Sarna sarcóptica (sarna canina) en perros
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
La infestación por Sarcoptes scabiei var canis es una enfermedad altamente contagiosa observada en perros de todo el mundo. La mayoría de los ácaros son específicos del hospedador, pero la enfermedad es zoonótica y los humanos que entran en contacto con perros infestados pueden estar infectados. Los adultos miden 0,2-0,6 mm de largo y tienen una forma circular; su superficie está cubierta con pequeñas espinas triangulares, y tienen cuatro pares de patas cortas. Las hembras son casi el doble de grandes que los machos. Todo el ciclo biológico (17-21 días) transcurre en el perro hospedador. Los ácaros hembra se entierran en el estrato córneo para poner sus huevos. La sarna sarcóptica es fácilmente transmisible entre perros por contacto directo; la transmisión por contacto indirecto también puede producirse a través de peines, cepillos, toallas y mantas.
Los signos clínicos de la sarna sarcóptica pueden desarrollarse en cualquier momento desde los 10 días hasta 8 semanas después del contacto con un animal infectado. Puede haber portadores asintomáticos. El prurito intenso es característico y probablemente está producido por la hipersensibilidad a los productos generados por los ácaros. Las lesiones primarias consisten en erupciones papulocostrosas gruesas y amarillas, excoriaciones, eritema y alopecia secundaria. Pueden desarrollarse infecciones secundarias bacterianas y por levaduras. Las lesiones suelen comenzar en la parte ventral del abdomen, la cabeza, las orejas, los codos y los corvejones y, si no se tratan, se generalizan.
Los perros con sarna sarcóptica crónica generalizada desarrollan seborrea, liquenificación grave asociada con costras, linfadenopatía periférica y emaciación; los perros muy afectados pueden incluso morir. En los perros bien cuidados puede ser difícil demostrar la presencia del parásito porque las costras y escamas se han eliminado con baños regulares. Estos perros, infestados de ácaros sarcópticos, son pruriginosos. Se pueden observar formas clínicamente atípicas, probablemente vinculadas al uso extensivo de insecticidas o acaricidas.
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
El diagnóstico de sarna sarcóptica se basa en la historia de un prurito grave de aparición brusca, la posible exposición y la afectación de otros animales, incluida las personas. Es difícil establecer un diagnóstico definitivo al obtener raspados cutáneos negativos. La concentración y flotación de varios raspados puede aumentar las probabilidades de encontrar ácaros. Se deben realizar varios raspados superficiales extensos en las orejas, los codos y los corvejones; es preferible escoger áreas sin excoriaciones. Una flotación fecal por centrifugación usando soluciones de azúcar puede revelar ácaros o huevos. Se ha desarrollado un ELISA específico y sensible disponible comercialmente para detectar anticuerpos específicos, que puede ser útil.
Los tratamientos sistémicos de la escabiosis se basan en la administración de lactonas macrocíclicas, algunas de las cuales están aprobadas por la FDA para este propósito. Entre ellos, la selamectina, que se administra en forma de aplicación puntual a razón de 6-12 mg/kg. La selamectina debe administrarse una sola vez como dosis tópica. En algunos perros puede ser necesaria una segunda dosis mensual. Este medicamento es seguro, incluso en razas sensibles a la ivermectina. Otro tratamiento aprobado por la FDA es la formulación de imidacloprid-moxidectina, disponible como tratamiento directo. Debe administrarse en dos dosis de 2,5 mg/kg (moxidectina), con un intervalo de 4 semanas; además, aunque la aplicación tópica es segura en perros sensibles a la avermectina, la captación oral debe evitarse en razas con riesgo de sensibilidad a la avermectina.
Se ha doumentado que otros endectocidas, como la milbemicina oxima y la ivermectina, que no están registrados para el tratamiento de la sarna sarcóptica en perros, son eficaces en función de la dosis y la vía de administración. La dosis recomendada de milbemicina oxima es de 2 mg/kg, PO, semanalmente durante 3-4 semanas; la toxicidad potencial debe considerarse en perros con sensibilidad a las avermectinas. La ivermectina (200 mcg/kg, PO o SC, 2-4 tratamientos con 2 semanas de diferencia) es muy eficaz y, por lo general, curativa. La ivermectina en esta dosis está contraindicada en razas sensibles a las avermectinas. Antes del tratamiento con una lactona macrocíclica debe evaluarse en el perro la presencia de microfilarias (Dirofilaria immitis).
La nueva clase de fármacos isoxazolina (afoxolaner, fluralaner y sarolaner) también ha demostrado ser eficaz frente a la sarna sarcóptica en perros. Sin embargo, ninguno está aprobado actualmente por la FDA.
Si se usan tratamientos tópicos más antiguos, se puede cortar el pelo, eliminar las costras y la suciedad con un buen champú antiseborreico y aplicar un baño acaricida. El sulfuro de cal es una combinación altamente efectiva y segura para su uso en animales jóvenes; se recomiendan varias inmersiones con 7 días de diferencia. El amitraz es un escabicida eficaz, aunque no está aprobado para este uso. Debe aplicarse como una solución al 0,025 % a intervalos de 1 o 2 semanas durante 2-6 semanas. El propietario debe tener ciertas precauciones para evitar la autocontaminación. Se ha descrito que el tratamiento con nebulizaciones de fipronil resulta efectivo, pero debe considerarse como una ayuda en los programas de control más que una terapia primaria.
Dado que los ácaros pueden ser difíciles de detectar, si se sospecha Sarcoptes pero no se encuentran ácaros, está justificado un ensayo terapéutico. Esta no es una situación infrecuente y, a menudo, los casos de sarna sarcóptica se tratan inapropiadamente como otro tipo de enfermedad alérgica de la piel durante semanas o meses antes de requerir la remisión a un clínico especialista certificado en dermatología veterinaria. Además, el tratamiento debe incluir a todos los perros en contacto con el perro infestado.
Sarna notoédrica (sarna felina) en gatos
La sarna notoédrica es una rara enfermedad altamente contagiosa de los gatos y gatitos causada por Notoedres cati, que puede infestar de forma oportunista a otros animales, incluso a las personas. Aunque es poco común o raro en las zonas templadas del norte, no es infrecuente en las zonas subtropicales o tropicales. El ácaro es similar al ácaro sarcóptico, con ciclos biológicos parecidos. El prurito es intenso. Las costras y la alopecia aparecen primordialmente en las orejas, la cabeza y el cuello (sarna de la cara), y pueden generalizarse. Los ácaros se pueden encontrar con bastante facilidad en los raspados de la piel. El tratamiento es tanto tópico como sistémico. Los tratamientos no aprobados pero eficaces y seguros incluyen la selamectina (6 mg/kg, spot on) y la moxidectina (1 mg/kg, spot on, en la formulación de imidacloprid-moxidectina). También se ha utilizado la ivermectina (200 mcg/ kg, SC). Otra terapia tópica eficaz son las inmersiones de sulfuro de cal a intervalos de 7 días.
Sarna otodéctica en gatos y perros
Los ácaros Otodectes cynotis son una causa común de otitis externa, especialmente en gatos, pero también en perros. Los ácaros que pertenecen a la familia Psoroptidae se suelen encontrar en los canales auditivos verticales y horizontales, pero ocasionalmente se ven en el cuerpo. Los signos clínicos incluyen movimientos de sacudida de la cabeza, rascado continuo de las orejas y posición caída de estas. El prurito es variable pero puede ser grave. En los casos graves, puede observarse una acumulación de cerumen de color marrón oscuro en el oído y una otitis externa supurativa con posible perforación de la membrana timpánica. Los animales afectados y en contacto deben recibir un tratamiento parasiticida adecuado en los oídos. Los tratamientos sistémicos aprobados incluyen la selamectina y la moxidectina aplicadas por vía tópica. Las aplicaciones directas en el canal auditivo externo de los gatos con formulaciones aprobadas de ivermectina y milbemicina también son eficaces. Como regla general, la limpieza de oídos con un agente ceruminolítico apropiado está indicada como parte de cualquier tratamiento..
Cheyletielosis (caspa andante) en animales
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
Cheyletiella blakei infesta a los gatos, C yasguri a los perros y C parasitovorax a los conejos, aunque son frecuentes las infestaciones cruzadas. La cheyletielosis es muy contagiosa, en especial en comunidades de animales. La infestación de humanos es frecuente. Las infestaciones por ácaros son raras en las zonas endémicas de pulgas, probablemente debido al uso regular de insecticidas. Estos ácaros tienen cuatro pares de patas y un aparato bucal prominente en forma de gancho. Viven en la superficie de la epidermis y todo su ciclo biológico (3 semanas) transcurre en el hospedador. Los ácaros hembras pueden sobrevivir hasta 10 días fuera del hospedador.
La enfermedad clínica se caracteriza por descamación con una distribución dorsal y prurito, que a veces es inapreciable y otras veces es muy intenso. Los gatos pueden desarrollar costras en la zona dorsal o dermatitis miliar generalizada. Puede haber portadores asintomáticos. A veces, los ácaros son difíciles de encontrar, especialmente en animales a los que se les baña con frecuencia. Para establecer el diagnóstico se pueden tomar muestras mediante cinta adhesiva, raspados cutáneos superficiales y cepillado de la capa.
Cortesía del Dr. Louise Bauck.
Tanto los acaricidas tópicos como los sistémicos son eficaces contra la queiletielosis, aunque actualmente no hay fármacos autorizados para esta indicación. Además del tratamiento de los animales afectados, es necesario tratar a todos los animales en contacto. Los fármacos tópicos incluyen sulfuro de cal, el fipronil spot on y en espray, la permetrina y el amitraz (los dos últimos están contraindicados en los gatos). Los fármacos sistémicos fuera de registro son la selamectina, la milbemicina la oxima (PO) y la ivermectina (SC). Se debe tener cuidado para evitar o minimizar los riesgos de reacciones adversas. El periodo de tratamiento depende del fármaco seleccionado, pero debe ser lo suficientemente largo para erradicar los ácaros tanto de los animales como de su entorno, lo cual puede resultar difícil en las comunidades animales (p. ej., colonias reproductoras, perreras). En la práctica, el tratamiento dura 6-8 semanas y debe continuarse durante algunas semanas después de la curación clínica hasta que se logre la curación parasitológica.
Demodicosis canina
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
La demodicosis canina se produce cuando un gran número de ácaros Demodex canis habitan los folículos pilosos y las glándulas sebáceas. En pequeño número, estos ácaros son parte de la flora normal de la piel de los perros y no producen ninguna enfermedad clínica. Los ácaros se transmiten de las madres a los cachorros durante la lactancia en las primeras 72 h siguientes al nacimiento. Los ácaros pasan todo su ciclo biológico en el hospedador y la enfermedad no se considera contagiosa. La patogenia de la demodicosis es compleja y no se conoce completamente; la evidencia de una predisposición hereditaria a la forma generalizada es considerable. La inmunodepresión, natural o iatrogénica, puede precipitar la enfermedad clínica en algunos casos. Puede darse foliculitis profunda bacteriana secundaria, forunculosis o celulitis. Se han reconocido otras dos especies de Demodex, Demodex cynois y Demodex injai, pero poco se sabe sobre su ciclo biológico o patogenia.
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
En los perros se observan tres formas de demodicosis: sarna demodécica localizada, demodicosis generalizada de inicio juvenil y demodicosis generalizada de inicio en la edad adulta. La demodicosis localizada se observa en perros por lo general <1 año y la mayoría de estos casos se resuelven espontáneamente. Las lesiones suelen constar de una a cinco áreas pequeñas bien delimitadas de alopecia, eritema y descamación. Las lesiones suelen limitarse a áreas alrededor de los labios, el área periorbitaria y las extremidades anteriores, pero pueden encontrarse en otras ubicaciones. El prurito suele estar ausente o es leve. Un porcentaje de estos casos, en especial las formas difusamente localizadas, evoluciona a la forma generalizada.
La demodicosis generalizada de inicio juvenil es el resultado de un defecto inmunológico hereditario con anomalías funcionales asociadas con el sistema inmunitario mediado por células. Los ácaros proliferan en exceso, lo que provoca la destrucción de los folículos pilosos que suelen habitar. Es una enfermedad grave de los perros jóvenes con lesiones generalizadas (eritema, pápulas, alopecia, seborrea grasa, edema, hiperpigmentación y costras) que suelen agravarse por infecciones bacterianas secundarias (piodemodicosis). Es frecuente que vaya acompañada de pododermatitis. Los perros pueden tener una enfermedad sistémica con linfadenopatías generalizadas, letargo y fiebre cuando se observa una piodermia profunda, forunculosis o celulitis. El diagnóstico no es típicamente difícil; los raspados profundos de la piel o el examen microscópico del pelo suelen revelar ácaros, huevos y formas larvarias en grandes cantidades.
La tercera forma de demodicosis es la demodicosis generalizada de inicio en la edad adulta y clínicamente parece similar a la demodicosis generalizada de inicio juvenil, pero se observa en perros adultos, por lo general >3 años de edad, aunque puede darse en perros de tan solo 1,5 años. Suele estar asociada o desencadenada por un proceso neoplásico o enfermedad debilitante que puede estar produciendo inmunosupresión, como el linfosarcoma maligno, el melanoma maligno, el hiperadrenocorticismo, el hipotiroidismo, la diabetes mellitus, etc. Sin embargo, en muchos casos no se puede encontrar una afección inmunosupresora subyacente.
La demodicosis localizada no se suele tratar. El pronóstico para esta forma suele ser bueno, y es frecuente la recuperación espontánea. Por el contrario, se requiere tratamiento en casos de demodicosis generalizada, cuyo pronóstico has sido históricamente reservado. Históricamente, los baños de amitraz en todo el cuerpo (0,025 %) aplicados cada 2 semanas eran el tratamiento aprobado en EE. UU. para la demodicosis generalizada. Sin embargo, los baños de amitraz ya no están disponibles y, aunque actualmente no están registrados por la FDA, se están utilizando terapias alternativas.
Otros protocolos de tratamiento incluyen las lactonas macrocíclicas, la milbemicina oxima (0,5-1 mg/kg/día, PO), la moxidectina y la ivermectina, y todos han demostrado grados variables de eficacia. La moxidectina está disponible en forma de aplicación en combinación con un producto antipulgas (imidacloprid) y debe administrarse a dosis de 2,5 mg/kg a intervalos de 1-4 semanas. Las aplicaciones más frecuentes se asocian con mayores grados de éxito. Otros tratamientos sistémicos supuestamente exitosos pero no aprobados incluyen la moxidectina (400 mcg/kg/día, PO) y la ivermectina (300-600 mcg/kg/día, PO). Para esto última, se han propuesto diferentes protocolos terapéuticos con un aumento gradual de la dosis y un seguimiento estrecho de los animales tratados para detectar cualquier efecto potencialmente tóxico. La ivermectina está contraindicada en los Collies y en sus cruces. Sin embargo, la toxicidad idiosincrásica se puede observar en cualquier raza. Puede ser necesario realizar pruebas de mutación en el alelo MDR1 (ABCB1) antes de iniciar el tratamiento.
Más recientemente, las isoxazolinas sistémicas (tópicas u orales) se han convertido en el tratamiento preferido tanto para la demodicosis generalizada de inicio juvenil como para la de inicio en la edad adulta. Aunque la demodicosis no es una indicación aprobada por la FDA, la dosis y la frecuencia de administración son las mismas que las indicadas para el control de pulgas o garrapatas. Los estudios han demostrado su eficacia cuando se administra mensualmente (afoxolaner, lotilaner o sarolaner) o una vez cada 12 semanas (fluralaner). Los estudios indican que los casos de inicio en la edad adulta pueden tardar más en resolverse por completo que los casos de inicio en la edad juvenil.
Los corticoesteroides locales y sistémicos están contraindicados en cualquier paciente diagnosticado de demodicosis. Las infecciones bacterianas de tipo secundario deben tratarse con el antibiótico apropiado. La terapia antiparasitaria se deberá continuar no solo hasta que disminuyan los signos clínicos, sino hasta que se hayan obtenido al menos dos raspados de piel negativos consecutivos con intervalos de 1 mes entre ambos. Aunque algunos perros responden rápidamente, otros pueden necesitar varios meses de tratamiento. La recidiva durante el primer año de tratamiento no es infrecuente. Como única medida profiláctica, los perros que desarrollan demodicosis generalizada de aparición juvenil no deben utilizarse para la reproducción. Para los perros con demodicosis generalizada de inicio en la edad adulta, se debe intentar encontrar y tratar la afección inmunosupresora subyacente.
Demodicosis felina
La demodicosis felina es una enfermedad cutánea poco frecuente o rara causada por al menos dos especies de ácaros demodécicos. Uno de ellos, Demodex cati, se cree que es un habitante normal de la piel felina. Es un ácaro folicular, similar al ácaro canino, pero más estrecho, que puede causar demodicosis localizada o generalizada. La otra especie de Demodex (por lo general llamada D gatoi) es más corta, con un abdomen ancho, y se encuentra solo en el estrato córneo. Causa una demodicosis superficial, contagiosa y transmisible que con frecuencia es pruriginosa y puede ser generalizada. En la demodicosis folicular localizada causada por D cati, hay una o varias áreas de alopecia focal más comúnmente en la cabeza y el cuello. En la enfermedad generalizada, se observan alopecia, formación de costras y piodermia secundaria potencial en todo el cuerpo. La forma generalizada se asocia a menudo con una enfermedad inmunosupresora o metabólica subyacente, como la infección por el virus de la leucemia felina, la infección por el virus de la inmunodeficiencia felina, la diabetes mellitus o las neoplasias. En algunos casos, el único signo clínico es la otitis externa ceruminosa.
El diagnóstico de la demodicosis felina se establece mediante raspados cutáneos superficiales (D gatoi) y profundos (D cati), aunque el número de ácaros encontrados suele ser pequeño, especialmente de D gatoi. La evaluación médica está indicada en gatos con enfermedad generalizada. Los cultivos de dermatofitos son esenciales, pues la demodicosis puede presentarse simultáneamente con una dermatofitosis. El pronóstico de la demodicosis generalizada es impredecible debido a su potencial relación con una enfermedad sistémica. Algunos casos se resuelven de forma espontánea. Los baños semanales de sulfuro de cal (2 %) fueron el tratamiento más común y se consideraron seguros y por lo general eficaces; sin embargo, las isoxazolinas transdérmicas más recientes y el sarolaner-selamectina han demostrado su eficacia y ahora son los tratamientos preferidos.
Trombiculosis en gatos y perros
Cortesía del Dr. Michael W. Dryden.
La trombiculosis es una acariasis común, estacional y no contagiosa causada por la etapa larvaria parasitaria de ácaros de vida libre de la familia Trombiculidae (niguas). Puede afectar a los carnívoros domésticos, a otros mamíferos domésticos y silvestres, aves, reptiles y personas. Se encuentran dos especies comunes en perros y gatos, Neotrombicula autumnalis y Eutrombicula alfreddugesi. La primera ha se ha identificado en Europa, mientras que la segunda en América. Los adultos (ácaros de la cosecha) y las ninfas parecen arañas pequeñas y viven sobre los detritos descompuestos.
En las regiones templadas y desde el verano hasta el otoño, los perros y los gatos pueden adquirir la larva del parásito cuando se tumban sobre la hierba o cuando caminan al aire libre. En las regiones más cálidas, las infestaciones se dan a lo largo de todo el año. Las larvas (0,25 mm de largo) se adhieren al hospedador, se alimentan durante unos pocos días y lo abandonan cuando se hinchan. Durante este periodo, se identifican fácilmente como puntos inmóviles, ovoides, de 0,7 mm de largo y de color naranja a rojo, que se encuentran normalmente agrupados en la cabeza, las orejas, las patas o el vientre. La patogenicidad se produce a través de actividades traumáticas y proteolíticas. Se sospechan reacciones de hipersensibilidad en algunos animales, ya que el prurito puede ser de inexistente a grave. Las lesiones incluyen eritema, pápulas, excoriaciones, alopecia y costras. Cuando está presente, el prurito intenso puede persistir durante horas o varios días incluso después de que las larvas hayan abandonado al animal.
El diagnóstico de trombiculosis se basa en la anamnesis y en los signos clínicos. La infestación es una amenaza estacional para los perros y los gatos criados al aire libre. El diagnóstico diferencial debe incluir otras dermatosis pruriginosas. El diagnóstico se confirma mediante la cuidadosa exploración física de las áreas afectadas. El examen microscópico de muestras obtenidas de raspados de piel puede ayudar a identificar las larvas, que tienen un cuerpo de forma ovalada densamente cubierto de setas (pelillos), seis patas largas y pedipalpos curvos que terminan en garras.
El manejo es difícil. El más útil de los enfoques, si es posible, consiste en mantener a la mascota alejada de las áreas que se sabe que albergan gran número de ácaros, para poder prevenir reinfestaciones durante periodos de riesgo. La aplicación de piretroides (solo en perros) con actividad repelente para prevenir la infestación ha dado resultados variables. Se pueden usar fipronil y permetrina (solo en perros), tanto para la prevención como para el tratamiento de animales infestados. En casos de prurito grave, puede ser necesario el tratamiento sintomático.
Estraelensiosis en perros
La estraelensiosis canina es una dermatitis parasitaria rara, no contagiosa, esporádica, pero potencialmente emergente, causada por el enquistamiento temporal en la epidermis del estadio larvario de Straelensia cynotis. Este ácaro pertenece a una familia cercana a la familia Trombiculidae. El ciclo biológico es en gran parte desconocido y la enfermedad se ha descrito solo en Francia, Portugal, España e Italia. La transmisión se produce principalmente en perros de caza rurales y de pequeño tamaño, probablemente a través del contacto con suelo contaminado, basura y otros hábitats terrestres de los zorros. No se ha descrito ningún contagio a congéneres ni a personas. S cynotis tiene diferencias claras con otros ácaros trombidioides, especialmente en la presentación clínica, las características histopatológicas y la respuesta al tratamiento.
La estraelensiosis es de inicio súbito y puede acompañarse de signos clínicos sistémicos como anorexia y postración. Las lesiones son dolorosas, variablemente pruriginosas y generalizadas o multifocales, y afectan con mayor frecuencia a las regiones dorsales de la cabeza y el tronco. Las pápulas y los nódulos eritematosos característicos se asemejan a pequeños cráteres. Se puede observar descamación, pústulas y costras.
Los diagnósticos diferenciales incluyen foliculitis bacteriana, sarna sarcóptica y disparos. El examen microscópico de muestras obtenidas por raspados profundos de la piel puede ayudar a identificar las larvas (0,7 mm de largo, 0,45 mm de ancho), cada una en un quiste de paredes gruesas. Las larvas, que se asemejan a Neotrombicula, se visualizan más fácilmente por histopatología.
El pronóstico es favorable; la autocuración suele producirse después de varios meses si se evita la reinfestación. Sin embargo, el manejo de los signos clínicos es difícil. La ivermectina suele ser eficaz.
Linxacariosis en gatos
La linxacariosis felina es una dermatitis parasitaria bastante común, pero hasta la fecha geográficamente restringida (Australia, Brasil, Hawái, Florida, Carolina del Norte y Texas) causada por el ácaro del pelo Lynxacarus radovskyi, que pertenece a la familia Listrophoridae. El ciclo biológico sigue estando mal descrito y esta especie no se ha documentado en otros hospedadores que no sean gatos. La infestación suele producirse por contacto directo; sin embargo, los fómites pueden ser importantes para la transmisión. Los signos clínicos incluyen una apariencia del pelaje de tono sal y pimienta, prurito variable y alopecia. El diagnóstico se basa en la visualización de los ácaros (0,5 mm de longitud) usando una lupa o aislando cualquier estadio parasitario en raspados cutáneos o preparaciones con cinta de acetato. El tratamiento con aerosoles acaricidas, baños semanales de sulfuro de cal e ivermectina (300 mcg/kg, SC) es eficaz. El único caso de contagio a humanos fue una erupción transitoria en un propietario con un gato altamente infestado.