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Tumores de origen melanocítico en animales

Revisado/Modificado ago 2021 | Modificado dic 2022

Los tumores de origen melanocítico son más comunes en perros, caballos tordos y cerdos miniatura; son poco frecuentes en cabras y ganado vacuno, y raros en gatos y ovejas. La terminología utilizada para describir las lesiones melanocíticas en medicina veterinaria es diferente de la utilizada en dermatología humana. En los animales, los términos melanocitoma y melanoma maligno se usan para describir proliferaciones melanocíticas benignas y malignas, respectivamente. En las personas, una proliferación melanocítica benigna (ya sea congénita o adquirida) se denomina nevo, y el término melanoma, por definición, se refiere a una neoplasia maligna (es decir, en las personas no hay melanomas benignos). Además, aunque la lesión solar es una causa común de tumores melanocíticos en las personas, el daño actínico raramente se asocia con el desarrollo de tumores análogos en los animales domésticos.

Tumores de origen melanocítico en perros

Los melanocitomas de la piel se diagnostican con mucha más frecuencia que los melanomas malignos. Se desarrollan con mayor frecuencia en la cabeza y las extremidades delanteras en los perros de mediana o avanzada edad. Puede haber una predilección en los machos. Las razas en las que se reconocen estos tumores con mayor frecuencia son el Schnauzer miniatura y estándar, el Doberman Pinscher, el Golden Retriever, el Setter Irlandés y el Vizsla. Pueden aparecer como máculas o parches, como pápulas o placas, o como masas elevadas ocasionalmente pedunculadas. La mayoría presenta una superficie pigmentada. Aunque suelen ser solitarias, las lesiones pueden ser múltiples, especialmente en las razas de riesgo. Estos tumores son benignos y la escisión completa es curativa.

Los melanomas malignos normalmente se desarrollan en perros algo más mayores que aquellos que desarrollan melanocitomas. El Schnauzer miniatura y estándar y el Scottish Terrier son las razas con una mayor predisposición.

La uniones mucocutáneas de los labios, la cavidad oral y el lecho de las uñas son los lugares donde se desarrollan los melanomas malignos con mayor frecuencia. Los melanomas malignos de la piel con pelo son raros y la mayoría surgen en el abdomen ventral y el escroto. Los machos se ven afectados con mayor frecuencia que las hembras. La mayoría de los melanomas malignos aparecen como nódulos elevados, por lo general ulcerados, con pigmentación variable según el contenido de melanina; algunos melanomas malignos son amelanóticos. Cuando están presentes en las regiones mucocutáneas del labio, los tumores pueden ser pediculados con una superficie papilada; cuando están presentes en el lecho ungueal, aparecen como hinchazones del dedo, a menudo con pérdida de la uña y destrucción del hueso subyacente, simulando osteomielitis.

Cuando un dedo del pie supure en un perro mayor, las radiografías y la biopsia profunda que incluya hueso están indicadas para el diagnóstico. Los melanomas malignos caninos son localmente agresivos y tienen un alto potencial de metástasis; sin embargo, existe una variabilidad considerable en los tiempos de supervivencia descritos. La media de los tiempos de supervivencia descritos para los perros con melanomas orales malignos tratados con cirugía definitiva únicamente es de 511 días para la enfermedad en estadio I según la OMS, 324 días para el estadio II y 336 días para el estadio III. Un estudio exhaustivo encontró que hasta el 32 % de los tumores melanocíticos orales en perros mostraban un comportamiento biológico menos agresivo, lo que enfatiza la necesidad de clasificarlos con precisión en los ensayos clínicos.

El tratamiento de un melanoma maligno suele consistir en la extirpación completa con márgenes amplios; sin embargo, la naturaleza infiltrativa del tumor puede dificultar el logro de unos márgenes adecuados. En estos casos, puede ser necesario combinar la cirugía con radioterapia o electroquimioterapia. Cuando está presente en los dedos, está indicada la amputación; si está presente en la mandíbula, una hemimandibulectomía puede permitir la escisión completa con márgenes adecuados y una apariencia estética posquirúrgica y una supervivencia aceptables. En un estudio, las lesiones en ubicaciones rostrales en el maxilar o la mandíbula permitieron los mejores tiempos de supervivencia de 10,9 meses.[1]

Los melanomas suelen considerarse insensibles a la radioterapia. La quimioterapia para la enfermedad medible ha sido decepcionante y de corta duración, y el carboplatino proporcionó la mejor tasa de respuesta (28 %). El uso de pruebas genéticas para el tratamiento dirigido a tumores específicos, combinado con inmunoterapia, puede marcar la diferencia. Los tiempos totales de supervivencia oscilan entre 1 y 36 meses, lo que indica que las variaciones individuales en los mecanismos de defensa del hospedador y la agresividad del tumor pueden influir en el establecimiento de un pronóstico. La proteína nuclear Ki67 se ha establecido como un marcador inmunohistoquímico altamente sensible y específico para predecir el desenlace del melanoma oral maligno, con índices >19,5 que corresponden a menores tiempos de supervivencia. Un índice mitótico de >4 figuras mitóticas/campos de alto aumento y una puntuación de atipia nuclear de >30 % también indican tiempos de supervivencia malos. En un estudio de 117 perros con masas digitales, 24 presentaron melanomas y un tiempo medio de supervivencia de 12 meses, el 42 % sobrevivieron 1 año y el 13 % de los casos 2 años.[2]

Una nueva serie de vacunas de terapia génica xenogénica que utilizan ADN plasmídico que codifica la tirosinasa humana puede inducir una respuesta inmunitaria en perros, lo que da lugar a respuestas de anticuerpos y células T citotóxicas que pueden reducir los melanomas. Ensayos clínicos realizados en Nueva York demostraron una vacuna contra el melanoma canino como terapia adyuvante para el melanoma oral completamente extirpado y para algunos casos de melanoma maligno avanzado. Se autorizó de forma condicional en EE. UU. en 2007; sin embargo, no se encontró ningún beneficio en varios estudios que fueron retrospectivos y carecían de un grupo de control. Uno de estos estudios siguió a 23 perros vacunados y 17 perros no vacunados en Míchigan. Los ensayos clínicos usando radioterapia o masitinib en combinación con la vacuna del melanoma canino en perros con melanomas que expresan el c-Kit mutado, y otro estudio que añade doxorubicina para el c-Kit no mutado, fueron evaluados por su eficacia y demostraron ser prometedores. El proteoglucano 4 del sulfato de condroitina es un biomarcador inmunohistoquímico y una diana inmunoterapéutica potencial para el melanoma maligno canino, como en las personas. Las vacunas autólogas y alogénicas de células tumorales y las inyecciones intralesionales con adyuvantes inmunológicos también pueden ser útiles y pueden usarse en combinación con la vacuna de ADN dirigida al melanoma canino aprobada por el USDA.

Referencias

  1. Selmic LE, Lafferty MH, Kamstock DA, et al. Outcome and prognostic factors for osteosarcoma of the maxilla, mandible, or calvarium in dogs: 183 cases (1986-2012). J Am Vet Med Assoc. 2014;245(8):930-8.

  2. Marino DJ, Matthiesen DT, Stefanacci JD, Moroff SD. Evaluation of dogs with digit masses: 117 cases (1981-1991). J Am Vet Med Assoc. 1995;207(6):726-8.

Tumores de origen melanocítico en gatos

Las neoplasias melanocíticas cutáneas son poco frecuentes y se identifican con mayor frecuencia en la cabeza (especialmente el pabellón auricular), el cuello y las extremidades distales en los gatos de mediana o avanzada edad. La asociación con la cavidad oral y las regiones subungueales está menos definida que en los perros y son malignas en un porcentaje mayor. La escisión es el tratamiento de elección. La vacuna terapéutica frente al melanoma desarrollada para su uso en perros parece ser segura para su uso en gatos.

Tumores de origen melanocítico en caballos

La mayoría de las neoplasias melanocíticas se encuentran en caballos grises o en los que el pelaje se vuelve gris (o blanco) con la edad. Son especialmente comunes en Lipizzanos, Árabes y Percherones, y el 80 % de los caballos grises o blancos de estas razas pueden verse afectados. Se suelen reconocer en los caballos más mayores, pero normalmente comienzan a desarrollarse cuando los animales tienen 3-4 años.

El perineo y la base de la cola son los sitios de desarrollo más comunes; sin embargo, estos tumores pueden desarrollarse en cualquier lugar, incluida la zona de la parótida. Los tumores son a menudo múltiples y pueden aparecer como nódulos coalescentes, frecuentemente pediculados, que a menudo se extienden en una disposición lineal hasta la base de la cola. Aumentan de tamaño y número con el transcurso del tiempo. Aunque la mayor parte son benignos, se pueden desarrollar variantes invasivas, algunas con potencial metastásico. La mayoría son negras en la sección transversal. En muchos caballos grises hay evidencia de compromiso de los nódulos linfáticos; sin embargo, existe controversia sobre si esto representa metástasis o bien si los melanocitos y melanófagos intranodales suponen una estimulación de los melanocitos extracutáneos que normalmente están presentes en el ganglio linfático. El tratamiento consiste en la extirpación quirúrgica o crioquirúrgica; no obstante, los caballos afectados están predispuestos a desarrollar tumores adicionales con el tiempo.

Se sabe poco sobre el uso de radiación o quimioterapia para el tratamiento del melanocitoma equino o el melanoma maligno. Se ha documentado que la cimetidina es valiosa para controlar la recidiva, pero los estudios de seguimiento no encontraron beneficio. La electroquimioterapia o la quimioterapia intralesional con cisplatino o carboplatino después de la citorreducción quirúrgica pueden ser beneficiosas en el tratamiento de masas grandes o inoperables. Los tumores recidivantes no desarrollan resistencia al cisplatino y pueden tratarse por segunda vez, a veces con buenos resultados.

Las neoplasias melanocíticas de los caballos no grises son tumores raros que se suelen encontrar en el tronco y las extremidades de los jóvenes (a menudo <2 años). Pueden representar la expansión de una lesión congénita. Las masas aparecen de forma característica como nódulos solitarios. La mayoría son benignos; sin embargo, los melanomas malignos congénitos pueden desarrollarse con poca frecuencia. Estos tumores son invasivos, con poco potencial metastásico. La extirpación quirúrgica o la criocirugía es el tratamiento de elección. Si los tumores son benignos y extirpables quirúrgicamente, el pronóstico es excelente. En el caso de tumores invasivos, el pronóstico es reservado.

Tumores de origen melanocítico en cerdos

Las neoplasias melanocíticas en los cerdos se observan como lesiones congénitas y son esporádicas en adultos de cerdos Sinclair (Hormel) miniatura, Duroc y sus cruces. La reproducción selectiva en estas cepas ha aumentado la prevalencia de los tumores. Estos tumores se desarrollan tanto antes como después del nacimiento, en cualquier parte del cuerpo. Suelen ser múltiples, y pueden aparecer como máculas o parches pigmentados con bordes lisos; como lesiones pigmentadas elevadas, a menudo ulceradas; o como masas azules más profundas, ligeramente elevadas. Los melanomas profundamente invasivos se asocian con frecuencia con metástasis. Los nódulos linfáticos y los pulmones son las localizaciones donde mayormente metastatizan. No todos estos tumores se tornan invasivos y muchos sufren una regresión espontánea asociada a un infiltrado linfocitario intenso. Las lesiones melanocíticas en los cerdos no se tratan. Debido a la naturaleza hereditaria de la enfermedad, se recomienda la prevención mediante reproducción selectiva si las lesiones se reconocen con frecuencia en la explotación.

Tumores de origen melanocítico en el ganado vacuno

Las neoplasias melanocíticas en el ganado vacuno se desarrollan con poca frecuencia y cuando lo hacen puede afectar a cualquier parte del cuerpo. Pueden darse a cualquier edad, pero se observan más a menudo en los animales jóvenes; se han reconocido formas congénitas. El ganado vacuno Angus parece tener mayor predisposición. Con mayor frecuencia, los tumores son grandes masas nodulares, benignas y altamente pigmentadas. La escisión es curativa para la mayoría; sin embargo, se han reconocido raras variantes malignas con metástasis a distancia.

Tumores de origen melanocítico en ovejas

Las neoplasias melanocíticas en ovejas son más frecuentes en animales de mediana o avanzada edad, pero también se han identificado en neonatos. Son más comunes en los animales de raza Suffolk y Angora, en los que aparecen como masas subcutáneas o dérmicas múltiples intensamente pigmentadas. Deben considerarse malignas; la metástasis es común.

Tumores de origen melanocítico en cabras

Los tumores melanocíticos son raros en las cabras. Son más comunes en animales de mediana o avanzada edad y posiblemente en los de raza Angora. Puede haber una predilección por la banda coronaria y la ubre. Al corte, las lesiones aparecen como masas solitarias o múltiples con pigmentación variable. La mayoría tiende a crecer rápidamente y la metástasis es común.

Para más información

  • Consulte también la información para propietarios sobre los tumores de la piel en perros, gatos y caballos.