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Anomalías del leucograma en animales

PorR. Darren Wood, DVM, DVSc, DACVP
Última revisión/modificación ene 2022

Las anomalías del leucograma incluyen anomalías cuantitativas o numéricas y anomalías morfológicas de los leucocitos.

Anomalías numéricas del leucograma en animales

Los valores de la concentración de leucocitos se interpretan comparándolos con los valores de referencia específicos de la especie. Las interpretaciones deben hacerse solo considerando los números absolutos. Para conocer los valores de referencia de las concentraciones de leucocitos totales y diferenciales en números absolutos para las especies domésticas comunes, ver la Tabla: Valores hematológicos de referencia. La concentración total de leucocitos es más variable y, a menudo, más elevada en neonatos que en adultos. Para evaluar el leucograma en animales jóvenes se deben utilizar valores de referencia relacionados con la edad, especialmente en especies en las que los linfocitos son más numerosos (y los neutrófilos menos numerosos) en los adultos, como los rumiantes. Los patrones diferenciales de leucocitos de los adultos se suelen alcanzar hacia la edad de madurez sexual.

La anomalía en la concentración de leucocitos totales solo es útil para alertar al clínico de que debe buscar e interpretar anomalías en la distribución celular del recuento diferencial. Cuando el número de leucocitos totales es anormal, es probable que se produzcan una o más anomalías en la distribución celular del recuento diferencial. Cuando el número de leucocitos totales es normal, aún puede haber una o más anomalías de distribución en el diferencial. Como resultado, la evaluación de los valores absolutos diferenciales es el componente más importante del leucograma.

La leucocitosis es un aumento en la concentración de leucocitos totales, mientras que la leucopenia es una disminución en la concentración de leucocitos totales. Los cambios en las concentraciones de los tipos de leucocitos específicos son más importantes para fines de interpretación clínica.

La neutrofilia o leucocitosis neutrofílica es un incremento en la concentración de neutrófilos. La linfocitosis es un aumento en la concentración de linfocitos. La monocitosis es un aumento en la concentración de monocitos. La eosinofilia hace referencia al aumento en la concentración de eosinófilos, y la basofilia es un aumento en la concentración de basófilos. La metarubricitosis o rubricitosis es un aumento de los glóbulos rojos nucleados (nRBC) en la sangre. La mastocitosis es un aumento de mastocitos en sangre.

Tabla
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Las disminuciones en la concentración de un tipo celular se indican con el sufijo "penia". Esto se aplica solo a los tipos celulares en los que es posible una disminución. No se aplica a los tipos de células para los que la concentración puede ser 0, como monocitos, basófilos, eritrocitos nucleados y cualquier otro tipo de célula anormal. Por tanto, la neutropenia es una disminución de la concentración de neutrófilos, la linfopenia es una disminución de la concentración de linfocitos y la eosinopenia es una disminución de la concentración de eosinófilos. La citopenia es un término inespecífico que indica una disminución en la concentración de células, pero no especifica el tipo de célula. La pancitopenia indica que todos los tipos de células están disminuidos, a menudo en un grado grave.

Los términos utilizados para describir o calificar las anomalías asociadas con mayor frecuencia con respuestas inflamatorias incluyen la desviación a la izquierda y la respuesta leucemoide. Una desviación a la izquierda es un aumento en la concentración de neutrófilos inmaduros, normalmente en banda, aunque también puede incluir metamielocitos o incluso formas más inmaduras. Una desviación a la izquierda regenerativa describe la leucocitosis caracterizada por la combinación de neutrofilia y una desviación a la izquierda. En esta situación, los neutrófilos segmentados tendrán una concentración mayor que las bandas y formas menos maduras. La desviación a la izquierda degenerativa describe un patrón caracterizado por una concentración total de neutrófilos de normal a disminuida, pero con una desviación a la izquierda en el que la concentración de neutrófilos en banda y formas menos maduras es superior a la de segmentados. Esta es una indicación de la liberación máxima de neutrófilos en respuesta a la inflamación, indicando la presencia de una lesión aguda y grave.

Anomalías morfológicas del leucograma en animales

Las anomalías morfológicas de los leucocitos pueden estar asociadas con una enfermedad adquirida o hereditaria.

Los cambios tóxicos se identifican solo en los neutrófilos. El término se origina a partir de la observación histórica de que ciertas características celulares están relacionadas con toxicidad generalizada, por lo general grave, como infecciones bacterianas sistémicas y lesiones inflamatorias agudas graves. El término es engañoso ya que implica lesión de los neutrófilos. Las células no se lesionan y funcionan normalmente. El cambio tóxico se define como un conjunto de cambios morfológicos observados en el frotis sanguíneo que ocurren como resultado de la producción acelerada de neutrófilos a nivel de la médula ósea. La producción acelerada de neutrófilos responde a trastornos inflamatorias graves que estimulan al máximo la médula ósea. Los cambios morfológicos incluyen (por orden de frecuencia) basofilia citoplasmática difusa, cuerpos de Döhle y vacuolización citoplasmática. Los cambios más raros incluyen una mayor prominencia de gránulos azurófilos citoplasmáticos e inmadurez nuclear.

El cambio tóxico casi siempre se asocia con la presencia de desviación a la izquierda. Los cambios tóxicos se clasifican en leves, moderados o graves según las alteraciones más comunes observadas en el frotis sanguíneo mediante criterios subjetivos. Los cuerpos de Döhle son agregados de retículo endoplásmico que se presentan en el frotis como inclusiones citoplasmáticas de color gris azulado. Los cuerpos de Döhle pueden encontrarse en gatos clínicamente sanos y, por tanto, no deben interpretarse como un cambio tóxico en esta especie, a menos que sean excesivamente frecuentes y estén acompañados de otras características.

Los linfocitos reactivos presentan un citoplasma agrandado, claramente basófilo y pueden tener núcleos irregulares o hendidos. Pueden variar considerablemente en diámetro. Presentan cromatina condensada y por tanto no son blastos. Se interpretan como linfocitos B estimulados inmunológicamente.

Los linfocitos granulares presentan cromatina condensada y citoplasma agrandado de coloración gris azulada, que contiene varios gránulos pequeños de color rosado o azurófilos. El núcleo puede ser redondo o escotado. Estos son linfocitos granulares grandes y pueden ser linfocitos natural killer (linfocitos NK) o linfocitos T.

Los blastos son normalmente indicativos de neoplasia de células hematopoyéticas si son reproducibles, o están presentes en gran número. Su linaje puede identificarse tentativamente por criterios morfológicos, pero se requiere análisis de citometría de flujo para identificar definitivamente el linaje.

Muchos de los siguientes cambios morfológicos son poco frecuentes.

El síndrome de Chédiak-Higashi descrito en gatos Persas, humanos, visones, zorros, ganado vacuno Hereford y Brangus, ratones y orcas, es un defecto autosómico recesivo que involucra gránulos lisosómicos. Hay una hiperfusión de los gránulos que da lugar a grandes inclusiones citoplasmáticas eosinofílicas. La sensibilidad a infecciones bacterianas aumenta, al igual que la tendencia a sangrar debido a anomalías en la función de los neutrófilos y de las plaquetas, respectivamente. Puede producirse albinismo oculocutáneo parcial debido a la formación anormal de los gránulos de melanina.

Las mucopolisacaridosis son un grupo de trastornos de almacenamiento lisosómico en los que existe un defecto en la degradación de los glicosaminoglicanos. Tanto los neutrófilos como los linfocitos pueden contener mucopolisacárido acumulado en forma de gránulos intracitoplasmáticos de color púrpura o metacromáticos. Los linfocitos también pueden estar vacuolados. Estos trastornos están asociados con una variedad de anomalías clínicas sistémicas y se observan en perros y gatos.

Otro grupo de trastornos del almacenamiento lisosómico reconocido en perros y gatos puede dar lugar a vacuolas citoplasmáticas predominantemente en los linfocitos y ocasionalmente en los neutrófilos. Estos trastornos incluyen gangliosidosis, alfa-manosidosis, variantes de la enfermedad de Niemann-Pick, deficiencia de lipasa ácida y fucosidosis. La mayoría de estos trastornos dan lugar a alteraciones neurológicas graves y progresivas como resultado de la acumulación de productos en el tejido neuronal.

La toxicosis por plantas que contienen swainsonina se considera una forma adquirida de defecto de almacenamiento lisosómico en grandes animales. Se debe a las toxinas de la planta que inhiben una o más enzimas del metabolismo de los oligosacáridos. Esto puede dar lugar a la vacuolización de los linfocitos.

La anomalía de Pelger-Huët es un defecto de hiposegmentación nuclear de los granulocitos en humanos, gatos, conejos, caballos y perros heterocigotos para dicha anomalía. Los neutrófilos tienen una función normal pero casi ausencia de morfología nuclear segmentada. La mayoría o todos los neutrófilos parecen células en banda y metamielocitos, y en el leucograma normal puede representar una marcada desviación a la izquierda. Los eosinófilos y basófilos, si están presentes, también muestran hiposegmentación nuclear. Los animales heterocigotos afectados son clínicamente normales; la herencia homocigota del rasgo es mortal.

La hipersegmentación es un incremento de la segmentación nuclear que da lugar a múltiples lobulaciones conectadas por filamentos nucleares. Es una indicación inespecífica del aumento del tiempo en circulación, y es un signo de envejecimiento normal de la célula. Esto puede observarse en leucogramas de estrés o en la administración de corticoesteroides.

La aglutinación de leucocitos puede ocurrir tanto con neutrófilos como con linfocitos. La aglutinación de leucocitos se observa a bajo aumento como agregados de 5-15 leucocitos agrupados. En algunos analizadores, la aglutinación leucocitaria puede disminuir erróneamente la concentración de leucocitos. Probablemente, pueda deberse a la presencia de una aglutinina fría de origen natural que solo funciona in vitro a temperatura de laboratorio. No se conoce su importancia clínica.

Ocasionalmente pueden identificarse inclusiones de enfermedades infecciosas. Se pueden observar inclusiones del moquillo canino en neutrófilos, monocitos y linfocitos, así como en eritrocitos recién producidos. Las ehrlichiosis de varias especies animales y la hepatozoonosis canina pueden presentar inclusiones citoplasmáticas de los respectivos organismos de estas enfermedades transmitidas por garrapatas.

Respuestas interpretativas específicas del leucograma

El leucograma anormal suele interpretarse como una de varias respuestas, cada una de las cuales puede consistir en una o más anomalías en el recuento diferencial. En algunos tipos de respuesta leucocitaria también estar alterados los eritrocitos y las plaquetas. A continuación se describen las diferencias interespecíficas más importantes en los diferentes tipos de respuesta leucocitaria.

Respuesta al estrés o inducida por corticoesteroides en animales

Se trata de una respuesta leucocitaria muy frecuente, en la que la liberación de esteroides endógenos por estrés o tratamiento con corticoesteroides exógenos da lugar un tipo de leucograma con múltiples cambios. La linfopenia es el cambio más consistente y suele haber presente una neutrofilia madura. La monocitosis y la eosinopenia son cambios frecuentes en perros, y más variables en otras especies. La eosinopenia no puede determinarse cuando el valor de referencia más bajo es cero. La neutrofilia se debe a la disminución de la adherencia de los neutrófilos al endotelio vascular, lo cual inhibe la marginación y aumenta la permanencia de dichas células en circulación. Como consecuencia, los neutrófilos también pueden mostar hipersegmentación. También puede haber una mayor liberación de neutrófilos por parte de la médula. Los linfocitos se redistribuyen a los tejidos linfoides en lugar de permanecer en circulación. Esta respuesta puede malinterpretarse como inflamación, pero no suele haber desviación a la izquierda ni cambios tóxicos.

Respuesta a la excitación o inducida por epinefrina en animales

En este tipo de respuesta, la leucocitosis responde a la liberación de epinefrina inducida por el ejercicio o la excitación, por lo que se considera una respuesta fisiológica transitoria. La epinefrina provoca movilización de neutrófilos desde el pool marginal al periférico. La excitación puede llegar a duplicar el recuento de leucocitos totales en cuestión de minutos. Además, la contracción esplénica libera leucocitos y eritrocitos a la circulación periférica. La leucocitosis suele deberse a una neutrofilia madura sin desviación a la izquierda o cambios tóxicos. También puede producirse linfocitosis, particularmente en caballos jóvenes o gatos. En gatos a menudo se identifica una linfocitosis manifiesta con valores dos veces superiores al valor de referencia. La respuesta a la excitación es relativamente rara en perros.

Respuesta inflamatoria en animales

La concentración de neutrófilos en sangre en respuesta a una enfermedad inflamatoria es muy variable y dinámica. Se considera un equilibrio entre la demanda tisular y la producción de la médula ósea en todas las fases de la respuesta. Existen diferencias interespecíficas importantes en este equilibrio relacionadas con el pool de almacenamiento y la capacidad proliferativa medular.

Al comienzo de un proceso inflamatorio, la médula ósea responde liberando los neutrófilos de maduración tardía de reserva, incluidas las células en banda. Si el consumo excede al suministro de la médula ósea durante la etapa aguda, se desarrollará neutropenia con una marcada desviación a la izquierda. En perros y gatos, esta respuesta es indicativa de la gravedad de la lesión inflamatoria.

Posteriormente, la médula ósea tarda 2-4 días en acelerar la producción de neutrófilos por incremento de la células madre, expansión de las etapas proliferativas, posterior maduración y movilización a sangre periférica. En los perros, la fase aguda de la respuesta inflamatoria suele caracterizarse por una neutrofilia leve a moderada, siendo la desviación a la izquierda en cierta medida proporcional a la gravedad de la demanda.

Después de unos días, la producción medular se acelera, aumentando la celularidad en sangre periférica. El aumento de neutrófilos se acompaña de desviación a la izquierda y presencia de cambios tóxicos. A medida que el proceso se vuelve crónico, el equilibrio entre la producción medular y el consumo a nivel tisular puede desarrollar una neutrofilia de mayor magnitud. La forma más crónica presente durante semanas o incluso meses se describe como un proceso inflamatorio de “cavidad cerrada” en el que una lesión se vuelve encapsulada y, por tanto, consume menos neutrófilos, aunque sigue estimulando la producción máxima de la médula ósea. Algunos ejemplos de procesos de cavidad cerrada son la piometra en perras y la reticuloperitonitis traumática (lesiones por metales) en ganado vacuno. En estos trastornos, la concentración de leucocitos totales responde a una neutrofilia grave que puede alcanzar cifras de 100 000/mcL (100 × 109/L) en perros. La neutrofilia extrema que excede los límites de referencia que se suelen observar en la inflamación puede estar asociada a la leucemia, a la infección por Hepatozoon canis y, rara vez, a otras neoplasias que producen factores estimulantes de colonias.

Por el contrario, en la mayoría de rumiantes y especialmente en vacuno la reserva de neutrófilos en la médula ósea y la capacidad para acelerar la granulopoyesis se encuentran disminuidas. Esto se refleja en la concentración relativamente baja de neutrófilos en la sangre de los rumiantes sanos. Como resultado, la inflamación aguda en las vacas se caracteriza por neutropenia que puede ser profunda, y la neutropenia en el ganado no revela la gravedad de la inflamación. Después de varios días, la respuesta de la médula ósea facilita que los neutrófilos alcancen una concentración moderada en sangre, con desviación a la izquierda y cambios tóxicos. En las lesiones inflamatorias crónicas de cavidad cerrada la magnitud de la neutrofilia rara vez supera los 25 000/mcL (25 x 109/L) Los gatos y los caballos son intermedios en estas respuestas, siendo los gatos más parecidos a los perros, y los caballos a los rumiantes. Los cerdos tienen un leucograma inflamatorio similar al de perros.

La deficiencia de la adhesión de los leucocitos bovinos es un trastorno autosómico recesivo mortal del ganado vacuno Holstein. En este trastorno, los leucocitos carecen total o parcialmente de glucoproteínas (integrinas) esenciales para la adherencia y migración normales. Son características las infecciones bacterianas recidivantes, con neutrofilia persistente (a menudo >100 000/mcL [100 × 109/L]) y linfocitosis, y la muerte por lo general se produce entre las 2 semanas y los 8 meses de edad. Los terneros a menudo presentan retraso en el crecimiento y neumonía recidivante, estomatitis ulcerosa, enteritis y periodontitis. En el examen histológico de los tejidos se encuentran escasos neutrófilos, excepto en la luz de los vasos sanguíneos, porque persisten en la circulación y su penetración en los tejidos está alterada. Hay pruebas disponibles para detectar portadores. También se ha descrito un defecto similar en algunos perros Setter Irlandés.

La neutropenia se debe a una demanda tisular excesiva o granulopoyesis reducida. Puede producirse en presencia de infecciones bacterianas desbordantes, especialmente sepsis gramnegativa o endotoxemia, en todas las especies. La destrucción inmunomediada de los neutrófilos se diagnostica mediante la exclusión de otros procesos de consumo. La lesión de las células madre puede producirse por muchas causas, como varias infecciones víricas ( ver la Tabla: Infecciones víricas que pueden causar neutropenia transitoria), lesiones químicas y reacciones farmacológicas idiosincrásicas (p. ej., sulfamidas, penicilinas, cefalosporinas y cloranfenicol en gatos). Estas reacciones suelen afectar a todas las líneas celulares medulares, aunque inicialmente se reconocen como neutropenia debido a la corta vida media de los neutrófilos.

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La neutropenia se observa en el síndrome de hematopoyesis cíclica de los perros Collies Grises, también conocida como neutropenia cíclica canina. Es una enfermedad hereditaria autosómica recesiva caracterizada por una neutropenia recurrente intensa, asociada a infecciones bacterianas recidivantes graves, hemorragia y dilución del color del pelaje. El defecto se debe a una mutación en una proteína que regula la actividad de la elastasa de los neutrófilos. La maduración de los neutrófilos se detiene a intervalos regulares de 11-14 días, y la neutropenia dura 3-4 días en sangre periférica, seguida de neutrofilia. Todas las demás células hematopoyéticas, incluidos los linfocitos, también presentan una producción cíclica mínimamente evidente debido al tiempo de circulación relativamente largo de los otros tipos celulares. Los cachorros afectados a menudo mueren al nacer o durante la primera semana de vida, y rara vez viven más de un año. Los perros que sobreviven pueden estar débiles y presentar un retraso en el crecimiento, y desarrollar infecciones bacterianas recidivantes graves durante los periodos de neutropenia. Puede observarse monocitosis en el patrón inflamatorio en cualquier etapa de su progresión. Es más probable que la monocitosis tienda a ser de mayor magnitud cuando el proceso se vuelve crónico.

Respuesta combinada inducida por corticoesteroides e inflamatoria en animales

Los procesos inflamatorios suelen inducir con frecuencia una respuesta corticoesteroide endógena concomitante, caracterizada por la presencia de linfopenia junto a la respuesta inflamatoria neutrofílica (desviación a la izquierda). La respuesta de los neutrófilos a la inflamación puede ser aditiva a la influencia de los corticoesteroides sobre los neutrófilos.

Linfocitosis en animales

Después de la vacunación puede producirse una linfocitosis leve con presencia de linfocitos reactivos. Una linfocitosis moderada de 7 000-20 000/mcL (7-20 × 109/L) puede ser indicativa de una respuesta fisiológica a la excitación, particularmente en los gatos. Si se excluye esta posible causa, se debe considerar un trastorno linfoproliferativo. Si en el examen morfológico se observan prolinfocitos y/o blastos, podría interpretarse como una la leucemia linfocítica aguda. Si las células son todas pequeñas y presentan cromatina de apariencia normal, podría considerarse una leucemia linfocítica crónica, que requiere una evaluación adicional. La ehrlichiosis crónica puede dar lugar a linfocitosis de esta magnitud en perros. A concentraciones más altas, la linfocitosis puede considerarse una prueba concluyente de leucemia.

La linfocitosis persistente en vacuno se caracteriza por concentraciones de linfocitos consistentemente >7500/mcL (7,5 × 109/L). Se debe a una proliferación de células B que ocurre en animales infectados con el virus de la leucemia bovina (VLEB). El ganado infectado suele ser asintomático. La linfocitosis persistente se considera un indicativo de infección por el virus de la leucemia bovina en los animales En una pequeña proporción de animales con o sin linfocitosis, la infección por el virus de la leucemia bovina puede progresar a linfoma o leucemia linfocítica.

Linfopenia en animales

La linfopenia es una anomalía común del leucograma más comúnmente asociada al estrés (endógena) o a la administración de corticoesteroides (exógena). La causa más probable de linfopenia es la apoptosis de los linfocitos inducida por esteroides. La linfopenia rara vez ocurre por otras causas, como extravasación de linfa (p. ej., linfangiectasia, efusión quilosa), infecciones víricas con tropismo por células de división rápida (p. ej., infecciones por parvovirus) o inmunodeficiencia hereditaria (p. ej., inmunodeficiencia combinada del potro Árabe).

Lesión de células madre y pancitopenia en animales

Diversos factores pueden causar lesión reversible o irreversible de las células madre. Estas lesiones pueden afectar a la producción de eritrocitos, plaquetas, linfocitos y/o granulocitos. Debido a la corta vida media de los neutrófilos circulantes, a menudo la primera anomalía que se observa es la neutropenia. Cuando las lesiones de las células madre son crónicas o irreversibles resultan en pancitopenia (leucopenia, anemia no regenerativa y trombocitopenia). Las causas generales incluyen 1) sobredosis de radiación y fármacos antineoplásicos, 2) intoxicación por fármacos o plantas (p. ej., estrógenos en perros, helecho en vacuno, fenilbutazona en especies distintas a los caballos), 3) neoplasia de células hematopoyéticas que involucran a la médula ósea (mieloptisis), y 4) infecciones víricas que dañan las células de división rápida y pueden causar neutropenia transitoria ( ver la Tabla: Infecciones víricas que pueden causar neutropenia transitoria).

Eosinofilia y basofilia en animales

La eosinofilia, o la combinación de eosinofilia y basofilia hace que puedan considerarse los siguientes procesos: inflamación de origen alérgico, infestación parasitaria, inflamación subepitelial (cutánea, respiratoria, GI) de naturaleza alérgica y, con menor frecuencia, inducción paraneoplásica. La eosinofilia se observa en la mayoría de los perros con dirofilariosis y en perros y gatos con infestación por pulgas. La disminución de la concentración de estos tipos celulares en sangre no tiene relevancia patológica.

El síndrome hipereosinofílico se ha descrito en los gatos, perros y hurones. Este síndrome, poco conocido, se caracteriza por una eosinofilia marcada constante e infiltración tisular de eosinófilos asociada con disfunción orgánica.

Metarubricitosis en animales

Aunque los metarubricitos suelen estar ausentes con frecuencia, en ocasiones llegan a ser un componente importante del recuento de células nucleadas totales. Pueden representar del 10 % al 50 % del total de la población de células nucleadas, con números absolutos que alcanzan valores comprendidos entre 5 000 y 10 000/mcL (5-10 × 109/L). Esto puede darse raramente en las primeras fases de una intensa respuesta regenerativa a la anemia. Puede estar asociado también con una lesión endotelial (p. ej., golpe de calor) resultando en una tasa de liberación anormal de eritrocitos nucleados de la médula ósea. La mayoría de los eritrocitos nucleados se contabilizan como linfocitos en los analizadores celulares con capacidad diferencial. Esta linfocitosis preliminar se corrige posteriormente mediante el estudio del frotis sanguíneo.

Neoplasia de células hematopoyéticas y leucemia en animales

La mayoría de los casos de neoplasia de células hematopoyéticas de origen linfático o medular presentarán algunas células anormales en sangre. En algunas ocasiones el número de células neoplásicas puede ser muy escaso, y solo pueden detectarse mediante el estudio del frotis sanguíneo a bajo aumento. El hallazgo de células precursoras hematopoyéticas anormales y escasas en sangre incita a investigar la médula ósea y/u otros tejidos hematopoyéticos (como el bazo) en busca de una posible neoplasia.

El extremo opuesto es la leucocitosis marcada con predominio de una población de células anormales (neoplásicas). En esta situación, la muestra de sangre es diagnóstica de leucemia. Si las células están poco diferenciadas, se clasifican como blastos, y el linaje celular se determina en función de la apariencia morfológica. Si las células están bien diferenciadas, el linaje celular suele ser más claro, ya que las células son maduras. El diagnóstico definitivo se puede establecer utilizando técnicas especializadas como la citometría de flujo.

En los animales domésticos, las leucemias linfocíticas son más frecuentes que las neoplasias mieloproliferativas (es decir, leucemias de granulocitos, eritrocitos o plaquetas). La mielodisplasia es un término utilizado para describir citopenias sanguíneas, una respuesta hiperplásica en la médula ósea y hallazgos displásicos en las células en desarrollo. Esto puede darse por una lesión tóxica en la médula ósea, pero también puede indicar una fase preleucémica (síndrome mielodisplásico), y deben controlarse los hemogramas seriados.

A menudo se hace una distinción entre una leucemia "aguda" o "crónica". Estos términos se refieren más al curso clínico que a la duración del trastorno neoplásico. Una leucemia aguda a menudo causa signos clínicos sistémicos y presenta mal pronóstico a corto plazo. Estos animales presentan un número variable de células blásticas indiferenciadas en circulación, así como citopenias en otras líneas celulares. Por el contrario, una leucemia crónica a menudo causa pocos o ningún síntoma clínico, puede ser descubierta de forma ocasional y presenta un curso clínico prolongado. Estos animales suelen tener un gran número de células bien diferenciadas en circulación y carecen de otras citopenias, excepto quizás anemia.

El marcaje con anticuerpos monoclonales específicos y el análisis mediante citometría de flujo ayudan a identificar de forma precisa el linaje celular, particularmente cuando la morfología es ambigua. Esto es especialmente útil para las leucemias poco diferenciadas, en las que la morfología por sí sola no es fiable. La distinción entre la leucemia mielógena bien diferenciada o crónica y la leucocitosis neutrofílica extrema puede ser difícil. Esto último es mucho más frecuente y se debe buscar una fuente de inflamación antes de concluir que los cambios indican neoplasia.

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