logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Control de garrapatas

Última revisión/modificación ago 2020

Las razones principales para controlar las garrapatas son proteger a los hospedadores contra la irritación y las pérdidas de la producción y evitar la formación de lesiones que pueden infestarse secundariamente, el daño de los cueros y de las ubres, la toxicosis, la parálisis y, lo que es más importante, la infección con una gran variedad de agentes patológicos. El control también evita la difusión de especies de garrapatas y las enfermedades que transmiten, a áreas, regiones o continentes no afectados.

Control de cultivos y biológico contra las garrapatas

Estas medidas pueden dirigirse contra las etapas de vida libre y parasitarias de las garrapatas. Las etapas de vida libre de la mayoría de las especies de garrapatas, tanto ixódidas como argásidas, presentan necesidades específicas en cuanto al microclima y están restringidas a microhábitats particulares dentro de los sistemas ecológicos habitados por sus hospedadores. La destrucción de estos microhábitats reduce la abundancia de las garrapatas. La alteración del medio ambiente mediante la retirada de ciertos tipos de vegetación se ha usado para controlar Amblyomma americanum en las áreas de recreo en el sudeste de EE. UU. e Ixodes rubicundus en Sudáfrica. El control de las garrapatas argásidas, como Argas persicus y A walkerae en las aves de producción, puede lograrse eliminando las grietas en las paredes y perchas del gallinero, que ofrecen albergue a las etapas de vida libre.

La abundancia de especies de garrapatas también puede reducirse mediante la eliminación de hospedadores alternativos o de hospedadores de una etapa particular del ciclo biológico. Este enfoque se ha defendido a veces para controlar las garrapatas ixódidas de tres hospedadores, como Rhipicephalus appendiculatus, Amblyomma hebraeum e Ixodes rubicundus en África, y de Hyalomma spp en el sudeste de Europa y Asia.

Se ha practicado la rotación de los pastos o el barbecho de los campos de pastoreo para controlar la garrapata ixódida de un hospedador Rhipicephalus (Boophilus) microplus en Australia. El método podría también aplicarse a otras garrapatas de un solo hospedador, en las que la duración del periodo de barbecho de los pastos está determinada por la vida relativamente corta de las larvas de vida libre. Sin embargo, tiene mínima aplicación para las garrapatas ixódidas o argásidas de múltiples hospedadores o debido a los prolongados periodos de supervivencia de las ninfas y los adultos que no se alimentan.

Los depredadores, incluidas la aves, los roedores, las musarañas, las hormigas y las arañas, contribuyen en algunas áreas a la reducción del número de garrapatas de vida libre. En el Nuevo Mundo, las hormigas rojas (Pheidole megacephala) son depredadores notables de las garrapatas. Las garrapatas ingurgitadas también pueden parasitarse por las larvas de algunas avispas (Hymenoptera), pero estas no han reducido significativamente las poblaciones de garrapatas.

El ganado cebú (Bos indicus) y sanga (un cruce de B taurus y B indicus), las razas bovinas autóctonas de Asia y África, normalmente desarrollan gran resistencia a las garrapatas ixódidas después de la exposición inicial. En cambio, las razas europeas (B taurus) siguen siendo normalmente bastante sensibles. La resistencia de las razas de cebú y de sus cruces frente a las garrapatas se está explotando cada vez más como medio para controlar las etapas parasitarias. La introducción de ganado cebú en Australia ha revolucionado el control de R microplus en ese continente. El uso de ganado resistente como medio para controlar las garrapatas también está cobrando importancia en África y América. En África, las infestaciones de garrapatas ixódidas en el ganado doméstico y los ungulados silvestres también pueden reducirse gracias a los "picabueyes" (Buphagus spp), que son aves que se alimentan de las garrapatas adheridas.

Control químico de las garrapatas

También ver Ectoparasiticidas.

El control de las garrapatas usando acaricidas puede dirigirse contra las etapas de vida libre en el medio ambiente o contra las etapas parásitas en los hospedadores. El control de las garrapatas ixódidas mediante tratamiento acaricida de la vegetación se ha utilizado en sitios específicos (p. ej., a lo largo de senderos) en las áreas recreativas de EE. UU. y otros países, para reducir el riesgo de adherencia de la garrapata a las personas. Este método no se recomienda para un uso más amplio, debido a la contaminación del medio ambiente y al coste del tratamiento de áreas extensas. Las perreras, los establos y las estancias de las personas también pueden necesitar tratamiento periódico con acaricidas para controlar las etapas de vida libre de las garrapatas ixódidas, como la garrapata de las perreras (Rhipicephalus sanguineus).

Las etapas de vida libre de las garrapatas argásidas, que infestan focos específicos como los corredores para aves de producción, las repisas de las palomas, las pocilgas y las estancias de las personas, se tratan con mayor frecuencia y eficacia mediante acaricidas.

El tratamiento de los hospedadores con acaricidas para destruir las larvas, las ninfas y los adultos de garrapatas ixódidas y las larvas de argásidas adheridas ha sido el método de control usado más ampliamente. Hay una variedad de productos ectoparasiticidas disponibles en el mercado para tratar a los animales frente a las garrapatas. Algunos ectoparasiticidas se aplican como aerosoles, baños/lavados, tratamientos puntuales o tiradores y collares impregnados y se distribuyen cutáneamente, sobre la superficie de la piel. Otros se administran oralmente y se distribuyen sistémicamente por la circulación sanguínea. En general, las garrapatas deben adherirse a un animal e ingerir sangre para que los ectoparasiticidas distribuidos en sangre sean eficaces. Alternativamente, los ectoparasiticidas de distribución cutánea tienen el potencial de matar las garrapatas adheridas y prevenir la adhesión de otras nuevas.

Los piretroides, incluidos el fipronil, la permetrina y los productos combinados de permetrina, son ectoparasiticidas eficaces debido a su rápida penetración en la cutícula de los artrópodos y a su elevada acumulación en los tejidos de los artrópodos. Sin embargo, los ectoparasiticidas cutáneos aplicados tópicamente pueden no lograr una distribución uniforme, ya que algunas partes del cuerpo no quedan cubiertas con la misma extensión y concentración (p. ej., las patas traseras frente al dorso). Esto puede deberse a la distancia desde el punto original de aplicación, así como a una mayor pérdida comparativa de ingrediente activo de las patas debido a las actividades cotidianas. Los piretroides son seguros y eficaces en los perros; sin embargo, son tóxicos para los gatos y los peces. Los ectoparasiticidas distribuidos sistémicamente, como el afoxolaner, el fluralaner y el sarolaner, suelen lograr una distribución más uniforme por todo el cuerpo y las extremidades del animal, pero pueden tardar más en alcanzar la eficacia total y tienen una velocidad de eliminación algo menor.

Vacunas frente a las garrapatas en animales

Un adelanto reciente de gran importancia potencial ha sido la producción, usando biotecnología, de una prometedora vacuna contra R microplus. El agente inmunizante es un antígeno de garrapata "oculto" que normalmente no se encuentra en el hospedador. El mecanismo inmunitario que este antígeno estimula es distinto del estimulado por exposición a las garrapatas (es decir, por la alimentación de la garrapata). El antígeno se deriva de un extracto crudo de garrapatas hembras adultas parcialmente ingurgitadas. Estimula la producción de un anticuerpo que daña las células intestinales de la garrapata, a las que destruye o reduce drásticamente su potencial reproductor.

Las perspectivas para desarrollar vacunas similares contra otros vectores ixódidos de enfermedades del ganado de gran importancia veterinaria no están claras. Las garrapatas Rhipicephalus son buenas candidatas para esa vacuna porque son de un solo hospedador y muestran una marcada preferencia por los hospedadores bovinos, que actúan como el reservorio principal de quizás el grupo más importante de agentes patógenos (Babesia spp) transmitidos por estas garrapatas. Por el contrario, la mayoría del resto de especies de garrapatas que son vectores de agentes que causan importantes enfermedades en el ganado (como anaplasmosis, hidropericardio, theileriosis) son garrapatas de tres hospedadores, que infestan no solo al vacuno, sino también a especies de ungulados silvestres, en los que la vacunación no es factible. Además, muchos de los ungulados silvestres hospedadores de las garrapatas que son vectores son reservorios de estos agentes de enfermedad. Por estas razones, las vacunas contra garrapatas no boofílidas que son vectores pueden no ser capaces de erradicar las garrapatas o de eliminar fuentes importantes de los agentes patógenos que transmiten.

Estrategias de control para las garrapatas

Inicialmente, los principales usos de los acaricidas eran la erradicación de las garrapatas, la prevención de su propagación y de las enfermedades que transmiten (cuarentena) y su erradicación y control. Los programas de erradicación tuvieron éxito en algunas áreas subtropicales ecológicamente marginales, como el sur de EE. UU. y el centro de Argentina, donde se erradicaron Rhipicephalus spp y la babesiosis, y en el sur de África, donde se erradicó la fiebre de la costa oriental (causada por Theileria parva parva). Los programas tuvieron menos éxito en las áreas tropicales ecológicamente más favorables del nordeste de Australia, América Central, las islas del Caribe y África oriental.

En las áreas donde no se logró la erradicación, los costes de mantenimiento de los programas intensivos de control de garrapatas a menudo se han vuelto prohibitivos. Por tal razón, se están adoptando estrategias integradas de control biológico y químico. Para la efectividad de estas estrategias de coste contenido se requiere un mejor conocimiento de las asociaciones dinámicas entre los agentes de las enfermedades, sus hospedadores vertebrados, las garrapatas vector y el medio ambiente. En los países en los que se han erradicado las garrapatas y las enfermedades que transmiten, se aplican medidas estrictas de cuarentena para evitar su reintroducción. Se están usando modelos de simulación climática, sistemas de información geográfica y sistemas expertos (modelos basados en el conocimiento experto y en la inteligencia artificial) para identificar áreas no afectadas en las cuales podrían establecerse las plagas de garrapatas si se volvieran a introducir.

El control de estas enfermedades requerirá el uso de los principios de la estabilidad endémica y el desarrollo de vacunas recombinantes mejoradas. La estrategia actual que resulta más prometedora es la identificación de receptores en el intestino medio de las garrapatas que son vectores y el desarrollo de anticuerpos que se unan a ellos, bloqueando así la unión de los patógenos ingeridos por la garrapata. El ganado inyectado con los antígenos procedentes de estos receptores puede producir anticuerpos que las garrapatas ingieran mediante la alimentación.

Para más información

  • Consulte también la información para propietarios sobre las garrapatas de perros, gatos y caballos.