logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Terapia de fluidos en animales

PorAndrew Linklater, DVM, DACVECC;Kayla R. Hanson, DVM, DACVECC, cHPV, cVMA
Revisado/Modificado nov 2020

    La función cardiaca, el volumen intravascular, el tono vascular, la integridad y la permeabilidad son cruciales para la circulación normal. Una anomalía en uno o más de estos componentes de la circulación conduce a la estimulación del sistema nervioso simpático, lo que provoca cambios compensatorios para mantener la perfusión. Se denomina shock a los cambios hemodinámicos y celulares que se desarrollan como resultado de estas anomalías. A medida que el shock evoluciona, el oxígeno y los sustratos que se distribuyen a los tejidos resultan insuficientes para satisfacer los requerimientos de energía necesarios para el mantenimiento y la reparación celular. Si el shock evoluciona y la demanda de energía celular no puede cubrirse, se produce un fallo orgánico que conduce a la muerte. El reconocimiento precoz del tipo y de la fase del shock es vital para establecer una fluidoterapia efectiva. Una intervención a tiempo con la terapia adecuada evitará o reducirá la lesión de órganos y/o la muerte.

    El shock se clasifica habitualmente en tres categorías: hipovolémico, cardiogénico y distributivo. El shock hipovolémico se desarrolla cuando hay un déficit de volumen sanguíneo ≥15 %; esto puede deberse a una hemorragia u otras pérdidas de líquido (p. ej., como ocurre con los vómitos y la diarrea graves). El shock cardiogénico se produce cuando el corazón falla como bomba. Las causas más comunes incluyen la embolia pulmonar, el taponamiento cardiaco, la insuficiencia valvular, las cardiomiopatías y las arritmias cardiacas. El shock distributivo está causado por una mala distribución del flujo sanguíneo fuera de la circulación central como resultado de la vasodilatación periférica. Puede estar causado por afecciones como la anafilaxia, la deficiencia de corticoesteroides (hipoadrenocorticismo e insuficiencia de corticoesteroides relacionada con una enfermedad grave) y enfermedades inflamatorias sistémicas que conducen al síndrome de respuesta inflamatoria sistémica. Los diferentes tipos de shock pueden tener diferentes perfiles hemodinámicos durante los estadios iniciales y medios. Con frecuencia, está presente más de un tipo de shock y es probable que la hipovolemia desempeñe un papel importante en cada tipo.

    La reanimación rápida y agresiva con fluidos ofrece el mejor resultado, empleando hemostasia según sea necesario. En los pacientes veterinarios, muchas etapas y categorías de shock responderán empleando solo la reanimación con fluidos; los fármacos como los antiarrítmicos y los inótropos pueden ser necesarios para el shock cardiogénico primario y los agentes vasopresores para el shock distributivo. La capacidad para crear un plan eficaz de reanimación con fluidos depende de la comprensión de los diferentes compartimentos de líquidos corporales y de la dinámica del movimiento y distribución de estos entre los diferentes compartimentos.