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Metritis en animales de producción

PorFabio Lima, DVM, MS, PhD, DACT
Revisado/Modificado ago 2022

Vacas

En las vacas, la metritis es una enfermedad polimicrobiana común, especialmente durante las primeras 2 semanas después del parto. La metritis puerperal aguda hace referencia a una infección uterina posparto grave que provoca signos sistémicos de toxemia. Metritis clínica se usa como término general para las infecciones uterinas posparto, que pueden no estar asociadas con signos sistémicos. Las enfermedades infecciosas del aparato reproductor (p. ej., brucelosis, leptospirosis, tricomoniasis y campilobacteriosis) también pueden causar metritis.

Etiología y patogénesis de la metritis en vacas

Como resultado de los avances en las técnicas independientes de cultivo y secuenciación, ahora se sabe que el microbioma uterino de las vacas que desarrollan metritis posparto se desvía a favor de una mayor abundancia relativa de Bacteroidetes y Fusobacteria y una menor abundancia relativa de Proteobacteria y Tenericutes. Se ha sugerido que el cambio en el microbioma uterino es una disbiosis caracterizada por una pérdida de heterogeneidad y una disminución de la riqueza bacteriana, teniendo Bacteroides, Porphyromonas y Fusobacterium la asociación más sólida con el desarrollo de metritis.

Epidemiología de la metritis en vacas

Los factores de riesgo asociados con la aparición de metritis posparto incluyen la muerte fetal; gemelos; distocia; retención de membranas fetales; ternero macho; primer parto; reducción de la ingesta de alimento 2-3 semanas antes del parto; hipocalcemia subclínica; altos niveles de ácidos grasos no esterificados, betahidroxibutirato y haptoglobina en la primera semana después del parto; y mala higiene de la zona perineal. La incidencia acumulada de la metritis posparto varía del 10 % al 25 % de las vacas en el periodo de lactación en la mayoría de las explotaciones lecheras.1 Las vacas afectadas presentan una reducción en la producción de leche, un deterioro del rendimiento reproductivo y una mayor probabilidad de endometritis, sacrificio y la muerte.

Referencias

  1. Zwald NR, Weigel KA, Chang YM, Welper RD, Clay JS. Genetic selection for health traits using producer-recorded data. I. Incidence rates, heritability estimates, and sire breeding values. J Dairy Sci 2004;87:4287–94.

Hallazgos clínicos de la metritis en vacas

La diferenciación entre metritis puerperal aguda y metritis clínica es fundamental porque la metritis puerperal aguda necesita tratamiento, mientras que la metritis clínica no.

La metritis puerperal aguda se caracteriza por un útero anormalmente dilatado y la presencia de secreción uterina fétida, acuosa y de color marrón rojizo, por lo general asociada con signos de enfermedad sistémica, como disminución de la producción de leche, inapetencia, depresión y fiebre >39,5 °C.

La metritis clínica se caracteriza por un útero anormalmente dilatado y secreción uterina purulenta detectable en la vagina en los 21 días posteriores al parto.

Diagnóstico de la metritis en vacas

La metritis puede diagnosticarse basándose en la observación visual de la descarga característica en el área perineal. Hay dispositivos de recogida de secreción vaginal (que consisten en una copa de recogida de goma sobre una varilla de acero inoxidable)1 para recoger la secreción acumulada en la vagina craneal disponibles comercialmente. Se ha descrito un sistema de puntuación de la secreción vaginal para vacas en el periodo posparto temprano.

Sistema de puntuación de secreción vaginal, posparto precoz
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 1
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 1

La secreción 1 es transparente.

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 2
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 2

La secreción 2 es turbia, con una mota de pus.

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 3
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 3

La secreción 3 es purulenta.

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 4
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 4

La secreción 4 es sanguinolenta y purulenta.

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 5
Sistema de puntuación de secreción vaginal, vacas al inicio del posparto: secreción 5

La secreción 5 es de color marrón rojizo, acuosa y fétida.

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 1. Secreción transparente
Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 1. Secreción transparente

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 2. Secreción turbia con mota de pus
Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 2. Secreción turbia con mota de pus

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 3. Secreción purulenta
Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 3. Secreción purulenta

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 4. Secreción purulenta y sanguinolenta
Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 4. Secreción purulenta y sanguinolenta

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 5. Secreción fétida, acuosa, de color marrón rojizo
Sistema de puntuación de secreción vaginal para vacas lecheras al inicio del posparto. Secreción 5. Secreción fétida, acuosa, de color marrón rojizo

Cortesía de Jessica Prim, Segundo Casaro y Klibs Galvao.

Notas

  1. Metricheck, Simcro Ltd, Hamilton, Nueva Zelanda.

Tratamiento de la metritis en vacas

  • Tratamiento antimicrobiano

  • Fluidoterapia.

  • Tratamiento antiinflamatorio

El principal antimicrobiano utilizado para tratar la metritis en vacas es el ceftiofur. Hay dos formulaciones disponibles en el mercado: clorhidrato de ceftiofur (2,2 mg/kg, IM, cada 24 horas durante 5 días) y ácido libre cristalino de ceftiofur (6,6 mg/kg, SC en la almohadilla grasa detrás de la oreja dos veces, con un intervalo de 72 horas). Otros antimicrobianos que se han utilizado para tratar la metritis con una eficacia similar a la del ceftiofur son la penicilina procaína G (22 000 U/kg, IM, cada 24 horas durante 5 días), la oxitetraciclina (11 mg/kg, IV o SC, una vez en el momento del diagnóstico, o 6 g, intrauterino, dos veces por semana) y el trihidrato de ampicilina (11 mg/kg, IM, cada 24 horas durante 5 días). Solo las dos formulaciones de ceftiofur y oxitetraciclina están registradas para su uso en EE. UU.

Las vacas con signos clínicos más graves, como letargo, anorexia y fiebre, pueden beneficiarse de cuidados de apoyo adicionales. Se debe administrar fluidoterapia, incluyendo dextrosa al 50 % (500 mL, IV lentamente; puede repetirse en varias horas o en días sucesivos según sea necesario), ya que la mayoría de las vacas con metritis tienen cetosis, y una solución salina hipertónica (7,2 %) (500 mL, IV, según sea necesario a juzgar por el estado clínico del paciente; se ha de proporcionar un acceso adecuado al agua de bebida durante la administración), ya que la mayoría de las vacas con metritis están deshidratadas. El tratamiento antiinflamatorio puede proporcionarse con flunixino meglumina (2,2 mg/kg, IV, cada 24 horas durante 3 días), ketoprofeno (3 mg/kg, IM o IV, cada 24 horas durante un máximo de 3 días) o aspirina (5-300 mg/kg, PO, cada 24 horas durante 5 días).

En las granjas lecheras ecológicas, las terapias alternativas utilizadas incluyen povidona yodada (200 mL diluidos en 2 L de agua destilada) y aceite esencial a base de carvacrol (3,75 mL diluidos en 117 mL de agua destilada).

Prevención de la metritis en vacas

Se ha demostrado que varios preventivos nuevos en desarrollo reducen la incidencia de la metritis. Estos incluyen una vacuna basada en cepas de Escherichia coli, Fusobacterium necrophorum y Trueperella pyogenes y factores de virulencia de estas bacterias; una formulación de interleucina 8 bovina recombinante; y probióticos basados en una combinación de Lactobacillus sakei y cepas de Pediococcus acidilactici. Otras medidas que pueden ayudar a reducir la incidencia de la metritis incluyen mantener limpia la zona de maternidad, utilizar toros que produzcan terneros pequeños y alimentar con antioxidantes. Se ha demostrado que los antioxidantes vitamina E, selenio y betacaroteno disminuyen la incidencia de retención de membranas fetales, lo que finalmente podría ayudar a reducir la incidencia de metritis.

Caballos

En las yeguas, son relevantes dos clasificaciones de metritis: la metritis posparto (metritis aguda) y la metritis contagiosa equina (MCE). La metritis posparto se suele asociar con el traumatismo del parto y la retención de las membranas fetales que se produce durante los 10 días posteriores al parto (más comúnmente 2-4 días después del parto). Por el contrario, la metritis contagiosa equina es una enfermedad venérea aguda causada por la bacteria Taylorella equigenitalis, que establece infecciones subclínicas en sementales y yeguas infectadas de forma crónica. La enfermedad se diagnostica con mayor frecuencia en Europa, aunque las dificultades técnicas en la propagación del microorganismo causante impiden la determinación exacta de la distribución precisa de la enfermedad.

Etiología y patogénesis de la metritis en caballos

La patogenia específica de la metritis posparto no está clara. Se ha planteado la hipótesis de que la rotura de la barrera de la mucosa endometrial se produce durante la distocia o progresa gradualmente después de la retención de las membranas fetales que provoca una proliferación bacteriana excesiva y, en algunos casos, toxemia. Los principales patógenos, los factores de virulencia y los mecanismos específicos no están bien aclarados, pero las bacterias aisladas con más frecuecia incluyen Escherichia coli, Streptococcus spp y a veces Bacteroides fragilis y especies de clostridios.

El otro tipo de metritis, la metritis contagiosa equina, está causada por el cocobacilo gramnegativo microaerofílico Taylorella equigenitalis. Es exigente y de crecimiento lento. Existen diferencias notables entre las cepas. Aunque se transmiten principalmente en el apareamiento, los fómites infectados también desempeñan un papel. Las yeguas y los sementales infectados no detectados son origen de nuevos brotes infecciosos. Los sementales infectados no muestran signos clínicos y hospedan el microorganismo en el esmegma del prepucio y la superficie del pene, especialmente en la fosa uretral.

Epidemiología de la metritis en caballos

La tasa de transmisión de la metritis contagiosa equina es excepcionalmente alta; prácticamente todas las yeguas cubiertas por un semental infectado se infectarán.

La metritis contagiosa equina es una enfermedad de la lista de la OMSA. EE. UU. se considera libre de metritis contagiosa equina, y la metritis contagiosa equina está incluida en la lista nacional de enfermedades animales de declaración obligatoria de EE. UU. Se debe informar inmediatamente al USDA y a los funcionarios estatales de sanidad animal en los 50 estados y territorios. En muchos países existen regulaciones estrictas sobre la importación para evitar la introducción de la metritis contagiosa equina, y la prevalencia de la enfermedad parece ser reducida.

Signos clínicos de la metritis en yeguas

La metritis posparto en caballos a menudo se asocia con una secreción vulvar copiosa y fétida que puede tener restos de membranas fetales, especialmente en yeguas con traumatismo y necrosis del canal del parto. En algunos casos puede desarrollarse shock séptico sin una descarga vulvar copiosa evidente (probablemente como resultado de atonía uterina e inercia), y los casos también pueden conducir al desarrollo de laminitis. A veces se produce un esfuerzo abdominal repetido cuando hay necrosis vaginal, laceraciones o restos placentarios. Los primeros signos clínicos visibles son inapetencia, letargo, fiebre y, en algunos casos, cojera. Si la yegua desarrolla toxemia, se producirá deshidratación. El potro mama con frecuencia, pero debido a la disminución de la producción de leche, no parece estar satisfecho. Las frecuencias cardiaca y respiratoria a menudo están aumentadas en yeguas que tienen fiebre. Las yeguas con metritis séptica posparto parecen tener más predisposición a desarrollar laminitis.

En las yeguas con metritis contagiosa equina, se observa una secreción vaginal mucopurulenta copiosa 10-14 días después de los apareamientos con caballos infectados. En la mayoría de las yeguas afectadas se produce un retorno rápido al celo después de un ciclo acortado. Aunque la descarga disminuye tras unos días, las yeguas pueden permanecer infectadas durante varios meses. Las hembras infectadas de forma crónica no muestran signos clínicos. La mayoría de hembras no quedan gestantes en la cubrición en la que se infectaron. Y si lo hacen, pueden infectar al potro durante o poco después de su nacimiento. Los potros infectados de esta forma se pueden convertir en portadores al alcanzar la madurez sexual.

Diagnóstico de la metritis en caballos

  • Exploración física.

  • Ecografía

  • Cultivo bacteriano.

  • Pruebas de diagnóstico molecular.

Para diagnosticar la metritis en yeguas, se debe realizar una valoración manual aséptica del canal del parto para identificar la inflamación asociada, la hemorragia o el tejido necrótico. La palpación rectal o el examen ecográfico transrectal pueden identificar un útero flácido dilatado con una cantidad excesiva de contenido ecoico variable. Una inspección digital de la luz uterina puede revelar restos placentarios, incluida una punta retenida de las membranas fetales. Se recomienda tomar un hisopo del revestimiento uterino y los loquios para el cultivo bacteriano para identificar los microorganismos presentes y para guiar la selección de antimicrobianos. Si la yegua está séptica, un hemograma completo revela con frecuencia neutropenia absoluta (es decir, a menudo <1500 neutrófilos/mcL) con desviación degenerativa a la izquierda. Cuando hay dolor concomitante del casco, se recomienda la radiografía para valorar problemas potenciales como laminitis con rotación y hundimiento de la falange distal.

Para la metritis contagiosa equina, el diagnóstico específico depende del aislamiento del microorganismo causante. En las yeguas se deben tomar muestras mediante hisopos para cultivo de endometrio (preferiblemente durante el estro), así como de la fosa y senos del clítoris. En los sementales sospechosos se deben tomar hisopos de la fosa uretral, la uretra, la cavidad prepucial, el cuerpo del pene y, si es posible, del líquido preeyaculatorio o del eyaculado. Se deben tomar muestras a los sementales como mínimo tres veces antes de declararles libres de la enfermedad. La prueba de apareamiento de los sementales sospechosos con hembras sensibles que después se controlarán bacteriológicamente constituye un método adecuado para determinar el estado frente a la metritis contagiosa equina. Los hisopos deben colocarse en un medio de transporte Amies y mantenerse en hielo o a 4 °C para su envío a un laboratorio cualificado en las siguientes 24 horas (o congelados, si el transporte requiere más tiempo). Algunas cepas son sensibles a la estreptomicina, mientras que otras son resistentes, lo que ayuda a aislar de los contaminantes a este microorganismo exigente de crecimiento lento. Se cultiva mejor en agar chocolate Eugon a 37 °C en una atmósfera de 5-10 % de CO2 en el aire. Taylorella equigenitalis es asacarolítica pero es positiva a las enzimas catalasa, citocromo oxidasa y fosfatasa, y no es reactiva a otras pruebas bioquímicas convencionales. Se han desarrollado varias pruebas serológicas, pero ninguna es capaz de detectar de forma fiable el estado de portador. Los métodos de prueba molecular, como la prueba de PCR, se usan ahora con frecuencia para detectar Taylorella de hisopos y placas de cultivo y pueden diferenciar entre T equigenitalis y T asinigenitalis.

Las lesiones en yeguas con metritis contagiosa equina incluyen edema e hiperemia del endometrio, el endocérvix y la mucosa vaginal. Las lesiones microscópicas incluyen la invasión de los tejidos afectados por neutrófilos durante el estadio agudo y por linfocitos, macrófagos y células plasmáticas en el curso tardío de la infección.

Tratamiento de la metritis en yeguas

Para tratar la metritis posparto, se recomiendan antimicrobianos de amplio espectro eficaces frente a bacterias grampositivas y gramnegativas. Algunos de los antimicrobianos utilizados habitualmente son la gentamicina (6,6 mg/kg, IV, 4 veces al día) y la penicilina sódica o potásica (22 000-44 000 U/kg, IV o IM, cada 6 horas hasta 2 días después de la resolución de los signos clínicos). Cuando se sospecha endotoxemia, puede añadirse polimixina B (1000-6000 U/kg, IV lentamente, cada 6-8 horas) y pentoxifilina (7,5-10 mg/kg, PO o IV, cada 8-12 horas). Esto último puede mejorar la maleabilidad de los eritrocitos y mejorar la circulación hacia la vasculatura del casco. La administración de flunixino meglumina (0,25 mg/kg, IV, cada 8 horas) también se recomienda en los casos en los que se sospeche endotoxemia. El tratamiento específico del aparato genital incluye oxitocina (10-20 U por yegua, IM, cada 6 horas según sea necesario), estimulando las contracciones uterinas (que duran 20-50 minutos) que ayudan a la expulsión del contenido uterino. La cuestión de si la administración de antimicrobianos locales mediante infusión uterina aporta un beneficio adicional es controvertida. Puede haber algún beneficio con el ejercicio controlado si no hay dolor en el casco.

En el caso de la metritis contagiosa equina, en la mayoría de las yeguas, la infección uterina se elimina después de unas pocas semanas. Las que se infectan de forma crónica hospedan T equigenitalis en la fosa o en los senos del clítoris. Estas yeguas se pueden tratar realizando un lavado quirúrgico completo de la zona del clítoris con clorhexidina y después aplicando pomada de nitrofurazona (como en el semental). En algunas hembras, puede ser necesaria la escisión quirúrgica de los senos del clítoris para eliminar la infección. Los sementales se pueden tratar realizando una lavado quirúrgico completo del pene en erección con clorhexidina, aplicando después pomada de nitrofurazona. Este tratamiento debe repetirse diariamente durante 5 días y posteriormente se debe volver a analizar al semental como mínimo 10 días después del tratamiento.

Prevención y control de la metritis en yeguas

La metritis posparto está muy relacionada con traumatismos en el parto y retención de las membranas fetales. Por tanto, la prevención de estas afecciones puede reducir indirectamente las probabilidades de desarrollo de metritis posparto.

El control de la metritis contagiosa equina depende de la identificación de los animales portadores infectados y de su tratamiento o eliminación de los programas de reproducción.

Cerdos

La metritis en cerdas jóvenes se ha asociado con partos prolongados o asistidos manualmente. También se ha relacionado con mastitis y síndrome de agalactia. Se ha sugerido que el tracto urinario es una fuente de endotoxinas y bacterias que pueden infectar el tracto genital y causar metritis.

Etiología y patogénesis de la metritis en cerdos

La patogenia de la metritis en cerdas y primerizas no está clara. Se ha especulado con que los factores que predisponen a las cerdas a la infección del tracto urinario también aumentan su sensibilidad a la metritis. El microbioma uterino de las cerdas comparte un gran número de microorganismos con el microbioma fecal porcino. Algunos de estos microorganismos comúnmente cultivados en casos de metritis (es decir, Escherichia coli, Staphylococcus aureus y Trueperella pyogenes) se han identificado como patógenos potenciales adquiridos durante el parto. La contaminación ambiental con heces durante el parto y el aumento de la proliferación bacteriana y la infección del útero (en el contexto de la inmunosupresión por progesterona y la gestación) pueden dar lugar al desarrollo de metritis. Las prácticas de infusión y la intervención poco higiénica durante el parto también parecen aumentar el riesgo de desarrollo de metritis.

Signos clínicos de la metritis en cerdas

La metritis en las cerdas se caracteriza por una descarga necrótica y maloliente de color blanco a marrón, que a menudo tiene restos de membranas fetales durante las 48 horas posteriores a la punción. La metritis puede estar asociada con fiebre, disminución del apetito, anorexia, sepsis, mastitis y agalactia, lo que puede dar lugar a un aumento de la tasa de mortalidad de los lechones.

Diagnóstico de la metritis en cerdos

El diagnóstico de metritis en las cerdas se basa en la aparición de secreción vaginal y la naturaleza maloliente de esta secreción.

Tratamiento de la metritis en cerdos

El tratamiento de la metritis se basa en el uso de antimicrobianos sistémicos seleccionados sobre la base de la sensibilidad in vitro. Las infusiones intrauterinas parecen tener un resultado incierto, con antimicrobianos de espectro reducido que reducen algunos patógenos pero aumentan otros.

Prevención de la metritis en cerdas

La higiene adecuada, especialmente la eliminación de material fecal durante y después del parto, es imprescindible para minimizar los riesgos de desarrollo de metritis. Cuando se necesita intervención manual en el parto, las asistentes deben lavarse las manos y los brazos, usar mangas bien lubricadas y lavar la región perineal de la cerda antes de la entrada manual en el canal de parto. Las instalaciones utilizadas para el parto y la lactación deben limpiarse con agua caliente (>95 °C), desinfectarse y secarse antes del traslado de las cerdas. Puede ser útil lavar a las cerdas con agua y jabón, prestando especial atención a la zona mamaria, antes de entrar en la sala de partos. Todas las cerdas que necesiten asistencia manual durante el parto deben identificarse y tratarse con un antimicrobiano eficaz. La temperatura rectal debe controlarse diariamente y las cerdas con una temperatura rectal >40 °C deben tratarse durante 3-5 días.

Cabras y ovejas

La metritis a menudo se asocia con retención de membranas fetales o traumatismo en el útero durante la distocia, y puede provocar infertilidad en algunas cabras. En las ovejas, la metritis a menudo se asocia con un feto muerto, parto asistido de múltiples corderos sin una higiene adecuada y prolapso uterino.

Etiología y patogenia de la metritis en cabras y ovejas

La patogenia de la metritis en ovejas y cabras no se comprende bien, pero en las cabras, los microorganismos clostridiales, con frecuencia Clostridium tetani y C perfringens, pueden colonizar el útero y causar toxemia y muerte de las hembras afectadas.

Signos clínicos de metritis en cabras y ovejas

La metritis posparto aguda en cabras y ovejas se caracteriza por una secreción uterina maloliente de color rojo oscuro. Las hembras están febriles (40-41,5 °C) y anoréxicas. En las cabras, la metritis grave puede complicarse con peritonitis. Las ovejas con metritis presentan una secreción de color rojo a marrón en la lana de la cola y el periné, y también pueden tener una vulva tumefacta. La oveja puede estar letárgica, con un apetito reducido y una reticencia a dar de mamar que se asocia con los intentos persistentes de mamar de los corderos hambrientos. La oveja puede pasar periodos prolongados en decúbito esternal.

Tratamiento de la metritis en cabras y ovejas

El tratamiento de la metritis incluye antimicrobianos sistémicos y fluidoterapia, si es necesario. Se ha sugerido que las inyecciones repetidas de oxitocina o prostaglandinas pueden facilitar la evacuación uterina. El tratamiento auxiliar para el tétanos y la endotoxemia puede ser útil.