En los caballos se producen una variedad de problemas de comportamiento. Algunos de los más comunes son los asociados con la agresividad (incluida la agresividad hacia las personas), el miedo y las fobias, los problemas de comportamiento sexual, los problemas de rendimiento (como el corcoveo), los hábitos alimentarios anormales y los comportamientos indeseables. .
Muchos problemas de comportamiento están asociados con el confinamiento. En circunstancias de vida libre, los caballos deambularán y pasarán más del 60 % del día pastando. El resto de su tiempo lo pasan estando de pie, tumbándose, acicalándose u ocupándose en otra actividad. Este mismo patrón es el preferido en condiciones de estabulación: incluso con la libre elección de grano, los caballos elegirán comer muchas comidas pequeñas al día. Dado que los caballos son animales muy sociables, necesitan el contacto con los demás para su mantenimiento y bienestar diarios normales. Aislar a los caballos puede provocar la aparición de problemas. Comprender el comportamiento equino normal es importante para identificar los anormales, de modo que puedan corregirse.
Agresividad
La agresividad es un problema común en los caballos e incluye persecuciones, luchas de cuello, coces y mordiscos y otras amenazas. Los signos de agresividad incluyen orejas aplastadas hacia atrás, labios retraídos, movimientos rápidos de la cola, serpenteo, cocear, inclinar la cabeza, exhibir pilas de heces, ronquidos, chillidos, ponerse de manos (encabritarse con los cuartos traseros profundamente flexionados) y amenazas de cocear. Los caballos sumisos responden evitando, bajando el cuello y la cabeza, apretando la cola y alejándose del caballo agresivo.
La agresividad hacia las personas se suele ver en los establos, donde el caballo se siente confinado y puede defenderse fácilmente. Los tipos más frecuentes de agresividad hacia las personas se deben al miedo, al dolor, a las hormonas sexuales, a la dominancia y al aprendizaje (el caballo aprende que ser agresivo puede ayudarlo a lograr sus objetivos). La agresividad por dominancia y miedo en los caballos es similar a la que se da en los perros, excepto que la agresividad por dominancia equina no depende de la situación como lo hace en los perros. El miedo puede estar causado por abuso físico, el trato duro y la ceguera nocturna asociada con el confinamiento en un establo oscuro. Los caballos que son agresivos con las personas a veces son demasiado peligrosos para mantenerlos. Ha habido casos de caballos que matan a personas en tales circunstancias.
El primer paso para manejar la agresividad de los equinos es garantizar la seguridad de las personas. La causa de la agresividad debe identificarse y, si es posible, eliminarse. El comportamiento agresivo puede modificarse mediante el contracondicionamiento y la desensibilización (utilizando recompensas para las reacciones no agresivas). Las recompensas pueden ser la alimentación frecuente de alimentos muy deseables (p. ej., melaza o manzanas), la atención, el cepillado o el ejercicio. El propósito de la alimentación frecuente es imitar el patrón natural de pastoreo frecuente y asociarlo con la presencia de la persona. También es importante examinar el entorno del caballo, asegurándose de que tenga suficiente espacio, comida y agua. Se debería castrar a todos los animales agresivos, porque la agresividad puede ser hereditaria, y la eliminación de las hormonas sexuales reduce algunos tipos de agresividad.
La agresividad hacia otros caballos suele estar asociada a la reproducción, la competencia sexual, el miedo, la dominancia y el territorio (incluida la protección del grupo, la comida o el agua). Los caballos tienen compañeros favoritos para el acicalado y para pastar. Se desconoce hasta qué punto estas preferencias pueden ser un factor de agresividad hacia otros caballos. Los caballos agresivos deben separarse de otros caballos. Para minimizar la competencia y el estrés, asegúrese de que todos los caballos tengan suficiente acceso al espacio, la comida, el agua y otros recursos. El tratamiento puede incluir la castración, la desensibilización y el contracondicionamiento. Esto puede lograrse gradualmente trasladando a los caballos a través de una o dos vallas, para evitar que se hagan daño el uno al otro. Dos vallas resultan óptimas porque reducen la posibilidad de que los caballos se puedan golpear entre sí con sus patas. Los medicamentos también pueden ser útiles en algunos casos. Sin embargo, se debe evitar el castigo porque puede empeorar la agresividad.
La agresividad materna es la agresividad de una yegua hacia las personas durante los primeros días después del parto de un potro. Es un comportamiento normal causado por las hormonas que suele disminuir con el tiempo. Permitir que la yegua se familiarice con sus cuidadores antes del parto y minimizar el contacto humano después puede ayudar. El tratamiento no es necesario en la mayoría de los casos.
La agresividad durante la monta puede producirse cuando los sementales se utilizan en exceso o fuera de temporada. Los sementales pueden preferir a ciertas yeguas y pueden no ser compatibles con la yegua elegida; cambiar de yegua puede ayudar. Es posible que los sementales no quieran montar a las yeguas con las que estaban estabulados cuando eran potros, y el apareamiento forzado puede dar lugar a agresividad. El objetivo del tratamiento es tratar la causa principal de la agresividad; también se puede intentar cambiar la yegua (debido a las preferencias) o la inseminación artificial. La contención física (como los trabones) y la desensibilización también pueden ayudar. El entrenamiento con clicker se ha utilizado con éxito para desensibilizar a los sementales con este problema.
Trastornos alimentarios
Masticar la madera implica agarrar la madera con los dientes frontales y luego tragarla. La causa habitual del comportamiento es la falta de fibra en la dieta. En condiciones de pastoreo o en libertad, los caballos pastan de 8 a 14 horas por día, mientras que los caballos confinados comen menos de 3 a 4 horas por día. La mayor parte de la masticación de madera se produce en invierno, y parece tener lugar con más frecuencia en los caballos alimentados con dietas granuladas. El confinamiento, la falta de ejercicio y el aburrimiento también pueden llevar a masticar madera. Si un caballo recibe menos de 1 kg de heno por cada 100 kg de peso corporal, la masticación de madera puede llegar a ser extrema. Es importante tratar el problema primario (es decir, indagar por qué el caballo lo está haciendo), más que intentar evitarlo. Para tratar esta afección, el propietario debe proporcionar más fibra (heno, por ejemplo), ejercicio (a través del trabajo o aumentando el tiempo de pastoreo), estimulación, juguetes o contacto social. También puede ser útil eliminar o cubrir la madera expuesta.
La coprofagia es la ingestión de heces y es un comportamiento normal en los potros. Se da con mayor frecuencia durante los primeros 2 meses de vida, tras los cuales suele disminuir. Se cree que este comportamiento proporciona a los potros ciertos nutrientes y bacterias intestinales. Cuando se observa en los adultos, suele asociarse a un bajo nivel de forraje o a una deficiencia dietética. Un veterinario puede ayudar a identificar cualquier deficiencia dietética. El tratamiento suele incluir el aumento de la cantidad de fibra en la dieta.
La pica es la ingestión de tierra o arena u otros artículos no alimentarios. Esto puede dar lugar a complicaciones digestivas graves e incluso mortales, por lo que no debe tomarse a la ligera. Por naturaleza, los caballos pasan gran parte de su tiempo pastando y si esta actividad se reduce, como cuando están en un establo, es probable que busquen otros materiales para ingerir. Los periodos prolongados de confinamiento, a menudo combinados con alimentos concentrados que se consumen rápidamente, pueden causar aburrimiento y conducir a conductas alimentarias anormales. La textura puede ser importante, y la adición de forraje, juguetes y bloques de sal puede desempeñar un papel importante en el tratamiento.
Los caballos forman amistades con otros caballos, y la anorexia (pérdida de apetito) puede estar asociada a cambios en estas relaciones. Por ejemplo, si un caballo se separa de un compañero, puede dejar de comer. Un caballo sumiso no puede comer cerca de uno agresivo que lo ha atacado previamente. Es importante abordar los aspectos sociales del problema. Es importante consultar a su veterinario si su caballo no está comiendo. Su veterinario puede determinar si se trata de un problema médico o de comportamiento y puede recetar medicamentos que estimulan el apetito, si es necesario. En los potros, la falta de apetito puede deberse a un destete inadecuado o a una yegua agresiva que ataca a un potro que intenta compartir la comida de la madre. Se deberían poner barreras que permitieran alcanzar de forma segura unos patrones normales de desarrollo y de alimentación. Los potros quizá no coman la misma planta ni la misma parte de la planta que la yegua, y las partes que escogen pueden basarse en la altura de la planta. Este problema debe abordarse y los comederos de arrastre deben colocarse cerca de la yegua para que el potro no tenga que elegir entre la comida y el contacto con su madre. Los potros en los pastos y los que están mamando no beben agua, pero las yeguas necesitan tener acceso a agua limpia y buena.
La obesidad puede ser el resultado de una reducción del ejercicio, de un aumento del alimento palatable y de una falta de estimulación (caballos que comen en ausencia de otras actividades). No se debe retirar bruscamente la comida a un caballo obeso. Las cantidades de alimento deben disminuirse gradualmente mientras se incrementa el ejercicio y el contacto social con otros caballos y personas. Un veterinario puede evaluar el contenido nutricional de la dieta y hacer los ajustes necesarios para lograr una ración más equilibrada. Esto ayudará al caballo a perder peso.
Comportamientos estereotipados
Deambular o dar vueltas es un comportamiento estereotipado en el que los caballos caminan en círculos alrededor del establo. Cuando se liberan a un espacio más grande (como un prado o un granero), continúan dando vueltas en un área pequeña. Atar al caballo para evitar que camine solo transformará el comportamiento zigzagueo (véase más adelante). Ambos comportamientos se observan en caballos confinados, no sirven para nada, son difíciles de interrumpir y suelen ser más lentos que otros tipos de movimientos. Las posibles causas de la deambulación incluyen la falta de ejercicio y contacto social y la claustrofobia (un miedo intenso a los espacios pequeños). El estrés y la ansiedad parecen empeorar el problema. El tratamiento debe incluir aumentar el ejercicio, proporcionar compañía social, permitir que el caballo vea a otros caballos y proporcionar una cama limpia y gruesa. También puede ayudar la alimentación frecuente (más de dos veces al día), permitiendo un mayor acceso a los pastos, proporcionando más establos abiertos y un mejor acceso a las vistas del exterior. Añadir juguetes al establo puede ayudar si el caballo es joven y activo. En algunos casos, su veterinario puede necesitar prescribir medicamentos para controlar el problema.
El zigzagueo se produce cuando un caballo que suele caminar en el establo está atado o se le prohíbe caminar debido al espacio restringido. Como no pueden dar vueltas como de costumbre, seguirán moviéndose constantemente, pero en un movimiento de zigzagueo. El caballo puede levantar las patas, cambiar su peso y mover la cabeza de lado a lado. El tratamiento incluye desatar al caballo, proporcionarle un establo más grande o, lo mejor de todo, sacarlo a pastar. Proporcionar un gran espejo en el establo frente al caballo puede ayudar a disminuir el zigzagueo. Los otros tratamientos recomendados para la deambulación (véase anteriormente) también pueden ayudar.
Dar manotazos o escarbar puede causar lesiones al caballo, dañar el suelo y desgastar los cascos del caballo. Es un comportamiento normal cuando los caballos en los pastos de invierno se ven obligados a cavar para alimentarse. Cuando los caballos están confinados y reciben alimentos muy palatables, los golpes en el suelo con el casco se pueden producir más frecuente e intensamente de lo que ocurriría en otra situación. Los manotazos se pueden producir debido a la frustración, la anticipación o como un comportamiento de desplazamiento. Es necesario determinar la causa subyacente de los manotazos para poder tratarlos con éxito. Los tratamientos específicos son similares a los de los casos de deambulación (véase anteriormente). Cambiar el suelo a hormigón puede hacer que se deje de dar manotazos; sin embargo, no cambiará la motivación para hacerlo, y algunos caballos (especialmente los sementales) pueden encabritarse en lugar de dar manotazos. No se deben recompensar los manotazos, que es lo que ocurre inadvertidamente cuando los caballos dan manotazos en previsión de la alimentación. La comida debe presentarse al caballo solo cuando este no esté dando manotazos, o bien se debe llevar al caballo hacia la comida.
Cocear las paredes del establo daña las patas de los caballos y los establos. Los caballos pueden cocear debido al aburrimiento, la agresividad o la frustración. Cuando se debe a la agresividad, el coceo puede producirse cuando otro caballo está cerca o cuando el caballo percibe que otro caballo está cerca. El coceo también puede producirse en previsión de la alimentación. Cuando se alimenta al caballo, el comportamiento se refuerza porque el caballo asocia el coceo con la alimentación. También puede producirse cuando el caballo no puede alcanzar sus objetivos (p. ej., el ejercicio o la posibilidad de criar). Es posible que el comportamiento sea una forma de automutilación (véase más adelante). Muchos caballos que cocean y hacen agujeros en las paredes de un establo también comen madera de estos agujeros. Para que el tratamiento tenga éxito, deben determinarse y abordarse las causas subyacentes del coceo. El tratamiento del coceo agresivo se trató anteriormente (véase Agresividad hacia las personas), y para la mayoría de las otras causas el tratamiento es similar al tratamiento para la deambulación en el establo (véase anteriormente). También puede ser necesario reorganizar la agrupación social en el establo. Los propietarios nunca deben reforzar el coceo proporcionando comida cuando el caballo cocea. También puede ser útil proporcionar más contacto social, ejercicio y estimulación.
El vicio de tragar aire (aerofagia, cribbing) es un comportamiento distinto al de masticar madera, que consiste en agarrar una superficie horizontal (como una valla o un cubo de agua) con los dientes delanteros (incisivos), flexionar el cuello y aspirar aire. Algunos caballos tragan o respiran aire, mientras que otros aspiran sin agarrar ningún objeto. Esta actividad produce un ruido extraño, no flatulento. El cribbing se asocia a la alimentación con alimentos muy palatables (como grano o melaza), a la falta de ejercicio y al confinamiento. Es más probable que ocurra en caballos Pura Sangre Inglés, otros caballos de carreras y caballos de doma. El cribbing se diagnostica más fácilmente si se observan las piezas en forma de U que faltan en las vallas disponibles. Los caballos que tragan aire tienen los dientes desgastados y desarrollan una gruesa musculatura del cuello. Las opciones de tratamiento incluyen aumentar el forraje en la dieta, aumentar el ejercicio y la estimulación (como los juguetes), cambiar de compañía y proporcionar un mayor acceso a los pastos. Colocar una correa alrededor del cuello del caballo detrás de la nuca puede ayudar aplicando presión cada vez que el caballo intente flexionar su cuello. Mantener los establos libres de superficies horizontales y objetos que el caballo pueda agarrar también puede ayudar a minimizar el cribbing.
La automutilación se produce cuando un caballo se lastima mordiéndose (por lo general las patas, el pecho o los flancos) o pateando su abdomen con las patas traseras. Algunos caballos vocalizan al mismo tiempo. Puede deberse a un problema médico, como un trastorno digestivo (p. ej., cólico), enfermedad de la piel o dolor. Su veterinario puede ayudar a diferenciar un problema médico de uno que es principalmente de comportamiento. La automutilación puede aparecer en animales sexualmente frustrados (por lo general machos) o en caballos socialmente incompatibles. También puede darse como actividad de desplazamiento. El problema es más común en los machos menores de 2 años y posiblemente puede estar provocado por factores ambientales estresantes. El tratamiento debería incluir la corrección del problema subyacente. La automutilación asociada a la frustración sexual puede abordarse mediante la castración, el pastoreo con una yegua, la eliminación de todas las yeguas, el aumento del ejercicio, el aumento del forraje y la disminución del grano.
Problemas de comportamiento sexual
Los sementales tienen falta de libido (no están dispuestos a aparearse) si se les utiliza en exceso para criar, se inhiben debido al uso de dispositivos antimasturbación, si se usan fuera de temporada, o bien si resultan lesionados mientras montan. La masturbación es un comportamiento equino normal. No es cierto el mito de que la masturbación reduce el valor del semen porque los caballos que se masturban rara vez eyaculan. Los sementales que tienen escasa libido deben descansar si se han utilizado en exceso. Los sementales sumisos que se presentan a yeguas agresivas también pueden no estar dispuestos a aparearse. Otra causa de la falta de libido puede ser un entorno reproductivo deficiente. Muchos sementales son "quisquillosos" con el entorno en el que son recogidos y pueden mostrar signos de escasa libido si el entorno no es el adecuado. Las distracciones como los gritos, los movimientos rápidos e inesperados y el manejo brusco pueden llevar a un semental que no tenga ningún interés en la situación.
Permitir que un semental que muestra una libido escasa vea aparearse a otros sementales puede tener un efecto beneficioso sobre su libido. El uso de una vagina artificial o medicamentos también puede ser útil. Proporcionarles una variedad de yeguas, incluidas las yeguas "teaser", también puede estimular su interés. Pastar con una yegua también puede ayudar. Los sementales también deben estar bien descansados y alimentados.
La ninfomanía es un comportamiento sexual excesivo que se observa en las yeguas, por lo general debido a cambios dentro del ovario. Las yeguas ninfómanas "guiñan" (muestran el clítoris), se agachan, y orinan frecuentemente, a menudo cuando no están en celo. Las conductas de monta y las relacionadas con la solicitación no se consideran anormales si se dan cada 21 días cuando la yegua cicla. Las yeguas ninfómanas deben examinarse para detectar problemas médicos subyacentes. Las yeguas que no están en celo pero muestran receptividad sexual a los machos también pueden tener estro psíquico. El tratamiento para la ninfomanía y el estro psíquico depende de la causa e incluye medicamentos hormonales, aumento de la exposición a la luz del día (más de 16 horas por día) o cirugía.
Es común que las yeguas exhiban un celo silencioso, especialmente durante el primer ciclo estral. El ovario responde como debería al estro (es decir, el ovario produce un folículo normal y ovula), pero la yegua no acepta un semental. Las causas incluyen estrés y preferencias de apareamiento. Puede ser útil presentarle varios sementales. Si está amamantando a un potro, el destete también puede ayudar.
Los caballos castrados que se comportan como si fueran sementales montarán a las yeguas, atacarán a los potros, se pelearán con otros machos y se automutilarán. Estos caballos castrados también pueden perturbar otras relaciones sociales. Las pruebas de laboratorio pueden ser útiles para descartar problemas médicos subyacentes, aunque alrededor del 50 % de los caballos castrados normalmente mantendrán algún comportamiento similar al de un semental. Los tratamientos incluyen la separación de los caballos y los medicamentos.
Rechazo del potro
El rechazo del potro se observa en tres formas principales: yeguas que aceptan al potro pero no lo dejan mamar, yeguas que tienen miedo del potro y huyen, y yeguas que muestran un comportamiento similar al de un semental e intentan cocear o morder al potro. Las dos primeras formas se observan principalmente en yeguas que son madres primerizas o en aquellas con una ubre dolorosa. La forma agresiva puede ser hereditaria en Árabes y Morgans. Las yeguas pueden dar un manotazo a los potros para estimularlos a levantarse de la postración, lo que es diferente del rechazo. Las yeguas pueden matar a sus potros si están por debajo de su peso y no comen lo suficiente, y esto puede ser un comportamiento normal, aunque poco común. El primer paso del tratamiento es la protección del potro. Si la yegua acepta al potro pero no lo deja mamar, se la debe ayudar durante varias lactaciones hasta que aprenda que amamantar es placentero. Para agarrarla de manera que no pueda lesionar al potro pueden ponerse unas riendas cruzadas o unas barreras parciales a través de las cuales pueda ver y oler al potro, pero que le impidan llegar hasta él. Evitar cualquier molestia mientras la yegua está amamantando al potro es esencial para una lactación exitosa. Se debe revisar a la yegua para asegurarse de que no hay nada malo en su ubre, como mastitis o úlceras que podrían estar causando su dolor, lo que puede explicar una aversión a la lactación. La presión en la ubre resultante de un amamantamiento infrecuente puede tratarse mediante baños y remojos de agua caliente, un ligero masaje con una manguera y el ordeño de la yegua.
Las yeguas que tienen miedo de sus potros se deben tratar de la misma manera, pero la adición de señales de relajación como establos más oscuros y silenciosos y golosinas puede ayudar. Se han utilizado perros para evocar el comportamiento materno de "pastoreo" estimulando a la yegua para proteger al potro de una amenaza potencial. Las yeguas que intentan herir a sus potros se deben sujetar con barreras o atándolas. Al mismo tiempo, la yegua puede ser contracondicionada usando recompensas positivas. Si no se puede volver a entrenar a la yegua o no se puede confiar en ella, se debe buscar una yegua de reemplazo ("nodriza") o hacer otros arreglos (amamantamiento manual) para que el potro pueda alimentarse adecuadamente.
Miedo y fobia
Los caballos pueden tener miedos y fobias. El miedo es una respuesta normal a una amenaza real o percibida. La fobia es una respuesta de miedo exagerada que es repentina e intensa y produce pánico. Las dos fobias más comunes en caballos están asociadas con el ruido y la localización. Los caballos naturalmente tienen miedo a las cosas nuevas (llamado neofobia), que puede ser responsable de algunos problemas de comportamiento, como los problemas relacionados con los remolques (véase más adelante). El primer paso para controlar los miedos y las fobias es identificar el desencadenante. Puede ayudar a evitar, si es posible, situaciones en las que se produce el miedo o la fobia. El tratamiento incluye cambiar la respuesta emocional del caballo al desencadenante mediante desensibilización y contracondicionamiento. Por ejemplo, el tratamiento de una fobia al ruido puede implicar reproducir una grabación del ruido problemático a un volumen bajo que no evoque miedo mientras se recompensa al caballo con caricias suaves o un premio muy deseado. El volumen de la grabación puede incrementarse lentamente con el tiempo mientras el caballo permanezca en calma. La desensibilización y el contracondicionamiento requieren tiempo y paciencia y pueden necesitar la ayuda de su veterinario. Nunca use el castigo en respuesta a miedos o fobias porque empeorarán el problema. También pueden ser necesarios los medicamentos.
Los problemas con los remolques incluyen negarse a entrar o salir del remolque y revolverse durante el viaje. Los caballos pueden tener miedo de subir a un remolque debido a temores naturales (como miedo a cosas nuevas, un interior oscuro, inestabilidad del remolque o ruido) y/o factores aprendidos (como un accidente previo, mareo por movimiento o castigo durante la carga). Un caballo puede subirse bien a un remolque, pero luego comportarse mal mientras está dentro. Esto podría deberse a que el caballo tiene dificultades para mantener el equilibrio mientras el remolque está en movimiento, anticipa un suceso estresante (como una carrera después del paseo en el remolque) o tiene mareos. Todos estos problemas pueden ser potencialmente lesivos para el caballo y es mejor abordarlos precozmente. El mejor enfoque a largo plazo para manejar los problemas de remolque es la desensibilización y el contracondicionamiento usando recompensas, como golosinas. Sin embargo, estas técnicas llevan tiempo y deben realizarse mucho antes de que se produzca el transporte. A los potros se les debe enseñar a una edad temprana a subir en un remolque con sus madres. El castigo nunca debe usarse porque empeorará el problema. A menudo, el tratamiento puede ser tan sencillo como hacer entrar al caballo en el remolque (utilizando una plataforma en lugar de una rampa), hacer caminar al caballo lentamente alrededor y luego dentro del remolque, o utilizar otro caballo que remolque bien como "compañero". Los remolques pueden diseñarse para permitir la entrada y salida bidireccional y una opción de paso. Caminar a través del remolque puede ayudar a demostrar que el caballo no está caminando en un área oscura e incierta. Una vez que el caballo está calmado, se puede levantar la puerta. Si estas técnicas no funcionan y se debe transportar al caballo, su veterinario puede recetarle un sedante. Sin embargo, los sedantes no ayudarán al caballo a aprender para viajes futuros y lo harán menos estable durante el viaje.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre los problemas de comportamiento en los caballos.