Vacas
La endometritis se define como una enfermedad inflamatoria que afecta al endometrio y da lugar a la acumulación de contenido purulento o, a veces, solo a células polimorfonucleares (PMN). En las vacas, la enfermedad se clasifica como endometritis clínica o endometritis subclínica.
La endometritis afecta negativamente a la fertilidad y se ha asociado con brucelosis, leptospirosis, campilobacteriosis y tricomoniasis. A menudo, la endometritis es el resultado de infecciones inespecíficas, pero se ha asociado con trastornos relacionados con el parto, como abortos, distocia, retención de membranas fetales y metritis.
Etiología y patogenia de la endometritis en vacas
La patogenia de la endometritis en vacas no se comprende completamente, pero cada vez está más claro que las enfermedades uterinas del posparto, especialmente en las vacas lecheras de alta producción, está mediada por una respuesta inmunitaria alterada, probablemente relacionada con un balance energético negativo. En las vacas, el microorganismo dominante relacionado con la endometritis es Trueperella pyogenes. En las vacas que desarrollan endometritis puede retrasarse la diferenciación entre el microbioma de la vagina y el del útero. Los agentes patógenos oportunistas de la flora vaginal normal o del ambiente pueden invadir el útero de vez en cuando. Una vaca con una respuesta inmunitaria adecuada puede eliminar las infecciones transitorias, pero las vacas con un estado inmunitario inadecuado pueden desarrollar endometritis crónica.
Signos clínicos de la endometritis en vacas
La endometritis clínica en vacas se caracteriza por la presencia de secreción purulenta (>50 % pus) o mucopurulenta (aproximadamente 50 % pus y 50 % moco) en la vagina después de 21 días del parto sin signos sistémicos. El nombre endometritis clínica se ha cuestionado. Un nombre alternativo sugerido es secreción vaginal purulenta porque, en algunos casos, el pus identificado en la vagina proviene del cuello uterino o de la vagina, no del útero.
La endometritis subclínica en vacas se caracteriza por la inflamación endometrial del útero determinada por la presencia de un umbral de PMN en el examen citológico sin la presencia de material purulento en la vagina.
Diagnóstico de la endometritis en vacas
La endometritis clínica en vacas puede diagnosticarse mediante el uso de un dispositivo de recogida de secreción vaginal o vaginoscopia, o basándose en la secreción purulenta en el área perineal. La presencia de más del 50 % en la muestra recogida a los 21 días después del parto puede utilizarse como criterio para diagnosticar la endometritis clínica.
La endometritis subclínica en vacas se diagnostica mediante la recogida de una muestra de la luz uterina para la evaluación citológica utilizando técnicas de citocepillo o cinta citotape o lavado uterino. Se ha descrito un umbral para caracterizar la endometritis subclínica: >18 % de PMN en las muestras recogidas a los 20-33 días después del parto o >10 % de PMN en las muestras recogidas a los 34-47 días después del parto.
Tratamiento de la endometritis en vacas
La cefapirina benzatina (500 mg, intrauterina, una vez; el segundo tratamiento puede ser necesario en 7-14 días si los signos clínicos persisten) ha demostrado mejorar el rendimiento reproductivo en vacas con endometritis; sin embargo, este producto no está disponible en EE. UU. Todos los demás tratamientos sistémicos e intrauterinos deben desaconsejarse. El conjunto de pruebas de la literatura científica muestra que la administración de PGF2-alfa no es eficaz para el tratamiento de la endometritis clínica o la endometritis subclínica.
Prevención de la endometritis en vacas
El control de la endometritis incluye proporcionar un manejo adecuado de la comodidad, sanitario y nutricional durante el periodo de transición para minimizar el riesgo de parto y los trastornos de salud posparto asociados con factores predisponentes. Algunos nutracéuticos, como el propionato de cromo, se han asociado con una incidencia reducida de endometritis.
Caballos
La endometritis es una causa primaria de infertilidad en las yeguas y suele estar causada por infecciones inespecíficas y una respuesta inflamatoria excesiva al semen.
Etiología y patogénesis de la endometritis en caballos
En las yeguas, el agente etiológico de endometritis más frecuente es Streptococcus zooepidemicus. Pueden estar implicados otros microorganismos, incluyendo Escherichia coli, Pseudomonas aeruginosa y Klebsiella pneumoniae. Otros patógenos asociados con la aparición de endometritis en las yeguas son las levaduras y los hongos, especialmente en las yeguas con resistencia reducida, o como secuela de un tratamiento antimicrobiano excesivo. Algunas yeguas son particularmente sensibles a la endometritis poscubrición. Estas yeguas acumulan líquido en la luz uterina después de la monta o inseminación. Por el contrario, las yeguas sanas presentan una respuesta inflamatoria poscubrición marcada, pero transitoria, y el útero recupera rápidamente su estado estéril y no inflamatorio.
Signos clínicos y diagnóstico de la endometritis en yeguas
En las yeguas con endometritis es raro que aparezca exudado visible. La inflamación endometrial se confirma mejor mediante el examen citológico o histológico endometrial. Las técnicas de diagnóstico adicionales son las imágenes ecográficas del líquido libre intraluminal, especialmente durante el diestro, y el aislamiento de bacterias potencialmente patógenas a partir de hisopos protegidos adecuadamente. Dado que la mayoría de microorganismos causantes son comensales frecuentes, el aislamiento por sí solo de estas bacterias no proporciona evidencia suficiente para el diagnóstico. No obstante, la evidencia sugiere que la fertilidad de las yeguas se ve afectada si los resultados de la evaluación citológica endometrial o del cultivo son positivos.
Tratamiento de la endometritis en yeguas
El tratamiento intrauterino de la endometritis todavía se usa frecuentemente en yeguas. Se han utilizado muchos fármacos antimicrobianos, determinándose principalmente de forma empírica las dosis eficaces. Algunos ejemplos incluyen la penicilina (5 000 000 U por yegua, por vía intrauterina; eficaz principalmente frente a S zooepidemicus), la ticarcilina (6 g por yegua, por vía intrauterina; proporciona una actividad de amplio espectro), la ampicilina (3 g de preparación soluble por yegua, por vía intrauterina), la gentamicina (2 g [tamponada con bicarbonato] por yegua, por vía intrauterina; bacterias negativas) y la kanamicina (2 g por yegua, por vía intrauterina; eficaz frente a bacterias gramnegativas). Para las infecciones por hongos o levaduras, la anfotericina B (100 mg por yegua, por vía intrauterina) o el clotrimazol (500 mg por yegua, por vía intrauterina) han sido eficaces. Se debe mantener el tratamiento durante varios días consecutivos, preferiblemente durante el estro. La mayoría de estos tratamientos de la endometritis suponen un uso de fármacos no autorizados en EE. UU. La endometritis poscubrición puede tratarse mediante lavado uterino o fármacos oxitócicos para eliminar el líquido del útero.
Cerdos
En las cerdas, en Europa y otras regiones se ha descrito una forma de endometritis caracterizada por una descarga vaginal profusa en el inicio del estro. Por lo general, el agente causal es [IM] Staphylococcus hyicus o [IM] E coli, y parece ser que la enfermedad se transmite durante la cubrición o la inseminación artificial.
Hallazgos clínicos de la endometritis en cerdas
La endometritis en las cerdas se caracteriza por una secreción purulenta profusa 15-25 días después de la infección, durante el proestro o el estro posterior. La infección puede ser larga, con signos recidivantes en cada estro.
Tratamiento de la endometritis en cerdas
Algunas cerdas se recuperan de la endometritis espontáneamente, pero no parece existir ningún tratamiento eficaz para las que no lo hacen. En la necropsia, se pueden hallar cantidades importantes de exudado purulento en el útero, haciendo que esta afección sea similar a la piometra.
Otras especies
La endometritis se produce en ovejas, cabras y camélidos. En explotaciones comerciales de ovejas y cabras, el diagnóstico ante mortem es raro y el tratamiento no suele ser práctico. En los animales con descarga uterina persistente, se debe considerar la presencia de los restos de un feto macerado como fuente de infección crónica. En las cabras puede aparecer metritis crónica o endometritis después del parto o durante la época de cría. Las cabras afectadas suelen comer y están afebriles, pero presentan una secreción vaginal blanquecina. Las infecciones crónicas pueden ser el resultado de la metritis posparto o de la contaminación bacteriana durante la cubrición. Los antimicrobianos sistémicos y las prostaglandinas son los tratamientos de elección en estos casos. La endometritis en camélidos se suele tratar de forma empírica, tomando como base los tratamientos para el ganado vacuno y equino.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre endometritis en caballos.