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Enfermedades infecciosas del aparato urinario de los gatos

PorSherry Lynn Sanderson, DVM, PhD, DACVIM-SAIM, DACVIM-Nutrition
Última revisión/modificación ago 2018

La mayoría de las enfermedades infecciosas del aparato urinario están causadas por bacterias. La infección se suele desarrollar cuando las bacterias entran al organismo a través de la uretra. Las bacterias viajan entonces a la vejiga donde, en algunos casos, desarrollan una infección. A veces, las bacterias continúan subiendo por las vías urinarias hasta los riñones y pueden producir una infección renal (pielonefritis). Hay varios factores que aumentan el riesgo de infección del aparato urinario. Estos incluyen problemas con el flujo de la orina (especialmente no poder vaciar la vejiga completamente durante la micción), orina demasiado diluida, azúcar en la orina (a menudo un signo de diabetes mellitus), edad avanzada, un sistema inmunitario debilitado y la presencia de otras enfermedades (como la enfermedad renal a largo plazo o el hipertiroidismo). Los gatos adultos sanos son relativamente resistentes a las infecciones del tracto urinario.

El tratamiento de las infecciones bacterianas del tracto urinario es importante por varias razones. Las bacterias que causan infecciones de las vías urinarias pueden volverse resistentes a los antibióticos si las infecciones no se tratan adecuadamente. La resistencia a los antibióticos puede dar lugar a una infección que no desaparece. En algunos casos, una infección de la vejiga no tratada o tratada inadecuadamente puede ser la causa de una infección en los riñones, que es una afección más grave.

Infección de la vejiga

La infección e inflamación de la vejiga causada por bacterias se llama cistitis bacteriana. Los gatos adultos sanos no suelen desarrollar cistitis bacteriana. Sin embargo, los gatos que son ancianos, tienen el sistema inmunitario comprometido (incluyendo aquellos con el virus de la leucemia felina o el virus de la inmunodeficiencia felina), están tomando esteroides a largo plazo o aquellos con enfermedades que afectan a todo el organismo (como la diabetes mellitus o la enfermedad de la tiroides) son más propensos a la cistitis bacteriana.

Los signos de infección de la vejiga incluyen micción frecuente, micción dolorosa o difícil y micción en lugares inapropiados. También puede haber sangre en la orina. Esto puede ser más apreciable al final del chorro de orina. A veces, los gatos con una infección de la vejiga pueden no mostrar ningún signo. En estos casos, la infección se suele diagnosticar durante un análisis de orina de rutina.

Se necesita una muestra de orina para diagnosticar la cistitis bacteriana. Las pruebas de laboratorio que probablemente realizará su veterinario con la muestra son un análisis de orina y un cultivo bacteriano. El tratamiento consiste en antibióticos. Su veterinario puede querer tomar más muestras de orina durante y después del tratamiento para asegurarse de que los medicamentos hayan controlado la infección. Las infecciones a largo plazo o recurrentes pueden ser un signo de un problema subyacente que debe abordarse.

Infección del riñón (pielonefritis)

La pielonefritis es una infección bacteriana de los riñones. Esto suele estar causado por bacterias en el tracto urinario que ascienden hacia la vejiga y luego hacia los riñones. Los factores de riesgo de la pielonefritis y los de la cistitis bacteriana son similares. Los cálculos en el riñón o el uréter, que impiden que la orina fluya normalmente, son una causa común. En los gatos jóvenes, los defectos de nacimiento como los uréteres ectópicos pueden causar pielonefritis. Los gatos con riesgo de padecer esta enfermedad son los muy jóvenes, los muy mayores, los que tienen un sistema inmunitario débil o los que tienen riñones que no pueden concentrar adecuadamente la orina. En muchos casos, su veterinario puede no ser capaz de identificar la causa de la pielonefritis.

Los signos de pielonefritis incluyen dolor en los costados (especialmente en el área alrededor de los riñones), fiebre y una sensación general de malestar. Otros signos incluyen vómitos, disminución del apetito, sed excesiva o micción excesiva. A veces no hay signos hasta que la infección ha producido insuficiencia renal. El diagnóstico de esta afección requiere análisis de sangre y orina (análisis de orina y cultivo bacteriano). Los casos a largo plazo pueden no mostrar signos de enfermedad o anomalías en estas pruebas. Si este es el caso, pueden ser necesarias radiografías de contraste o ecografías. El tratamiento de la pielonefritis incluye antibióticos a largo plazo (de 4 a 8 semanas), a veces usando dosis elevadas. En algunos casos, se administran fluidos intravenosos. En raras ocasiones, puede ser necesaria la cirugía para extirpar el riñón afectado. Las pruebas de orina de seguimiento suelen ser necesarias durante y después del tratamiento. Dado que la pielonefritis puede ser una enfermedad potencialmente mortal, es importante seguir las recomendaciones de su veterinario.

Los gatos con pielonefritis pueden recuperar la función renal completa, dependiendo de la cantidad de daño que se haya producido antes del tratamiento. Si ambos riñones ya han fallado, su veterinario puede prescribir tratamientos para retrasar el daño adicional y controlar los signos de enfermedad renal e insuficiencia. Los gatos con pielonefritis tienen un alto riesgo de infecciones renales no resueltas o repetidas. También pueden desarrollar infecciones graves en otras partes del organismo (como el corazón o la columna vertebral).

Nefritis intersticial

La nefritis intersticial es un tipo de inflamación del riñón. La nefritis intersticial de aparición súbita (aguda) es poco frecuente en gatos. La nefritis intersticial progresiva crónica (de larga duración) es común en los gatos y se conoce más comúnmente como enfermedad renal crónica. Las enfermedades infecciosas que afectan a los vasos sanguíneos (p. ej., la peritonitis infecciosa felina) o las enfermedades que activan el sistema inmunitario también pueden causar inflamación dentro del riñón. Por lo general no es posible identificar la causa exacta en un gato individual. Pueden ser necesarios antibióticos u otros fármacos para tratar una enfermedad infecciosa, si se diagnostica. La insuficiencia renal, si ha ocurrido, puede tratarse con un tratamiento de apoyo, que incluya fluidos, cambios en la dieta y otros medicamentos.

Infección por Capillaria

Capillaria plica es un pequeño gusano que puede infestar la vejiga y, con menor frecuencia, los uréteres y los riñones de los gatos. Esta es una afección poco común en los gatos domésticos. Los parásitos son filiformes, amarillentos y de 13-60 mm de longitud. Esta infestación es más frecuente en animales silvestres. Las mascotas domésticas contraen la infestación al ingerir lombrices de tierra que transportan las larvas del parásito. Un gusano similar pero menos común llamado Capillaria felis cati también puede infestar a los gatos.

La mayoría de los gatos no presentan signos. Algunos gatos orinarán con frecuencia, se volverán incapaces de controlar la micción u orinarán en lugares anormales. Los huevos de los gusanos salen en la orina; su veterinario puede identificarlos tomando una muestra de orina. No se ha determinado el mejor tratamiento, pero existen varios medicamentos antiparasitarios.

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