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Intoxicación por insecticidas

PorSteve M. Ensley, DVM, PhD
Última revisión/modificación oct 2020

Todas las etiquetas de los pesticidas incluyen instrucciones sobre cómo usar correctamente el producto. Dado que la normativa (y el etiquetado) cambia con el tiempo, es importante que siempre se sigan las instrucciones de la etiqueta. El etiquetado debe también advertir frente al empleo en especies no autorizadas o en circunstancias no experimentadas.

Los pesticidas orgánicos pueden tener efectos nocivos sobre las especies domésticas, los peces y la vida silvestre. En ningún caso se debe usar una cantidad superior a la especificada y se deben tomar las máximas precauciones para evitar la deriva o el drenaje hacia los terrenos, pastos, charcas o estanques, arroyos u otros lugares adyacentes, fuera del área donde el tratamiento es esencial.

Los productos almacenados a temperaturas extremas o mantenidos en recipientes parcialmente llenos durante largos periodos de tiempo pueden deteriorarse. El almacenamiento de una sustancia química en cualquier lugar que no sea el envase original es peligroso porque su identificación y las instrucciones de la etiqueta se pierden. El contacto accidental con animales o con las personas puede tener consecuencias desastrosas. Mezclar compuestos o usarlos en combinaciones no aprobadas puede ser muy peligroso.

Los insecticidas son cualquier sustancia o mezcla de sustancias destinada a prevenir, destruir, repeler o mitigar insectos. Los acaricidas son sustancias que pueden matar garrapatas y ácaros. La intoxicación por insecticidas y acaricidas orgánicos puede estar causada por aplicación directa, por ingestión de alimentos o de forrajes que se han tratado para controlar plagas de plantas o por exposición accidental.

Insecticidas carbamatos

Los insecticidas carbamatos incluyen el aldicarb, el carbarilo, el carbofurano, el metomilo y el propoxur. Estos compuestos pueden usarse con mayor frecuencia porque se consideran más seguros que los organofosforados. Los signos de intoxicación incluyen babeo excesivo, calambres abdominales, vómitos, diarrea, sudoración, dificultad para respirar, un tono azulado en la piel y en las membranas mucosas, pupilas pequeñas, espasmos musculares, convulsiones, acumulación de líquido en los pulmones y la muerte. El diagnóstico suele depender de los antecedentes de exposición a un carbamato en particular y de la respuesta al tratamiento con atropina. Cuando no se pueden confirmar los antecedentes de exposición pero los signos sugieren una intoxicación por carbamatos u organofosforados, los análisis de sangre pueden ayudar a confirmar el diagnóstico.

El tratamiento de la intoxicación por carbamato es similar al de la intoxicación por organofosforados en el sentido de que las inyecciones de atropina son útiles.

Compuestos de hidrocarburos clorados

El uso de estos agentes se ha reducido drásticamente debido a problemas con los residuos tisulares y la toxicidad a largo plazo. Los compuestos que se han utilizado en el pasado pero que ya no están registrados en EE. UU. incluyen el aldrín, el DDT, el dieldrín, el clordano, el heptacloro y el toxafeno. Actualmente, solo el lindano (un hexacloruro de benceno) y el metoxicloro tienen permiso para emplearse con el ganado o en sus alrededores.

El hexacloruro de benceno fue un insecticida útil para el ganado y los perros, pero es muy tóxico para los gatos en las concentraciones necesarias para el control de los parásitos. Solo el lindano es un agente insecticida útil, por lo que debe usarse con preferencia sobre otros hexacloruros de benceno (que se almacenan durante periodos excesivamente largos en los tejidos orgánicos). Los animales extremadamente delgados o lactantes son más sensibles a la intoxicación por lindano y han de tratarse con extrema precaución.

El metoxicloro es uno de los insecticidas de hidrocarburos clorados más seguros y uno de los pocos registrados para su uso en EE. UU. Los productos comerciales están disponibles para cultivos de jardín, huerto y campo, y para caballos y ponis.

Los insecticidas hidrocarbonados clorados son estimulantes generales del sistema nervioso central. Los síntomas más obvios de envenenamiento son temblores, convulsiones y fiebre alta. Los animales afectados inicialmente se vuelven más alertas o aprensivos. Los espasmos musculares comienzan en la cara y se extienden gradualmente hasta afectar a todo el cuerpo. Las convulsiones pueden durar desde unos pocos segundos hasta varias horas y conducir al coma. Los animales pueden adoptar posturas anormales, como apoyar el pecho en el suelo mientras permanecen erguidos en la parte trasera o mantener la cabeza hacia abajo entre las patas delanteras, y comportamientos anormales como "presionar la cabeza" contra una pared o una valla o realizar movimientos continuos de masticación. A veces, un animal ataca a otros animales, personas u objetos en movimiento. La vocalización es frecuente. Algunos animales se encuentran abatidos, casi inconscientes de lo que ocurre a su alrededor y no comen ni beben. Suele haber un gran flujo de saliva espesa y una incapacidad para controlar la micción. Algunos animales solo tienen una convulsión y mueren, mientras que otros tienen numerosas convulsiones pero luego se recuperan.

El análisis químico del contenido del cerebro, el hígado, el riñón, la grasa y el estómago es necesario para confirmar la intoxicación en animales muertos. La fuente sospechosa, si se identifica, también debe analizarse. También se puede analizar la sangre y la orina de animales vivos.

No se conocen antídotos específicos. Cuando la exposición es por rociado, inmersión o espolvoreado, se recomienda un baño completo y suave (sin cepillos), usando detergentes y grandes cantidades de agua fría. Si se ha ingerido el tóxico, se recomienda lavar el estómago. No se recomienda administrar aceites digestibles como el de maíz, aunque el aceite mineral de alta calidad más un medicamento que provoca el vaciado de los intestinos puede acelerar la eliminación de la sustancia química del intestino. El carbón activado puede ayudar a prevenir la absorción desde el tracto gastrointestinal. Si el animal está excitado, se recomienda un sedante o anticonvulsivo. Cualquier estrés, como el ruido o la manipulación, debe detenerse si es posible. Si el animal está deprimido, deshidratado y no come, el tratamiento debe dirigirse hacia la rehidratación y la nutrición, ya sea por vía IV o por sonda gástrica.

Insecticidas derivados de plantas

La mayoría de los insecticidas derivados de plantas (como la rotenona y el piretro) se suelen considerar seguros para su uso en animales. La nicotina en forma de sulfato de nicotina es una excepción. A menos que la nicotina se use con cuidado, puede producirse intoxicación. Las mascotas están expuestas al tabaco al ingerir productos comerciales de tabaco, mientras que el ganado puede consumir tallos de tabaco desechados o heno contaminado con plantas de tabaco en el establo. Los animales afectados muestran temblores, falta de coordinación, dificultad para respirar, parálisis, coma y muerte. El tratamiento consiste en la eliminación del material lavando el estómago con ácido tánico, administrando carbón activado, proporcionando respiración artificial y tratando la parada cardiaca y el shock. Los animales levemente afectados se recuperan rápidamente sin tratamiento en unas pocas horas.

Piretrinas y piretroides

Las piretrinas, un grupo de compuestos naturales, son los ingredientes insecticidas activos del piretro. El piretro se extrae de los crisantemos y ha sido un insecticida eficaz durante muchos años. Desafortunadamente, ciertas sustancias, añadidas al piretro para aumentar su estabilidad y eficacia, también aumentan su toxicidad para los mamíferos. Los piretroides son derivados sintéticos de las piretrinas naturales que suelen ser más eficaces y menos tóxicos para los mamíferos, pero pueden acumularse en el medio ambiente y tener efectos perjudiciales.

Los síntomas de toxicidad pueden comenzar a las pocas horas de la exposición. El diagnóstico se basa en los signos clínicos, los antecedentes de exposición y el hallazgo de residuos de insecticidas en los tejidos y líquidos corporales. Los signos están relacionados con el sistema nervioso y pueden incluir babeo excesivo, temblores leves, incoordinación y excitabilidad o depresión. Los animales más gravemente afectados pueden presentar temblores graves, convulsiones y muerte por insuficiencia respiratoria.

El tratamiento no suele ser necesario si se ha consumido una piretrina diluida o una preparación de piretroide. Generalmente no se recomienda inducir el vómito. El veterinario puede usar carbón activado y un medicamento que provoque el vaciado de los intestinos. Dado que los aceites y las grasas vegetales estimulan la absorción intestinal del piretro, deben evitarse. En caso de una exposición de la piel, se debe bañar al animal con un detergente suave y agua fría. El tratamiento adicional consiste en cuidados de apoyo, incluidos medicamentos para controlar las convulsiones.

d-Limoneno

El d-limoneno, que se extrae de la corteza de los cítricos, se usa para el control de pulgas en los gatos y para otras plagas de insectos. En las dosis recomendadas, la solución que contiene d-limoneno parece ser segura. Un incremento de la concentración de 5-10 veces en pulverizaciones o baños aumenta la gravedad de los signos tóxicos. Estos síntomas pueden incluir babeo, temblores, falta de coordinación y temperatura corporal peligrosamente baja. En los perros, la ingestión de d-limoneno por vía oral causa vómitos.

Organofosforados

Los organofosforados han reemplazado a los compuestos organoclorados prohibidos y dejan poco tejido o residuos ambientales. Se han desarrollado muchos organofosforados para la protección de plantas y animales. Sin embargo, los organofosforados varían mucho en su toxicidad y son una causa importante de envenenamiento animal.

Los insecticidas organofosforados incluyen el azinfós-metilo (o etilo), el clorpirifós, el cumafós, el diazinón, el diclorvos, el dimetoato, el disulfotón, el fentión, el malatión, el metil paratión, el naled, el oxidemetón-metilo, el paratión, el forato, el fosmet, el temefós, el tetraclorvinfós (baja toxicidad en perros) y el triclorfón.

Los collares antiparásitos que contienen diclorvos pueden causar reacciones cutáneas en algunos animales de compañía. El malatión es uno de los organofosforados más seguros porque es muy selectivo (alta toxicidad para los insectos pero baja para los mamíferos). El paratión (dietil paratión) se usa ampliamente para el control de plagas de plantas como los insectos (incluidos los mosquitos) en los huertos y en los cultivos hortícolas. Por lo general, como se usa tan poco por hectárea, el paratión no presenta ningún peligro. Sin embargo, debido a su potencia, se debe tener cuidado para evitar la exposición accidental.

El crotoxifós tiene una toxicidad bastante baja cuando se utiliza para controlar los parásitos externos del ganado vacuno y porcino, aunque el ganado Brahman es más sensible que las razas europeas. El etil 4-nitrofenil fenilfosfonotioato (EPN) está relacionado con el paratión y es aproximadamente la mitad de tóxico cuando se aplica externamente; cuando se ingiere por vía oral es igualmente tóxico. El tetraetil pirofosfato es uno de los insecticidas de toxicidad más aguda. No se usa en animales, pero la exposición accidental se da ocasionalmente y la muerte puede producirse en 40 minutos.

En el envenenamiento por organofosforados, ciertas células nerviosas están sobreestimuladas. Los signos suelen comenzar pocas horas después de la exposición, pero pueden retrasarse más de 2 días. Los signos iniciales incluyen babeo excesivo, pupilas pequeñas, micción frecuente, diarrea, vómitos, cólicos y dificultad para respirar, seguidos de espasmos musculares y debilidad y finalmente nerviosismo, falta de coordinación, inquietud y convulsiones. La gravedad y el curso de la intoxicación están determinados principalmente por la dosis y la vía de exposición. En la intoxicación súbita y grave, los signos primarios pueden ser dificultad respiratoria y colapso, seguidos de muerte.

Los análisis de sangre pueden ser una ayuda importante para el diagnóstico. Desafortunadamente, los resultados de la prueba no se correlacionan necesariamente con la gravedad de la intoxicación. Los análisis realizados después de la exposición pueden ser negativos porque los organofosforados no permanecen mucho tiempo en los tejidos.

El tratamiento específico consiste en administrar atropina y el antídoto pralidoxima (también llamado 2-PAM) para revertir los signos de la intoxicación por organofosforados. También se debe intentar extraer el tóxico del animal. Si la exposición al organofosforado fue sobre la piel, se debe lavar al animal suavemente con detergente y agua. Si el animal ha ingerido el organofosforado menos de 2 horas antes, se ha de inducir el vómito. No se debe inducir el vómito si el animal está deprimido. El aceite mineral administrado oralmente disminuye la absorción desde el tracto gastrointestinal. El carbón activado también es útil. Pueden ser necesarias la respiración artificial o la administración de oxígeno. No se deben administrar tranquilizantes.

Agentes potenciadores de pesticidas

El butóxido de piperonilo se usa en muchas formulaciones de pesticidas, como las piretrinas, los piretroides y el d-limoneno, para hacerlos más eficaces. Disminuye la degradación de la sustancia química en el organismo del animal o del insecto. Esto hace que el pesticida sea más tóxico para el insecto, pero también para el animal hospedador. Los animales que están debilitados o que no pueden metabolizar bien los fármacos se vuelven más sensibles al pesticida. Las especies afectadas son los gatos, los perros, las ratas y las personas. La cimetidina (un fármaco utilizado para reducir el ácido del estómago) y el cloranfenicol (un antibiótico) tienen el mismo efecto potenciador.

Disolventes y emulsionantes

Los disolventes y los emulsionantes se necesitan para fabricar la mayoría de los insecticidas líquidos. Por lo general tienen una baja toxicidad, pero deben considerarse como posibles causas de intoxicaciones. El tratamiento es el mismo que para la intoxicación por productos derivados del petróleo.

Los principales signos de intoxicación por acetona son irritación gastrointestinal, inconsciencia y daño renal y hepático. El tratamiento consiste en lavar el estómago, proporcionar oxígeno suplementario y administrar una dieta baja en grasas. El tratamiento de apoyo adicional puede disminuir los síntomas.

Los signos de la intoxicación por alcohol isopropílico incluyen dolor gastrointestinal, calambres, vómitos, diarrea, deshidratación, mareos, estupor, coma y la muerte. El hígado y los riñones están afectados pero pueden recuperarse. Puede desarrollarse neumonía. El veterinario puede inducir el vómito o lavar el estómago, y a continuación proporcionar apoyo respiratorio y administrar leche por vía oral.

La intoxicación por metanol causa vómitos, dolor abdominal, aumento de los reflejos, espasmos musculares que causan arqueamiento hacia atrás del cuello y la columna, convulsiones, pupilas fijas e inflamación de los nervios. La sobredosis fuertes pueden producir ceguera. El tratamiento debe incluir medicamentos que causen vómitos, seguidos de un lavado de estómago, laxantes salinos, tratamiento con oxígeno, bicarbonato de sodio intravenoso y analgésicos. Se necesita un tratamiento intensivo y prolongado, y el pronóstico es malo.

El azufre y el azufre con cal son 2 de los insecticidas más antiguos. El azufre elemental prácticamente no tiene toxicidad. El azufre con cal puede causar irritación, incomodidad o ampollas. La muerte es rara. El tratamiento consiste en eliminar el material residual, aplicar ungüentos protectores suaves y proporcionar medidas de apoyo.

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