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Enfermedades bacterianas y micóticas de los conejos

PorJoerg Mayer, DVM, DABVP (ECM), DECZM, DACZM
Última revisión/modificación jul 2021

Pasteurelosis

La pasteurelosis es frecuente en los conejos domésticos. El agente etiológico es Pasteurella multocida, un cocobacilo gramnegativo inmóvil. Los conejos se suelen infectar por P multocida inmediatamente después del nacimiento, y la prevalencia de la colonización aumenta con la edad hasta alrededor de los 5 meses. Se cree que la mayoría de los conejos adultos están infectados por P multocida. La infección es altamente contagiosa y se transmite principalmente por contacto directo, aunque también puede producirse por vía aérea.

En las colonias convencionales, del 30-90 % de los conejos aparentemente sanos pueden ser portadores asintomáticos. Esto es importante tener esto en cuenta cuando se recogen cultivos nasales, porque no todos los resultados positivos indican una afección patológica.

Esta bacteria no es específica de los conejos, sino que afecta también a otros animales, como perros, gatos, aves de producción y ganado doméstico. En caso de un brote repentino de Pasteurella, se requiere atención médica inmediata para contener la enfermedad. La investigación del caso debe incluir los factores que podrían haber contribuido al problema y cualquier aspecto que pueda estar causando estrés e inmunosupresión en los conejos afectados. Para obtener un cultivo verdaderamente representativo de la fauna bacteriana nasal, es necesario sedar o anestesiar profundamente al conejo y obtener un cultivo nasal profundo introduciendo el hisopo relativamente lejos en la abertura nasal. Varias colonias protectoras de conejos de laboratorio se han declarado libres de Pasteurella.

Hallazgos clínicos de pasteurelosis en conejos

La pasteurelosis se presenta con diversos signos clínicos, como rinitis, neumonía, abscesos, infecciones del tracto reproductor, tortícolis, otitis media/interna y septicemia. Los conejos pueden desarrollar septicemia por Pasteurella y morir de forma aguda sin ningún signo clínico. Los hallazgos de la necropsia de los casos de septicemia pueden revelar solo congestión y hemorragias petequiales en múltiples órganos.

La rinitis (snuffles o catarro nasal) es una inflamación aguda, subaguda o crónica de las membranas mucosas de las vías respiratorias y los pulmones, inducida primariamente por Pasteurella, pero también se han aislado Pseudomonas spp, Bordetella bronchiseptica, Staphylococcus spp y Streptococcus. El signo inicial es un exudado seroso leve a nivel de nariz y ojos que luego se torna purulento. El pelo del interior de las patas delanteras, justo encima de las manos, puede estar enredado y endurecido con exudado seco o esta zona puede estar limpia con el pelaje diluido como resultado de la frotación del hocico. Los conejos infectados suelen estornudar y toser. En general, los snuffles se producen cuando la resistencia del conejo es baja. Los conejos que se han recuperado quedarán probablemente como portadores. Puede sobrevenir neumonía.

La neumonía es frecuente en los conejos domésticos. A menudo es un factor secundario y de complicación del complejo de enteritis. La causa suele deberse a P multocida, así como a otras bacterias como Klebsiella pneumoniae, Bordetella bronchiseptica, Staphylococcus aureus y neumococos. La enfermedad del aparato respiratorio superior (snuffles, véase anteriormente) a menudo es precursora de la neumonía. Los factores predisponentes son la ventilación, la sanidad y materiales de nido inadecuados. El número de casos de neumonía es directamente proporcional al nivel de amoníaco en el ambiente. La ventilación es de suma importancia para proporcionar una buena calidad de aire. Los conejos afectados dejan de comer, están apáticos, disneicos y podrían tener fiebre. El tratamiento debe incluir antibióticos sistémicos, idealmente basados en un cultivo y antibiograma, debido a la posible resistencia a patógenos comunes. Los conejos suelen estar deshidratados y a menudo también es necesario un tratamiento de apoyo con hidratación y alimentación con jeringa. Los productos antibióticos oftalmológicos administrados por vía tópica en la fosa nasal también pueden ser beneficiosos. La necropsia revela bronconeumonía, pleuritis, piotórax o petequias pericárdicas. Dado que los conejos suelen albergar Bordetella bronchiseptica en sus vías respiratorias superiores, los conejos y las cobayas no deben alojarse juntos, porque las cobayas son muy sensibles a una neumonía grave causada por Bordetella.

La otitis media o interna ("enfermedad del cuello torcido" o de la inclinación de la cabeza) puede estar asociada a diferentes agentes. P multocida se aisló en el 97 % de los casos de otitis media, incluidos los casos clínicos y subclínicos. También se encontraron B bronchiseptica y estafilococos en el 5-10 % de los casos. La acumulación de pus o líquido en el oído medio o interno produce el giro de la cabeza del conejo, por ejemplo, "cuello torcido" o tortícolis. Sin embargo, no todos los conejos con infecciones del oído medio muestran tortícolis. A largo plazo se requiere tratamiento antibiótico que penetre dentro de la zona afectada. El tratamiento antibiótico solo sirve para prevenir un empeoramiento de los signos clínicos y el pronóstico es reservado solo con la terapia médica. La osteotomía de la ampolla suele estar indicada cuando el tratamiento médico de la otitis media e interna falla. No se recomienda la ablación total del conducto auditivo en conejos porque la fisiopatología de la otitis en conejos es muy diferente a la de los perros, en los que a menudo se realiza una ablación total del conducto auditivo. Si se necesita el drenaje del cerumen, una simple cirugía de estoma en la base del conducto auditivo será suficiente para facilitar la apertura del conducto auditivo. Antes de la cirugía está indicada la obtención de imágenes adecuadas de las lesiones del oído. A menudo, una TC de la cabeza ayudará a identificar la lesión y potencialmente a diferenciar la otitis media/interna de la enfermedad intracraneal en los casos de tortícolis (p. ej., infección por Encephalitozoon cuniculi).

La conjuntivitis y dacriocistitis (ojo lloroso) es un problema común en los conejos. Los factores predisponentes incluyen irritación mecánica, enfermedades de los párpados y enfermedades dentales. La conjuntivitis en los conejos puede asociarse con otros procesos patológicos, especialmente la dacriocistitis. El agente etiológico más frecuente de conjuntivitis es P multocida; sin embargo, esto puede ser solo una infección secundaria. Las infecciones primarias son menos frecuentes que las infecciones oportunistas. La transmisión es por contacto directo o fómites. Los conejos afectados se frotan los ojos con las patas delanteras. La conjuntivitis bacteriana puede tratarse con cloranfenicol tópico, ciprofloxacino o gentamicina combinados con antibioterapia sistémica de amplio espectro si el tratamiento tópico por sí solo es ineficaz.

La dacriocistitis y la obstrucción adquirida del conducto nasal pueden deberse a una rinitis crónica que asciende por el conducto nasolagrimal hasta el ojo o, a veces, a una enfermedad dental como la inflamación de la raíz del diente o la formación de abscesos. La dacriocistorinografía o la inyección de material de contraste en el lagrimal proporcionará un buen detalle radiográfico del conducto a lo largo de su curso y mostrará el lugar de la obstrucción. En los casos prolongados de dacriocistitis y conjuntivitis, el orificio y los segmentos del conducto nasolagrimal pueden estrecharse progresivamente y reemplazarse por tejido cicatricial hasta que se obstruyan irreversiblemente. Para aliviar el malestar y la inflamación asociados con estas afecciones, se puede considerar el uso de preparados oftálmicos antiinflamatorios no esteroideos, como el flurbiprofeno. También se deben utilizar AINE sistémicos como el meloxicam. El tratamiento puede incluir el lavado salino suave del conducto a través del orificio nasolagrimal, pero se debe tener cuidado de no dañar el conducto nasolagrimal durante el lavado. Cualquier daño mecánico en el frágil conducto lagrimal puede dar lugar a epífora permanente, y por consiguiente se debe advertir de esta posibilidad a los propietarios.

La conjuntivitis también es un signo clínico asociado a la viruela del conejo y a la mixomatosis.

Los abscesos subcutáneos y viscerales producidos por P multocida pueden ser clínicamente asintomáticos durante periodos prolongados y aparecer espontáneamente. Cuando los machos enjaulados juntos pelean, sus heridas a menudo se convierten en abscesos. Los abscesos en conejos se tratan de forma diferente a los abscesos en gatos; la rotura o el drenaje a través de Penrose no es el curso recomendado. Si es posible, los abscesos de paredes gruesas deben extirparse quirúrgicamente en su totalidad. Las heridas abiertas deben desbridarse o rasparse, marsupializarse y dejarse curar por segunda intención. Los abscesos faciales a menudo están relacionados con enfermedades dentales. En los conejos de compañía, el drenaje del absceso acompañado de una antibioterapia basada en los cultivos y las pruebas de sensibilidad suelen ser suficientes, aunque es frecuente la recidiva de los signos.

Pasteurella a menudo causa infecciones genitales, pero también pueden estar implicados varios otros microorganismos. La espiroqueta Treponema paraluis-cuniculi es el agente causante de la sífilis del conejo. Las infecciones genitales se manifiestan en forma de inflamación aguda o subaguda del aparato reproductor y se observan con más frecuencia en los adultos, más comúnmente en las hembras que en los machos. En el caso de Treponema, una conjuntivitis grave o dermatosis entre los dedos también pueden ser un signo clínico clave. Si ambos cuernos del útero están afectados, con frecuencia las hembras se vuelven estériles; si solo se trata de un cuerno, puede desarrollarse una camada normal en el otro. El único signo de piometra puede ser una descarga vaginal amarilla grisácea espesa. Si se observa secreción sanguinolenta de la vulva y se puede palpar un cuerno uterino grande, el adenocarcinoma uterino debe incluirse en el diagnóstico diferencial. Los machos pueden expulsar pus por la uretra o presentar un aumento del tamaño de los testículos. Es probable que se desarrolle una infección crónica de la próstata y vesículas seminales, y, puesto que puede existir transmisión sexual, es mejor sacrificar al animal en el caso de animales de producción. La extracción quirúrgica de los órganos reproductores afectados en combinación con el tratamiento antibiótico está indicada en conejos de compañía. La jaula contaminada y sus equipos se deben desinfectar minuciosamente.

Diagnóstico de la pasteurelosis en los conejos

  • Combinación de signos clínicos, cultivo bacteriano y serotipificación.

El diagnóstico de pasteurelosis no debe establecerse únicamente sobre la base de los signos de presentación, sino que debe incluir un cultivo bacteriano y análisis de sangre (hemograma completo y perfil bioquímico). En los casos gravemente afectados, también pueden ser necesarias pruebas diagnósticas más avanzadas, como la radiografía, la ecografía o una TC.

Se puede identificar a los portadores de P multocida con una prueba de inmunofluorescencia indirecta a partir de una torunda nasal. Una técnica que utiliza torundas nasofaríngeas pediátricas humedecidas con solución salina es más efectiva que la torunda nasal normal, la cual es más grande. La torunda se dirige medialmente a través de las fosas nasales externas, pasando más allá de los cornetes y llegando a la superficie dorsal del paladar blando; está recomendada la sedación. Después se retira la torunda, la cual puede utilizarse en la prueba de anticuerpos fluorescentes o cultivarse en medio de cultivo. El método ELISA para detectar anticuerpos contra P multocida también puede ser útil para detectar portadores.

La PCR permite diferenciar aislados y está comercialmente disponible. Es importante recordar que Pasteurella puede aislarse en un gran porcentaje de conejos clínicamente normales, y los resultados del cultivo deben interpretarse cuidadosamente y en combinación con los signos clínicos y los resultados de las pruebas de sensibilidad. No todas las cepas de Pasteurella son patógenas. Se han descrito cinco serotipos (cepas) de Pasteurella, dos de ellas más comúnmente implicadas en afecciones patológicas en conejos. El serotipo, identificado durante un cultivo y una prueba de sensibilidad, se analiza para determinar el antibiótico más eficaz.

Tratamiento y control de la pasteurelosis en conejos

  • El tratamiento antimicrobiano puede ayudar a controlar los síntomas, pero probablemente no eliminará la infección.

El tratamiento es complejo y probablemente no erradique el microorganismo. Los antibióticos proporcionan solo una remisión temporal de los signos clínicos y el siguiente periodo de estrés (p. ej., el parto) puede ocasionar una recidiva. A menudo es necesario un tratamiento prolongado durante 6-8 semanas. Muchos de los antibióticos más nuevos son ineficaces debido al incremento de cepas resistentes. Antes del tratamiento, se debe realizar un cultivo y antibiograma para determinar el mejor antibiótico a utilizar.

Los antibióticos eficaces frente a Pasteurella incluyen el enrofloxacino, la trimetoprima-sulfamida, el cloranfenicol, la penicilina G y la azitromicina. Muy a menudo, el tratamiento antibiótico sistémico puede potenciarse con un tratamiento antibiótico local. Los fármacos oftalmológicos a base de gentamicina instilados en las fosas nasales pueden suplementar los antibióticos sistémicos para el tratamiento de las infecciones del tracto respiratorio superior. Las fluoroquinolonas suelen ser buenos fármacos si no se han desarrollado resistencias, lo que desafortunadamente es frecuente. La medicación oral suele tolerarse bien y no presenta efectos adversos. En caso de resultados insatisfactorios, se puede combinar con doxiciclina, ya que ambos fármacos parecen tener un efecto sinérgico. A veces, se recomienda el uso de amikacina o azitromicina según los resultados del cultivo.

Aunque la medicación en el agua de bebida no se recomienda debido a la alteración del sabor y a la posible infradosificación, esta es a veces la única vía posible para tratar a los animales a mayor escala. El enrofloxacino (200 mg/L en agua de bebida durante 30 días) puede ser eficaz en infecciones del tracto respiratorio superior producidas por P multocida. El uso de penicilina procaína (60 000 UI/kg/día durante 10-14 días) también se ha recomendado para el tratamiento de conejos a nivel individual, pero se debe tener precaución, porque pueden producirse muertes por enterotoxemia si el fármaco se administra accidentalmente por vía oral.

Los tratamientos adicionales pueden incluir fármacos antiinflamatorios, lavado cuidadoso del conducto nasolagrimal, terapia de nebulización, gotas para los oídos y los ojos, administración de fluidos y cirugía.

Se han descrito dos métodos para obtener animales de producción libres de infección por Pasteurella. El primero implica el cultivo y el sacrificio de animales positivos; una vez que la colonia está libre de Pasteurella, debe mantenerse aislada. En el segundo método, las hembras gestantes se tratan con enrofloxacino. Mientras que las hembras permanecen positivas al cultivo de Pasteurella, las crías permanecen negativas. Se puede identificar a los portadores con una prueba de inmunofluorescencia indirecta a partir de una torunda nasal.

Puntos clave

  • Pasteurella multocida infecta a la mayoría de los conejos, pero muchos animales son portadores asintomáticos.

  • El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y el cultivo bacteriano.

  • Los antibióticos pueden controlar los síntomas, pero es poco probable que eliminen la infección.

Listeriosis

La listeriosis, es una enfermedad septicémica esporádica caracterizada por muertes repentinas o abortos, es más frecuente en hembras en gestación avanzada. El cuidado inadecuado y el estrés pueden ser importantes en el inicio de la enfermedad. Los signos clínicos son variables e inespecíficos e incluyen anorexia, depresión y pérdida de peso. A diferencia de la enfermedad en ganado vacuno y ovino, en conejos la listeriosis rara vez afecta el SNC. El agente causal, Listeria monocytogenes, se disemina al hígado, bazo y útero grávido por vía hematógena. En la necropsia se observa que el hígado siempre contiene múltiples focos puntiformes grisáceos y blanquecinos. El tratamiento se aborda en pocas ocasiones, pues raras veces se establece un diagnóstico ante mortem. L monocytogenes puede infectar a muchos animales, incluidas las personas. Esta bacteria es difícil de aislar con métodos normales y con frecuencia se requieren técnicas especiales. Este problema es más común en las operaciones comerciales que en los conejos de compañía.

Enfermedades intestinales

La enfermedad intestinal es una causa importante de muerte en los conejos jóvenes. Aunque antiguamente la mayoría de las enfermedades diarreicas se agruparon de forma conjunta (como complejo entérico) o simplemente se denominaron enteritis mucoide, actualmente se diferencian enfermedades específicas. La dieta, el tratamiento antibiótico y algunos otros factores pueden crear alteraciones de la microbiota GI y predisponen a los conejos a padecer disbiosis y enfermedad intestinal. Véase también una discusión sobre la estasis gastrointestinal debida a bolas de pelo.

Enterotoxemia en conejos

La enterotoxemia es una enfermedad entérica grave, que afecta principalmente a los conejos de 4-8 semanas de edad cuando están infectados de forma natural; también puede afectar a los conejos en todas las etapas de la vida si se administra un antibiótico inapropiado. Los signos clínicos incluyen letargo, pelaje hirsuto, material fecal de color marrón verdoso que cubre el área perineal y muerte dentro de las 48 h. Con frecuencia, un conejo está sano por la noche y aparece muerto a la mañana siguiente. La necropsia revela las lesiones típicas de enterotoxemia, es decir, distensión intestinal por el contenido líquido y petequias hemorrágicas en la superficie serosa. El principal agente causal es Clostridium spiroforme, el cual produce una toxina iota. Se sabe poco sobre la transmisión del microorganismo; se supone que es un comensal que suele estar presente en número reducido. El tipo de dieta parece ser un factor en el desarrollo de la enfermedad; la enterotoxemia se observa con menos frecuencia cuando se suministran dietas ricas en fibra. Dado que la mayoría de betalactámicos, la lincomicina, la clindamicina y la eritromicina inducen la enterotoxemia asociadas a Clostridium (p. ej., Clostridium difficile) debido a su efecto selectivo sobre las bacterias grampositivas normales, su uso oral está contraindicado en los conejos. La enterotoxemia debe tenerse en cuenta antes del uso de estas terapias antibióticas.

Estas diarreas son notablemente similares a las que se producen de forma natural (descrita anteriormente como enterotoxemia). El tratamiento de los conejos de granja raras veces se intenta debido a la rapidez de la muerte. Sin embargo, cuando el tamaño de la población lo permite, se ha utilizado la colestiramina con resultados prometedores, como preventivo y terapéutico. La reducción del estrés en los conejos jóvenes (destete, etc.) y la alimentación a voluntad con heno y paja ayudan a la prevención. La adición de 250 ppm de sulfato de cobre a la dieta de los conejos jóvenes también ayuda a prevenir la enterotoxemia. El tratamiento individual de los animales para la enterotoxemia debe incluir una fluidoterapia agresiva y cuidados de apoyo intensivos. El control del estado de hidratación, la temperatura corporal y la frecuencia cardiaca es extremadamente importante. Hay poca evidencia de que los antibióticos sean útiles. El pronóstico para los casos avanzados es a menudo desfavorable.

El diagnóstico de enterotoxemia depende de la historia clínica, los signos clínicos, las lesiones y la detección de C spiroforme. Se puede examinar un frotis fecal teñido para buscar los microorganismos clostridiales. Muy a menudo, Clostridium contiene una espora que le da el aspecto de un imperdible. La centrifugación de contenidos intestinales en 20 000 g durante 15 min seguida del cultivo del sobrenadante granular interfásico revelará la presencia del microorganismo. Para un diagnóstico definitivo, la presencia de toxina iota en el sobrenadante del centrifugado del contenido cecal se puede demostrar mediante ensayos in vivo o in vitro.

Enfermedad de Tyzzer en conejos

La enfermedad de Tyzzer, que está causada por Clostridium piliforme, se caracteriza por una diarrea acuosa abundante, anorexia, deshidratación, letargo, manchas en los cuartos traseros y muerte en 1-3 días en conejos destetados de 6-12 semanas de edad. Los brotes agudos se han asociado con una mortalidad >90 %. Algunos conejos pueden desarrollar infecciones crónicas que se presentan clínicamente como una enfermedad debilitante. La infección se produce por vía oral y está asociada con una higiene deficiente y con el estrés. Las lesiones comprenden enteritis necrótica y necrosis focal múltiple en el hígado y el corazón. Las placas necróticas en la superficie serosa del ciego son lesiones típicas de esta enfermedad. El diagnóstico se realiza histopatológicamente; las tinciones especiales (p. ej., Giemsa o plata de Warthin-Starry) muestran la bacteria intracelular característica. El cultivo no es práctico dado que la bacteria no crece en medios artificiales. Hay disponibles pruebas serológicas para el diagnóstico en animales de laboratorio. La enfermedad de Tyzzer afecta a una gran variedad de especies pero no se ha descrito en personas, aunque se ha documentado la presencia de títulos en la sangre en mujeres embarazadas. Aunque los antibióticos utilizados en otros animales no han sido eficaces en los conejos, la oxitetraciclina ha tenido algún efecto en el control de un brote. No está disponible ninguna vacuna. La desinfección exhaustiva y la descontaminación de las instalaciones para reducir la presencia de esporas está indicada con 1 % de ácido paracético o 3 % de hipoclorito.

Colibacilosis en conejos

Escherichia coli se ha considerado frecuentemente como una causa de diarrea en conejos, por el hecho de que E coli a menudo prolifera cuando los conejos están afectados de diarrea por alguna otra causa. Las cepas enteropatógenas de E coli (serotipo O103) frecuentemente expresan el gen eae, que codifica una proteína, la intimina, de la membrana externa asociada con la eliminación y adhesión de lesiones. Los serotipos O15:H, O109:H2, O103:H2, O128 y O132 son también importantes. Los conejos sanos no presentan cepas de E coli enteropatógenas en su tracto GI.

Se describen dos tipos de colibacilosis en los conejos, según la edad. Los conejos de 1-2 semanas de edad desarrollan una diarrea amarillenta grave que causa una mortalidad elevada. Es frecuente que camadas enteras sucumban a esta enfermedad. En conejos destetados de 4-6 semanas, se observa una enfermedad diarreica muy similar a la descrita en la enterotoxemia. Los intestinos están llenos de líquido, con hemorragias petequiales en la superficie serosa, de forma similar a la patología descrita tanto en la enfermedad de Tyzzer como en la enterotoxemia. Los conejos mueren en los 5-14 días posteriores o no se desarrollan correctamente, por ello no son rentables. El diagnóstico se establece mediante el aislamiento de E coli en agar sangre y la identificación posterior del biotipo o serotipo aislado. También son útiles las micrografías electrónicas de E coli fijada a la mucosa. En casos graves, el tratamiento no tiene éxito; en casos leves, los antibióticos pueden ser eficaces. Se debe sacrificar a los conejos gravemente afectados e higienizar todas las instalaciones. Las dietas ricas en fibra pueden ayudar a prevenir la enfermedad en conejos destetados.

Enteropatía proliferativa en conejos

La enteropatía proliferativa causada por Lawsonia intracellularis se ha descrito como causa de diarrea en conejos destetados. Entre los signos clínicos destacan diarrea, depresión y deshidratación, los cuales se resuelven en 1-2 semanas. Esta enfermedad no provoca muerte a menos que se asocie con otra infección producida por un agente enteropatógeno. El diagnóstico se basa en los hallazgos en la necropsia de un engrosamiento y aparición de pliegues en el íleon y en la identificación histológica de un organismo curvo en las criptas de los enterocitos puesta de manifiesto mediante tinción de plata. El microorganismo requiere medios de cultivo que contengan células (enterocitos). Para la identificación de L intracellularis es útil el uso del PCR y la inmunohistoquímica. Es aconsejable el aislamiento de los animales enfermos y su tratamiento sintomático. El cloranfenicol o el florfenicol es el tratamiento de elección, pero algunos conejos son sensibles a estos antibióticos cuando se administran oralmente, por lo que se requiere una monitorización GI cuidadosa.

Enteropatía mucoide en conejos

La enteropatía mucoide es una enfermedad entérica de los conejos, que se caracteriza por inflamación leve, hipersecreción y acumulación de moco en el intestino delgado y grueso. La etiología es desconocida, y puede producirse junto con otras enfermedades entéricas. Los factores predisponentes incluyen cambios en la dieta, una dieta baja en fibra no digerible (fibra dietética <6 %), tratamientos antibióticos, estrés ambiental y exposiciones a otras bacterias. Los signos clínicos de esta enfermedad son heces gelatinosas o cubiertas de mucosidad, anorexia, letargo, temperatura inferior a la normal, deshidratación, pelaje hirsuto y, con frecuencia, abdomen distendido debido al exceso de agua en el estómago. Es posible palpar un intestino ciego firme con impactación. La zona perineal a menudo está cubierta de mucosidad y heces. El diagnóstico se basa en los signos clínicos y los hallazgos en la necropsia de moco gelatinoso en el colon. Los conejos pueden vivir ~1 semana. El tratamiento es complejo y, a menudo, poco satisfactorio en los casos graves, pero se debe intentar una fluidoterapia intensa, antibióticos y analgésicos. Se previene del mismo modo que la enteropatía del conejo, basándose en una dieta adecuada y rica en fibra.

Mastitis

La mastitis es frecuente en las granjas de producción de conejos y se observa a veces en unidades más pequeñas, pero raramente en conejos de compañía. Una higiene insuficiente facilita la diseminación en la explotación. La mastitis afecta a las hembras lactantes y puede evolucionar a una septicemia que mata rápidamente a la hembra. La suelen causar estafilococos, pero también se han aislado estreptococos y otras bacterias. Inicialmente, las glándulas mamarias están calientes, enrojecidas e inflamadas. Más adelante se vuelven cianóticas, de donde deriva su nombre común en inglés, blue breast ("mama azul"). La coneja no come pero sí quiere agua. A menudo se observa fiebre ≥40,5 °C. Si el tratamiento antibiótico se inicia precozmente (el primer día que la hembra deje de comer), el conejo se puede salvar con lesiones limitadas a una o dos glándulas mamarias. Si se pierden más de dos glándulas, mantener a la hembra puede no ser rentable. Debido a que la penicilina causa con frecuencia diarrea en los conejos, se deben tratar únicamente después de que la ración granulada se haya reemplazado por heno o alguna otra dieta rica en fibra ( ver Enterotoxemia). A las crías no debe criarlas otra hembra, ya que transmitirán la infección a la nodriza. Se puede intentar criar a las crías infectadas de forma manual, pero es difícil. La incidencia de la mastitis se puede reducir si los nidales se mantienen sin bordes irregulares hacia la entrada, ya que pueden lesionar las mamas al entrar y salir del nido. Es necesario que el nidal se higienice antes y después de su uso. No se ha demostrado que las vacunas sean beneficiosas para prevenir la mastitis.

Treponematosis

La treponematosis, una enfermedad venérea específica de los conejos domésticos, está causada por la espiroqueta Treponema paraluiscuniculi. Se ha observado en ambos sexos y se transmite mediante la reproducción y de la madre a sus crías. Aunque está estrechamente relacionado con el agente causante de la sífilis en humanos (T pallidum), T paraluiscuniculi no se transmite a otros animales domésticos o a las personas. El periodo de incubación es de 3-6 semanas. Se forman vesículas o úlceras pequeñas que finalmente se cubren con una costra gruesa. Por lo general, estas lesiones se limitan a la zona genital, pero en algunos casos pueden afectar a los labios y los párpados. Los conejos infectados no deben utilizarse como reproductores. El diagnóstico se basa en las lesiones y en la observación del movimiento de sacacorchos de las espiroquetas mediante el microscopio de campo oscuro. Para el diagnóstico del T pallidum se usan los test de VDRL y RPR, que también se pueden utilizar para el diagnóstico de T paraluiscuniculi. En el diagnóstico diferencial se debe incluir la quemadura de la conejera.

Es necesario administrar penicilina G benzatina a una dosis de 42 000 UI/kg, SC, a intervalos semanales durante 3 semanas, para eliminar la treponematosis de la conejera. La penicilina procaína (60 000 UI/kg/día, SC, durante 7 días) también se recomienda para el tratamiento individual de conejos. Todos los conejos se deben tratar incluso cuando no haya lesiones. Por lo general, las lesiones se curan en 10-14 días, y los conejos recuperados se pueden reproducir sin peligro de transmitir la infección.

Dermatofitosis

La dermatofitosis clínica afecta frecuentemente a conejos de manera individual, pero también pueden aparecer brotes epizoóticos. La tiña se suele asociar con un cuidado inadecuado, una mala nutrición y ambientes estresantes. Es causada principalmente por Trichophyton mentagrophytes y ocasionalmente por Microsporum canis. La transmisión se realiza por contacto directo. Los fómites, como los cepillos de pelo no desinfectados adecuadamente, pueden tener un papel determinante en la transmisión de la infección. Los portadores asintomáticos son muy frecuentes. Por lo general, las lesiones aparecen primero en la cabeza y se pueden extender a cualquier zona de la piel. Las zonas afectadas son circulares, engrosadas, enrojecidas y cubiertas de un material blancuzco y escamoso parecido al salvado. Un resultado negativo con la lámpara de Wood no descarta dermatofitosis, ya que todos los agentes no producen fluorescencia. Se puede cultivar el pelo arrancado de un extremo de la lesión sobre medios especiales, como agar Sabouraud o medio especial para dermatofitos. Un raspado de piel tomado de la periferia de la lesión diluido en KOH puede revelar formas fúngicas que confirmen el diagnóstico.

Dado que los conejos con infección activa son infecciosos para el ser humano y otros animales, se deben aislar y tratar o sacrificar. La griseofulvina a una dosis individual de 25 mg/kg de peso corporal, PO, diariamente durante 4 semanas o mezclada con el alimento a razón de 825 mg/kg de alimento es eficaz, pero no se ha aprobado para su utilización en conejos; no debe emplearse en conejos destinados al consumo humano. La griseofulvina puede resultar teratógena y no debe emplearse en hembras gestantes. Las cremas tópicas antifúngicas que contienen itraconazol (5 mg/kg/día, PO, durante 4-6 semanas), clotrimazol o miconazol pueden ser eficaces en los tratamientos, aunque no aparezca en las indicaciones de la etiqueta. En granjas de conejos, ha sido efectivo el tratamiento mediante baños que contiene 1 % de sulfato de cobre o con 227 g de MECA (ácido clorhídrico metabolizado/compuesto de dióxido de cloro, mezcla 1:1:10 de base:activador:agua) rociado seis veces en un periodo de 26 días.

Tularemia

La tularemia es una enfermedad rara en los conejos domésticos, pero los conejos silvestres y los roedores son muy sensibles y han estado implicados en la mayoría de las epizootias. Hasta un 90 % de los casos de tularemia en seres humanos están ligados a la exposición a lagomorfos silvestres. El agente etiológico, Francisella tularensis, es un cocobacilo aerobio, inmóvil, pleomórfico y gramnegativo presente en el sur y parte central de EE. UU. Es altamente infeccioso y se transmite a través de la piel, en el tracto respiratorio vía aérea, por ingestión, y a través de artrópodos hematófagos. La tularemia produce una septicemia aguda mortal. El diagnóstico está basado en los hallazgos en la necropsia de las bacterias causantes de la enfermedad y de numerosos focos pequeños de color blanco brillante en el hígado así como por el aumento y congestión del hígado y el bazo. El tratamiento del animal no está indicado. La tularemia es una enfermedad de declaración obligatoria.