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Toxicidad por molibdeno en animales

PorBarry R. Blakley, DVM, PhD
Última revisión/modificación may 2021

La intoxicación por molibdeno es a menudo el resultado de un desequilibrio cobre-molibdeno en los alimentos. Las especies rumiantes son las más frecuentemente afectadas, y los signos clínicos pueden incluir crecimiento deficiente, infertilidad, diarrea, cojera, ataxia y osteoporosis. La suplementación con cobre para abordar el desequilibrio mineral es el tratamiento más eficaz.

El molibdeno es un elemento esencial asociado con una variedad de metaloenzimas y sus correspondientes funciones metabólicas. La ingesta excesiva de molibdeno en la dieta induce una deficiencia secundaria de cobre. La toxicosis resultante en rumiantes se observa en todo el mundo. El ganado vacuno y ovino son aproximadamente 10 veces más susceptibles que otras especies. La intoxicación aguda asociada con la ingestión masiva de molibdeno es rara.

Etiología de la toxicidad por molibdeno en animales

Las interacciones metabólicas relacionadas con la utilización, biodisponibilidad y cinética del cobre, el molibdeno y el sulfato son muy importantes, aunque complejas e incompletas. En los rumiantes, varios molibdatos reaccionan con sulfuros para producir compuestos de tiomolibdatos, que a su vez se combinan con cobre para formar un complejo insoluble que se absorbe débilmente. Esta biodisponibilidad reducida del cobre altera la utilización del cobre y la síntesis de una variedad de proteínas dependientes del cobre, induciendo finalmente una deficiencia secundaria de cobre. La ingesta excesiva de molibdeno en la dieta también favorece la excreción de cobre.

La limitada formación bacteriana de tiomolibdatos en los animales monogástricos es la principal responsable de la tolerancia dietética al molibdeno en estas especies. Por lo tanto, la toxicidad por molibdeno es poco frecuente en caballos.

La susceptibilidad a la toxicidad por molibdeno en los rumiantes depende de varios factores, entre ellos:

  1. Contenido de cobre en la dieta; la sensibilidad aumenta a medida que el contenido de cobre disminuye.

  2. Contenido de sulfato en la dieta; la sensibilidad aumenta con un alto contenido de sulfato debido al deterioro de la utilización del cobre, mientras que el bajo contenido de sulfato aumenta la sensibilidad al reducir la excreción de molibdeno.

  3. La forma química del molibdeno; las formas hidrosolubles que se encuentran en los alimentos frescos son más tóxicas.

  4. los aminoácidos que contienen azufre pueden alterar la utilización del cobre o la excreción de molibdeno

  5. especies animales; el ganado vacuno es más susceptible

  6. Edad; los animales jóvenes son más sensibles y la excreción de molibdeno en la leche puede producir intoxicación en terneros lactantes.

  7. Estación del año; las concentraciones de molibdeno en las plantas aumentan en el otoño.

  8. especies vegetales; las leguminosas bioacumulan más molibdeno

  9. diferencias de raza, observadas en ovejas y cabras

La intoxicación por molibdeno se ha encontrado en áreas geográficas con suelos de turba, lodo o lutitas que contienen molibdeno de forma natural. La contaminación ambiental asociada con la minería o la producción de metales o las áreas en las que se usan fertilizantes contaminados con molibdeno puede dar lugar a una mayor absorción de molibdeno por parte de las plantas utilizadas como fuente de alimentación.

Hallazgos clínicos de la toxicidad por molibdeno en animales

Las manifestaciones de la intoxicación por molibdeno están relacionadas principalmente con alteraciones del metabolismo y la utilización del cobre, lo que provoca una deficiencia secundaria de cobre. Típicamente, el síndrome es un problema de rebaño, con una morbilidad de hasta el 80 %. En el ganado vacuno, la enfermedad clínica se suele caracterizar por una diarrea grave y persistente con la presencia de heces líquidas llenas de burbujas de gas, a menudo denominadas turba. La despigmentación, que da lugar a una acromotriquia decolorante del pelaje, se evidencia en los animales negros y se asocia con una deficiencia de la actividad tirosinasa y una síntesis reducida de melanina. Se observa pica, falta de crecimiento, anemia microcítica hipocrómica, emaciación y dolor articular caracterizado por cojera. Dado que el molibdeno compite con la utilización del fósforo, la mineralización ósea se reduce, causando osteoporosis, que a menudo se manifiesta como fracturas patológicas.

Son frecuentes el retraso en la pubertad, la disminución del peso en la pubertad, el retraso en la fertilidad, las bajas tasas de concepción y la disminución de la producción de leche. Se ha descrito disminución de la libido en toros. En las ovejas, especialmente en los corderos de <30 días de edad, los animales afectados muestran rigidez del lomo y patas y tienen dificultad para incorporarse. El síndrome en ovejas se conoce como ataxia enzoótica o swayback (lordosis o lomo hundido). El desarrollo anómalo del tejido conectivo y las placas de crecimiento se evidencian en los animales afectados. Los síntomas clínicos aparecen típicamente en 1-2 semanas.

En ocasiones se puede producir toxicosis aguda en el ganado vacuno u ovino. La anorexia y el letargo pueden ser evidentes en 3 días. Las muertes comienzan dentro de la primera semana de exposición y pueden continuar durante muchos meses. Los neonatos presentan con frecuencia ataxia de las extremidades posteriores que a menudo progresa a las extremidades anteriores. Son frecuentes la salivación y la escasez de heces mucoides.

La exposición excesiva al molibdeno también puede alterar una variedad de enzimas implicadas en la producción y el mantenimiento del colágeno y la elastina, lo cual se ha asociado con trastornos cardiovasculares. La exposición al molibdeno también puede afectar a la síntesis de fosfolípidos en los tejidos del sistema nervioso, dando lugar a desmielinización y diversas manifestaciones neurológicas.

En el examen post mortem, la hemosiderosis, la necrosis hepática de periacinar a grave y la nefrosis son evidentes histopatológicamente. En las ovejas afectadas la degeneración neuronal, la desmielinización y la lisis de la sustancia blanca son evidentes en los tejidos neurológicos.

Diagnóstico de la intoxicación por molibdeno en animales:

  • Signos clínicos característicos (p. ej., diarrea verdosa, cojera, poca ganancia de peso, problemas de reproducción), especialmente cuando un rebaño está afectado.

  • Análisis de muestras de alimentos para determinar la proporción cobre:molibdeno.

  • Análisis de muestras de hígado y plasma para la determinación de concentraciones de cobre y molibdeno.

El diagnóstico de intoxicación por molibdeno, un problema relacionado con la explotación con una morbilidad típicamente elevada, puede confirmarse mediante el análisis de muestras de alimentos para medir la proporción cobre:molibdeno (proporción normal, 6:1 a 10:1). Una proporción de 2:1 es compatible con el diagnóstico de intoxicación por molibdeno. El análisis post mortem de las muestras hepáticas (preferiblemente), así como el análisis de las concentraciones de cobre y molibdeno en las muestras de plasma, también proporcionan información diagnóstica valiosa.

Es importante distinguir entre la deficiencia primaria de cobre y la secundaria relacionada con una exposición excesiva al molibdeno. A menudo, con la intoxicación por molibdeno, existe una mala correlación entre las concentraciones tisulares de cobre y la enfermedad clínica. En las primeras fases de la intoxicación crónica, las manifestaciones clínicas vagas, como la infertilidad, pueden ser difíciles de confirmar mediante análisis de muestras de tejido. Las concentraciones de cobre en plasma pueden estar dentro de los límites de referencia. La evaluación de la actividad de la ceruloplasmina, una enzima ferroxidasa que contiene cobre, puede ser más informativa para el diagnóstico. La mejoría clínica tras la administración de sulfato de cobre proporciona un valioso apoyo para el diagnóstico.

Se recomienda el análisis de la ración para las concentraciones de cobre y molibdeno. En el alimento para ganado vacuno, una proporción cobre:molibdeno de 6:1 es la óptima. Si la proporción es menor de 2:1, se producirá toxicosis por molibdeno. Unas proporciones superiores a 15:1 pueden causar intoxicación crónica por cobre. Las concentraciones absolutas de molibdeno en la ración >10 mg/kg darán lugar a intoxicación independientemente de la ingestión de cobre. La exposición masiva al molibdeno a través del alimento (es decir, >2000 mg/kg) provocará una intoxicación aguda y la muerte.

El análisis de muestras de hígado y plasma para determinar las concentraciones de molibdeno proporciona información útil para confirmar un diagnóstico; sin embargo, los resultados deben interpretarse en asociación con los resultados de las concentraciones tisulares de cobre. En el ganado vacuno, unas concentraciones hepáticas >2 ppm (peso húmedo) y unas concentraciones plasmáticas >0,1 ppm son compatibles con un diagnóstico de intoxicación por molibdeno en presencia de una baja concentración tisular de cobre. Las pautas para el ganado vacuno para la concentración de agua varían de 0,3 a 0,5 ppm. La susceptibilidad de las especies y los efectos metabólicos de la interacción del cobre afectan al desarrollo de la enfermedad.

Los diagnósticos diferenciales incluyen otras enfermedades caracterizadas por emaciación o falta de desarrollo; (p. ej., infestaciones parasitarias, seleniosis, fluorosis, ergotismo), intoxicaciones por metales (p. ej., intoxicación por plomo, seleniosis, ergotismo, diversas infecciones gastrointestinales y cojera o enfermedades musculoesqueléticas).

Tratamiento y prevención del envenenamiento por molibdeno en animales

  • Suplementación dietética con mezclas de minerales de cobre apropiadas y específicas de la raza

  • Administración de productos de cobre inyectables o quelados

La toxicidad por molibdeno se manifiesta principalmente como un síndrome de deficiencia de cobre. En muchos casos, la simple suplementación dietética con mezclas de minerales de cobre es insuficiente para restaurar el desequilibrio mineral óptimo creado por la interacción biológicamente clave entre el cobre y el molibdeno. Los productos de cobre inyectables o quelados pueden ser necesarios para restaurar la productividad normal y la salud animal.

La suplementación dietética con sulfato de cobre reducirá la biodisponibilidad del molibdeno en el tracto gastrointestinal, reduciendo así la absorción e incrementando la excreción. En los alimentos que contienen molibdeno a >5 mg/kg, la suplementación con sulfato de cobre al 1 % en sal ayudará a controlar el desarrollo de la intoxicación en explotaciones. En los animales alojados en áreas mineras recuperadas, puede ser necesario aumentar la suplementación hasta un 5 % de sulfato de cobre en el suplemento de sal. Si se puede eliminar la fuente de molibdeno dietético, el exceso de molibdeno se elimina rápidamente y los productos alimenticios son seguros para el consumo en un periodo de tiempo relativamente corto. Si no se puede reducir la exposición dietética, la eliminación del molibdeno en la leche puede producir intoxicación en los terneros lactantes.

Cuando la alimentación con suplementos minerales no es práctica, el tratamiento puede administrarse como un líquido semanal administrado oralmente. Los productos inyectables como el glicinato de cobre o el edetato de cobre (Cu-EDTA) se pueden administrar a una dosis de 120 mg/vaca. Los clínicos deben tener en cuenta que estos productos están aprobados legalmente solo en algunas jurisdicciones. Los productos minerales quelados, aunque son más caros, suelen tener más éxito como opción de tratamiento en poblaciones animales refractivas a otros tratamientos. La fuerte interacción cobre-molibdeno puede necesitar un periodo de tratamiento prolongado, potencialmente varios meses. Debe tenerse en cuenta que muchas pautas de alimentación mineral para animales de producción no reconocen la importancia de esta interacción metabólica clave sobre el rendimiento y la enfermedad.

Puntos clave

  • La intoxicación por molibdeno suele afectar a los rumiantes (ganado vacuno, ovino) como diagnóstico de explotación.

  • Los signos clínicos incluyen diarrea verdosa crónica característica, baja producción y cojera, con una morbilidad de hasta el 80 %.

  • El desequilibrio entre molibdeno y cobre en los alimentos es una causa común; el tratamiento es a través de suplementos dietéticos de cobre.

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