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Hiperplasia prostática benigna en perros y gatos

PorMichelle Kutzler, DVM, PhD, DACT
Última revisión/modificación jun 2020

La hiperplasia prostática benigna (HPB) es el trastorno prostático más frecuente en perros machos enteros y es resultado de una estimulación androgénica o una relación andrógeno:estrógeno alterada. No se sabe por qué algunos machos están afectados y otros no. En algunos perros, la hiperplasia puede empezar a la temprana edad de 2,5 años y, después de los 4 años de edad, se tiende a desarrollar una hiperplasia quística. Los signos clínicos pueden estar ausentes, pero los más frecuentes son hematuria, persistente o intermitente, hemospermia y/o descarga prepucial hemorrágica.

Los hallazgos del examen físico y de la historia clínica, así como la presencia de una próstata aumentada simétricamente y no dolorosa, sugieren el diagnóstico. La radiología puede confirmar la prostatomegalia (véase foto). La ecografía debe mostrar una afección difusa, relativamente simétrica con estructuras quísticas, difusas y múltiples. El análisis citológico de las muestras obtenidas por masaje o eyaculación revela hemorragia con inflamación leve sin signos de sepsis o neoplasia. El diagnóstico definitivo únicamente es posible mediante biopsia.

La castración es el tratamiento de elección en perros machos no destinados a la reproducción y/o a exhibiciones. Con la castración, la involución prostática suele ser evidente a las pocas semanas y es con frecuencia completa en varios meses.

Para los machos destinados a reproducción o a exhibiciones, el tratamiento con finasterida es efectivo. La finasterida bloquea la acción de la 5 alfa-reductasa, una enzima que convierte la testosterona en dihidrotestosterona. La dihidrotestosterona es la hormona biológicamente activa que promueve la hiperplasia prostática tanto en personas como en perros. La administración de finasterida a dosis de 1 mg/kg/día, PO, durante 16-21 semana un Beagles de laboratorio produjo un 50-70 % de reducción de la hipertrofia prostática sin observarse efectos negativos sobre la calidad seminal. Las dosis menores de finasterida (0,1 mg/kg/día, PO, durante 16 semanas) redujeron un 43 % el volumen de la próstata hipertrofiada, resolvieron los signos clínicos, redujeron en un 58 % la concentración de dihidrotestosterona, manteniendo los niveles de testosterona normales, y no se observó efecto deletéreo sobre la calidad seminal, la fertilidad, o la libido en un grupo de nueve perros con hipertrofia prostática. No obstante, la hipertrofia prostática se revierte si se interrumpe la administración de finasterida. La dosis baja (0,1-0,5 mg/kg) de finasterida se correlaciona con la dosificación adecuada de una cápsula de 5 mg/día para aquellos perros de 10-50 kg de peso.

El acetato de osaterona es un análogo de la testosterona disponible en Europa con una potente actividad antiandrogénica. La osaterona administrada a perros con signos clínicos de HPB (a una dosis de 0,25 mg/kg, PO, una vez al día) dio lugar a la resolución de los signos clínicos en aproximadamente el 50 % de los perros en 14 días. La calidad del semen y la fertilidad no se ven afectadas negativamente y en algunos casos pueden mejorar. Un implante subcutáneo que contiene el agonista de la GnRH, deslorelina, está disponible en Europa, Australia y Nueva Zelanda y está etiquetado para la castración reversible en perros machos. Sin testosterona disponible, no se puede producir dihidrotestosterona y el volumen de la glándula prostática disminuye hasta en un 60 %. La deslorelina debe administrarse cada 6-12 meses, según la formulación utilizada (implante de 4,7 mg frente a implante de 9,4 mg). A diferencia de la finasterida y la osaterona, la espermatogénesis y la fertilidad se bloquean durante el periodo de actividad del implante.

La ablación ultrasónica guiada por resonancia magnética se ha utilizado en un número limitado de perros con HPB (n = 3) y ha demostrado cierto éxito. Se utilizó un dispositivo transuretral compatible con la RM que incorporaba una serie de transductores tubulares con sectores duales de 120° para extirpar el tejido prostático canino durante 6-18 minutos. Las regiones prostáticas extirpadas mostraron una reabsorción aparente completa del tejido extirpado, con formación de regiones quísticas que contienen líquido en 31 días. Los autores no describieron el efecto de este tratamiento sobre la fertilidad. Sin embargo, la terapia de campo electromagnético pulsado se administró a 20 perros con HPB a un ritmo de 5 minutos dos veces al día durante 3 semanas. La terapia de campo electromagnético pulsado dio como resultado una reducción significativa del volumen prostático sin alterar la calidad del semen, las concentraciones de testosterona o la libido.

Para más información

Consulte también la información para propietarios sobre enfermedades prostáticas en perros y enfermedades prostáticas en gatos.