El fondo del ojo es la parte posterior del ojo opuesta a la córnea e incluye la retina, la membrana entre la retina y el blanco del ojo (la coroides) y el disco óptico (el punto por donde el nervio óptico entra en el ojo). La coroides contiene el tapetum (una estructura reflectante en la parte posterior del ojo que mejora la visión con poca luz), los vasos sanguíneos que irrigan la retina y células coloreadas (pigmentadas). Las enfermedades del fondo de ojo pueden aparecer solas o como parte de enfermedades generalizadas.
Las posibles causas subyacentes de las enfermedades de la retina en todas las especies incluyen:
Anomalías hereditarias.
Traumatismos.
Trastornos metabólicos.
Infecciones generalizadas.
Tumores.
Trastornos sanguíneos.
Presión arterial alta.
Deficiencias nutricionales.
Inflamación de la retina y la coroides (coriorretinitis)
La inflamación de la retina y la coroides es frecuentemente el resultado de una infección generalizada de todo el organismo. Es importante tanto como una clave diagnóstica conveniente como un predictor de la función visual. A menos que las anomalías sean generalizadas o afecten al nervio óptico, suelen ser "silenciosas" y no producen signos.
Durante los exámenes oculares, su veterinario buscará ciertas lesiones características en el ojo. Estas incluyen lesiones en "orificios de bala" (que sugieren infección por el herpesvirus equino), lesiones difusas (que pueden estar causadas por inflamación o traumatismo craneal grave) y lesiones en "banda horizontal" (que pueden estar causadas por la obstrucción de los vasos sanguíneos).
La inflamación de la retina y la coroides puede estar presente con infecciones bacterianas (leptospirosis), algas y fúngicas, e infecciones de la sangre (septicemia) en los potros, o causada por traumatismos o parásitos (p. ej., oncocercosis). El tratamiento se dirige a la enfermedad generalizada subyacente.
Desprendimientos de retina
Cuando la retina se desprende, se separa de la parte posterior del ojo y de parte de su aporte sanguíneo, impidiendo que funcione correctamente. En los caballos, el desprendimiento de la retina se produce con mayor frecuencia en caso de traumatismo, cirugía ocular y uveítis recurrente equina.
Los signos de que la retina se ha desprendido incluyen una dilatación excesiva o prolongada de la pupila, pupilas de diferentes tamaños, deterioro de la visión y sangrado dentro del ojo. Es necesario realizar exámenes oculares para confirmar el diagnóstico.
Los desprendimientos de retina se tratan médicamente con terapia dirigida a la enfermedad primaria o quirúrgicamente para corregir el desprendimiento. Su veterinario seleccionará el abordaje de tratamiento más apropiado para la afección de su caballo.
Para más información
Consulte también el contenido para veterinarios sobre trastornos de la retina en animales.