de los límites normales.

Tratamiento de la osteomalacia en animales

Identificar y abordar las deficiencias subyacentes

Los animales con osteomalacia deben mantenerse confinados durante varias semanas después de iniciarse la dieta supletoria. La respuesta al tratamiento es rápido; en 1 semana los animales están más activos y su actitud mejora. Debe evitarse que el animal salte o trepe, porque el esqueleto todavía corre peligro de fracturarse. Las restricciones pueden reducirse después de 3 semanas, pero se debe mantener el confinamiento con movimiento limitado hasta que el esqueleto vuelva a la normalidad (la respuesta al tratamiento debe vigilarse radiológicamente). La recuperación completa puede lograrse en meses en animales sin deformidades de las extremidades y las articulaciones o con deformidades menores.

Puntos clave

  • La osteomalacia es una alteración metabólica ósea de los animales adultos.

  • La mineralización adecuada del hueso se ve afectada por un aporte mineral inadecuado.

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