La rinitis es la inflamación de las membranas mucosas de la nariz. La sinusitis es la inflamación del revestimiento de los senos. La rinitis y la sinusitis a menudo se dan juntas, lo que se denomina rinosinusitis. La inflamación u otros daños en las membranas mucosas nasales son trastornos comunes de las vías respiratorias superiores en gatos. Si los conductos nasales se deterioran y no funcionan correctamente, se elimina una función de filtración importante. Esto expone los pulmones a cargas mucho más pesadas de polvo y microorganismos.
La infección vírica es la causa más común de rinitis o sinusitis súbita en perros y gatos. La rinotraqueítis vírica felina y el calcivirus felino están implicados con mayor frecuencia. La infección por bacterias se produce con frecuencia después de la infección vírica inicial. La rinitis o la sinusitis alérgica pueden producirse de forma estacional (si se deben a la producción de polen) o durante todo el año (si se deben a los alérgenos de interior, como el polvo y el moho de las casas). En los gatos, la inflamación crónica de los senos nasales se produce con frecuencia después de infecciones víricas agudas graves de las membranas mucosas nasales y sinusales. La inflamación fúngica nasal y de los senos puede estar causada por los hongos Cryptococcus neoformans (relativamente común en gatos) o subespecies de Aspergillus y Penicillium (ambas relativamente raras en gatos).
Los signos de rinitis son secreción nasal, estornudos, manotazos en la cara, ronquidos, respiración con la boca abierta e inhalación dificultosa. El lagrimeo y la inflamación de la membrana que rodea los ojos (conjuntivitis) suelen acompañar a la inflamación de las vías respiratorias superiores. La descarga nasal es clara, pero se puede volver con aspecto mucoso como resultado de la infección bacteriana secundaria. Los estornudos pueden ser frecuentes o pueden aparecer y desaparecer en los casos de rinitis crónica. Los gatos afectados también pueden experimentar un reflejo de aspiración ("estornudo inverso"), una inhalación rápida y corta en un intento de limpiar la nariz. Un gato con rinitis fúngica puede desarrollar un bulto en el puente de la nariz.
El diagnóstico se basa en el historial del gato, la exploración física, las radiografías, la TC, la rinoscopia (endoscopia de la nariz), la biopsia nasal y la eliminación de otras causas de secreción nasal y estornudos. No obstante, estas pruebas no siempre pueden confirmar la causa de la enfermedad.
En los casos leves o agudos, el tratamiento para aliviar los signos puede ser eficaz. Los casos graves de rinosinusitis en gatitos o gatos adultos pueden necesitar fluidos intravenosos para evitar la deshidratación y apoyo nutricional mediante una sonda de alimentación para mantener el peso. El veterinario puede prescribir antibióticos si existe o se sospecha una rinosinusitis bacteriana secundaria. (Los antibióticos no son eficaces contra los virus.) En general, la rinosinusitis crónica es una enfermedad frustrante de tratar y las curas son raras. La rinosinusitis fúngica puede tratarse con tratamiento antifúngico una vez que se ha identificado la causa fúngica particular. La cirugía puede recomendarse para los animales que no responden al tratamiento médico, aunque los resultados a menudo son decepcionantes.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre la rinitis y la sinusitis.