Cortesía del Dr. Autumn Davidson.
Cortesía del Dr. Autumn Davidson.
Un orificio prepucial anormalmente pequeño que da lugar a la incapacidad para exteriorizar el pene, puede ser congénito o adquirido como resultado de neoplasia, edema, o fibrosis después de traumatismos, inflamación, o infección. Los signos clínicos son variables. El problema suele pasar desapercibido hasta que el perro intenta aparearse y es incapaz de copular. La orina puede acumularse en el prepucio y causar postitis. El diagnóstico se establece mediante la exploración física del prepucio y el pene. El tratamiento que se vaya a escoger depende de la gravedad de la estenosis y del empleo que se va a dar al perro. Si el perro no se utiliza para la reproducción, probablemente no sea necesario instaurar un tratamiento específico, aunque se debe considerar la castración para prevenir la excitación sexual. En cambio, el agrandamiento quirúrgico del orificio prepucial está indicado en aquellos casos en que el animal se utilizará para la reproducción, en el caso de que la fimosis contribuya a la balanopostitis o en el caso improbable de que la fimosis interfiera con la micción normal.
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Consulte también la información para propietarios sobre trastornos reproductivos en perros machos y gatos machos.