Los tumores metastásicos cutáneos (es decir, la diseminación de una neoplasia primaria a la piel) son inusuales en los animales domésticos, se identifican ocasionalmente en perros, son menos frecuentes en gatos y son raros en caballos, vacas, ovejas, cabras y cerdos. Aunque todas las neoplasias malignas pueden presentar afectación cutánea secundaria, el potencial metastásico es mayor en los adenocarcinomas de glándulas mamarias, los carcinomas de células escamosas, los carcinomas de células de transición, los tumores venéreos transmisibles, los adenocarcinomas pulmonares y los angiosarcomas.
Aunque la apariencia es variable, las lesiones más comunes son múltiples nódulos papilomatosos ulcerados. La metástasis cutánea temprana se caracteriza por agregados de células neoplásicas dentro de los vasos dérmicos superficiales y profundos. A medida que estas lesiones progresan, se extienden dentro de la dermis y se asocian con la destrucción de los anejos. En general, es difícil distinguir la neoplasia primaria de las metástasis. Se debe a que solo una pequeña población de células del tumor primario tiene el potencial de metastatizar y estas células pueden tener diferentes características microscópicas.
En los gatos, los adenocarcinomas pulmonares parecen metastatizar preferentemente en las extremidades distales (síndrome pulmonar-digital). Se debe realizar un examen radiográfico en busca de un tumor pulmonar primario.
La metástasis cutánea suele ser una característica de los tumores agresivos y se asocia con un pronóstico reservado o malo.