La secreción nasal puede ser serosa, catarral, purulenta o hemorrágica, según el grado de lesión en la mucosa o los cornetes. Indica un aumento de la producción de secreciones normales, algunas veces acompañado de neutrófilos (purulenta) o sangre (hemorragia). Probablemente indique también un menor "aseo" de los orificios nasales con la lengua, cuando el animal está enfermo. La epistaxis (hemorragia de la nariz) es consecuencia a menudo de una rotura vascular, como ocurre en la infección micótica de la bolsa gutural o en la hemorragia pulmonar inducida por esfuerzo en los caballos, o por infección fúngica intranasal o neoplasia, coagulopatía sistémica, vasculitis, trombocitopenia (inmunomediada o como resultado de una infección por rickettsias), síndrome de hiperviscosidad, hipertensión o traumatismo nasal. La hemoptisis (expectoración de sangre) se produce tras la rotura de aneurismas pulmonares en los pulmones del ganado vacuno con abscesos pulmonares crónicos. La hemorragia también puede ser consecuencia de pólipos, neoplasias, granulomas, traumatismos, trombocitopenia e intoxicación por helecho arborescente o trébol dulce.
La taquipnea (un aumento en la frecuencia y profundidad de la respiración) puede ser un signo de enfermedad; sin embargo, también se da en animales sanos (p. ej., después de un ejercicio vigoroso). Las enfermedades respiratorias infecciosas que causan sepsis e inflamación pueden afectar aún más al hospedador (p. ej., la neumonía en el ganado vacuno por Mannheimia haemolytica). La localización de la lesión respiratoria puede producirse cuando se observa que el animal tiene signos más notables tanto en la inhalación como en la exhalación. La inhalación laboriosa (es decir, estridor o estertor) se aprecia con la obstrucción de las vías respiratorias superiores o si la obstrucción está por encima de la entrada torácica (p. ej., parálisis laríngea, colapso traqueal cervical). La espiración dificultosa se observa en las enfermedades obstructivas distalmente a la entrada torácica (p. ej., bronquitis difusa, colapso bronquial principal o edema pulmonar). Las obstrucciones fijas de las vías respiratorias (p. ej., neoplasia traqueal, cuerpo extraño o estenosis) o una combinación de enfermedades de las vías respiratorias superiores e inferiores (p. ej., derrame pleural con insuficiencia cardiaca congestiva) producen una dificultad respiratoria notable o insuficiencia respiratoria. Otras respuestas consisten en tos, exudado nasal claro y respiración superficial con gruñidos, que muchas veces se deben al dolor de la pleuritis.