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Enfermedades reproductivas en aves de compañía

PorSharman M. Hoppes, DVM, DABVP (Avian)
Revisado/Modificado sept 2021

Las aves son ovíparas, lo que significa que ponen e incuban huevos. La madurez sexual se produce desde los 6 meses de edad en las aves más pequeñas hasta los 3-5 años en los loros más grandes. La mayoría de las hembras solo tienen un ovario izquierdo y un oviducto y son heterogaméticas (la hembra determina el sexo del polluelo). El macho tiene dos testículos ubicados internamente y craneales al polo craneal del riñón.

La mayoría de las aves silvestres tienen una época de reproducción específica. Las aves en cautividad y de compañía se reproducen en cualquier momento en función del entorno (fotoperiodo), el estado nutricional y la ausencia o presencia de una pareja compatible (ave) o pareja percibida (humana) y/o nido. Las hembras almacenan calcio en sus huesos (hiperostosis), que más tarde se usa en la producción de cáscaras de huevo. La ovulación se produce en respuesta al aumento de los niveles de estrógenos y hormona luteinizante. El oviducto se compone de cuatro segmentos: el infundíbulo, donde se produce la fertilización; el mágnum, donde se deposita la albúmina; el istmo, donde se añade la membrana interna y externa; y el útero (glándula de la cáscara), donde se produce la calcificación del huevo. El periodo completo de formación del huevo dura ~24 h. La mayoría de las aves de compañía ponen de 2 a 4 huevos en una nidada, aunque algunas ponedoras, como las ninfas y los periquitos, pueden producir nidadas mucho más grandes.

La mayoría de las aves de compañía no presentan dimorfismo sexual, por lo que la determinación del sexo requiere un examen endoscópico o el sexado por ADN. Los problemas reproductivos comunes en las aves de compañía incluyen problemas de comportamiento, incapacidad para reproducirse, producción excesiva de huevos, distocia (retención de huevos), impactación de oviducto, peritonitis por yema de huevo, prolapso cloacal y neoplasia.

Problemas de comportamiento de la reproducción en aves de compañía

Los problemas de comportamiento que pueden estar relacionados con problemas reproductivos incluyen picarse las plumas, mutilaciones y gritos excesivos. Estos comportamientos también pueden darse por otras razones, por lo que se debe realizar una evaluación completa para determinar la causa. Los problemas de comportamiento son más comunes en los loros criados a mano demasiado apegados a sus propietarios. Las psitácidas son animales sociales e inteligentes. En la naturaleza, la mayoría vive en bandadas, tienen una época de reproducción determinada (basada en la temperatura, el fotoperiodo, la humedad) y crían a los polluelos con su pareja. En cautividad, la mayoría de las aves de compañía se mantienen durante todo el año a temperaturas estables y se les proporciona una alimentación suficiente, que a menudo es rica en grasa. Esto puede promover el comportamiento reproductivo durante todo el año.

Muchos loros criados a mano están demasiado unidos a sus propietarios en la madurez sexual, lo que produce frustración sexual que puede conducir a comportamientos de acicalamiento excesivo y vocalizaciones excesivas (gritos) cuando el propietario abandona la habitación o la casa. Algunas de estas aves sobreestimuladas (excesivamente manipuladas y acariciadas) comienzan a poner huevos o a masturbarse pronto, lo que conduce a la distocia o al prolapso cloacal (véase más adelante) junto con un comportamiento destructivo de las plumas o gritos.

Puede ser necesario implementar modificaciones en el comportamiento junto con la conversión a una dieta granulada controlada en porciones. En algunos casos, puede ser necesario un agonista de la GnRH para disminuir la producción de hormonas reproductivas. De forma ideal, esto solo debería hacerse junto con la implementación de las modificaciones de manejo necesarias.

Puesta de huevos excesiva o crónica en aves de compañía

La puesta excesiva de huevos se produce cuando un ave tiene nidadas repetidas o pone más huevos de lo normal. Es común en aves pequeñas, por ejemplo, periquitos, agapornis y especialmente ninfas. Las aves afectadas suelen seguir una dieta rica en grasas y calorías. Se suele alojar a otras aves en la misma jaula o cerca, o las aves están demasiado apegadas al propietario. A menudo tienen un fotoperiodo prolongado (>12 h). En algunas mutaciones de color, puede haber una predisposición genética.

Los signos clínicos pueden no ser evidentes, con solo una historia de puesta excesiva de huevos, estar en el fondo de la jaula, estar débil, deprimida y meneando la cola (indicando disnea), con disminución de la defecación o excrementos voluminosos. Las aves a menudo tienen una postura echada y amplia, están cluecas y pueden tener fracturas patológicas por hipocalcemia. La puesta excesiva de huevos, si no se trata, a menudo conduce a problemas reproductivos más graves, como distocia, impactación de oviducto, celomitis por yema de huevo o prolapso cloacal.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, los hallazgos de la exploración física, los niveles elevados de calcio plasmático y los hallazgos radiográficos de hiperostosis y/o evidencia de un huevo. Las aves reproductivamente activas a menudo tienen altas concentraciones de colesterol, triglicéridos y proteínas totales.

El tratamiento implica la reducción de la duración del día a 8 h de luz diurna, la conversión a una dieta granulada, la eliminación de los nidos y cualquier juguete al que el ave pueda estar demasiado apegado, la eliminación de cualquier pareja y la discusión con el propietario sobre el manejo apropiado de su ave. Puede ser necesario administrar suplementos de calcio y un agonista de la GnRH para reducir la producción de hormonas sexuales. Por lo general, se administra acetato de leuprolida (800 mcg/kg, IM, cada 3 semanas para tres inyecciones, luego según sea necesario), o se coloca un implante de deslorelina por vía intramuscular en el músculo de la pechuga o por vía subcutánea sobre el dorso. Si los cambios anteriores y los medicamentos no tienen éxito, entonces puede ser necesaria una salpingohisterectomía. Esto evitará la puesta de huevos, pero no siempre la ovulación, ya que en las aves es imposible eliminar todo el tejido ovárico. El pronóstico es bueno en los casos tempranos que responden al tratamiento, a los cambios en la dieta y a los agonistas de la GnRH.

Retención de huevos en aves de compañía

La distocia (retención del huevo) es frecuente en hembras en cautividad, con mayor notoriedad en ninfas, periquitos y agapornis. Por lo general, estas aves son ponedoras crónicas de huevos, y la deficiencia de calcio (que da como resultado huevos deformados o de cáscara blanda) es un factor predisponente. Otras causas incluyen la deficiencia de vitamina A, enfermedad de oviducto o neoplasia, hernia de la pared abdominal, la primera ovoposición y factores genéticos. Un ambiente inapropiado y la falta de un nido pueden ser factores contribuyentes para algunas aves. La distocia también se puede ver en grandes psitácidas, aunque la puesta excesiva de huevos no se suele asociar con esta afección en estas aves. Pueden estar implicados obesidad, dieta inadecuada, factores de comportamiento y condiciones de cría. Las aves con distocia a menudo se presentan como urgencias. Estas aves deben recibir terapia de soporte (es decir, rehidratación, calcio parenteral, aumento de la humedad y calor) antes de intentar la extracción del huevo.

Los signos clínicos incluyen un ave en el fondo de la jaula, depresión, ojos cerrados, cola agitándose y disnea. El abdomen puede estar distendido. No siempre se palpa un huevo. Las pruebas diagnósticas pueden necesitar esperar hasta que el ave esté estable; incluyen un hemograma completo, perfil bioquímico plasmático (incluyendo calcio ionizado y total) y radiografías. Es posible que estas pruebas deban realizarse paso a paso en un paciente crítico.

El tratamiento médico incluye fluidoterapia, suplementación parenteral con calcio, analgésicos y/o AINE y mantenimiento continuo en una incubadora con calor y humedad. La oxitocina y el equivalente aviar, la vasotocina arginina, causan contracciones uterinas e inducen la oviposición, así como el uso de prostaglandinas F o E. Si el huevo se adhiere a la pared uterina o es incapaz de descender (con frecuencia debido a inflamación o acumulación de uratos y heces), la administración de estos fármacos debería teóricamente llevar a la rotura del útero, pero esto se ha descrito raramente.

Si el tratamiento médico falla, es posible que se requiera sedación, anestesia inhalatoria y la extracción manual. Con el ave bajo anestesia, la cloaca se lubrica con gel estéril. Salvo que el huevo se adhiera al útero, la presión digital mantenida aplicada entre el final del esternón y el huevo hará que este descienda. En este punto, el útero con frecuencia se evierte y revela el orificio blanco donde se localiza la abertura uterina. Este orificio gradualmente se dilatará. Muy raramente se requerirá presión adicional o manipulación. Después de que se haya puesto el huevo, el útero suele involucionar sin problemas. Si la oviposición no se produce con la presión digital o es un huevo de cáscara blanda, está indicada la ovocentesis. Después de la aspiración, las cáscaras más firmes se colapsan y se retiran cuidadosamente o se dejan pasar. El cuidado posoperatorio incluye antimicrobianos, AINE y agonistas de la GnRH para reducir la puesta de huevos. Después de la extracción del huevo, la hembra puede continuar debilitada, con dificultad para respirar y, a menudo, no parecerá clínicamente normal hasta 24 h. Se puede estar produciendo un segundo huevo al día siguiente, así que está indicada una palpación repetida.

La intervención quirúrgica (salpingohisterectomía) está justificada si el huevo está muy adherido al oviducto, si hay múltiples huevos o si el huevo es ectópico. El pronóstico de la distocia de huevo es de regular a bueno si el tratamiento médico o la extracción manual del huevo son eficaces. Es necesario abordar las cuestiones relacionadas con la cría, la nutrición y el comportamiento discutidas en la puesta excesiva de huevos.

Oviducto impactado de aves domésticas

Un oviducto impactado es a menudo una secuela de distocia o salpingitis. El oviducto queda impactado con un exceso de mucina, albúmina y huevos de cáscara blanda o malformados. Estos materiales a menudo se adhieren a la pared del oviducto y se espesan. Los signos clínicos son depresión, anorexia, abdomen distendido y posiblemente disnea.

El diagnóstico se basa en un historial de puesta de huevos crónica o distocia. Las imágenes (radiografías, TC o ecografía) pueden revelar un oviducto agrandado. Puede haber hiperostosis. El ave puede presentar leucocitosis y concentraciones elevadas de proteínas totales, colesterol y triglicéridos. El tratamiento es de soporte (fluidos, analgésicos, AINE y antimicrobianos). Se recomienda la cirugía, pero es de alto riesgo.

Enfermedad quística de los ovarios de las aves de compañía

Las aves con ovario quístico con frecuencia presentan una historia clínica previa de producción de huevos, pero es posible que la puesta de huevos no se haya producido durante varios años. La enfermedad quística del ovario se observa con mayor frecuencia en periquitos y canarios.

Los signos clínicos pueden incluir depresión, inactividad, distensión abdominal, ascitis y, a menudo, disnea. La palpación abdominal a menudo revela distensión con líquido ascítico.

El diagnóstico es similar al de otras enfermedades reproductivas. El líquido suele ser un trasudado, aunque se debería examinar por si hubiera evidencia de infección secundaria o peritonitis por yema de huevo. La aspiración cuidadosa del líquido por la línea media puede aliviar la dificultad respiratoria. Las imágenes (radiografías o ecografías), cuando el ave está estable, a menudo demostrarán hiperostosis de los fémures y otros huesos largos. En la proyección lateral, el ventrículo está desplazado cranealmente, y se observa una masa que ocupa el espacio en la región renal y gonadal. La ecografía puede detectar folículos quísticos, además del desarrollo folicular normal.

El tratamiento consiste en la terapia de soporte, abdominocentesis si hay ascitis, antimicrobianos y agonistas de la GnRH para reducir la producción de hormonas reproductivas, estimular la atresia de los folículos y disminuir el tamaño y la producción de quistes. La cirugía puede no ser necesaria si no hay infección o neoplasia concomitantes.

Celomitis de la yema de huevo en aves de compañía

La celomitis por yema de huevo es otra secuela frecuente de la enfermedad reproductiva crónica. Puede producirse después de la salpingohisterectomía debido a la incapacidad de extirpar completamente el ovario y a la posibilidad de que se dé la ovulación en la cavidad celómica. Otras causas son la ovulación ectópica, la salpingitis, la neoplasia, la hiperplasia quística o la rotura del oviducto. La yema de huevo, junto con bacterias (p. ej., Escherichia coli, Staphylococcus) en la cavidad celómica produce una infección. La celomitis por yema de huevo causa una reacción inflamatoria grave y puede conducir a una pancreatitis o a un émbolo de la yema (que puede parecerse a un accidente cerebrovascular). Esto ocurre con mayor frecuencia en las ninfas.

Los signos clínicos son similares a otros trastornos reproductivos, pero suelen estar presentes la distensión abdominal y la ascitis. Las aves a menudo se presentan gravemente afectadas y requieren cuidados de apoyo antes de las pruebas diagnósticas. Puede haber leucocitosis y monocitosis. Las imágenes (radiografías o ecografías) pueden revelar un oviducto agrandado o un abdomen lleno de líquido. El examen endoscópico puede ser diagnóstico, pero solo debe realizarlo un clínico experimentado en un ave con ascitis. Puede ser necesario realizar una abdominocentesis para aliviar la disnea. Otros tratamientos incluyen fluidos, antimicrobianos, analgésicos, antiinflamatorios, una incubadora con calor y oxígeno según sea necesario. Muchas aves mejorarán con cuidados de soporte y antimicrobianos, pero muchas pueden requerir salpingohisterectomía. El pronóstico es favorable con el tratamiento médico y se vuelve más reservado con la intervención quirúrgica.

Prolapso cloacal de aves domésticas

El prolapso cloacal puede producirse en cualquier ave que se esfuerce con frecuencia. Se observa en gallinas distócicas y en cacatúas adultas, por lo general machos. La causa exacta no se conoce, pero las siguientes características se han asociado con la mayoría de los casos:

  • aves criadas a mano

  • retraso en el destete o mendicidad continuada

  • estrecho vínculo con al menos una persona

  • Signos de una relación hijo/padre o pareja/pareja con el propietario, que puede no ser consciente de estos signos.

  • Una tendencia a mantener las heces en la cloaca durante periodos prolongados (p. ej., durante la noche), en lugar de defecar en la jaula o cuando se le ha enseñado al ave a defecar cuando se le ordena.

Las cacatúas que son independientes de los humanos no tienen este problema médico.

Si se detecta y se trata pronto, la cirugía combinada con modificación de la conducta puede corregir el prolapso de cloaca y prevenir infecciones secundarias y otras complicaciones. El tratamiento incluye la limpieza del tejido expuesto, el desbridamiento cuidadoso de cualquier tejido necrótico o infectado, el uso de líquidos hipertónicos para reducir la tumefacción y la reposición suave del tejido. Pueden ser necesarias suturas permanentes o transcutáneas durante varios días y son más eficaces si se combinan con agonistas de la GnRH y cambios en el manejo (p. ej., reducción del manejo en cacatúas mascota por parte de los propietarios).

Los propietarios pueden no estar dispuestos a modificar su comportamiento, porque a menudo su atracción por el ave se debe a que el ave está dispuesta a permitir que la acaricien y abracen. Si el ave aún percibe a su propietario como un padre o una pareja, seguirá haciendo esfuerzos y el problema recidivará. Los comportamientos que deben evitarse incluyen acariciar al ave, especialmente en la espalda (es decir, dar caricias); alimentar al ave con alimentos calientes o comida con la mano o con la boca; y abrazar al pájaro cerca del cuerpo. Si un propietario no es serio al tratar de cambiar el comportamiento de su ave, es aconsejable la ayuda de un veterinario acreditado especialista en comportamiento y con experiencia en psitácidas.

En los casos graves, en los que la cloaca está flácida, puede ser necesario realizar una reducción de la cloaca o cloacopexia, pero solo debe hacerse con la modificación del comportamiento. Las hembras pueden requerir la salpingohisterectomía, ya que la reducción de la cloaca y la cloacopexia pueden no permitir el paso de un huevo.

Fallo reproductivo de las aves de compañía

La mayoría de los propietarios no crían a sus aves de compañía, pero el fallo reproductivo es un problema para los avicultores. Cuando se evalúa una pareja de aves para detectar un problema reproductivo, es importante una historia clínica completa. ¿Está esta pareja unida (se sientan cerca uno del otro y se acicalan, etc.)? ¿Cuánto tiempo han estado juntos? ¿Han tenido una nidada exitosa en el pasado? ¿Cuál es su dieta? ¿El tamaño de la jaula, el nido y las perchas son apropiados para la especie del ave? La mayoría de las aves de compañía prefieren un nido cerrado y una percha estable para la reproducción. ¿El propietario está seguro del sexo? Una de las razones más comunes por las que las aves no se reproducen son las parejas del mismo sexo. Es importante confirmar el sexo mediante pruebas de ADN o examen endoscópico (para evaluar la salud y el estado de los órganos reproductores). Los hallazgos comunes durante la endoscopia incluyen las parejas del mismo sexo, aves inmaduras y la enfermedad reproductiva.

Se recomienda la exploración física, las pruebas hematológicas y los perfiles bioquímicos para determinar la salud general. El tratamiento dependerá de la exploración y de los hallazgos diagnósticos, y puede incluir alteraciones en el entorno o tratamiento médico si está indicado.

Manejo médico y quirúrgico de aves de compañía

Tabla
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En muchos casos de enfermedad reproductiva, las aves con enfermedad de moderada a grave requieren cuidados intensivos y cuidados de soporte. A menudo, la exploración física y las pruebas diagnósticas deben posponerse hasta que el ave se estabilice en una incubadora de oxígeno caliente (29,5-32 °C) con cuidados de apoyo. Es posible que los procedimientos deban realizarse de forma gradual a lo largo del tiempo para minimizar el estrés. Los tratamientos pueden incluir fluidoterapia parenteral caliente, apoyo nutricional, analgésicos, antiinflamatorios y antimicrobianos (según los resultados de una tinción de Gram o un cultivo y antibiograma). Algunas aves pueden requerir cirugía.

La cirugía reproductiva en aves se complica por la dificultad para extirpar el ovario. Debido a la posición del ovario craneal al riñón, cerca de la glándula adrenal izquierda y de la vasculación principal, no es posible extirpar todo el ovario. El abordaje estándar del aparato reproductor aviar es mediante una celiotomía izquierda. Se han descrito la orquidectomía endoscópica y la salpingohisterectomía, pero requieren un entrenamiento especializado.

Puntos clave

  • Los principales factores que estimulan la actividad reproductiva en las aves son el fotoperiodo prolongado, la presencia de un nido y una pareja, y una fuente de alimento ilimitada.

  • Las aves criadas a mano a menudo perciben a su propietario como una pareja, lo que puede estimular un mayor comportamiento reproductivo durante todo el año.

  • Las dietas deficientes (bajas en calcio y vitamina A pero altas en calorías) predisponen a las aves a problemas reproductivos.

  • En aves más pequeñas (cacatúas, periquitos, agapornis), las enfermedades reproductivas pueden tener un componente genético.

  • Los cambios en el entorno, la dieta y la relación entre el propietario y el ave son fundamentales para el éxito del tratamiento.

  • A menudo, la enfermedad reproductiva aviar requiere intervención quirúrgica. Debido a la anatomía única de las aves, la cirugía a menudo conduce a un pronóstico más reservado.

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