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Enfermedades de los erizos

PorGrayson A Doss, DVM, DACZM;James W. Carpenter, DVM, DACZM
Revisado/Modificado jun 2021

Los erizos pueden desarrollar diversas enfermedades, como enfermedad cardiovascular, ulceración gástrica, acariasis, neoplasias, problemas dentales y neumonía. Los signos clínicos suelen ser inespecíficos, como letargo, debilidad y anorexia, lo que enfatiza la importancia de las pruebas diagnósticas, a pesar de la necesidad de restricción química.

Enfermedades cardiovasculares y hematológicas de los erizos

La cardiomiopatía es un hallazgo post mortem común, en erizos africanos en cautividad. Se desconoce la etiología de la enfermedad; sin embargo, se han sugerido causas genéticas y nutricionales. Los erizos afectados suelen tener ≥3 años, aunque la cardiomiopatía puede producirse en animales muy jóvenes, de tan solo 1 año. Los signos clínicos incluyen disnea, disminución de la actividad, pérdida de peso, soplo auscultable, ascitis y muerte aguda. El examen radiográfico puede demostrar grados variables de dilatación cardiaca, edema pulmonar, derrame pleural, congestión hepática y líquido abdominal. Los hallazgos de necropsia macroscópicos más comunes asociados con la enfermedad cardiovascular en erizos incluyen cardiomegalia, hepatomegalia, edema pulmonar y/o congestión, hidrotórax, ascitis e infartos pulmonares o renales.

La sospecha de enfermedad cardiaca indica la necesidad de estudios de imagen de cuerpo entero y una exploración cardiovascular completa, incluyendo un ECG y un ecocardiograma. Se han publicado valores ecocardiográficos normales para el erizo pigmeo africano. Las pruebas hematológicas y bioquímicas son útiles para detectar problemas concomitantes y controlar los efectos de los agentes terapéuticos. El tratamiento con fármacos cardiovasculares comúnmente usados en medicina veterinaria para tratar la insuficiencia cardiaca congestiva (p. ej., diuréticos, inhibidores de la ECA, pimobendán) puede ser útil inicialmente, pero el pronóstico a largo plazo para los erizos con insuficiencia cardiaca congestiva es malo.

Enfermedades gastrointestinales y hepáticas de los erizos

Las obstrucciones gastrointestinales están causadas con frecuencia por la ingestión de caucho, pelo o fibras de la alfombra. Los signos clínicos incluyen anorexia aguda, letargo y colapso. Pueden producirse vómitos. La dilatación gaseosa marcada del tracto gastrointestinal puede ser un hallazgo inespecífico en los erizos enfermos, lo que complica el diagnóstico. También se ha observado inflamación alimentaria, que incluye esofagitis, gastritis, enteritis, colitis y ulceración gástrica con perforación. La mayoría de los erizos afectados presentaban signos inespecíficos como disminución del apetito y pérdida de peso; no se observaron vómitos ni diarrea.

La enteritis puede estar causada por Salmonella u otras bacterias. La salmonelosis en los erizos puede ser asintomática o causar diarrea, pérdida de peso, disminución del apetito, deshidratación, letargo y muerte. El diagnóstico debe confirmarse con pruebas de cultivo fecal, utilizando un medio enriquecido con Salmonella. Aunque el tratamiento está indicado en erizos con signos clínicos de enfermedad, se debe avisar a los propietarios del potencial zoonótico y los riesgos de crear resistencia a los antimicrobianos. La candidiasis alimentaria (Candida albicans) y la criptosporidiosis son otras enfermedades infecciosas descritas. Se han identificado muchas especies de nematodos, cestodos y protozoos en los erizos silvestres; sin embargo, parecen ser mucho menos frecuentes en los erizos de compañía.

Algunas dietas comerciales causan diarrea, al igual que los alimentos inapropiados para los erizos (es decir, la leche). Las neoplasias gastrointestinales, particularmente linfosarcomas, son relativamente frecuentes. Otras consideraciones para los signos gastrointestinales incluyen cambios en la dieta, toxinas, enfermedad hepática y desnutrición. La digestión del erizo no se basa en la fermentación bacteriana y no hay evidencia de sensibilidad antimicrobiana como ocurre en pequeños roedores y conejos. La hematoquecia debe diferenciarse de la secreción sanguinolenta urinaria o vaginal.

La lipidosis hepática es algo común y puede ser una secuela de numerosos procesos patológicos. Los signos clínicos pueden incluir letargo, inapetencia, ictericia, diarrea y signos de encefalopatía hepática. Los animales obesos pueden tener lipidosis hepática subclínica. El diagnóstico se basa en pruebas de actividad enzimática hepática, bilirrubina plasmática y concentraciones de ácidos biliares. También se pueden realizar radiografías y aspirados hepáticos guiados por ecografía. El tratamiento de la lipidosis hepática es similar al de otras especies.

Enfermedades tegumentarias de los erizos

La acariasis, causada por Caparinia tripilis spp (ácaro psoróptico), es muy común. Tanto los machos como las hembras de los ácaros C tripilis tienen tres largas setas en el tercer par de patas. La regla mnemotécnica "tres sobre tres" puede ayudar con la recolección. La infestación con Notoedres spp (ácaro sarcóptico) también se ha descrito en erizos.

Los signos clínicos de acariasis pueden incluir:

  • Pérdida excesiva de púas.

  • plumas sueltas

  • hiperqueratosis

  • Seborrea.

  • lo costras blancas o parduscas (excrementos de ácaros) en la base de las púas y alrededor de los ojos

  • síntomas inespecíficos como letargo y disminución del apetito

Los erizos pueden rascarse o frotarse, pero muchos no muestran signos de prurito. Algunos erizos pueden albergar infestaciones subclínicas. El diagnóstico se confirma identificando los ácaros y los huevos (liendres) mediante un raspado superficial de la piel o impresión con cinta adhesiva. El tratamiento consiste en administrar selamectina (6-18 mg/kg por vía tópica cada 30 días hasta la resolución de los signos clínicos) o ivermectina (0,3-0,4 mg/kg, PO o SC, cada 10-14 días durante 3-5 tratamientos). En algunos casos, la ivermectina sola puede no tratar eficazmente las infestaciones por ácaros. La cama debe retirarse y cualquier artículo de la jaula se ha de desinfectar o desechar. Durante el tratamiento, la jaula debe revestirse con papel que se cambie diariamente. Todos los erizos de la casa deben tratarse de forma simultánea.

La dermatofitosis es una enfermedad clínica común en los erizos pigmeos africanos; sin embargo, también es posible una infección sin signos clínicos notables. Los dermatofitos (Trichophyton erinacei, T mentagrophytes, Microsporum spp y Arthroderma benhamiae) causan dermatitis costrosa, especialmente alrededor de la cara y del pabellón auricular. También puede observarse perdida de púas. Aunque algunos animales pueden rascarse con las extremidades posteriores o frotarse contra objetos, muchos no muestran signos de prurito. Algunas infecciones son secundarias a otras dermatopatías, como acariasis o traumatismos.

El diagnóstico se confirma mediante el cultivo de púas en un medio para dermatofitos. El tratamiento consiste en la administración de antifúngicos tópicos (p. ej., enilconazol, clotrimazol) en forma de aerosol o champú o agentes orales (p. ej., terbinafina, itraconazol). También se pueden utilizar baños de cal y azufre. Otros erizos en el hogar pueden estar infectados subclínicamente, por lo que se recomienda el tratamiento de todos los animales.

La neoplasia cutánea es frecuente. Se han descrito carcinomas de células escamosas, linfomas epiteliotrópicos de células T, papilomas y carcinomas de glándulas sebáceas.

La dermatitis de los pabellones auriculares es una afección común en los erizos; pueden observarse costras cutáneas, secreciones acumuladas y un borde irregular del pabellón auricular. Los dermatofitos y la acariasis son diagnósticos diferenciales importantes para esta afección; otras posibilidades incluyen deficiencias nutricionales, piel seca por cría inadecuada o seborrea inespecífica. Los ácaros del oído (Notoedres cati) se observan en ocasiones; los signos clínicos, el diagnóstico y el tratamiento son los mismos que para los gatos. También se observa otitis externa bacteriana o por levaduras; estas infecciones son a menudo secundarias a acariasis u otra causa de inflamación crónica. Los signos clínicos incluyen secreción purulenta, olor y sensibilidad en la cara y el oído. La citología ótica, los raspados cutáneos, la limpieza y la terapia tópica antimicrobiana/antiinflamatoria se usan como para otras especies. La otitis media/interna también se produce en los erizos.

Enfermedades musculoesqueléticas de los erizos

Las fracturas pueden ocurrir cuando una extremidad queda atrapada en un alambre de jaula o rueda de ejercicio. Las fracturas distales de las extremidades pueden ferulizarse. También se puede realizar una corrección quirúrgica, pero cualquier dispositivo de fijación debe ser capaz de soportar el fuerte mecanismo de enrollamiento del erizo. Las causas de cojera incluyen uñas encarnadas, artritis, deficiencias nutricionales, pododermatitis, constricción de un pie o dedo por material fibroso, enfermedad neurológica o neoplasia.

Neoplasia de erizos

La neoplasia es extremadamente común en los erizos pigmeos africanos. Se ha descrito una amplia variedad de tipos de tumores en prácticamente todas las localizaciones anatómicas. Los principales sistemas corporales afectados son los sistemas tegumentario, reproductor, hemolinfático y alimentario. Los tumores descritos con más frecuencia incluyen tumores de las glándulas mamarias, linfosarcomas y carcinomas orales de células escamosas. Los tumores uterinos proliferativos o pólipos son frecuentes y se asocian con hemorragia vaginal, hematuria y pérdida de peso; la ovariohisterectomía puede permitir una supervivencia prolongada. Aunque la neoplasia se diagnostica con mayor frecuencia en erizos >3 años de edad, los tumores se observan en pacientes de tan solo 2 años de edad. En una encuesta, >80 % de los tumores eran malignos, y no es raro que los erizos tengan más de un tipo de neoplasia al mismo tiempo. Algunos sarcomas se han asociado con infección retroviral.

Los carcinomas orales de células escamosas son muy frecuentes en los erizos pigmeos africanos y a menudo se presentan como tumefacciones gingivales. Estos tumores son localmente invasivos y los animales afectados pueden presentar asimetría facial, dientes sueltos o ausentes y gingivitis. La leucemia eosinofílica se ha descrito en erizos con síntomas clínicos inespecíficos. No siempre hay eosinofilia periférica. Los hallazgos post mortem pueden incluir patología esplénica macroscópica e infiltración de eosinófilos neoplásicos en múltiples órganos (incluida la médula ósea) con eosinófilos neoplásicos. El pronóstico de la leucemia eosinofílica parece malo: en la mayoría de los informes, el curso de la enfermedad fue rápido y los pacientes murieron poco después del diagnóstico.

Los signos clínicos de la enfermedad neoplásica dependen de la localización y gravedad de la enfermedad, y pueden incluir masas palpables, letargo marcado, signos neurológicos, pérdida de peso, anorexia, diarrea, disnea y ascitis. El diagnóstico se basa en la evaluación citológica o histopatológica.

Las imágenes diagnósticas para evaluar los signos de invasión local o metástasis, así como un hemograma completo y un panel bioquímico, pueden ser útiles cuando se trata de determinar el pronóstico. Para muchos tipos de neoplasia, se intentan la extirpación quirúrgica y los cuidados de apoyo, aunque se pueden utilizar otras modalidades de tratamiento. Aunque la enfermedad neoplásica maligna es muy frecuente en los erizos, se han descrito otras causas de masas en esta especie, como abscesos, quistes óseos, papilomas y pólipos uterinos.

Enfermedades neurológicas de los erizos

Los erizos con enfermedad sistémica grave sin afectación del SNC también suelen presentar anomalías neurológicas evidentes, lo que confunde el diagnóstico.

Los síntomas neurológicos (especialmente la ataxia) pueden estar causados por:

  • desmielinización de la materia blanca ("síndrome del erizo tambaleante")

  • letargo

  • patología del disco intervertebral

  • neoplasia (con o sin afectación del SNC)

  • encefalopatía hepática

  • eclampsia posparto

  • Malnutrición.

  • Traumatismos.

  • enfermedad infecciosa (p. ej., migración parasitaria)

  • otitis interna

  • Polioencefalomalacia.

La parálisis desmielinizante o "síndrome del erizo tambaleante" se ha descrito desde mediados de la década de 1990 en erizos pigmeos africanos en cautividad. La aparición del síndrome del erizo tambaleante suele producirse en animales de <2 años de edad, pero puede darse a cualquier edad. Por el contrario, la enfermedad del disco intervertebral se suele producir en animales de avanzada edad.

Una de las primeras indicaciones del síndrome del erizo tambaleante es la incapacidad de enroscarse en una bola. Le sigue una ataxia intermitente leve. Los signos clínicos aumentan gradualmente en gravedad y pueden incluir caída hacia un lado, temblores, exoftalmía unilateral, escoliosis, convulsiones, atrofia muscular, automutilación y pérdida notable de peso. La parálisis suele ascender desde las extremidades posteriores a las anteriores y puede provocar una parálisis completa 9-15 meses después del inicio de los signos clínicos. La muerte suele ocurrir 18-25 meses después del inicio de los síntomas clínicos. El apetito suele ser normal hasta las etapas terminales, cuando la mayoría de los erizos se vuelven disfágicos.

El diagnóstico de parálisis desmielinizante se confirma mediante la necropsia. El síndrome del erizo tambaleante se ha descrito como una "mielinopatía esponjosa", con espongiosis bilateral y simétrica de múltiples localizaciones del SNC, incluyendo el cerebelo, la médula oblongada y la médula espinal. También pueden estar afectados los nervios periféricos. La inflamación del SNC no está asociada con el síndrome del erizo tambaleante. La etiología del síndrome del erizo tambaleante sigue siendo desconocida, pero se sospecha que es hereditaria. Se han intentado numerosos tratamientos sin éxito. Aunque se pueden realizar cuidados de apoyo y alimentación manual, la eutanasia está justificada cuando la calidad de vida está comprometida.

Las temperaturas frías (<20 °C) o, a veces, temperaturas muy altas, pueden causar letargo en los erizos. En este estado, el erizo tiene una respuesta muy disminuida a los estímulos, disminución de la frecuencia cardiaca y respiratoria y posiblemente una mayor propensión a las infecciones. La inactividad puede durar varias semanas, durante las cuales el erizo puede tener periodos de actividad con ataxia. Si un erizo alojado a temperaturas inapropiadas se presenta sin respuesta, se debe considerar el letargo. El pronóstico es bueno. Se ha de proporcionar un ambiente tranquilo y cálido y administrar fluidoterapia, y se debe vigilar al paciente para que esté más alerta durante las horas siguientes.

La hipocalcemia puede ser consecuencia de eclampsia posparto, malnutrición o por causas desconocidas, y suele responder a la suplementación con calcio.

La enfermedad del disco intervertebral (EDIV) se ha descrito en erizos. Los signos clínicos asociados a la EDIV incluyen ataxia progresiva de las extremidades posteriores, estasis urinaria, pérdida de la propiocepción y cojera. Estos signos clínicos son similares a los del síndrome del erizo tambaleante. En la EDIV se han identificado lesiones cervicales y lumbares; pueden verse afectados varios discos. Los hallazgos radiológicos mostraron espondilosis, estrechamiento del espacio discal y mineralización del disco. Los hallazgos de la necropsia en erizos con EDIV pueden incluir degeneración del núcleo pulposo y el anillo fibroso, extrusión dorsal del material del disco y mineralización del núcleo pulposo. En un paciente se observó evidencia de embolia fibrocartilaginosa. En dos casos de EDIV se ha descrito la mejoría temporal con corticoesteroides.

Como en otras especies, la inclinación de la cabeza o el movimiento en círculos puede estar causada por una otitis media/interna o una enfermedad neurológica primaria.

Trastornos nutricionales de los erizos

La obesidad es muy común en los erizos de compañía. Los erizos obesos a menudo son incapaces de enroscarse completamente en una bola debido a los grandes depósitos de grasa subcutánea. Estos depósitos se localizan comúnmente en las áreas axilar y rabadilla. Reducir los alimentos ricos en grasa, evitar la alimentación de libre elección y aumentar el ejercicio puede ayudar a controlar la obesidad. Esconder la comida en el sustrato o distribuirla alrededor del alojamiento aumenta el ejercicio a través de la actividad de forrajeo. La reducción de peso debe ser gradual para prevenir los signos clínicos asociados con la lipidosis hepática, un hallazgo común en los erizos pigmeos africanos. El exceso o la deficiencia nutricional pueden producirse con dietas desequilibradas; por ejemplo, la deficiencia de calcio puede ser el resultado de una dieta compuesta principalmente por invertebrados.

Enfermedades oculares de los erizos

Los erizos son sensibles a las úlceras corneales y otras lesiones oculares. El diagnóstico y el tratamiento son similares a los de otras especies, aunque la administración de medicación tópica puede ser difícil. La ceguera no parece reducir apreciablemente la calidad de vida de los erizos domésticos ni afectar a su capacidad para moverse alrededor de sus jaulas.

La proptosis ocular es relativamente frecuente; el pronóstico para la viabilidad del ojo u ojos afectados es malo. Las órbitas poco profundas de los erizos pueden predisponerlos a la proptosis, especialmente con una acumulación excesiva de grasa o una inflamación orbitaria. La enfermedad neurológica concomitante puede dar lugar a trauma ocular.

Enfermedades orales y dentales de los erizos

La neoplasia oral, en particular el carcinoma de células escamosas, es frecuente en erizos. La enfermedad dental, incluyendo cálculos, gingivitis y periodontitis, también es frecuente. La enfermedad periodontal se asocia con frecuencia a etiología bacteriana. El tratamiento consiste en antimicrobianos. Se recomienda la adición de elementos abrasivos a la dieta (p. ej., croquetas duras) para la prevención. La profilaxis dental, los antimicrobianos y la extracción dental pueden ser necesarios para el tratamiento de la enfermedad dental grave. En los casos de enfermedad periodontal avanzada que requieren la extracción de todos los dientes, los erizos pueden mantenerse con una dieta de alimentos blandos.

También se producen fracturas dentales y abscesos dentales. Se ha descrito la infección por Actinomyces; se debe considerar el cultivo anaeróbico y el tratamiento de los abscesos dentales en erizos.

En los erizos geriátricos se produce un desgaste excesivo de los dientes, y los erizos con esta afección deben recibir una dieta blanda. Los dientes del erizo no crecen continuamente y no se deben recortar. Los erizos son propensos a la incrustación de elementos duros (p. ej., cacahuetes) en el paladar. La estomatitis puede desarrollarse en machos que muerden a hembras; el tratamiento consiste en dieta blanda y antimicrobianos.

Enfermedades reproductivas de los erizos

La secreción vulvar hemorrágica o la hematuria es común en las hembras de erizo y a menudo está causada por una neoplasia uterina o pólipos endometriales, aunque deben considerarse diagnósticos diferenciales como la cistitis o las infecciones de las vías urinarias inferiores.

También se han descrito la piometra y la metritis en las hembras de erizo. La distocia se trata como en otros pequeños mamíferos. A veces se producen nacimientos prematuros; el pronóstico para las crías sin reflejo de succión es malo. Se debe sospechar la presencia de agalactia si los neonatos pierden la condición corporal dentro de las 72 h posteriores al nacimiento. El diagnóstico puede confirmarse mediante compresión de las glándulas mamarias; sin embargo, esto suele requerir anestesia y puede hacer que la madre abandone o se coma a sus crías.

Enfermedades respiratorias de los erizos

Los factores predisponentes para la infección en erizos del tracto respiratorio superior e inferior son la temperatura ambiental subóptima; uso de camas perfumadas, polvorientas o insalubres; enfermedad concomitante que causa inmunodepresión; y aspiración de material de una infección oral. Los signos clínicos incluyen secreción nasal, aumento del ruido respiratorio, disnea, letargo, inapetencia y muerte súbita. La TC, las radiografías, las pruebas hematológicas y el cultivo de las secreciones respiratorias son útiles para el diagnóstico. El tratamiento incluye antimicrobianos, nebulización, terapia de apoyo y corrección de problemas subyacentes. El diagnóstico diferencial de la disnea incluye la neoplasia pulmonar y la enfermedad cardiaca.

Enfermedades urinarias de los erizos

La cistitis y la urolitiasis en erizos ocasionan cambios en el color de la orina, estranguria, polaquiuria, inapetencia y letargo. Se realizan análisis de orina con cultivo y diagnóstico por imagen. La enfermedad renal también es frecuente y en muchos casos puede ser secundaria a enfermedad sistémica. Los factores genéticos o dietéticos pueden contribuir a la alta prevalencia de enfermedad renal. Se han descrito nefritis, nefrosis tubular, glomeruloesclerosis, infartos, riñones poliquísticos, neoplasia y glomerulonefropatía. Los signos clínicos asociados con la enfermedad renal tienden a ser inespecíficos, aunque pueden aparecer poliuria y/o polidipsia. El diagnóstico debe basarse en el análisis de orina y los paneles de bioquímica sérica. El tratamiento consiste en corregir la causa subyacente, si es posible, en la administración de fluidoterapia y en los cuidados de apoyo.

Zoonosis de los erizos

Se suelen dar varias cepas de Salmonella en los erizos, particularmente S Enterica serovariedad Tilene, S Typhimurium y S Enteritidis; en muchos casos, los erizos son portadores asintomáticos. Se han documentado numerosos casos de transmisión a humanos, especialmente en niños pequeños, incluso sin contacto directo con los animales afectados. Los erizos producen heces blandas y sucias y tienen tendencia a caminar a través de sus excrementos, lo que facilita la diseminación de Salmonella. Cualquiera que maneje erizos debe asumir que el erizo lleva y transmite Salmonella y ha de tomar las medidas apropiadas, como lavarse las manos inmediatamente después de la manipulación, no permitir que los erizos o fómites entren en contacto con los alimentos o las zonas de preparación de alimentos y mantener las jaulas limpias.

Dado que los animales infectados pueden excretar salmonelas de forma intermitente, un cultivo negativo no excluye a un portador. El tratamiento dirigido a eliminar el estado de portador es poco probable que tenga éxito y puede conducir a la resistencia a los antimicrobianos.

La dermatofitosis en humanos, transmitida por los erizos domésticos, también está bien documentada. Los erizos pigmeos africanos pueden ser portadores subclínicos de Trichophyton mentagrophyteserinacei, Microsporum spp y Arthrodermabenhamiae. Además, algunas personas son extremadamente sensibles al contacto con las espinas de los erizos africanos y desarrollan una urticaria transitoria marcadamente pruriginosa después de tocar un erizo.

Los erizos africanos silvestres son sensibles a la fiebre aftosa. La importación de erizos africanos a EE. UU., por tanto, fue prohibida por el USDA en 1991 para evitar la introducción de esta enfermedad.

No se ha descrito la rabia en erizos africanos silvestres o en cautividad, aunque la salivación que se produce durante el comportamiento de autounción puede confundirse con un signo de rabia.