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Atención de urgencia para perros y gatos

PorAndrew Linklater, DVM, DACVECC
Revisado/Modificado ene 2021

La atención de urgencia comienza con su llamada al veterinario. Esté preparado para describir la situación de urgencia. Su veterinario puede instruirle sobre cómo administrar los primeros auxilios y cómo transportar a su mascota de forma segura. Con la ayuda de un profesional veterinario por teléfono podrá identificar los problemas de las vías respiratorias, de la respiración y de la circulación que puedan poner en peligro la vida. Siga las instrucciones relativas al tratamiento y transporte inmediatos. Llamar con anticipación también le da al personal veterinario tiempo para prepararse para su llegada.

Algunas urgencias que exigen atención veterinaria inmediata son:

  • Envenenamiento

  • Dolor intenso.

  • Sangrado grave o incontrolado

  • Dificultad para respirar

  • Lesiones oculares

  • Sospecha de fracturas óseas o incapacidad para mover una extremidad

Qué hacer en la escena y cómo realizar el transporte

Bozal temporal para perro

Se puede crear un bozal temporal a partir de una tira de tela. Busque un vendaje de tela, una cuerda u otra tira larga de tela. Ate un lazo grande (con medio nudo) en el centro del vendaje. Acercándose al perro desde un lado o por detrás, se desliza el lazo sobre el extremo del hocico y, con los extremos sueltos hacia los lados de la cabeza, se aprieta suavemente el lazo alrededor del hocico (paso 1). Cruce los extremos del vendaje por debajo de la mandíbula del perro (paso 2). Se atan con fuerza los extremos cruzados en la parte posterior del cuello del perro, detrás de las orejas. (Paso 3).

Adaptado, con autorización, de www.petfocused.com, © morefocus group inc. 2007.

Usted puede prestar atención médica básica en el escenario de la lesión. Recuerde que cualquier animal que esté lesionado o con dolor puede morder o arañar. Los animales heridos se deben abordar con cuidado, y primero debe tomar precauciones para su propia seguridad. El uso de un bozal en los perros es a menudo una medida de seguridad prudente; se puede hacer fácilmente con un trozo de tela o puede incluirse un bozal ya hecho en el botiquín de primeros auxilios. Nunca le ponga el bozal a un perro con lesiones en el tórax o a un perro con una nariz corta (razas braquicéfalas como el Carlino), y nunca deje solo a un perro con bozal. La colocación de un paño sobre la cabeza y los ojos puede ser relajante. Los gatos pueden envolverse en una toalla para reducir el movimiento y meterse en una caja oscura con agujeros adecuados para respirar y observar.

Si su mascota no está consciente, puede comprobar la respiración observando si el pecho sube y baja. Un latido cardíaco puede ser más difícil de detectar rápidamente. Si es necesario realizar compresiones torácicas y reanimación boca a nariz, hay que solicitar instrucciones al veterinario o al teléfono directo de urgencias para mascotas. La reanimación cardiopulmonar (RCP) se inicia con una serie de compresiones torácicas, a una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto. Las respiraciones de rescate se administran boca a nariz. Se cierra la boca del animal, se colocan los labios sobre las fosas nasales del animal y se realizan inicialmente 3-4 respiraciones fuertes ( ver Reanimación cardiopulmonar y la página web de Red Cross Pet CPR). Si el animal no comienza a respirar por sí solo, hay que continuar aplicando la RCP con un ciclo de 30 compresiones torácicas y 2 respiraciones de rescate. Continúe con este patrón hasta que el animal comience a respirar por sí mismo o hasta que reciba ayuda veterinaria. Por supuesto, en esta situación, otra persona tendrá que conducir durante el transporte.

La hemorragia requiere primeros auxilios inmediatos. Presione firmemente el área de la hemorragia con los dedos o la palma de la mano y luego aplique un vendaje firme, pero no apretado. Se puede emplear cualquier pieza larga de tela o gasa. A menudo los paños y toallas de mano son suficientes cuando se aplican con una leve presión. Si el vendaje original se empapa de sangre, no lo retire; simplemente coloque material adicional encima y continúe aplicando presión. Estos vendajes temporales se pueden asegurar en su lugar usando cinta adhesiva o de embalaje durante el transporte a una clínica veterinaria.

Las quemaduras pueden ser difíciles de evaluar porque el pelo dificulta el examen de la lesión. Las quemaduras grandes y profundas, las quemaduras químicas y las quemaduras eléctricas requieren atención inmediata, al igual que las quemaduras que afectan a las vías respiratorias o la cara. Use agua fría en el área afectada y cubra la quemadura con un vendaje antiadherente.

Los perros o gatos que se están asfixiando pueden toser con fuerza, babear, ahogarse o darse manotazos en la boca. También pueden mantener la boca abierta y mostrar signos de agitación. Si cree que su mascota se está asfixiando no le meta los dedos en la boca, porque puede ser mordido fácilmente o empujar el objeto más adentro. En su lugar, puede intentar desalojar el objeto golpeando al animal entre los omóplatos o aplicando varias compresiones rápidas a ambos lados de la caja torácica.

No elimine los cuerpos extraños que han penetrado en el cráneo, el tórax o el abdomen. Evite que el objeto se mueva o penetre más. Si una flecha ha penetrado en el abdomen, no permita que el eje de la flecha se mueva durante el transporte. Puede ser necesario estabilizar el astil de la flecha justo fuera del cuerpo y, sujetándolo firmemente, cortar parte del astil pero dejando al menos 5 cm fuera de la pared del cuerpo.

El golpe de calor es otra urgencia. La temperatura rectal normal de los gatos y los perros es de 38,6 °C a 38,9 °C. Los signos de un golpe de calor incluyen piel caliente al tacto, vómitos, babeo, jadeo rápido, ansiedad, pérdida de coordinación, colapso e inconsciencia. Retire al animal del calor. Hay que usar agua fría, bolsas de hielo o toallas húmedas para enfriar la cabeza y el cuerpo (especialmente en el abdomen). Lleve al animal a una clínica veterinaria lo antes posible. Ofrezca pequeñas cantidades de agua después de que la mascota haya comenzado a enfriarse. No sumerja al animal en agua fría.

La hipotermia (sobreexposición al frío) se suele producir cuando un animal se ha perdido o ha estado fuera en un tiempo muy frío durante mucho tiempo después de otro accidente o lesión, como un accidente de tráfico. Los signos de hipotermia incluyen pulso lento, respiración superficial, desorientación, colapso e inconsciencia. Los escalofríos no son un signo habitual de hipotermia en las mascotas. Si el animal está mojado, primero séquelo bien y luego coloque bolsas de agua envueltas (no calientes) alrededor del cuerpo. La piel blanca y entumecida puede estar congelada. En caso de sospecha de congelación, se ha de descongelar la zona lentamente; sin frotarla ni aplicar nieve o agua tibia.

Los perros o gatos que tienen lesiones en el cuello o la garganta causadas por estrangulamiento, como quedarse colgando del collar, deben acudir al veterinario inmediatamente. Quite el collar y use un arnés improvisado con una cuerda o una correa adicional para controlar al animal.

Mover a un animal lesionado

Al mover o transportar a un animal lesionado, minimice el movimiento de su cabeza, cuello y columna vertebral. Se puede utilizar una superficie plana y dura de madera, cartón o tela gruesa como soporte. Si el animal se comporta confundido o desorientado después de un traumatismo, mantenga la cabeza nivelada o ligeramente elevada durante el transporte. Evite cualquier movimiento de sacudida o de golpeo, y evite que algo presione el cuello o las venas yugulares. Meter a los gatos en cajas puede minimizar el estrés durante el transporte. La caja debe tener agujeros lo suficientemente grandes para que pueda ver al gato.

Evaluación y tratamiento inicial de las urgencias

En medicina de urgencias, los problemas más peligrosos para la vida se tratan primero. Cuando llegue al hospital veterinario, el personal veterinario hará una evaluación rápida del estado físico de su mascota y le asignará una atención prioritaria a cada problema. Le preguntarán sobre la situación actual y probablemente una breve historia clínica. Algunos problemas observados o partes de la anamnesis pueden justificar un tratamiento inmediato. Los traumatismos, el shock, el envenenamiento, las quemaduras graves, la dificultad para respirar, las convulsiones persistentes, las frecuencias cardiacas anormales, la pérdida de consciencia, la hemorragia excesiva, la obstrucción de la uretra, el prolapso de órganos, la posible mordedura de serpiente, el golpe de calor, las heridas abiertas que exponen tejidos blandos o huesos extensos y el parto difícil suelen tratarse inmediatamente.

Las causas comunes de la muerte súbita de un animal incluyen la obstrucción de las vías respiratorias, la dificultad respiratoria causada por la acumulación de aire en el espacio alrededor de los pulmones (llamada neumotórax a tensión), líquido o sangre en los pulmones, estrechamiento grave de las vías respiratorias (por lo general debido a una reacción asmática o alérgica), paro cardiopulmonar y pérdida de la circulación, frecuencia cardiaca extremadamente lenta o rápida o hemorragia interna o externa continuada.

El veterinario evaluará las vías respiratorias, la respiración y la circulación de su mascota, así como su nivel de consciencia. Después de que su mascota se haya estabilizado y se haya iniciado el tratamiento de urgencia inicial, el personal veterinario le hará preguntas adicionales sobre el historial médico del animal y los detalles de la situación actual. Prepárese para proporcionar información sobre los problemas médicos anteriores de su mascota, los medicamentos, la sensibilidad a los fármacos y los alimentos, la fecha de las últimas vacunas y cualquier otro detalle pertinente.

El veterinario realizará una exploración física completa del animal, que incluye escuchar el corazón y los pulmones de su mascota, revisar el abdomen en busca de dolor y examinar las extremidades y las articulaciones en busca de dolor o hinchazón. Si hay dolor abdominal, debe determinarse su origen. Algunos signos, como los vómitos o la diarrea, pueden indicar qué sistemas orgánicos pueden estar afectados. Pueden recogerse muestras de sangre y orina para el análisis de laboratorio. Toda esta información ayuda al veterinario a identificar problemas específicos y a determinar un diagnóstico, tratamiento y plan de seguimiento.

Vía aérea

Cualquier obstrucción de las vías respiratorias puede poner en peligro la vida. Si las vías respiratorias grandes (la tráquea y sus dos ramas principales, llamadas bronquios) están completamente obstruidas, el animal es incapaz de respirar y estará inconsciente. Si las grandes vías respiratorias están solo parcialmente obstruidas, la respiración del animal será ruidosa. El animal puede tener miedo y su piel puede parecer tener un color azulado debido a la falta de oxígeno. Las posibles causas de los problemas de las vías respiratorias grandes incluyen cuerpos extraños, hinchazón (tal vez debida a una reacción alérgica), parálisis de la laringe, colapso de la tráquea y un paladar blando más largo de lo normal. Una situación potencialmente grave, denominada aspiración, se produce cuando se inhala el contenido del estómago vomitado. Esto puede dar lugar a problemas respiratorios como neumonía y es una de las razones por las que los animales deben estar en ayunas antes de la anestesia y la cirugía.

Los animales con una obstrucción grave de las vías respiratorias pequeñas tienen dificultades para respirar. Pueden jadear y empujar el diafragma al exhalar. Pueden estar temerosos o ansiosos, y su piel, ojos, lecho ungueal y otros tejidos pueden estar azulados. Se puede sedar al animal y administrarle medicación para expandir las vías respiratorias y facilitar la respiración. Las causas comunes incluyen reacciones alérgicas, asma (gatos) y líquido, sangre, moco o material extraño en los pulmones.

Si un animal está inconsciente y no respira, a menudo se coloca un tubo a través de la laringe y dentro de la tráquea para estabilizar las vías respiratorias y asistir la respiración. Esto se llama intubación traqueal. Si las vías respiratorias superiores están obstruidas, se puede administrar oxígeno a través de un tubo insertado por debajo de la obstrucción para abrir las vías respiratorias. El veterinario escuchará para asegurarse de que el aire llegue a los pulmones del animal. Si no hay sonidos cardiacos ni pulsos, se inicia la reanimación cardiopulmonar (RCP).

Si las vías respiratorias grandes solo están parcialmente obstruidas por un cuerpo extraño, el veterinario retirará el objeto si es posible. Se puede colocar un tubo traqueal para administrar oxígeno. Puede ser necesario sedar al animal para aliviar su ansiedad. Cuando la intubación traqueal es necesaria, se necesitará sedación, probablemente anestesia general.

Respiración

Cuando los animales tienen dificultad para respirar, respiran más rápido y la respiración requiere más esfuerzo. El patrón respiratorio a menudo cambia, seguido de cambios en la postura. Por ejemplo, los perros pueden estar de pie con los codos extendidos y el dorso arqueado. Los gatos pueden agacharse sobre las cuatro extremidades y levantar ligeramente el pecho, o sentarse sobre los cuartos traseros y extender la cabeza y el cuello. La respiración dificultosa y con la boca abierta y el tono azulado de la piel debido a la falta de oxígeno son los últimos en aparecer. Estos signos indican una pérdida importante de la función respiratoria.

El veterinario observará cuidadosamente el patrón respiratorio y escuchará el tórax del animal. Una vez que el animal ha sido estabilizado, puede ser necesario realizar un diagnóstico por imagen (usando rayos X o ecografía) u otras pruebas. Se puede administrar oxígeno mediante un tubo traqueal, una máscara, una campana u otro método. Se puede sedar al animal para aliviar la ansiedad. Una vez que el animal se ha estabilizado, se pueden realizar pruebas adicionales.

Una causa de problemas respiratorios es la enfermedad del espacio pleural. El espacio pleural es el área entre la membrana que cubre los pulmones y la membrana que recubre la cavidad torácica. En esta afección, el aire, el líquido o el contenido abdominal están en el espacio pleural. El veterinario escuchará sonidos pulmonares apagados sobre las regiones afectadas. El tratamiento de la enfermedad del espacio pleural comienza cuando el veterinario usa una aguja o un catéter para eliminar el aire o líquido que está en la cavidad torácica. Este procedimiento alivia la tensión dentro del tórax, permitiendo que el corazón lata y los pulmones se expandan. A continuación, se coloca un tubo torácico para continuar liberando la presión.

Circulación

Se utilizan varios indicadores para determinar el funcionamiento del sistema circulatorio del animal. Entre ellos se encuentran la frecuencia cardiaca, el color de las mucosas, el tiempo de relleno capilar y la intensidad del pulso. Una exploración física completa que incluya la auscultación del corazón del animal y los sonidos respiratorios ayudará al veterinario a determinar si existen problemas circulatorios.

El shock es el término médico para los cambios que se desarrollan cuando el organismo intenta compensar la función cardiaca, el volumen sanguíneo o la circulación limitados. El shock puede desarrollarse en muchas situaciones de urgencia, incluyendo traumatismo craneal, pérdida excesiva de sangre o líquidos e infección grave. Los signos de shock incluyen una frecuencia cardiaca rápida, membranas mucosas pálidas, presión arterial muy baja, una producción de orina mínima y pulsos débiles. A medida que el shock progresa, el aporte de oxígeno y nutrientes a los tejidos disminuye, lo que acaba provocando un fallo orgánico y, finalmente, la muerte.

Reconocer el tipo y la fase temprana del shock son vitales para el tratamiento. Hay tres tipos de shock: hipovolémico, cardiogénico y distributivo. El shock hipovolémico se desarrolla cuando el volumen sanguíneo es bajo, por lo general por pérdida de sangre debida a una lesión traumática o pérdida de líquido causada por procesos metabólicos anómalos. El shock cardiogénico se produce cuando el corazón falla, dejando de bombear sangre a los pulmones o al resto del organismo. El shock distributivo se produce cuando el flujo sanguíneo se dirige fuera de la circulación central debido a un problema con los vasos sanguíneos periféricos. Esto generalmente se asocia con infecciones graves y generalizadas.

El objetivo del tratamiento del shock es distribuir la sangre y, por tanto, el oxígeno y los nutrientes a los tejidos. El oxígeno puede administrarse mediante una mascarilla, bolsa, sonda nasal o traqueal, u otro método. Se debe controlar la hemorragia. Sin embargo, la hemorragia interna puede no ser evidente hasta que se restablezcan la presión arterial y la circulación. Los fluidos y productos sanguíneos se administrarán por vía intravenosa según sea necesario para reponer lo que se ha perdido.

La medicación para aliviar el dolor se suele administrar rápidamente. Se pueden usar narcóticos o anestésicos locales. Su veterinario también puede usar otros medicamentos.

Diagnóstico y tratamiento específicos

En caso de urgencia, una vez estabilizada su mascota, el veterinario le pedirá un historial más completo, realizará una exploración física más sistemática e iniciará procedimientos de diagnóstico y tratamiento específicos.

Traumatismos

Los accidentes, las caídas y las peleas con otros animales pueden provocar diferentes tipos de traumatismos. En un traumatismo cerrado, el animal ha sido golpeado por un objeto (como un automóvil) pero la piel no ha sido penetrada. Los traumatismos cerrados suelen estar asociados a hemorragias internas, rotura de órganos, fracturas y lesiones en la cabeza. En un traumatismo penetrante, un objeto punzante, como una flecha o una bala, perfora la piel y las lesiones están relacionadas con la trayectoria del objeto penetrante. La caída desde una altura puede causar múltiples fracturas óseas, así como lesiones en el tórax y los órganos. Un perro mordido por otro perro más grande puede presentar heridas por mordedura que penetran en profundidad y con frecuencia tendrá lesiones espinales y rotura de la tráquea debido a los movimientos violentos experimentados durante el ataque.

Para todos los tipos de traumatismos, las vías respiratorias, la respiración y la circulación se evalúan y estabilizan. También se presta atención inmediata al control de la hemorragia, oxígeno si es necesario y alivio del dolor. Después de la estabilización, se evalúan cuidadosamente el sistema nervioso, el tórax, el abdomen y los huesos. Si es necesario, se pueden realizar análisis de sangre, análisis de orina e imágenes (usando rayos X o ecografía). El traumatismo ocular también es una urgencia frecuente ( ver Urgencias oculares).

Los animales que han sufrido un traumatismo suelen presentar lesiones múltiples, algunas de los cuales pueden no ser inmediatamente obvias. Siempre que se mueva o examine al animal, el cuello y la columna deben mantenerse inmóviles en caso de que haya fracturas de la columna vertebral u otros problemas que no se puedan ver fácilmente. Las patas rotas pueden envolverse con vendajes o entablillarse. Como muchos problemas no se manifiestan hasta 48 horas después de producirse el traumatismo, la mascota necesita una atenta monitorización en el hospital veterinario.

Traumatismos torácicos (del pecho)

Algunas lesiones traumáticas en el tórax son potencialmente mortales. La contusión de los pulmones, el aire en el espacio alrededor de los pulmones (llamado neumotórax), los problemas de la frecuencia cardiaca, la hemorragia interna y las fracturas costales son urgencias que pueden resultar de un traumatismo cerrado.

Las pruebas para determinar la extensión y la gravedad de los problemas incluyen radiografías de tórax, análisis de sangre y un electrocardiograma (ECG). También se puede realizar un procedimiento llamado centesis, en el que se inserta una aguja en el tórax o abdomen del animal para extraer líquido o aire. El examen de laboratorio del líquido extraído puede ayudar con el diagnóstico.

Los hematomas graves en los pulmones causan dificultad para respirar y falta de oxígeno a los tejidos. El tratamiento con oxígeno puede necesitar sedación e intubación traqueal, en la que se inserta un tubo en la tráquea para ayudar al animal a respirar. Cuando los hematomas son graves, puede ser necesaria la ventilación (en la que el aire entra y sale mecánicamente de los pulmones) para proporcionar las mejores posibilidades de supervivencia.

Si hay aire o líquido atrapado dentro de la cavidad torácica del animal, se puede insertar un tubo a través de una incisión en el tórax para drenar el aire o el líquido. La cirugía se puede recomendar inmediatamente o después de varios días si el animal no mejora.

Una afección llamada tórax inestable puede estar causada por un traumatismo cerrado que rompe tres o más costillas. Las partes de las costillas que se han desprendido, llamadas segmentos inestables, pueden estabilizarse mediante el uso de un marco externo de varillas metálicas o material de escayola que se hace con la forma del tórax. El animal debe estar anestesiado, y la cirugía suele ser necesaria.

Las heridas de mordeduras sobre el tórax deben limpiarse y drenarse. Los orificios por punción observados en la piel pueden ser solo una parte del daño. Los músculos y tejidos subyacentes también pueden estar lesionados, y puede ser necesaria la cirugía si la herida es penetrante o si hay una gran cantidad de hematomas o hinchazón.

Las anomalías de la frecuencia cardiaca, especialmente las frecuencias cardiacas rápidas, se observan a menudo después de un traumatismo. Se puede usar un sedante para aliviar la ansiedad y disminuir la frecuencia cardiaca del animal. El animal se debe tratar agresivamente por shock, y se ha de realizar un ECG para buscar problemas primarios del ritmo cardiaco.

Traumatismos abdominales

El el alcance y la gravedad de las lesiones abdominales pueden no ser inmediatamente obvios. Si la pared abdominal se abre, la lesión es claramente grave. Los hematomas, las quemaduras causadas por la carretera, los cortes, los arañazos, la hinchazón, un cambio en la forma del abdomen o el dolor que puede indicar lesiones internas son menos claros. Si su mascota parece tener dolor abdominal y está en shock, puede haber hemorragia interna. El bazo, el hígado o los riñones pueden estar lesionados. Todos los órganos abdominales tienen vasos sanguíneos que pueden lesionarse por un traumatismo cerrado.

Pueden pasar varias horas hasta que aparezcan los signos específicos de una lesión en un órgano abdominal. Su veterinario observará de cerca el dolor abdominal agudo. Las imágenes del abdomen, usando rayos X o ecografía, pueden mostrar la localización de la lesión. Si hay líquido en el abdomen, se puede insertar una aguja para extraerlo. El líquido se examina entonces para detectar indicios de infección, rotura de un órgano, cáncer u otros problemas.

A veces, se coloca un catéter a través de una incisión en el abdomen del animal, se bombea una solución salina tibia dentro del abdomen, se deja durante varios minutos y luego se drena. Este procedimiento se llama lavado peritoneal. Si el líquido es transparente, es improbable que se produzca una hemorragia abdominal interna importante. Cualquier cantidad de sangre en el líquido indica una hemorragia que puede ser de leve a grave. Una hemorragia abdominal importante justifica una monitorización cuidadosa y puede necesitar cirugía. Sin embargo, puede haber hemorragia incluso si el lavado peritoneal muestra poca o ninguna sangre en el líquido. Las fracturas pélvicas, en particular, pueden causar complicaciones, incluso hemorragias, que a menudo no se detectan en el lavado peritoneal.

Si se encuentra una hemorragia interna u otro problema interno grave, puede ser necesaria una cirugía de urgencia.

Reanimación cardiopulmonar

El paro cardiaco se produce cuando no hay latidos cardiacos y la respiración se detiene. El propósito de la reanimación cardiopulmonar (RCP) es reemplazar el trabajo que el corazón y los pulmones ya no están realizando por sí mismos. El éxito de los esfuerzos de la RCP depende de la causa de la parada cardiaca, así como de la rapidez y la eficacia del tratamiento. Los pasos iniciales de la RCP tienen como objetivo hacer llegar el oxígeno necesario, transportado por la sangre, a los tejidos del animal, especialmente al cerebro. La RCP progresa desde este soporte básico hasta medidas de soporte vital más avanzadas que pueden implicar la monitorización de la frecuencia cardiaca, la administración de fármacos y la desfibrilación del corazón.

RCP

La desfibrilación es una forma específica de aplicar una descarga al corazón para restaurar un latido cardiaco coordinado y el pulso. A menudo, la desfibrilación inmediata ofrece la mejor posibilidad de recuperación después de un paro cardiaco. La desfibrilación se considera el mejor tratamiento para una de las arritmias de parada más comunes, la fibrilación ventricular. Otros problemas de la frecuencia cardiaca pueden no mejorar, pero se cree que no empeoran con el procedimiento.

Soporte vital básico

Si una mascota no respira y no tiene latidos cardiacos, se usan compresiones torácicas para estimular la circulación (hacer llegar el oxígeno y los nutrientes al organismo). La reanimación boca a nariz también es parte de la RCP. Se debe continuar con la RCP hasta que llegue la ayuda veterinaria. En la clínica veterinaria esto continúa hasta que el personal veterinario puede insertar un tubo en la vía aérea para administrar oxígeno y ayudar al animal a respirar con ventilación mecánica. El animal se coloca boca arriba o de lado (según el tamaño) y se apoya según sea necesario mientras se realizan las compresiones sobre el área del corazón. El objetivo es mejorar el retorno de la sangre al corazón entre latidos.

Es importante la monitorización constante durante los procedimientos de soporte vital básico. Si la circulación continúa fallando, pueden ser necesarios procedimientos o fármacos adicionales.

Soporte vital avanzado

En el soporte vital avanzado, la frecuencia cardiaca se controla mediante ECG y se pueden utilizar fármacos o desfibrilación para restablecer los latidos cardiacos.

Se administran fluidos, por lo generalmente por vía intravenosa, para estimular la circulación. A veces también se administran productos sanguíneos.

Si el soporte vital básico no ha tenido éxito, lo que significa que el animal no comienza a respirar por sí solo o no tiene un latido cardiaco normal después de 5 a 10 minutos, puede iniciarse la reanimación cardiopulmonar a tórax abierto (RCP) (véase más adelante). A veces, la RCP a tórax abierto se inicia antes. En los traumatismos graves con pérdida de sangre, se puede abrir el tórax para valorar la lesión y realizar la RCP. En un perro grande, las compresiones externas pueden no generar suficiente flujo sanguíneo. Debe comunicar sus deseos al equipo veterinario lo antes posible con respecto a su permiso para la RCP a tórax abierto. Esta técnica puede salvar vidas, pero conlleva un gasto adicional y necesita cirugía para cerrar el tórax.

Reanimación cardiopulmonar a tórax abierto (toracotomía de urgencia)

Cuando las compresiones torácicas no consiguen restablecer los latidos cardiacos, puede ser necesario abrir el tórax para permitir el acceso al corazón. Si la sangre se ha acumulado alrededor del corazón en el saco tisular llamado pericardio, la presión de este líquido se puede aliviar abriendo el saco. Si el corazón no late, el veterinario agarra el corazón con una o ambas manos y lo comprime. A continuación se libera la compresión para permitir que las cámaras del corazón se vuelvan a llenar de sangre. Si la pérdida de sangre es grave o la mala circulación se ha prolongado, se pueden pinzar ciertos vasos sanguíneos para dirigir el flujo sanguíneo al cerebro. Esta es una medida temporal, que por lo general no dura más de 10 minutos.

Si el corazón comienza a latir de nuevo, el tórax abierto se lava con solución salina estéril y se coloca una sonda torácica antes de cerrar el tórax. El tratamiento continúa mientras se determina la causa subyacente del paro.

Fluidoterapia

Mantener un volumen adecuado en los vasos sanguíneos y los tejidos de los pacientes de urgencia es vital. Los signos de deshidratación (pérdida de líquido en los tejidos) incluyen piel que no se "alisa" hasta su posición normal después de haberse pellizcado, membranas mucosas secas y ojos hundidos. Cuando se administra fluido de reposición, este se distribuye por todo el organismo y el animal se rehidrata. Sin embargo, un volumen excesivo de agua puede causar hinchazón, que se denomina edema. Se administran diferentes tipos de fluidos a los animales lesionados para satisfacer sus necesidades específicas.

Seguimiento del animal críticamente enfermo

Los animales críticamente enfermos se deben controlar de cerca en el hospital veterinario durante un periodo de tiempo, según la gravedad de la enfermedad o lesión. Una atención cuidadosa ayuda al veterinario a determinar si el tratamiento es eficaz o si pueden ser necesarios otros tratamientos. A menudo, los problemas secundarios se hacen evidentes o se desarrollan durante el tratamiento.

Se suelen valorar varios parámetros diariamente o con mayor frecuencia mientras el animal está hospitalizado. Estos incluyen el equilibrio de líquidos en el cuerpo, niveles de glucosa (azúcar en sangre), electrolitos, niveles de oxígeno, nivel de consciencia, presión arterial, frecuencia y ritmo cardiaco, coagulación de la sangre, recuento de glóbulos rojos y nivel de hemoglobina (una proteína que transporta oxígeno), función gastrointestinal, función renal y efectos de los medicamentos.

Nutrición

Siempre es preferible que el animal coma solo o al menos ingiera el alimento por vía oral. Por lo general, se pueden administrar pequeñas cantidades de una dieta líquida por vía oral. Cuando la mascota se niega a comer o no puede hacerlo, o su afección le obliga a evitar la alimentación oral, se puede colocar una sonda para suministrar nutrición directamente en el tracto digestivo. En el caso poco frecuente de que la nutrición no pueda administrarse a través del tracto digestivo, la nutrición se puede proporcionar por medio de fluidos intravenosos específicos.

Control del dolor

Los signos de dolor incluyen una frecuencia cardiaca rápida y la palidez de las membranas mucosas. Estos pueden simular los signos de shock. Además, un animal con dolor tiene niveles circulantes más altos de hormonas del estrés. Sin embargo, los animales pueden tener dolor sin mostrar signos obvios. En estos casos, si el animal tiene una afección que se sabe que es dolorosa, se suelen administrar analgésicos. La medicación para el dolor hace que el animal se sienta más cómodo, pero también puede reducir los signos de otras afecciones, lo que posiblemente dificulta el diagnóstico.

Cuidados de enfermería

Los animales enfermos en estado crítico necesitan cuidados de enfermería especializados, expertos y amables. Los animales que no pueden caminar se deben voltear de un lado a otro, cada 4 horas si es posible, para evitar úlceras y otros problemas. La fisioterapia para mantener la amplitud de movimiento, el tono muscular y el flujo sanguíneo puede ser parte de los cuidados de enfermería. Se debe inspeccionar diariamente la zona del catéter para detectar signos de infección o desplazamiento. Los vendajes que se ensucien o se mojen deben cambiarse. Si se acumula líquido en las extremidades, se pueden utilizar vendajes de compresión ligera. Estos deben cambiarse todos los días. Cualquier animal con una enfermedad grave debe recibir cuidados de enfermería las 24 horas del día.

Después de la urgencia

Si su mascota necesita permanecer en el hospital veterinario, pregunte sobre la política de visitas. Muchos hospitales veterinarios fomentan las visitas de los propietarios y tienen horarios de visita diarios. Hablar con la mascota y mantener el contacto cuando sea posible puede ayudar a reducir el estrés y la ansiedad del animal (así como la del propietario).

Cuando sea el momento de llevar a su mascota a casa, asegúrese de que comprende completamente todas las instrucciones de cuidado. A menudo, se le pedirá que restrinja la actividad de un animal durante un cierto periodo de tiempo, especialmente después de la cirugía o si su mascota se ha fracturado un hueso. Los perros pueden estar en jaulas o encerrados en una habitación pequeña; cuando se llevan al exterior, deben ir con correa para evitar que corran o salten. Los gatos pueden mantenerse en una habitación pequeña donde no se vean tentados a saltar sobre los muebles o encimeras.

La medicación se debe administrar de acuerdo con las instrucciones, y se deben seguir estrictamente todas las instrucciones de la etiqueta. Los consejos sobre la administración de medicamentos se dan en los capítulos de conceptos básicos para perros y conceptos básicos para gatos ( ver Administrar medicación y ver Administración de medicamentos). Los vendajes deben cambiarse según las indicaciones, y las heridas o suturas (puntos) deben examinarse para detectar cualquier inflamación, enrojecimiento o secreción que pueda indicar infección. Probablemente se le aconsejará que evite bañar a su mascota hasta que le retiren las suturas.

Su veterinario por lo general programará una cita de seguimiento para verificar la recuperación de su mascota. Mientras tanto, llame si surge algún problema o si tiene alguna pregunta sobre los cuidados.

Para más información

Consulte también el contenido para veterinarios sobre atención de urgencia para animales.