Los tumores de las glándulas ceruminosas se visualizan mejor en un oído limpio mediante un videotoscopio. Estos tumores pueden ser pedunculados o tener una base amplia y un aspecto liso o multilobulado. En otras razas distintas del Cocker Spaniel Americano, estos tumores se encuentran a menudo principalmente en el conducto auditivo vertical. En el Cocker Spaniel Americano, estos tumores también se pueden encontrar en el conducto auditivo horizontal. La biopsia de la masa puede ser útil, pero las biopsias superficiales del conducto auditivo con frecuencia se describen como pólipos con tejido de granulación cubierto por epitelio y bacterias o células inflamatorias. Las biopsias profundas en bloque del mismo tejido a menudo se describen correctamente como tumores. La TC o la RM pueden ser muy útiles para valorar la bulla timpánica en su totalidad y a la hora de determinar el grado de invasión tumoral, especialmente en los tumores malignos.
La extirpación quirúrgica de los tumores benignos del conducto puede abordarse mediante la resección lateral del conducto auditivo para acceder a la masa tumoral. La cirugía láser, especialmente cuando se usa junto con un videotoscopio, ha hecho que la extirpación intraótica de estos tumores sea relativamente fácil sin tener que abrir el canal quirúrgicamente. Las cirugías más agresivas, como la ablación total del conducto auditivo y la osteotomía de la bulla timpánica, se recomiendan para los tumores malignos de oído medio. La resección lateral del conducto auditivo para tumores malignos se traduce en >75 % de recidivas.
La media de supervivencia de los animales con tumores malignos del conducto auditivo es de >58 meses en perros y de >11,7 meses en gatos. Los perros con tumores extendidos tienen un pronóstico menos favorable. Puede emplearse la radioterapia para el tratamiento de adenocarcinomas de glándulas ceruminosas reseccionados quirúrgicamente en perros y gatos, con una supervivencia de 1 año en el 56 %. No se dispone de datos sobre la eficacia de la quimioterapia para los tumores óticos de perros y gatos.
El pronóstico de los animales con neoplasias óticas puede determinarse mejor mediante el examen histopatológico de los tejidos extirpados.
