Vía de administración de las vacunas en animales
La vía más común de administración de la vacuna es la inyección SC o IM. Este enfoque resulta óptimo para un número reducido de animales, y para enfermedades en las que sea importante desarrollar la inmunidad sistémica. Además, el veterinario puede estar seguro de que el animal ha recibido la dosis apropiada de vacuna.
Sin embargo, a veces la inmunidad local es más importante que la sistémica y, en estos casos, es más apropiado administrar la vacuna en el sitio de invasión microbiana. Las vacunas intranasales se usan para varias enfermedades, como en los siguientes ejemplos:
Infecciones por rinotraqueítis y calicivirus en gatos.
Bronquitis infecciosa y enfermedad de Newcastle en aves de producción.
Una desventaja potencial es que estas técnicas requieren la manipulación de cada animal individual. La administración de vacunas por aerosol permite que sean inhaladas por todos los animales de un lote, una ventaja obvia cuando la explotación es grande. Este método se usa mucho en la industria avícola.
Como alternativa, puede administrarse una vacuna en el alimento o en el agua de bebida (p. ej., vacunación de las aves de producción frente a la enfermedad de Newcastle y la encefalomielitis aviar). Las vacunas en agua de bebida se administran cada vez más en las grandes explotaciones porcinas. Los peces y los crustáceos pueden vacunarse por inmersión en una solución de antígeno, que se absorbe después a través de su piel y agallas.
Vacunas combinadas para animales
Debido a la complejidad de muchas enfermedades y para evitar administrar a los animales numerosas inyecciones, se suelen usar mezclas de microorganismos en una sola vacuna.
Por ejemplo, para el complejo de respiratorio bovino, se dispone de vacunas combinadas contra el virus respiratorio sincitial bovino, virus de la rinotraqueítis infecciosa bovina, virus de la diarrea vírica bovina, virus de la parainfluenza 3 y Mannheimia haemolytica. Las vacunas combinadas, que suponen un ahorro considerable de tiempo y esfuerzo, también se usan frecuentemente en los perros y gatos.
Cuando una mezcla de antígenos se administra simultáneamente, pueden competir entre ellos; los fabricantes de vacunas son conscientes de ello y han modificado las vacunas en consecuencia. Estas nunca deben mezclarse indiscriminadamente, ya que un componente puede dominar e interferir en las respuestas a los otros.
La administración simultánea de múltiples vacunas a un animal no presenta dificultades para el sistema inmunitario de los animales normales y sanos. El sistema inmunitario ha evolucionado para responder a organismos complejos y múltiples desafíos simultáneos.
Pautas de vacunación para animales
Aunque no es posible proporcionar programas exactos para cada vacuna, existen algunos principios comunes a todos los métodos de inmunización activa.
Los animales neonatos están protegidos de forma pasiva por los anticuerpos maternos. Los anticuerpos maternos tienen un efecto inhibitorio sobre la producción de anticuerpos; en general, los neonatos no pueden protegerse eficazmente mediante la vacunación hasta que han disminuido los títulos de anticuerpos maternos.
Si se considera necesario estimular la inmunidad en esta etapa, puede vacunarse a la madre al final de la gestación, calculando las dosis de modo que los títulos máximos de anticuerpos se alcancen durante la formación del calostro. Las vacunas víricas vivas modificadas contra los virus que causan abortos no deben usarse en animales gestantes.
Los animales neonatos están protegidos contra la enfermedad causada por ese patógeno específico mientras estén presentes suficientes anticuerpos maternos. Sin embargo, los títulos de anticuerpos pasivos disminuyen exponencialmente. Estos anticuerpos maternos pueden disminuir por debajo de los títulos protectores y, al mismo tiempo, impedir una inmunización exitosa.
Las vacunas inactivadas no son muy eficaces para conferir inmunidad protectora en comparación con los anticuerpos maternos. Las vacunas víricas vivas modificadas, sin embargo, pueden inducir una respuesta inmunitaria primaria protectora y algo de memoria inmunológica.
Dado que no puede preverse el tiempo preciso de pérdida de la inmunidad materna, las recomendaciones actuales exigen que los animales jóvenes deban vacunarse varias veces para asegurar el éxito de la inmunización, y se deben tomar medidas de bioseguridad apropiadas hasta que se desarrolle la inmunidad.
El intervalo entre dosis vacunales depende de la memoria inmunológica del animal. La duración de esta memoria depende de múltiples factores, como la naturaleza del antígeno, el uso de microorganismos vivos o muertos, los coadyuvantes utilizados y la vía de administración.
Algunas vacunas pueden inducir una inmunidad que persiste durante toda la vida del animal. Otras vacunas pueden requerir dosis de recuerdo solamente una vez cada 2-3 años. Incluso las vacunas de virus muertos pueden proteger a algunos animales contra la enfermedad durante muchos años. Desafortunadamente, la duración mínima de la inmunidad casi nunca se ha medido de manera fiable.
La variabilidad individual del animal y de la vacuna hace difícil estimar la duración de la inmunidad protectora. En un grupo de animales, puede haber una elevada diferencia entre la menor y la mayor duración de la protección. Las vacunas pueden diferir en su composición, y aunque todas pueden inducir la inmunidad a corto plazo, no se puede asumir que confieran la misma inmunidad a largo plazo.
Es probable que exista una diferencia notable entre el nivel mínimo de inmunidad necesario para proteger a la mayoría de los animales y el nivel de inmunidad necesario para asegurar la protección de todos los animales.
Un veterinario siempre debe evaluar los riesgos relativos y los beneficios para un animal cuando determina la frecuencia de la revacunación. Los propietarios deben ser conscientes de que la protección puede mantenerse de manera fiable solo cuando las vacunas se administran de acuerdo con el protocolo autorizado por las autoridades que aprueban la vacuna. La duración de la inmunidad descrita por el fabricante de una vacuna es la duración mínima encontrada con los datos disponibles en el momento de la aprobación.
Las pruebas de anticuerpos persistentes en el punto de atención son habituales. Si un animal posee un título de anticuerpos adecuado, la revacunación puede posponerse.
Las vacunas suelen clasificarse según su importancia. Las vacunas esenciales (o básicas) deben administrarse a todos los animales de una especie y los veterinarios deben asegurarse de que la inmunidad se mantenga durante toda la vida del animal mediante una revacunación apropiada.
Las vacunas opcionales (o secundarias) protegen a los animales frente a enfermedades esporádicas, leves o poco frecuentes y solo deben administrarse cuando las circunstancias lo justifiquen y cuando los beneficios superen claramente los riesgos que conllevan.
Por ejemplo, las vacunas esenciales de los perros en EE. UU. incluirían por lo general el virus del moquillo canino, el parvovirus, el adenovirus y el virus de la rabia. Las vacunas opcionales pueden incluir el coronavirus canino, el virus de la parainfluenza, Bordetella bronchiseptica, leptospirosis y enfermedad de Lyme.
Vacunas DIVA en animales
Tanto la infección natural como la vacunación inducen una respuesta inmunitaria protectora. Como resultado, la prueba de anticuerpos en el suero de un animal puede no establecer la diferenciación entre animales infectados y animales vacunados (DIVA).
Este problema se puede resolver eliminando un antígeno no protector de la vacuna. Cuando se hace esto, la prueba de anticuerpos frente a este antígeno específico permite que se produzca la DIVA. Solo los animales infectados de forma natural tendrán anticuerpos frente a ese antígeno.
Un ensayo serológico simple como el ELISA permitirá esta diferenciación y permitirá que la erradicación proceda en presencia de vacunación. Un ejemplo de esto es la erradicación de la enfermedad de Aujeszky (herpesvirus porcino 1) de los cerdos comerciales en muchos países desarrollados con la ayuda de las vacunas DIVA.
Puntos clave
Los animales neonatos no pueden vacunarse con éxito debido a la presencia de anticuerpos derivados de su madre. Las vacunación efectiva debe retrasarse hasta que la inmunidad materna haya disminuido.
La prueba de anticuerpos preexistentes en los animales antes de la revacunación puede ayudar a evitar vacunas innecesarias.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre vacunas e inmunoterapia en animales.
Tizard IR. Vaccines for Veterinarians. Elsevier; 2021.