Los trastornos de las plaquetas se pueden dividir en trombocitopenias adquiridas o congénitas y trastornos funcionales adquiridos o congénitos (trombocitopatias), siendo la trombocitopenia adquirida la más común.
Trombocitopenia congénita
Macrotrombocitopenia hereditaria en Cavalier King Charles Spaniels
La macrotrombocitopenia hereditaria es un trastorno hereditario benigno caracterizado por la presencia de plaquetas gigantes que afecta al ~50 % de los Cavalier King Charles Spaniels. Se caracteriza por trombocitopenia con macrotrombocitos en el 30 % de los casos y agregación plaquetaria variable en respuesta al ADP, dependiendo del recuento plaquetario. No se ha encontrado correlación entre la macrotrombocitopenia y la edad, el sexo, si está esterilizado o no, el color de la capa, el peso o si presenta un soplo cardiaco. El trastorno se detecta mediante un hemograma completo rutinario. Los perros afectados presentan una actividad de las proteínas de la coagulación normal.
Hematopoyesis cíclica en perros Collies Grises
La hematopoyesis cíclica es un trastorno autosómico recesivo que se caracteriza por ciclos de citopenia de 12 días. Aunque todas las células madre de la médula ósea están afectadas, los neutrófilos son los que mayoritariamente se afectan debido a su corta vida media (por lo general <24 horas). Puede observarse trombocitopenia de leve a grave y una posible complicación es el sangrado excesivo. El trastorno es mortal; los Collies Grises afectados suelen morir a causa de infecciones fulminantes antes de los 6 meses de edad. Incluso los perros que reciben tratamiento intensivo con antibióticos suelen morir a los 3 años de edad con amiloidosis secundaria a estimulación antigénica crónica de infecciones recidivantes. El tratamiento con factor estimulante de colonias de granulocitos recombinante ha tenido éxito temporalmente en aliviar los ciclos neutropénicos hasta que se producen anticuerpos frente a las proteínas no caninas. Los criadores de Collies han minimizado con éxito la aparición de esta afección, y existe ahora principalmente en entornos de laboratorio para el estudio de la hematopoyesis.
Trombocitopenia aloinmune fetal y neonatal
La trombocitopenia aloinmune fetal y neonatal es un trastorno raro que aparece cuando se producen anticuerpos maternos frente a un antígeno paterno en las plaquetas fetales. Se ha descrito en un potro Cuarto de Milla de 1 día de edad. Las inmunoglobulinas unidas a las plaquetas del potro se identificaron en el plasma, suero y leche de la yegua mediante ensayos indirectos. Se demostró que las inmunoglobulinas fueron capaces de reconocer las plaquetas de un hermano del potro nacido 1 año antes. Este diagnóstico debe considerarse para potros con trombocitopenia grave cuando se descartan otras causas.
Un grupo de corderos criados artificialmente y alimentados con calostro bovino desarrolló trombocitopenia grave con hemorragia prolongada por heridas punzantes por la implantación de crotales, hematomas subcutáneos, debilidad y membranas mucosas pálidas. Todos los corderos afectados murieron dentro de las 48 horas posteriores al nacimiento. Se sospechó la presencia de anticuerpos dirigidos frente a las plaquetas porque las vacas de las que se obtuvo el calostro habían sido utilizadas en un experimento previo en el que habían sido inmunizadas frente a sangre de carnero.
Trombocitopenia adquirida
Las trombocitopenias adquiridas se describen con frecuencia en perros y gatos, minoritariamente en caballos, y en raras ocasiones en otras especies. Se han identificado numerosas causas, aunque la mayoría se asocian con destrucción inmunomediada de plaquetas.
Trombocitopenia inmunomediada primaria (PTI) en animales
La trombocitopenia inmunomediada primaria (PTI) (también denominada trombocitopenia idiopática o púrpura trombocitopénica idiopática) se caracteriza por la destrucción inmunomediada de las plaquetas circulantes o, con menos frecuencia, megacariocitos medulares. Se ha observado en perros, caballos y raramente en gatos. Las hembras de mediana edad o las perras esterilizadas, especialmente los Cocker Spaniels, están sobrerrepresentadas. Los signos clínicos incluyen petequias de las encías o la piel y equimosis, melenas o epistaxis. El recuento de plaquetas suele ser <30 000/mcL y a menudo <10 000/mcL en el momento del diagnóstico. Si se produce sangrado con un recuento de plaquetas >30 000, puede haber una anomalía adicional de la coagulación.
Se han desarrollado una variedad de pruebas en un intento de probar la presencia de anticuerpos antiplaquetarios, pero ninguna ha demostrado una sensibilidad y especificidad fiables. Actualmente, el diagnóstico clínico de la PTI se suele realizar excluyendo otras causas de trombocitopenia. Un aspirado de médula ósea puede ayudar a determinar si los megacariocitos han sido el objetivo de los anticuerpos, pero rara vez se necesita, porque el tratamiento y el pronóstico son similares independientemente de que los megacariocitos estén disminuidos o no.
Los animales afectados deben mantenerse en reposo y el tratamiento se basa en la administración de corticoesteroides, comenzando con una dosis alta y luego disminuyendo (como en el tratamiento de la anemia hemolítica). Se ha demostrado que una sola inyección de vincristina (0,01-0,02 mg/kg, IV) al iniciar el tratamiento acorta el tiempo de recuperación del recuento de plaquetas. En animales con signos clínicos relacionados con la anemia debe realizarse una transfusión con sangre completa fresca; sin embargo, las transfusiones de sangre completa o incluso de plaquetas para reponer las plaquetas son a menudo inútiles con respecto a la normalización de la hemostasia primaria, porque las plaquetas se eliminan rápidamente de la circulación. La esplenectomía debe reservarse como tratamiento para animales que tienen episodios recurrentes de trombocitopenia. Debe controlarse el recuento de plaquetas a medida que los esteroides disminuyen ya que pueden producirse recidivas. Debe evitarse cualquier fármaco que interfiera con la coagulación. Algunos animales pueden desarrollar efectos adversos por el uso prolongado de corticoesteroides y es posible que se requieran otros fármacos inmunosupresores.
Enfermedades rickettsiales en animales
Las infecciones producidas por Anaplasma platys, A phagocytophilum o Ehrlichia canis, transmitidas por garrapatas, causan trombocitopenia de leve a grave en perros. La infección por A platys se caracteriza por trombocitopenia leve a menudo cíclica en las etapas graves de la enfermedad. Las infecciones crónicas a menudo presentan trombocitopenia constante de leve a moderada. Las mórulas (inclusiones basófilas simples a múltiples, redondas u ovaladas) a veces se pueden identificar en las plaquetas de perros infectados. La trombocitopenia rara vez es lo suficientemente grave como para dar lugar a hemorragia clínica. Las infecciones causadas por E canis se caracterizan por alteraciones variables en el recuento total de leucocitos, el hematocrito y el recuento de plaquetas. En infecciones agudas suele haber trombocitopenia, y posiblemente anemia o leucopenia. En las infecciones crónicas, puede haber o no trombocitopenia o anemia; sin embargo, a menudo hay leucopenia y, a veces, hiperglobulinemia (monoclonal o policlonal). La infección por A phagocytophilum se ha descrito en una amplia variedad de animales domésticos y silvestres. Se caracteriza por hemorragia, fiebre, letargo y renuncia a moverse. Los cambios en los parámetros sanguíneos incluyen trombocitopenia y linfopenia. Se pueden ver mórulas en los granulocitos.
El tratamiento para esas infecciones es la doxiciclina. Los animales que sufren infecciones crónicas por E canis, especialmente en áreas endémicas, pueden no responder bien al tratamiento, aunque algunos perros sobreviven sin signos clínicos a pesar de los bajos recuentos eritrocitarios, leucocitarios y plaquetarios.
Neoplasia en animales
Algunas neoplasias como el hemangiosarcoma, el linfoma o el carcinoma pueden estar asociadas con trombocitopenia por consumo de plaquetas debido a CID. Ciertos mecanismos inmunológicos e inflamatorios causan incremento del consumo y disminución de la supervivencia plaquetaria. Sin embargo, ocasionalmente existen tendencias hemorrágicas sin trombocitopenia. La función plaquetaria alterada debida a un defecto adquirido de la membrana se ha asociado con hiperglobulinemia. La vasculitis también puede contribuir al trastorno hemostático.
Trombocitopenia inducida por fármacos en animales
La trombocitopenia inducida por fármacos se ha descrito en perros, gatos y caballos. Un mecanismo es la supresión de megacariocitos en la médula ósea o la supresión generalizada de células madre de la médula ósea (después de la administración de estrógeno, cloranfenicol, fenilbutazona, difenilhidantoína y sulfamidas). Otro mecanismo es el aumento de la destrucción y el consumo de plaquetas (después de la administración de sulfisoxazol, aspirina, difenilhidantoína, ristocetina, levamisol, meticilina y penicilina). Las reacciones a fármacos son idiosincrásicas y por tanto, impredecibles. Los niveles de plaquetas suelen volver a valores normales poco después de suspenderse la toma del fármaco. La supresión de la médula ósea inducida por fármacos puede ser prolongada. El fármaco quimioterapéutico lomustina a veces ha causado trombocitopenia prolongada que persiste tras la suspensión del tratamiento. Los estudios no han podido confirmar una asociación entre la vacunación reciente y el desarrollo de PTI, aunque puede ocurrir en raras ocasiones.
Otros trastornos relacionados con la deficiencia de plaquetas
Se han descrito trastornos plaquetarios cuantitativos en enfermedades hepáticas con o sin deficiencias de proteínas de coagulación. En dos estudios de gatos con trombocitopenia, el 29-50 % presentaba enfermedades infecciosas incluyendo leucemia felina, peritonitis infecciosa felina, panleucopenia o toxoplasmosis. En muchos casos no se ha identificado el mecanismo de la trombocitopenia. El virus de la leucemia felina se replica y se acumula en megacariocitos y plaquetas; la aplasia o hipoplasia de las células madre de la médula ósea, la destrucción inmunitaria de plaquetas infectadas o el secuestro extravascular de plaquetas dentro de los tejidos linfoides pueden contribuir a la trombocitopenia en esta enfermedad.
Trastornos congénitos de la función plaquetaria
Los trastornos congénitos de la función plaquetaria afectan a la adhesión, agregación o secreción plaquetaria. Dichos trastornos pueden ser intrínsecos o extrínsecos a las plaquetas. La prueba de la función plaquetaria intrínseca requiere un manejo cuidadoso de las muestras y equipo especializado que no está disponible de forma rutinaria en los laboratorios de diagnóstico; por lo tanto, la incidencia de defectos funcionales intrínsecos en las plaquetas no se conoce con precisión. Sin embargo, si existe una coagulopatía (especialmente con petequias o hemorragia de las mucosas) con detección de coagulación, recuento de plaquetas y factor de von Willebrand normales, se debe sospechar un trastorno de la función plaquetaria.
No hay tratamiento específico para los trastornos intrínsecos de la función plaquetaria. En casos de hemorragia grave, se puede administrar plasma fresco rico en plaquetas. Se puede administrar sangre completa si el animal afectado está anémico.
Enfermedad de von Willebrand en animales
La enfermedad de von Willebrand (EvW) causada por la deficiencia o la alteración del factor de von Willebrand (FvW o formalmente denominado antígeno relacionado con el factor VIII), es el trastorno hemorrágico hereditario más frecuente en perros (reportado en casi todas las razas y en mestizos). También ha sido descrito en gatos, conejos, ganado vacuno, caballos y cerdos. Es relativamente frecuente (prevalencia del 10-70 %) en diversas razas caninas: Doberman Pinscher, Pastor Alemán, Golden Retriever, Schnauzer miniatura, Corgi Galés de Pembroke, Pastor de Shetland, Basset Hound, Scottish Terrier, Caniche estándar y Manchester Terrier estándar. Muchos de los perros afectados son asintomáticos.
La EvW canina se clasifica en tres subtipos según la gravedad clínica, la concentración plasmática de FvW y la composición del multímero del FvW. El tipo 1 es el más común, y se caracteriza por signos clínicos de leves a moderados, baja concentración del FvW y distribución normal de multímeros. El tipo 2 se caracteriza por signos clínicos de moderados a graves, baja concentración del FvW y pérdida de multímeros de alto peso molecular. El tipo 3 que se observa con mayor frecuencia en perros de raza Pastor de Shetland y Scottish Terrier, es un trastorno grave caracterizado por la ausencia total del FvW.
Se conocen dos patrones de herencia. En el patrón de herencia autosómico recesivo menos común, la homocigosidad suele ser mortal y la heterocigosidad produce portadores asintomáticos. En el patrón de herencia más frecuente autosómico dominante con penetrancia incompleta, los homocigotos y heterocigotos pueden tener tendencias hemorrágicas variables. Los animales afectados pueden tener sangrado gingival, epistaxis y hematuria. Algunos cachorros pueden sangrar excesivamente solo después de una inyección, venopunción o cirugía, como el corte de la cola, el corte de las orejas y la desungulación.
El FvW circula como un complejo con el factor VIII de coagulación y media la adhesión de las plaquetas a las superficies subendoteliales, el primer paso en la formación de un coágulo. Los signos clínicos son con mayor frecuencia hemorragia de las mucosas, por lo general sin evidencia de petequias o hematomas en el posoperatorio de algunos animales afectados. Se debe sospechar de EvW en aquellos animales con signos clínicos de trastornos plaquetarios y perfil de coagulación (TTPA y TP), número de plaquetas normales, y alargamiento de los tiempos de sangrado de la mucosa oral y de obturación mediante PFA-100. El tiempo de sangrado de la mucosa oral es una buena prueba de detección en perros con signos de un trastorno plaquetario y un recuento plaquetario normal. El diagnóstico se confirma identificando una concentración baja de FvW en plasma o mediante un análisis de ADN. Los animales afectados pueden presentar niveles reducidos del factor VIII, por lo que suelen presentar prolongación del TTPA y del tiempo de coagulación activada (TCA).
Los fármacos que se sabe que interfieren con la función plaquetaria normal deben evitarse en animales con sospecha de enfermedad. La transfusión de crioprecipitado, plasma fresco congelado o sangre completa fresca alivia eficazmente un episodio hemorrágico. La EvW Tipo 1 puede responder al tratamiento con acetato de desmopresina, ya que causa liberación de multímeros de elevado peso molecular por parte del endotelio. Para minimizar el riesgo de complicaciones hemorrágicas en estos pacientes, puede utilizarse desmopresina de forma previa a la cirugía. La dosis de desmopresina es de 1 mcg/kg SC administrada 30 min antes de la cirugía.
Las anomalías hemostáticas concomitantes pueden exacerbar los episodios de la EvW. Anteriormente se pensó que el hipotiroidismo estaba relacionado con la EvW; ambas enfermedades son prevalentes en diversas razas caninas, como los Doberman Pinschers y los Golden Retrievers. En un estudio, la administración de suplementación tiroidea a perros hipotiroideos sin deficiencia de FvW no aumentó la actividad del vWF; de hecho, en la mayoría de los perros evaluados, la actividad del FvW disminuyó. Por tanto, no puede recomendarse la administración de levotiroxina como tratamiento de la EvW, ya que puede incluso exacerbar la enfermedad.
Síndrome de Chédiak-Higashi en animales
El síndrome de Chédiak-Higashi es un trastorno autosómico recesivo caracterizado por la formación anómala de gránulos en los leucocitos, melanocitos y plaquetas ( ver Anomalías morfológicas). El defecto parece estar en la formación de microtúbulos; por lo tanto, los gránulos, que son anormalmente grandes pero reducidos en número, son evidentes en numerosos tipos de células. El color diluido del pelo resulta del defecto en los melanocitos. Los leucocitos pueden tener una capacidad funcional disminuida para fagocitar y destruir organismos (un hallazgo inconsistente en animales) y las plaquetas tienen reacciones de agregación y liberación disminuidas. Las plaquetas están casi desprovistas de gránulos densos y tienen cantidades de almacenamiento marcadamente reducidas de ADP y serotonina. El gatos Persas gris azulado se produce sangrado prolongado tras una venopunción o cirugía. Este síndrome se ha diagnosticado en el visón, en el ganado vacuno y en ratones beige con tendencias hemorrágicas similares.
Trombopatía canina
La trombopatía canina se ha descrito en Bassett Hounds. Los resultados de diversos estudios han sugerido que la herencia en estos casos es de tipo autosómica con penetrancia variable. Las plaquetas tienen una exposición anormal al receptor de fibrinógeno y una liberación de gránulos densos alterada. En los Basset Hounds con sangrado de mucosas y petequias con recuentos plaquetarios y concentración del FvW normales se debe sospechar de trombopatía. El diagnóstico específico de trombopatía canina requiere pruebas especializadas de la función plaquetaria.
Trombopatía bovina
La trombopatía bovina es un defecto autosómico hereditario de la función plaquetaria descrita en el ganado Simmental. El sangrado puede ser de leve a grave y se exacerba por un traumatismo o cirugía. Las plaquetas tienen respuestas de agregación deterioradas. El virus de la diarrea vírica bovina puede causar trombocitopenia en el ganado vacuno.
Trombastenia de Glanzmann en animales
La trombastenia de Glanzmann, previamente denominada trombopatía trombasténica, es un trastorno autosómico descrito en perros Otterhound y Montaña de los Pirineos, y en caballos cruzados de Pura Sangre Inglés, Cuarto de Milla y potras Oldenburg. Los animales afectados presentan prolongación de los tiempos de sangrado y presencia de hematomas en los sitios de venopunción o lesión. En los frotis de sangre se observan numerosas plaquetas gigantes (30-80 % de todas las plaquetas), extrañas y gigantes. Debido a una síntesis disminuida de la glucoproteína IIb o IIIa, la glucoproteína IIb-IIIa del receptor de membrana está reducida o falta en la superficie de las plaquetas. Todos los animales afectados hasta la fecha muestran defectos en la síntesis de la glucoproteína IIb.
La sangre de los animales afectados no tiene una retracción normal del coágulo y las plaquetas no se agregan normalmente después de la estimulación con ADP, colágeno o trombina.
Trastornos adquiridos de la función plaquetaria
Se han relacionado diversas enfermedades con los trastornos adquiridos de la función plaquetaria. La hiperglobulinemia asociada con el mieloma múltiple induce defectos de la membrana plaquetaria dando lugar a alteraciones de la función hemostática. En la uremia asociada con cualquier forma de enfermedad renal, la adhesión y agregación plaquetarias disminuyen.
Hay numerosos fármacos que pueden alterar la función plaquetaria. Los fármacos que se han descrito que bloquean la unión de los receptores plaquetarios o que modifican la carga o la permeabilidad de la membrana plaquetaria son la furosemida, la penicilina, la carbenicilina, la lidocaína, la fentolamina y la clorpromazina. Los fármacos inhibidores de la transducción de mensajes recibidos en la superficie de la plaqueta son la cafeína, la teofilina, el dipiridamol y la papaverina. Los fármacos que inhiben la ejecución de las respuestas plaquetarias (agregación, secreción o producción de tromboxano) incluyen la aspirina, la indometacina, el paracetamol, la fenilbutazona, la ticlopidina, el pentobarbital y la sulfinpirazona. Los problemas clínicos hemorrágicos pueden no estar causados por el deterioro de la función plaquetaria inducido por fármacos, a menos que también esté presente otro trastorno asociado con un defecto hemostático.
Puntos clave
Los signos clínicos de los trastornos plaquetarios incluyen petequias, equimosis, hemorragia de las membranas mucosas, hemorragia continua tras una lesión o cirugía.
La trombocitopenia es mucho más común que la trombopatía, siendo la trombocitopenia inmunomediada la causa más frecuente de trombocitopenia grave en perros.
La EvW es la causa más común de un tiempo de sangrado anormal de la mucosa bucal en presencia de un recuento de plaquetas normal.
Para más información
Consulte también la información para propietarios sobre trastornos plaquetarios en perros, trastornos plaquetarios de los gatos y trastornos plaquetarios de los caballos.