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Evaluación de los esfuerzos de reanimación en animales

PorAndrew Linklater, DVM, DACVECC;Kayla R. Hanson, DVM, DACVECC, cHPV, cVMA
Revisado/Modificado nov 2020

    Una vez que el plan de fluidoterapia está en marcha, la evaluación continua es crucial. Si se han administrado fluidos adecuados y no se han alcanzado criterios de valoración razonables de reanimación, deben considerarse varias causas; estas variables han de evaluarse y corregirse rápidamente:

    • administración de volumen inadecuado

    • pérdidas continuas de líquido por hemorragia

    • pérdidas de líquido en el tercer espacio

    • enfermedad cardíaca o acumulación de líquido pericárdico

    • vasodilatación o vasoconstricción grave

    • isquemia de órganos

    • hypoglycemia

    • hipopotasemia

    • hipocalcemia

    • arritmias

    • acidemia o alcalemia grave

    • anemia o hipoxemia

    • disminución del retorno venoso

    • Hipotermia.

    • enfermedad intracraneal

    • hipoadrenocorticismo, o insuficiencia de corticoesteroides relacionada con una enfermedad crítica

    Si se dispone de una vía de presión venosa central (CVP), se puede comprobar si la CVP está cerca de los puntos finales asignados ( Criterios de valoración de la reanimación). Si no es así, o si no hay PVC disponible, se puede administrar un líquido. Este suele consistir en una infusión IV rápida (10-15 mL/kg) de cristaloides o una infusión IV rápida (5 mL/kg) de un HEA. Si los parámetros de perfusión mejoran con este desafío, entonces la causa probable del shock que no responde es un volumen inadecuado, y los coloides se valoran para alcanzar los criterios de valoración deseados. La ecografía, con un ecografista experimentado, puede ser útil para evaluar la función cardiaca y/o el estado del volumen en pacientes seleccionados.

    Si el volumen de líquido parece adecuado y las etiologías subyacentes se han abordado y tratado y el animal todavía está hipotenso, se pueden utilizar vasopresores. Estos medicamentos a menudo se inician con el límite más bajo de la dosis y se ajustan rápidamente para obtener una presión arterial que apoye la función del órgano, luego se administran como una infusión continua: la dopamina (2-15 mg/kg/minuto), la norepinefrina (0,05- 2 mcg/kg/minuto), la vasopresina (1-5 mU/kg/minuto) y la fenilefrina (1-3 mcg/kg/minuto) son opciones comunes. Si se sabe que la contractilidad cardiaca es baja, se puede administrar dobutamina (2-10 mcg/kg/minuto). Estos medicamentos se reducen gradualmente una vez que la presión arterial se ha estabilizado.