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Leishmaniosis felina

PorChristine Petersen, MD, DVM, PhD, FASTMH
Última revisión/modificación feb 2020

Se han observado infecciones por Leishmania en felinos en todo el mundo, causadas por las especies que se encuentran comúnmente en otros animales de esa región; la prevalencia en gatos suele ser menor que en perros de la misma zona. Es más probable que L infantum se transmita de los gatos a los flebotominos, porque se ha demostrado que los flebotominos se alimentan de gatos y se infectan después de alimentarse de gatos infectados naturalmente. Hasta la fecha, la transmisión no vectorial no se ha descrito en gatos, pero la transfusión de sangre puede ser una fuente de infección similar a la de las personas y los perros. Los factores del hospedador que predisponen a la sensibilidad incluyen inmunodepresión secundaria al virus de la inmunodeficiencia felina (FIV) o al virus de la leucemia felina (FeLV), tratamientos inmunosupresores o enfermedades debilitantes concomitantes.

Hallazgos clínicos de la leishmaniosis felina

La leishmaniosis felina es una enfermedad crónica con signos clínicos y anomalías clinicopatológicas similares a las encontradas en los perros. El análisis frente a FeLV/FIV está justificado en los casos potenciales, ya que aproximadamente el 50 % de los casos descritos han sido positivos para una de estas infecciones virales. Los dos hallazgos clínicos más comunes son lesiones cutáneas y/o mucocutáneas y linfadenopatía, y la anomalía clinicopatológica más común es la hipergammaglobulinemia.

Diagnóstico de la leishmaniosis felina

Los gatos con signos clínicos compatibles con leishmaniosis deben tener su diagnóstico confirmado mediante serología cuantitativa. Si la serología es negativa pero el cuadro clínico es muy sugestivo, especialmente si el gato es positivo al FeLV o al FIV, se ha de considerar la citología, la histología, la PCR cuantitativa o el cultivo, ya que el compromiso inmunitario puede inhibir la capacidad de producir anticuerpos específicos detectables.

Tratamiento de la leishmaniosis felina

No hay estudios controlados publicados sobre el tratamiento de la leishmaniosis en gatos. En ausencia de evidencia que indique lo contrario, el tratamiento empírico con alopurinol (10 mg/kg, PO, dos veces al día, durante al menos 6 meses) se ha utilizado con mayor frecuencia sin efectos adversos descritos.

Prevención de la leishmaniosis felina

La mayoría de los productos a base de piretroides son tóxicos para los gatos. Los collares de flumetrina están autorizados para su uso en gatos. Sin embargo, no hay pruebas experimentales de que estos collares repelan los flebotominos cuando los usan los gatos.

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