La parálisis faríngea suele ser una enfermedad del sistema nervioso central o periférico. Los signos de la parálisis faríngea incluyen disfagia, secreción nasal de alimentos, ptialismo, tos y ruido de las vías respiratorias superiores. El diagnóstico se basa en los signos clínicos, el examen endoscópico (rinolaringoscopia) y el diagnóstico por imagen (p. ej., radiografía y TC). El tratamiento es principalmente sintomático; sin embargo, las opciones de tratamiento pueden incluir tratamiento médico y quirúrgico. El pronóstico para los animales afectados es de regular a reservado.
La parálisis faríngea puede ser el resultado de un trastorno del sistema nervioso central o periférico, o desarrollarse de forma secundaria a una enfermedad local grave que puede provocar el colapso, la obstrucción o una disfunción de la faringe. De los trastornos del SNC, la rabia es la más importante de las causas de encefalomielitis víricas, aunque puede no ser la más frecuente. Las intoxicaciones que afectan al SNC, como la intoxicación por plomo, el traumatismo craneal, las infecciones con abscesos intracraneales y las neoplasias, también pueden dar lugar a parálisis faríngea en muchas especies.
Cortesía del Dr. Jan Hawkins.
Entre las causas periféricas de parálisis faringe están los traumatismos y las anomalías de la faringe, en especial las bolsas guturales en los caballos. Los trastornos de las bolsas guturales que dan lugar a parálisis faríngea incluyen la micosis, el empiema, la neoplasia y la osteoartropatía de la articulación temporohioidea. La mieloencefalitis protozoaria equina también puede causar parálisis laríngea en algunos caballos afectados. La extensión de la parálisis faríngea es variable, según si la anomalía es unilateral o bilateral y central o periférica. Las lesiones unilaterales pueden dar lugar a una disfunción faríngea parcial. Por ejemplo, los caballos con enfermedad de las bolsas guturales pueden ser capaces de tragar, pero pueden desarrollar signos clínicos de disfagia (p. ej., secreción nasal de comida o agua, tos).
Hallazgos clínicos y lesiones de la parálisis faríngea en animales
Cortesía del Dr. Jan Hawkins.
Los signos clínicos de la parálisis faríngea incluyen disfagia con secreción oral o nasal de alimentos, agua o saliva. Otros signos clínicos incluyen tos, disnea, ptialismo o bruxismo. Los animales afectados tienen riesgo de neumonía por inhalación, deshidratación y shock. Los animales afectados presentan con frecuencia uno o más signos clínicos, como pirexia, arcadas y signos compatibles con obstrucción esofágica. Los animales gravemente afectados pueden morir o deben considerarse para la eutanasia. Los animales con disnea pueden necesitar traqueotomía de urgencia antes de llevar a cabo cualquier técnica diagnóstica.
Diagnóstico de la parálisis faríngea en animales
Signos clínicos.
Hemograma completo y análisis bioquímico sérico
Diagnóstico por imagen, por lo general radiografía simple y TC
Examen post mortem en pacientes que mueren o son eutanasiados
La anamnesis y los signos clínicos suelen ser diagnósticos de parálisis faríngea. Se debe realizar un hemograma basal y un análisis bioquímico sérico. Los animales afectados están hemoconcentrados debido a la deshidratación, tienen alteraciones electrolíticas y ácido-base y pueden presentar azoemia prerrenal. La serología, radiologías de cráneo y torácicas para evaluar si existe neumonía por aspiración, endoscopia, ecografía, TC y RM (si están disponibles) son ayudas valiosas para determinar si la etiología subyacente es central o periférica. En pequeños animales el uso de la TC y la RM son particularmente útiles en la evaluación de las causas de parálisis faríngeas del SNC. Los animales sospechosos de tener rabia se deben manipular adecuadamente.
Tratamiento de la parálisis laríngea en animales
Cortesía del Dr. Jan Hawkins, Universidad Purdue.
Identificación de la causa subyacente
Administración de antimicrobianos y antiinflamatorios.
Fluidoterapia intravenosa con o sin nutrición enteral o parenteral parcial o total
Tratamiento quirúrgico (p. ej., queratohioidectomía en caballos con osteoartropatía temporohioidea).
Los protocolos de tratamiento para la parálisis faríngea varían según la causa subyacente. El tratamiento suele incluir la administración de antibióticos y antiinflamatorios. Debido a la incapacidad del paciente para tragar normalmente, se prefiere la administración intravenosa. Los animales con hemoconcentración u otros indicadores de deshidratación deben recibir líquidos intravenosos. Si el animal es incapaz de comer sin aspiración, se debe considerar seriamente la nutrición extraoral o parenteral. La alimentación extraoral con sondas de faringostomía, esofagostomía o con sondas nasogástricas o de ruminostomía temporal en rumiantes puede ser una forma económica y eficaz de proporcionar soporte nutricional. Otros tratamientos incluyen el tratamiento local de los abscesos faríngeos.
El pronóstico de la parálisis faríngea varía según la causa subyacente. El pronóstico de los abscesos faríngeos puede ser favorable, mientras que el de la enfermedad de las bolsas guturales puede ser reservado. En general, si los animales afectados no mejoran después de 4-6 semanas de tratamiento sintomático, el pronóstico es malo y debería considerarse la eutanasia.
Puntos clave
Un diagnóstico preciso es crucial para obtener un resultado satisfactorio.
En muchos casos se necesita una nutrición suplementaria porque los animales afectados no pueden ingerir alimentos con normalidad.
El pronóstico es de reservado a malo en la mayoría de los casos.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre la parálisis faríngea en caballos.