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Enfermedad de Glässer en cerdos

(Poliserositis porcina, poliartritis infecciosa)

PorJoaquim Segalés, DVM, PhD, DECPHM, DECVP
Última revisión/modificación dic 2020

La enfermedad de Glässer está causada por la infección por Glaesserella (Haemophilus) parasuis. La forma más común se caracteriza por poliserositis fibrinosa y poliartritis, pero también puede producirse septicemia con muerte súbita y bronconeumonía. El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos y el aislamiento bacteriano o PCR. El tratamiento antibiótico sigue siendo la primera opción para controlar un brote de enfermedad, pero hay varias vacunas disponibles para su prevención.

Los cerdos pueden verse colonizados por diferentes microorganismos antes del destete, pero algunos de estos primeros agentes colonizadores son potencialmente patógenos. Este es el caso de Glaesserella parasuis, un microorganismo comensal del tracto respiratorio superior de los cerdos que causa una enfermedad sistémica grave caracterizada por poliserositis fibrinosa, artritis y meningitis. La enfermedad tiene un comienzo súbito, un curso corto y una morbilidad y una mortalidad elevadas. Los animales jóvenes (4-8 semanas) son los que se ven afectados principalmente, aunque se puede observar la enfermedad esporádica en los adultos (p. ej., introducción de un adulto que no ha tenido contacto previo con el patógeno en una explotación sana). Los supervivientes pueden desarrollar una fibrosis grave en las cavidades abdominal y torácica, lo que puede conducir a una disminución en la tasa de crecimiento y al rechazo de la canal en el matadero. La enfermedad de Glässer está presente en todo el mundo, y su incidencia parece haber aumentado desde la aparición del síndrome reproductivo y respiratorio porcino.

Etiología de la enfermedad de Glasser en cerdos

El agente causal de la enfermedad de Glässer, G parasuis, es una pequeña bacteria pleomórfica gramnegativa de la familia Pasteurellaceae que necesita la suplementación del factor V (NAD) pero no del factor X (hemina) para su crecimiento. En el laboratorio, G parasuis crece en agar chocolate enriquecido; también puede cultivarse en agar sangre con una línea de siembra estafilocócica. Sin embargo, G parasuis es exigente, y su aislamiento en cultivo puro a partir de animales enfermos suele ser difícil y frecuentemente complicado debido a los tratamientos antibióticos.

Se han documentado quince serotipos de H parasuis, pero un alto porcentaje de los aislados evaluados no pueden tipificarse. Se han descrito amplias diferencias en la virulencia de los serotipos. Los serotipos 1, 2, 4, 5, 12, 13, 14 y algunos aislados que no pueden tipificarse se suelen aislar a partir de los casos de enfermedad sistémica, mientras que los serotipos 3, 6, 7, 9 y otras cepas no tipificadas se aíslan con frecuencia de la parte superior del tracto respiratorio. Además, la correlación entre el serotipo y la virulencia no está clara, y las cepas pertenecientes al mismo serotipo pueden variar en virulencia.

La serotipificación también se ha utilizado como base para establecer los criterios de vacunación, pero la protección cruzada entre diferentes serotipos es variable y difícil de predecir. Por lo tanto, los métodos actuales de identificación y caracterización de H parasuis son principalmente la genotipificación (métodos de secuenciación o huella genómica). La identificación de los genes de virulencia ha recibido mayor atención debido a la posibilidad de diferenciar cepas con potencial patógeno mediante PCR, así como de desarrollar vacunas.

Los factores implicados en la invasión sistémica por G parasuis no se conocen bien, pero las cepas virulentas son capaces de evitar la fagocitosis, reducir la presentación de antígenos a los macrófagos alveolares pulmonares y retrasar la producción de anticuerpos.

Hallazgos clínicos de la enfermedad de Glasser en cerdos

Los signos clínicos de la enfermedad de Glässer se observan principalmente en cerdos de 4 a 8 semanas de edad, aunque la edad de los animales afectados puede variar, según el nivel de inmunidad materna adquirida. La enfermedad hiperaguda tiene un curso corto y puede dar lugar a muerte súbita sin presencia de lesiones macroscópicas características; en estos casos se pueden observar petequias en algunos órganos, lo que indica septicemia.

Los signos clínicos típicos de la enfermedad de Glässer aguda pueden incluir:

  • fiebre alta (41,5 °C)

  • tos severa

  • respiración abdominal

  • articulaciones hinchadas

  • Síntomas del SNC (p. ej., decúbito lateral, chapoteo y temblores)

Los animales afectados crónicamente pueden padecer una reducción de la tasa de crecimiento como resultado de la grave fibrosis en las cavidades torácica y peritoneal. G parasuis puede aislarse de los pulmones de los cerdos con bronconeumonía supurativa, y los signos clínicos más comunes son la disnea y la tos. Sin embargo, G parasuis no se considera una causa significativa de tos. La prevalencia de la enfermedad está modulada por los factores estresantes ambientales concomitantes, así como por las infecciones virales que afectan al sistema inmunitario, principalmente el síndrome reproductivo y respiratorio porcino y la enfermedad sistémica del circovirus porcino de tipo 2.

Lesiones

La enfermedad hiperaguda puede causar petequias en algunos tejidos, sin que se observen lesiones macroscópicas. Histológicamente, estos cerdos muestran lesiones microscópicas similares a la septicemia, como la CID y las microhemorragias. En casos hiperagudos se puede detectar incremento de líquido en las cavidades torácica y abdominal, sin la presencia de fibrina.

La infección sistémica aguda se caracteriza por desarrollo de poliserositis fibrinosa, poliartritis y meningitis. El exudado fibrinoso puede observarse en la pleura, el pericardio, el peritoneo, el líquido sinovial y las meninges, y suele acompañarse de un incremento de líquido. La pleuritis fibrinosa puede ir acompañada de consolidación craneoventral (bronconeumonía catarral-purulenta). La ausencia de lesiones macroscópicas características también es frecuente en los cerdos que presentan signos neurológicos.

Los cerdos crónicamente afectados suelen presentar una grave fibrosis a nivel del pericardio y la pleura, que puede o no estar presente en la cavidad peritoneal.

Diagnóstico de la enfermedad de Glasser en cerdos

  • Síntomas clínicos y lesiones junto con la detección de la bacteria

El diagnóstico se basa en la observación de signos clínicos compatibles y las lesiones características, junto con la detección de G parasuis en los cerdos afectados mediante aislamiento o a través de métodos moleculares como la PCR.

La mayoría de los métodos diagnósticos actuales no diferencian los aislamientos virulentos de los no virulentos, por lo que es importante muestrear solo a partir de localizaciones sistémicas como la pleura, el pericardio, el peritoneo, las articulaciones y el cerebro. Las muestras recopiladas a partir de animales afectados clínicamente a los que se les eutanasió incrementa las posibilidades de aislamiento. Recientemente, se ha desarrollado una técnica de PCR múltiple capaz de diferenciar entre aislados virulentos y no virulentos. Esta técnica podría usarse para prevenir la introducción de cerdos portadores de cepas potencialmente virulentas en granjas que están libres de la enfermedad de Glässer clínica.

Dado que G parasuis es un microorganismo comensal común, el aislamiento de las vías respiratorias superiores no tiene relevancia en el diagnóstico de la infección sistémica.

Los diagnósticos diferenciales de la enfermedad de Glässer incluyen infecciones por:

Tratamiento y control de la enfermedad de Glasser en cerdos

  • Antibióticos y vacunación

G parasuis es uno de los pocos microorganismos gramnegativos que pueden tratarse con éxito mediante penicilinas sintéticas. Otros antimicrobianos utilizados incluyen el ceftiofur, la ampicilina, el enrofloxacino, la eritromicina, la tiamulina, la tilmicosina, el florfenicol y las sulfamidas potenciadas. Los tratamientos individuales han de administrarse por vía parenteral para observar un efecto significativo, y todos los cerdos de los grupos afectados (no solo los que muestran signos clínicos) acabarán necesitando tratamiento. Los tratamientos preventivos deben desaconsejarse para evitar el desarrollo de resistencias a los antimicrobianos.

Cualquier vacuna comercial o autógena puede usarse para controlar la infección por G parasuis, aunque su eficacia ha sido variable. La amplia variedad de serotipos y genotipos potencialmente patógenos ha alterado el desarrollo de una vacuna universal frente a G parasuis. La protección homóloga entre aislados del mismo serotipo es relativamente satisfactoria, mientras que la protección heteróloga está restringida a unos pocos serotipos. Se han desarrollado experimentalmente varios prototipos de vacunas "universales" (independientes del serotipo), pero no están disponibles comercialmente.

Puntos clave

  • G parasuis es una bacteria comensal de las vías respiratorias superiores de los cerdos, pero capaz de causar enfermedad sistémica en circunstancias apropiadas.

  • La enfermedad de Glässer se caracteriza por muerte súbita en su forma hiperaguda, pero la más habitual es una presentación aguda, caracterizada por emaciación y disnea, así como poliserositis fibrinosa, poliartritis y meningitis.

  • El diagnóstico se basa en los signos clínicos y la detección de la bacteria en sitios sistémicos.

  • El control se basa en el tratamiento antibiótico de los cerdos afectados; se pueden utilizar vacunas comerciales y autógenas para prevenir la enfermedad.

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