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Traumatismo muscular en perros y gatos

PorJoseph Harari, MS, DVM, DACVS
Revisado/Modificado nov 2020

Contractura del infraespinoso en traumatismos musculares en perros y gatos

La contractura del infraespinoso es una miopatía fibrótica uni o bilateral del músculo infraespinoso, que suele ser secundaria a un traumatismo en perros cazadores o de trabajo. Los signos clínicos iniciales incluyen una cojera aguda, dolor e hinchazón en la región del hombro. La cojera remite, pero se desarrolla una anomalía en la marcha 2-4 semanas después de la lesión, a medida que progresan la fibrosis muscular y la contractura. Los signos clínicos incluyen una aducción característica del codo, abducción de la extremidad anterior, y una rotación externa del carpo y de la pata. La extremidad describe una circunferencia cada vez que el animal da un paso. La palpación de los hombros revela una rotación hacia fuera del húmero cuando el codo se flexiona. El tratamiento consiste en la resección de la porción fibrosa musculotendinosa del músculo, incluida una tenotomía de la inserción del tendón. Las funciones de la extremidad y de la articulación mejoran inmediatamente, y el pronóstico para una recuperación completa es excelente.

Tenosinovitis del tendón del bíceps braquial en el traumatismo muscular en perros y gatos

Esta inflamación del tendón del bíceps braquial y vaina sinovial relacionada puede ser uni o bilateral. Suele afectar a perros adultos mayores y grandes. El mecanismo de la lesión puede ser directo, indirecto, por sobreactividad o migración de fragmentos osteocondrales ("ratón articular"), y por lesiones de una osteocondrosis humeral.

Los signos clínicos comprenden una cojera intermitente, progresiva o crónica que empeora después del ejercicio y mejora con el reposo. El radio de movimiento de la articulación del hombro se reduce y puede apreciarse una atrofia de los músculos del hombro. Se puede provocar dolor grave al hacer presión con el dedo en el tendón del bíceps durante la flexión y extensión de la articulación del hombro.

El diagnóstico puede confirmarse por ecografía o artroscopia del tendón lesionado. La radiografía puede revelar una calcificación distrófica del tendón, osteofitos en el surco intertubercular o fragmentos mineralizados en la vaina del tendón. Una artrografía de contraste puede mostrar defectos de llenado e irregularidades de la vaina sinovial. La artrocentesis puede que no sea concluyente. El diagnóstico también se puede establecer mediante la exploración del tendón y de la vaina relacionada.

Los casos menos graves se pueden tratar con reposo y AINE orales y opioides. Los casos más graves se pueden tratar con inyecciones intralesionales de acetato de metilprednisolona (20-40 mg) y reposo. Los casos crónicos que no respondan a múltiples inyecciones de corticoesteroides, o casos que impliquen defectos o lesiones tendinosas o "ratones articulares" identificables, se tratan mediante una tenodesis (resección y unión del tendón del húmero proximal) y eliminación del fragmento osteocondral. La resección del tendón guiada por artroscopia también se ha descrito. El pronóstico de recuperación es bueno.

Contractura del cuádriceps en traumatismos musculares en perros y gatos

Esta fibrosis y contractura grave de los músculos cuádriceps se desarrolla secundariamente a fracturas del fémur distal, restauración quirúrgica inadecuada y disección excesiva en perros jóvenes. Se desarrollan adherencias entre el hueso, tejido perióstico y los músculos cuádriceps, que ocasionan extensión de la extremidad, inactividad, osteoporosis, enfermedad articular degenerativa y deformidades osteoarticulares. Los signos clínicos consisten en hiperextensión y desplazamiento craneal de la extremidad afectada. Suele ser necesario recurrir a la cirugía para resecar los tejidos fibrosos e incrementar el movimiento de la rodilla. Para recobrar la función de la extremidad se requiere una reconstrucción del hueso y tejido blando junto con vendajes de flexión posoperatorios y fisioterapia. El pronóstico es reservado. Es preferible la prevención de la enfermedad mediante restauraciones biológicas estables de las fracturas óseas.

Alteración del tendón de Aquiles en traumatismos musculares en perros y gatos

Esta lesión aguda traumática del tendón calcáneo común (tendones de los músculos gastrocnemios, flexor digital superficial, bíceps femoral, semitendinoso y gracilis) se produce especialmente en perros maduros de trabajo y atléticos. El tendón común puede sufrir rotura o avulsión desde el tubérculo calcáneo del talón. Las roturas pueden ser parciales o completas, y el componente del tendón del gastrocnemio es el que resulta afectado con mayor frecuencia.

Los signos clínicos comprenden una cojera grave con incapacidad para soportar peso, hiperflexión tarsal y una postura plantígrada. A la palpación se percibe inflamación, dolor y extremos tendinosos rotos o fibróticos. La radiografía puede revelar avulsión de fragmentos óseos.

El tratamiento consiste en la restauración quirúrgica de los extremos desgarrados, y la reunión de tejido tendinoso del tubérculo calcáneo. Se deben utilizar férulas externas o fijadores para proteger la reparación durante 4 semanas. El pronóstico es variable y está basado en la cronicidad de la lesión, el éxito de la intervención quirúrgica y el rendimiento que se espera del perro.

Traumatismo del músculo iliopsoas en perros y gatos

El traumatismo del músculo psoas ilíaco o del tendón de inserción puede causar una cojera aguda o crónica en perros activos. La exploración física revela dolor focal en la cara proximal medial del muslo (unión del tendón al trocánter menor), especialmente durante la extensión simultánea de la articulación de la cadera y la rotación interna. La ecografía revela rotura de las fibras musculares y la radiografía puede revelar calcificaciones distróficas en la región de inserción del tendón. El tratamiento con reposo y AINE es útil.

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