Aunque no es una prueba o un procedimiento de diagnóstico por imagen, la radioterapia se analiza aquí porque, al igual que varias técnicas de diagnóstico por imagen, utiliza radiación ionizante y se suele realizar bajo la dirección de un radiólogo veterinario. En la clínica veterinaria, este tratamiento es muy similar a la radioterapia utilizada en muchos pacientes humanos con cáncer.
La radioterapia puede ayudar a controlar el crecimiento de células tumorales cancerosas (malignas). Con este tratamiento, se usa un acelerador lineal para producir potentes rayos X y haces de electrones que se dirigen cuidadosamente a los crecimientos cancerosos. Los objetivos más frecuentes son los tumores profundos y los tumores de la piel y los tejidos inmediatamente debajo de la piel.
Los sistemas de planificación de tratamientos computarizados se usan para garantizar el mayor beneficio de la radioterapia. Con estas herramientas, la dosis al tejido tumoral se maximiza y el daño al tejido normal circundante se mantiene lo más pequeño posible.
Cuando sea posible, es preferible la eliminación de un tumor por cirugía. Sin embargo, a menudo no es posible extirpar todo el tejido tumoral. En estos casos, la radioterapia es útil para tratar el tejido canceroso restante. Este tratamiento se combina frecuentemente con quimioterapia. La radioterapia es a menudo el tratamiento de elección para tumores cerebrales, nasales y otros cánceres de la cabeza y el cuello.
Si su mascota recibe radioterapia, ya sea con o sin quimioterapia, hay una serie de cosas que debe saber para proporcionarle un entorno propicio. Es frecuente que las mascotas sometidas a radioterapia estén más cansadas de lo normal y pueden necesitar una dieta especial. Pídale a su veterinario instrucciones detalladas sobre lo que debe hacer para ayudar a su mascota durante la radioterapia.
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