logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Traumatismos de los nervios periféricos y de la unión neuromuscular en animales

PorWilliam B. Thomas, DVM, DACVIM-Neurology
Última revisión/modificación may 2021

El efecto inmediato de una lesión del nervio periférico es un grado variable de disfunción, según la gravedad de la lesión. La forma más leve de lesión es la neuropraxia, la cual interrumpe temporalmente la función con mínimas alteraciones morfológicas en el nervio. La axonotmesis es una interrupción del axón sin sección completa del tejido conjuntivo circundante. La forma más grave de lesión es la neurotmesis, que es la sección completa del nervio. Tanto en la axonotmesis como en la neurotmesis se produce la consecuente degeneración axonal distal a la lesión y en una porción del nervio proximal a la lesión.

El diagnóstico de las lesiones de nervios periféricos se basa en la historia y la evaluación clínica de la función motora y sensitiva del nervio o nervios afectados. La electromiografía frecuentemente es útil para identificar los músculos denervados 5-10 días después del traumatismo. Los estudios de conducción nerviosa también pueden ser útiles en el diagnóstico.

El pronóstico es reservado. Con la neuropraxia, se produce normalmente la recuperación completa en 3 semanas. Para que el nervio recupere su función después de la rotura del axón (axonotmesis, neurotmesis), este debe regenerarse desde el punto de la lesión hasta el músculo inervado. La tasa de crecimiento de los axones regenerados en el muñón distal es de 1-3 mm/día. La recuperación es improbable si los axones rotos están muy separados o si el tejido cicatrizado interfiere con el crecimiento axonal. Aunque se han recomendado varios medicamentos antiinflamatorios para las lesiones traumáticas del nervio, hay poca evidencia de algún beneficio.

La cirugía de aposición de los muñones nerviosos debe realizarse rápidamente en los casos en los que el nervio se ha seccionado limpiamente. En caso de contusión, la exploración quirúrgica y la escisión del tejido cicatricial pueden ayudar. La cirugía suele tener éxito en caballos con compresión fibrosa del nervio supraescapular. El tratamiento a largo plazo se basa en la rehabilitación física para minimizar la atrofia muscular y la disminución de la movilidad articular. Pueden ser necesarios vendajes, férulas u otros métodos de coaptación externa para ayudar a proteger la extremidad afectada.

Avulsión del plexo braquial en animales

Una lesión traumática de las raíces nerviosas C6 a T2 que inervan la extremidad torácica puede llevar a una avulsión del plexo braquial en perros, gatos y aves. Con una fuerte extensión o abducción de la extremidad, las raíces nerviosas se elongan o arrancan de su unión con la médula espinal. Los signos clínicos varían según el grado de afectación de la raíz. La avulsión completa produce parálisis flácida de la extremidad, anestesia distal al codo, síndrome de Horner y pérdida del reflejo cutáneo del tronco (panicular) ipsilaterales. El animal lesionado soporta poco o ningún peso en la extremidad y arrastra el dorso de la mano por el suelo. Si solo están afectadas las raíces nerviosas craneales, se mantiene la sensibilidad de la superficie ventral de la mano. La avulsión de las raíces nerviosas caudales causa la pérdida de sensibilidad en la superficie caudal de la extremidad, y pérdida variable en la superficie craneal.

No hay tratamiento y, con avulsion completa, el pronóstico es malo. Puede ser necesaria la amputación del miembro por el daño que causa el arrastre o la automutilación. La recuperación es posible en casos leves en los que las raíces están contusionadas y no avulsionadas.

Parálisis del parto en el ganado vacuno

La parálisis del parto se observa en novillas con fetos de gran tamaño. Anteriormente se había atribuido a una compresión bilateral del nervio obturador, pero la mayor parte de la parálisis probablemente se explique por una lesión en la sexta raíz nerviosa lumbar que contribuye a los nervios obturador y ciático. También contribuyen a la paraparesia una necrosis isquémica de los músculos secundaria a la compresión y las roturas musculares durante los trabajos de parto. Adicionalmente, alteraciones metabólicas como la hipocalcemia pueden complicar el cuadro clínico. (También ver Síndrome de la vaca caída.)

Traumatismo del nervio facial en animales

El traumatismo del nervio facial es más común en grandes animales que están tumbados con la consiguiente compresión de un lado de la cara. Puede deberse a la presión de la cabezada que se deja puesta en caballos durante una anestesia general. Hay parálisis ipsilateral del labio, desviación del hocico hacia contralateral y reflejo palpebral débil o ausente. Una oreja caída puede ser el resultado de lesiones en la porción proximal del nervio.

Lesiones de los nervios periféricos en animales

Las lesiones de los nervios periféricos son algunas de las neuropatías más comunes en animales. El nervio ciático o sus ramas pueden lesionarse por fracturas pélvicas, por colocación retrógrada de agujas intramedulares en el fémur o por inyecciones de sustancias irritantes dentro o cerca del nervio. Una lesión en la parte proximal del nervio ciático causa monoparesia con incapacidad para flexionar la rodilla. El corvejón (tarsos) y los dedos (metatarsos) no se pueden flexionar ni extender, y el peso lo soporta la superficie dorsal del pie con el tarso excesivamente flexionado. Puede haber pérdida de sensibilidad distal a la rodilla, menos en la cara medial de la extremidad, inervada por una rama del nervio femoral.

Una lesión en el nervio tibial provoca incapacidad para extender el tarso o flexionar los dedos y una sensibilidad reducida en la superficie plantar del pie.

Una lesión en el nervio peroneo provoca incapacidad para flexionar el tarso o extender los dedos y una sensibilidad reducida en toda la superficie craneodorsal del pie, del tarso y de la rodilla.

El nervio femoral puede lesionarse en terneros y potros durante la distocia, si una excesiva tracción lo elonga o lesiona. Esto da lugar a una incapacidad para aguantar el peso con las extremidades debido a la incapacidad para extender la rodilla. El reflejo patelar es débil o ausente. La sensibilidad se pierde en toda la cara medial de la extremidad (nervio safeno).

El nervio supraescapular se lesiona sobre todo en grandes animales, secundariamente a un traumatismo en la región del hombro. Esto provoca atrofia de los músculos supraespinoso e infraespinoso, e inestabilidad de la articulación del hombro (sweeney, ver Neuropatía supraescapular en caballos). En los caballos, el nervio puede estar atrapado por tejido conjuntivo desarrollado en la región de la fosa supraespinosa.