La cantaridina es un potente agente vesicante e irritante producido por insectos de la familia Meloidae. La cantaridina a veces puede contaminar la alfalfa. La intoxicación por cantaridina causa irritación gastrointestinal y del tracto urinario y, en casos graves, puede causar shock, colapso circulatorio y muerte. La intoxicación por cantaridina debe sospecharse en pacientes con signos clínicos compatibles, antecedentes de alfalfa en la ración e hipocalcemia e hipomagnesemia graves. El tratamiento consiste en corregir los desequilibrios de fluidos y electrolitos, proporcionar alivio del dolor y ayudar a la eliminación de la cantaridina.
La cantaridina es producida por insectos de la familia Meloidae, comúnmente conocidos en inglés como blister beetles (escarabajos vesicantes). Más de 200 especies de meloidos se encuentran por todo el territorio continental de EE. UU.; sin embargo, los miembros del género Epicauta son los que se asocian más frecuentemente con la intoxicación en equinos. La cantaridina es producida por los meloidos machos adultos y se transfiere a las hembras durante la cópula. El contenido de cantaridina de cada escarabajo depende de la especie, el sexo y el estado reproductivo. Los meloidos se alimentan de las partes florales y de las hojas de una variedad de plantas, incluida la alfalfa. Algunas especies de meloidos son gregarias, y en ocasiones pululan en gran número. Los enjambres en los campos de alfalfa a menudo ocurren durante la etapa de floración.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta atrata alimentándose de una flor amarilla. Estos escarabajos se alimentan de partes florales y de hojas de una amplia variedad de plantas.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta atrata.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta cinerea.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo del aceite (Meloe proscarabaeus).
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía post mortem de ulceración lineal aguda del esófago debido a una intoxicación por cantaridina.
Cortesía de George Stoica.
Esta fotografía post mortem muestra una ulceración gástrica aguda y hemorragia en el cardias causadas por una intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
Esta fotografía de un corte del corazón post mortem muestra una hemorragia subendocárdica extensa debida a una intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
Esta fotografía de una muestra de tejido post mortem muestra hemorragias equimóticas a profusas de la vejiga urinaria debidas a intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta atrata alimentándose de una flor amarilla. Estos escarabajos se alimentan de partes florales y de hojas de una amplia variedad de plantas.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta atrata.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo de la especie Epicauta cinerea.
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía de un escarabajo del aceite (Meloe proscarabaeus).
Cortesía de la University of Kentucky Entomology.
Fotografía post mortem de ulceración lineal aguda del esófago debido a una intoxicación por cantaridina.
Cortesía de George Stoica.
Esta fotografía post mortem muestra una ulceración gástrica aguda y hemorragia en el cardias causadas por una intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
Esta fotografía de un corte del corazón post mortem muestra una hemorragia subendocárdica extensa debida a una intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
Esta fotografía de una muestra de tejido post mortem muestra hemorragias equimóticas a profusas de la vejiga urinaria debidas a intoxicación por cantaridina.
Cortesía del Dr. John Edwards.
El heno empacado puede contaminarse cuando hay un enjambre con miles de escarabajos aplastados. Las prácticas modernas de producción de heno, como el rizado, exacerban el problema. Cualquier producto que contenga alfalfa, incluidos cubos, gránulos y golosinas, también puede contener cantaridina. Pueden estar presentes concentraciones tóxicas de cantaridina a partir de líquidos secos y fragmentos de escarabajos, incluso si los escarabajos no son muy visibles. La toxicidad de la cantaridina no disminuye con el secado o almacenamiento. Aunque la contaminación por cantaridina se produce con mayor frecuencia en áreas geográficas como el oeste de EE. UU., que es el hogar de escarabajos ampolla y campos de alfalfa, la intoxicación por cantaridina puede producirse en cualquier lugar donde se transporta la alfalfa. Se han descrito casos en caballos, bovinos, ovinos, caprinos, alpacas, perros, gatos, pollos y emús.
Patogenia de la intoxicación por cantaridina en animales
La cantaridina se absorbe rápidamente en el tracto gastrointestinal y se elimina sin cambios por los riñones. Se cree que altera la permeabilidad de la membrana mitocondrial, la cantaridina es un potente agente vesicante y acantolítico, que causa irritación por contacto de la piel, la mucosa del tracto gastrointestinal y urinario y el endotelio de los vasos sanguíneos.
En los caballos, la endotoxemia puede desarrollarse secundariamente a una lesión de la mucosa gastrointestinal. También se ha descrito lesión miocárdica directa en caballos con intoxicación por cantaridina. La dosis letal mínima estimada de cantaridina en caballos es de 0,5-1 mg de cantaridina por kg de peso corporal. Solo 4-6 g de meloidos secos pueden resultar mortales para un caballo.
Hallazgos clínicos de la intoxicación por cantaridina en animales
Los signos clínicos de la intoxicación por cantaridina pueden variar desde malestar gastrointestinal leve y depresión hasta shock grave y muerte, según la dosis. Los animales afectados pueden presentar la mayoría de los signos clínicos esperados o solo unos pocos. En los caballos, los signos clínicos más comunes están relacionados con cólico, es decir, taquicardia, taquipnea, inquietud, depresión, congestión de las membranas mucosas, aumento del tiempo de relleno capilar y sudoración. Los caballos con lesiones gástricas pueden sumergir el hocico o parecer jugar con los cubos de agua. Otros signos clínicos frecuentes son la diarrea, el aleteo diafragmático sincrónico, los temblores musculares, la hipertermia y los intentos frecuentes y dolorosos de orinar. Los signos clínicos menos frecuentes incluyen hematuria, marcha rígida, lesiones orales y salivación.
Diagnóstico de la intoxicación por cantaridina en animales
Anamnesis pertinente (es decir, alfalfa en la dieta).
Hallazgos clínicos patológicos característicos
La intoxicación por cantaridina debe considerarse en animales con signos clínicos compatibles y antecedentes de alfalfa en la dieta, ya sea en forma de heno, cubos, granulados, golosinas o de otras fuentes. Los hallazgos clínicos patológicos más frecuentes incluyen hipocalcemia profunda, hipomagnesemia y aumento del hematocrito. La densidad específica de la orina puede ser baja, incluso en animales deshidratados. La actividad de la creatina cinasa también puede estar aumentada. Los contenidos urinarios e intestinales se pueden analizar para detectar la cantaridina con cromatografía de gases, espectrometría de masas o cromatografía líquida de alta resolución. Se pueden realizar análisis de hígado, riñón y suero; sin embargo, estas no son muestras ideales.
Tratamiento de la intoxicación por cantaridina en animales
Reposición de líquidos y electrolitos
Manejo del dolor
No existe un antídoto para la intoxicación por cantaridina. El tratamiento se centra en restaurar el volumen de líquidos y las concentraciones de electrolitos, especialmente calcio y magnesio, controlar el dolor y potenciar la eliminación de cantaridina. Los animales gravemente afectados necesitan reanimación del volumen para restaurar y mantener la perfusión y la tasa de filtración glomerular. Los grandes animales que sufren shock y colapso circulatorio pueden necesitar cantidades masivas de fluidos. Los animales hipocalcémicos e hipomagnesémicos requieren suplementos de calcio y magnesio, posiblemente durante períodos prolongados. Existen varias formas de calcio y magnesio parenterales. Se debe tener mucho cuidado al calcular las dosis. Las dosis y concentraciones del producto pueden expresarse como mg/kg, mg/mL, mEq/kg, mEq/mL, mmol/mL, mmol/kg o porcentajes, y los errores de cálculo pueden causar sobredosis mortales. Los AINE pueden considerarse para la analgesia en los casos leves; sin embargo, no deben usarse en animales deshidratados hasta que se hayan corregido los déficit de líquidos. En los animales deshidratados, o en los casos en los que los AINE son ineficaces, los opioides pueden ser una mejor opción analgésica.
La descontaminación per se rara vez es práctica, debido a la rápida absorción de la cantaridina; sin embargo, se puede considerar potenciar la eliminación de la cantaridina una vez que el animal esté estable. El carbón activado puede ser útil si se administra rápido. La esmectita di-tri-octaédrica puede ayudar a adsorber endotoxinas en los caballos. El aceite mineral no es eficaz y puede exacerbar la intoxicación por cantaridina. Además, el aceite mineral administrado junto con el carbón activado o en sus proximidades disminuye la capacidad del carbón activado para adsorber sustancias tóxicas, incluida la cantaridina.
Prevención de la intoxicación por cantaridina en animales
La eliminación de la alfalfa de la dieta es la forma más eficaz de prevenir la intoxicación por cantaridina. El riesgo se puede reducir comprando heno de alfalfa que no haya sido rizado y que haya sido cortado antes de la etapa de floración o después de una helada cuando la actividad del escarabajo ampolla es más baja. El heno puede examinarse en busca de escarabajos ampolla, aunque el examen a fondo de cada copo lleva mucho tiempo y es poco práctico. Asimismo, el examen de productos procesados de alfalfa como cubos y gránulos no es factible.
Puntos clave
La intoxicación por cantaridina en animales a menudo se asocia con la alimentación con alfalfa contaminada.
El pronóstico depende de la cantidad de cantaridina ingerida y de la oportunidad del tratamiento; los pacientes pueden necesitar un tratamiento intensivo con fluidos IV, suplementos de calcio y magnesio y analgesia.
Se puede considerar el tratamiento con carbón activado para mejorar la eliminación de la cantaridina; sin embargo, la administración de aceite mineral está contraindicada.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre la intoxicación por cantaridina.