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Intoxicación tricotecénica en animales

PorMichelle S. Mostrom, DVM, MS, PhD, DABVT, DABT
Última revisión/modificación nov 2021

Las micotoxinas tricotecénicas contienen un gran número de compuestos clasificados como sesquiterpenoides tetracíclicos con una estructura de núcleo 12,13-epoxitricotec-9-eno. La estructura del anillo epoxi 12-13 es responsable de la acción toxicológica. Aunque numerosos hongos pueden producir estas micotoxinas, los más importantes son los tricotecenos de Fusarium. Los tricotecenos se absorben fácilmente y afectan rápidamente a los tejidos en proliferación, lo que causa la inhibición de la síntesis proteica.

Los principales signos clínicos de la intoxicación por tricoteceno son el rechazo a la alimentación, las pruebas inmunológicas, los vómitos, la dermatitis cutánea y la hemorragia. El diagnóstico de la intoxicación por tricoteceno se basa en los signos clínicos típicos y la identificación analítica del tricoteceno en concentraciones significativas asociadas con efectos adversos en esa especie. El deoxinivalenol (DON o vomitoxina) es probablemente el tricoteceno más común detectado en los alimentos para animales. La sustitución de los alimentos contaminados por alimentos limpios o alimentos con concentraciones más bajas de tricotecenos no asociados con efectos adversos en esa especie animal (edad y tipo de producción) es importante para el control. El uso de agentes que se unen a las micotoxinas tricotecenos en la alimentación animal no ha sido aprobado por la FDA de EE. UU., y estos agentes se venden por lo general como compuestos de flujo libre. La eficacia de estos agentes puede variar con la micotoxina y la especie animal, y debe evaluarse en cuanto al beneficio potencial y al coste del producto. Además, se deben considerar los posibles conflictos de intereses entre la agencia que somete a prueba el alimento, el defensor del compuesto de flujo libre en los alimentos para animales y la empresa que fabrica el compuesto de flujo libre.

Las micotoxinas tricotecénicas son un grupo de productos metabólicos secundarios estrechamente relacionados, provenientes de varias familias de hongos imperfectos, o patógenos vegetales. Las de mayor importancia en muchas partes del mundo están producidas por especies de Fusarium, pero también las hay de los géneros Trichothecium, Myrothecium, Cephalosporium, Stachybotrys, Trichodesma, Cylindrocarpon y Verticimonosporium. Los tricotecenos están clasificados como no macrocíclicos (p. ej., desoxinivalenol [DON] o vomitoxina y sus derivados acetilados, nivalenol, toxina T-2, diacetoxiescirpenol [DAS] y otros) o macrocíclicos (satratoxina, roridina, verrucarina). Los tricotecenos son moléculas pequeñas, conocidas como sesquiterpenoides tetracíclicos, con una estructura central común de 12,13-epoxitricotec-9-eno. La estructura del anillo epoxi 12-13 es crucial para la toxicidad del compuesto. Para el ganado, la micotoxina tricotecénica más importante es el DON, que suele ser un contaminante del maíz, el trigo y otros cereales básicos. Las cantidades menores de toxina T-2 y HT-2 se encuentran esporádicamente en las mismas fuentes bajo condiciones por lo general húmedas y frescas.

Las micotoxinas tricotecénicas son altamente tóxicas a niveles de sistema subcelular, celular y orgánico. Los tricotecenos inhiben la síntesis proteica al afectar a los ribosomas por interferir en la síntesis de proteínas y unirse covalentemente a los grupos sulfidrilos.

La toxicidad de la toxina T-2 y el DAS se basa en una citotoxicidad directa y a menudo se califica como un efecto radiomimético (p. ej., hipoplasia de la médula ósea, gastroenteritis, diarrea y hemorragias). El contacto directo con la piel y la cavidad oral causa irritación y ulceración. Después de la ingesta de tricotecenos se ha observado estomatitis, hiperqueratosis con ulceración de la porción esofágica de la mucosa gástrica y necrosis del tracto GI. Los efectos sistémicos de la T-2 y el DAS a menudo son autolimitantes debido a la irritación oral y al rechazo del alimento, aunque, si el alimento contaminado es la única fuente de nutrición, los animales consumirán el alimento. Las aves de producción y los gatos son muy sensibles a los efectos adversos de la toxina T-2 en los alimentos, y las aves de producción presentan lesiones en el pico y a menudo una reducción drástica de la puesta.

Administrados a dosis tóxicas subletales por cualquier vía, los tricotecenos son inmunosupresores en los mamíferos; sin embargo, la alimentación prolongada con niveles elevados de toxina T-2 no parece activar las infecciones víricas o bacterianas latentes. Las toxinas pueden afectar a la función de los linfocitos T colaboradores, a la de los linfocitos B o a la de los macrófagos, o a la interacción entre estas células.

La irritación de la piel y de las membranas mucosas y la gastroenteritis son otro conjunto de signos clínicos típicos de la intoxicación por tricoteceno. Puede aparecer diátesis hemorrágica, y la lesión radiomimética (daño de las células en división) se expresa como linfopenia o pancitopenia. Finalmente, la hipotensión puede tener como resultado la muerte. Muchos de los efectos graves descritos en la intoxicación experimental por tricoteceno se deben a la dosificación forzada por sonda. Desde una perspectiva práctica, las altas concentraciones de tricotecenos a menudo causan el rechazo de los alimentos y, por consiguiente, suelen autolimitarse como problema tóxico.

Debido a la acción inmunodepresora de los tricotecenos, las infecciones secundarias bacterianas, víricas o parasitarias pueden enmascarar la lesión primaria. Los órganos linfáticos son más pequeños de lo normal y pueden ser difíciles de encontrar en el examen post mortem.

El signo clínico típico, que limita la aparición de otros signos clínicos, es que el animal se niega a consumir alimentos contaminados. Si no se ofrece otro alimento, los animales pueden comer con desgana, pero en algunos casos puede darse una salivación excesiva y vómitos. En el pasado, la capacidad para causar vómito se atribuyó solamente al DON (de ahí el nombre común de vomitoxina). Sin embargo, otros miembros de la familia de los tricotecenos también pueden inducir el vómito.

En América del Norte y en muchas otras partes del mundo, el DON es una preocupación importante debido a su presencia común en los cereales forrajeros y su bien conocida capacidad para causar rechazo de alimentos. Los cerdos parecen ser más sensibles al rechazo de alimentos, con mayor tolerancia por parte de caballos y perros e incluso mayor aceptación por parte de los rumiantes, con un rumen funcional crucial para el metabolismo del DON a metabolitos menos tóxicos. El ternero prerruminante es sensible a los efectos adversos del DON, y el animal joven e inmaduro es sensible a los tricotecenos en la dieta.

En los cerdos, la reducción en la ingesta de alimentos puede aparecer a concentraciones de solo 1 ppm, y el rechazo puede ser completo a 10 ppm. Por lo general, los rumiantes consumirán fácilmente hasta 10 ppm de vomitoxina en la dieta, y el ganado vacuno de carne ha tolerado hasta 12-20 ppm en ciertas circunstancias. Las aves de producción pueden tolerar hasta 100 ppm. Los caballos pueden tolerar hasta 35-45 ppm de DON en la dieta sin rechazo al alimento ni efectos clínicos adversos. Los perros también rechazarán los alimentos que contengan DON, por lo general en concentraciones >5 ppm. Los efectos relacionados de pérdida de peso, hipoproteinemia y debilidad pueden aparecer tras un rechazo prolongado de los alimentos. Hay pocas evidencias sobre que el DON provoque disfunción reproductora en animales domésticos. Los estudios experimentales sugieren que el DON puede causar efectos variables de inmunosupresión o inmunoestimulación, pero la investigación continúa para definir si el DON desempeña un papel práctico en la sensibilidad a la enfermedad en condiciones de campo. Muchos condados han establecido pautas regulatorias para los tricotecenos, particularmente el DON o el deoxinivalenol, en la alimentación animal y humana, y la UE lo ha establecido para la T-2 y la HT-2 en la alimentación.

El rechazo a los alimentos causado por el DON es una respuesta aprendida conocida por aversión al sabor. El principal efecto del DON es el rechazo del alimento; rara vez o nunca es una causa de los efectos del tricoteceno descritos anteriormente. Parece estar relacionado con cambios neuroquímicos cerebrales en la serotonina, la dopamina y el ácido 5-hidroxiindolacético. La respuesta de rechazo al alimento debida al DON varía ampliamente entre especies. En el ganado porcino, el DON causa una aversión condicionada al gusto, y los cerdos parecen reconocer nuevos sabores (p. ej., agentes saborizantes) añadidos a una nueva ración que contenga DON y, por tanto, desarrollan también aversión al nuevo sabor. Una vez que se les proporciona alimento no contaminado, los animales, por lo general, reanudan la alimentación en 1-2 días. Una micotoxina menos conocida, el ácido fusárico, parece interactuar con el DON en la respuesta neuroquímica, lo que conduce al rechazo del alimento.

La identificación química de niveles elevados de DON mediante análisis en una ración se usa a menudo para confirmar el rechazo de alimentos relacionado con el DON o para juzgar la idoneidad de un ingrediente alimentario. Sin embargo, algunas micotoxinas pueden estar modificadas o no detectadarse mediante los métodos de análisis rutinarios. Estas micotoxinas conjugadas (modificadas térmicamente durante el procesado o metabolitos fúngicos, vegetales o animales) pueden escapar a la detección y no proporcionar una advertencia adecuada de los niveles de rechazo del alimento. El uso de aglutinantes para la micotoxina DON es en la actualidad un área activa de investigación, pero hasta la fecha ningún agente quelante de micotoxinas ha sido aprobado por la FDA de EE. UU. Actualmente, los aluminosilicatos eficaces para las aflatoxinas parecen no ser útiles contra el DON. Los adsorbentes derivados de la levadura de glucomanano pueden tener el potencial de mejorar algunos aspectos del rechazo de los alimentos por DON en los cerdos, pero se está trabajando para aclarar el uso de esta categoría de desintoxicantes. Para la cebada, un procedimiento de perlado abrasivo elimina dos tercios del DON con una pérdida de solo el 15 % de la masa del grano. Esta y otras formas de limpieza de grano pueden resultar útiles para disminuir el DON cuando no se dispone de grano alternativo. Además, el grano se puede desviar de los cerdos a los rumiantes más tolerantes.

La enfermedad macrocíclica relacionada con el tricoteceno más conocida es la estaquibotriotoxicosis de equinos, bovinos, ovinos, porcinos y aves de producción, diagnosticada por primera vez en la antigua Unión Soviética, pero también en Europa y Sudáfrica. Se han observado lesiones cutáneas y mucocutáneas, panleucopenia, signos nerviosos y abortos. La muerte puede producirse en 2-12 días.

La miroteciotoxicosis y la dendrodoquiotoxicosis se han descrito en Rusia y otros estados postsoviéticos y en Nueva Zelanda. Los signos se parecen a los de la estaquibotriotoxicosis, pero la muerte puede producirse en 1-5 días.

Diagnóstico de la toxicosis tricotecénica en animales

  • El diagnóstico se basa en los signos clínicos característicos de rechazo del alimento, crecimiento deficiente, respuestas inmunitarias potencialmente deficientes y, ocasionalmente, vómitos y diarrea en los monogástricos.

  • La confirmación de una micotoxicosis por tricoteceno se basa en la detección de la micotoxina en la alimentación animal en una concentración asociada a efectos adversos en esa especie animal.

Dado que los signos clínicos son inespecíficos o están enmascarados por infecciones secundarias, enfermedad y mala nutrición, el diagnóstico es difícil. El análisis de los alimentos para detectar micotoxinas es a menudo costoso, pero lo ideal es intentarlo. Sin embargo, los laboratorios no pueden determinar definitivamente que una muestra de alimento sea segura para alimentar a los animales. Esto se debe a que los laboratorios no tienen la capacidad analítica necesaria para analizar todas las posibles micotoxinas producidas por los mohos, y a que faltan datos de toxicidad en rumiantes, particularmente en rumiantes gestantes, para muchas micotoxinas. Los laboratorios suelen analizar las micotoxinas comunes, no todas las toxinas. Las medidas provisionales incluyen tanto el examen cuidadoso del alimento en busca de señales del crecimiento de mohos o del apelmazamiento de las partículas del alimento como el cambio a un alimento alternativo. El cambio de suministro de alimento produce con frecuencia a una mejoría, lo que puede aportar un indicio más de que la dieta original estaba contaminada.

Control de la toxicosis por tricoteceno en animales

  • Eliminación de alimentos contaminados y sustitución de alimentos no contaminados

  • Tratamiento de apoyo

  • Limpieza física de la semilla para eliminar el grano dañado y contaminado, mejorando la calidad del alimento.

Se recomienda tratamiento de apoyo y la ingesta de alimentos no contaminados. Si hay que alimentar con alimento contaminado, especialmente ensilado o heno, la porción mohosa del alimento se puede pelar y la parte no mohosa puede usarse en una ración para animales. En ensayos experimentales han tenido éxito los esteroides antishock y los antiinflamatorios, como la metilprednisolona, la prednisolona y la dexametasona. Las aves de producción y los bovinos son más tolerantes a los tricotecenos que los porcinos, y el ganado de engorde es probablemente el menos sensible. Los cerdos expuestos al DON a menudo recuperan el apetito rápidamente cuando se les ofrece alimento no contaminado. Numerosos países han establecido pautas máximas de micotoxinas para su uso en alimentos para animales. Se recomienda ponerse en contacto con el toxicólogo del laboratorio de diagnóstico veterinario del estado o consultar en Internet las pautas publicadas por la FDA de EE. UU. para las micotoxinas en los alimentos para animales. El uso de aglutinantes de micotoxinas, a menudo comercializados como agentes de flujo de alimentos, es incierto para el uso de la contaminación de los alimentos con tricoteceno.

El tratamiento de los alimentos contaminados con DON con varios adsorbentes, como los aluminosilicatos de calcio, la bentonita, el bisulfito sódico y los glucomananos de base de levadura, no han sido útiles para corregir el rechazo de alimentos en los cerdos. La adición del adsorbente de micotoxinas glucomanano al 0,2 % a la dieta contaminada con DON para cerdas gestantes aumentó el porcentaje de cerdos nacidos vivos, pero no corrigió la reducción de la ingesta de alimento. Se ha observado que el tratamiento físico de la semilla (procedimiento de perlado abrasivo) elimina dos tercios del DON de la cebada. En general, la limpieza y eliminación del grano dañado (cribado) mejora la calidad de los alimentos y la aceptación de los granos contaminados con micotoxinas.

Puntos clave

  • En América del Norte y muchas partes del mundo, el tricoteceno deoxinivalenol (DON o vomitoxina) es la micotoxina más común presente en los granos de cereales, con cerdos y animales jóvenes e inmaduros en riesgo de rechazo de alimentos y efectos adversos.

  • Las micotoxinas del tricoteceno causan inhibición de la síntesis proteica en los animales, con los principales signos clínicos de rechazo de alimentos, baja ganancia de peso, diarrea, vómitos, problemas inmunitarios, dermatitis cutánea y hemorragias.

  • El diagnóstico se basa en los efectos clínicos en animales y en la identificación analítica del tricoteceno en concentraciones significativas asociadas a efectos adversos.

  • El control consiste en detener la alimentación con alimentos contaminados o reducir la concentración de tricoteceno en el alimento a niveles más bajos aceptables con una fuente de alimento limpia.

Para más información

  • CAST (Council for Agricultural Science and Technology). Mycotoxins: Risks in Plant, Animal and Human Systems, Task Force Report No. 139. Ames, Iowa: Council for Agricultural Science and Technology, 2003.

  • National Grain and Feed Association, Washington, DC. FDA Mycotoxin Regulatory Guidance. A guide for grain elevators, feed manufacturers, grain processors and exporters. August 2011.

  • Mostrom MS, Jacobsen BJ. Ruminant mycotoxicosis. Vet Clin North Am Food Anim 2011;27:315-344.

  • Consulte también la información para propietarios sobre la intoxicación por hongos en animales.