Cortesía del Dr. Alice Villalobos.
Los sarcomas indiferenciados y anaplásicos son tumores mesenquimatosos malignos y son difíciles de caracterizar microscópicamente. A menudo se necesita inmunohistoquímica para detectar marcadores celulares para determinar el fenotipo. Los sarcomas no diferenciados carecen de características distintivas (p. ej., patrones arquitectónicos, características citoplasmáticas y nucleares, productos celulares). Los sarcomas anaplásicos presentan la mayoría de las siguientes características: variaciones en el tamaño y la forma de los núcleos, hipercromasia nuclear, irregularidad notable del patrón de cromatina, figuras mitóticas anormales y un gran número de figuras mitóticas. Los sarcomas anaplásicos suelen ser indiferenciados; sin embargo, los sarcomas no diferenciados no son, necesariamente, anaplásicos.
En ambos casos, la extirpación debe ser profunda y amplia, con márgenes de 3 cm junto con una combinación de las técnicas de terapia oncológica intraoperatoria y de seguimiento descritas anteriormente, porque la primera cirugía con seguimiento inmediato es más importante para determinar el resultado. El pronóstico para los sarcomas anaplásicos suele ser peor que para los sarcomas no diferenciados.