logoVERSIÓN PARA PROFESIONALES

Enfermedades micóticas de las aves de compañía

PorSharman M. Hoppes, DVM, DABVP (Avian)
Última revisión/modificación sept 2021

Las enfermedades fúngicas son frecuentes en las aves de compañía. A menudo, son una infección secundaria en un ave ya enferma o inmunocomprometida. Las enfermedades fúngicas más comunes son las infecciones de las vías respiratorias causadas por Aspergillus spp e infecciones del tracto GI causadas por Candida spp. Macrorhabdus es un hongo insólito que afecta el tracto GI y se produce con mayor frecuencia en aves pequeñas de compañía (periquitos, agapornis, pinzones, loros y ninfas).

Candidiasis

La candidiasis es una enfermedad fúngica común, que se observa principalmente en aves jóvenes o inmunodeprimidas. Afecta más a menudo a polluelos que todavía no se alimentan por sí mismos. Las aves que reciben antimicrobianos de amplio espectro son las que corren mayor riesgo. A menudo, la candidiasis es secundaria a una crianza deficiente y a un ambiente sucio. Los signos clínicos incluyen anorexia, estasis del buche, placas blancas en la cavidad oral, regurgitación y pérdida de peso. Puede producirse un engrosamiento del buche (aspecto de "toalla turca"). Las opciones de tratamiento incluyen la nistatina o el fluconazol.

El agente etiológico es la levadura oportunista Candida albicans, que comúnmente afecta al tracto GI. Aunque C albicans es el aislado con más frecuencia, también pueden encontrarse otros como C tropicalis, C parapsilosis, C glabrata y Hansenula spp que pueden ser refractarios al tratamiento.

C albicans no se suele considerar un patógeno primario. Se encuentran frecuentemente pequeñas cantidades de Candida en el tracto GI de las aves y puede volverse patogénica cuando la microbiota digestiva normal se altera por inmunosupresión. (También ver Candidiasis en aves de producción.)

Las ninfas neonatas se consideran más sensibles. La infección puede ser endógena, debido al crecimiento excesivo de levaduras, o causada por la inoculación oral de grandes cantidades de Candida, ya sea por la alimentación de los padres o por la alimentación manual con utensilios que no se limpian adecuadamente.

Hallazgos clínicos de candidiasis en aves de compañía

Los signos clínicos en las aves adultas suelen ser leves y pueden incluir una leve pérdida de peso, letargo y un plumaje apagado. Las aves jóvenes pueden tener una enfermedad más grave, especialmente si están inmunocomprometidas. Los signos clínicos en aves jóvenes incluyen anorexia, estasis del buche, placas blancas en la cavidad oral, regurgitación y pérdida de peso. Las infecciones localizadas en la cavidad oral pueden causar dificultad para tragar o halitosis. En las infecciones graves, puede presentarse un buche lleno y estasis GI. Puede producirse un engrosamiento del buche (aspecto de "toalla turca"). El proventrículo y el ventrículo también pueden infectarse y dar lugar a signos clínicos más graves, como pérdida de peso, regurgitación, diarrea y depresión. See table Diagnósticos diferenciales de regurgitación en aves domésticas para el diagnóstico diferencial de regurgitación en aves.

Tabla
Tabla

Diagnóstico de la candidiasis en las aves de compañía

El diagnóstico de la candidiasis es identificando Candida spp en una tinción de Gram, tipo Romanowsky o nuevo azul de metileno de las heces, contenido del buche o material regurgitado. También se pueden realizar raspados o improntas para diagnosticar la sospecha de infecciones por levaduras en la piel. En casos graves, cuando existe invasión tisular, las levaduras producen hifas que pueden observarse de raspados obtenidos del buche, faringe o de las heces.

Tratamiento de la candidiasis en aves de compañía

A menudo, la candidiasis es secundaria a una crianza deficiente y a un ambiente sucio. Si está presente un reservorio exógeno de Candida (p. ej., mala higiene del nido o del tubo de alimentación), es fundamental eliminar la fuente de Candida. En neonatos con estasis de buche, este debe vaciarse y es conveniente alimentarlos con pequeñas cantidades hasta que la estasis del buche se haya resuelto. La metoclopramida puede ayudar a la motilidad del buche y prevenir la regurgitación.

Después de identificar y resolver cualquier factor predisponente, se debe iniciar el tratamiento con nistatina o fluconazol. La nistatina (300 000 UI/kg, PO, 2 veces al día) se suele usar para el tratamiento debido a su bajo coste y baja toxicidad. Las desventajas son el mal sabor y el gran volumen requerido. Dado que es fungostática y no se absorbe por el tracto GI, solo es efectiva cuando está en contacto con el tejido infectado, por lo que se debe administrar 3 veces al día antes de la alimentación. Si la levadura es resistente a la nistatina o el ave es difícil de medicar, se dispone de fluconazol (20 mg/kg, PO, cada 48 h) para el tratamiento sistémico.

El tratamiento de la bandada se ha realizado históricamente con clorhexidina a 2,6 mL/L. en el agua de beber durante 1-3 semanas. Dado que la clorhexidina es un desinfectante, su uso también disminuye la flora digestiva normal. También se ha descrito que la acidificación del tracto GI superior mediante el uso de vinagre de manzana resuelve el crecimiento excesivo de Candida.

See table Antifúngicos utilizados en aves de compañía para más fármacos antifúngicos empleados en aves.

Tabla
Tabla

Aspergilosis

La aspergilosis es una infección oportunista que se suele producir en aves inmunodeprimidas. Los signos incluyen depresión, anorexia, cambios en la voz, aumento de la respiración o disnea. El diagnóstico se basa en la especie, los síntomas clínicos, los análisis de sangre y las imágenes diagnósticas. Un hemograma completo puede revelar leucocitosis y monocitosis. La aerosaculitis suele estar presente en las radiografías. El tratamiento consiste en itraconazol, voriconazol o anfotericina B. Los granulomas fúngicos pueden requerir resección quirúrgica.

La aspergilosis es una infección oportunista que se suele producir en hospedadores inmunodeprimidos (desnutrición, especialmente deficiencia de vitamina A) o cuando las aves están expuestas a un gran número de esporas en aerosol. No se transmite de ave a ave. Aspergillus fumigatus es la especie más común aislada; también se encuentran A flavus y A niger. Rhizopus, Penicillium, Mucor y Scedosporium apiospermum pueden causar signos similares y son más difíciles de diagnosticar y tratar.

Los factores predisponentes para el desarrollo de la infección incluyen la predilección por especies (loros grises africanos, loros del Amazonas, ninfas y guacamayos), aspiración de alimentos o medicamentos, inmunosupresión (enfermedad subyacente), sustrato o alimento mohoso y uso de corticoesteroides. La mala higiene y la inadecuada ventilación, especialmente en climas calientes y húmedos, también pueden aumentar la incidencia de enfermedades.

Hallazgos clínicos de aspergilosis en aves de compañía

Los signos clínicos de la aspergilosis dependen de la localización de la infección. La mayoría de las infecciones se producen en las vías respiratorias superiores, los sacos aéreos, los pulmones, la tráquea y la siringe. Las infecciones sistémicas se producen cuando la infección se disemina a los órganos internos, como los huesos, el hígado, los riñones o el cerebro. También pueden producirse infecciones oculares y cutáneas. A menudo se presentan anorexia y pérdida de peso. Los signos respiratorios pueden incluir disnea, balanceo de la cola, intolerancia al ejercicio y cambios en la voz. La rinitis causada por Aspergillus tiene una presentación similar a las rinitis bacterianas o sinusitis. Una tinción de Gram o una tinción de Wright modificada, de la lesión o detritos, frecuentemente demostrará hifas fúngicas. La sinusitis infraorbital causada por la aspergilosis a menudo debe desbridarse quirúrgicamente antes de que la terapia sea efectiva. La sinusitis fúngica extensa o crónica puede conllevar alteraciones óseas y malformaciones permanentes de la arquitectura del tracto respiratorio superior. La extensión de la infección al cerebro puede causar signos del SNC.

La traqueítis debida a la aspergilosis puede aparecer en aves inmunocomprometidas. Los granulomas de Aspergillus a menudo se forman en la siringe de aves psitácidas y rapaces y son particularmente difíciles de tratar. Los cambios en la vocalización pueden producirse antes de que se observe disnea y, a menudo, estas aves estiran el cuello mientras respiran. La enfermedad de las vías respiratorias inferiores, incluida la aerosaculitis, con frecuencia implica la invasión de Aspergillus spp. Los granulomas de los sacos aéreos o la cavidad celómica también son frecuentes, por lo general en los sacos aéreos torácicos o abdominales caudales. Estas lesiones pueden requerir la resección quirúrgica.

Diagnóstico de la aspergilosis en las aves de compañía

  • Historia, presentación clínica

  • Hemograma completo, perfil bioquímico, serología, ensayo de PCR

  • Imágenes (radiografías, TC, endoscopia).

  • Citología, histopatología, cultivo

El diagnóstico puede ser difícil, pero debe realizarse porque el tratamiento es a largo plazo y costoso. La aspergilosis debe considerarse en cualquier ave de compañía que presente signos de enfermedad de las vías respiratorias superiores o inferiores, enfermedad debilitante o leucocitosis/monocitosis marcadas. Una leucocitosis/monocitosis combinada con signos clínicos y hallazgos radiográficos compatibles puede proporcionar un diagnóstico presuntivo sólido en casos sospechosos. A menudo, las aves con enfermedad crónica estarán anémicas.

Una radiografía puede revelar aerosaculitis, granulomas o enfermedad pulmonar grave. Es más probable que la TC o una RM revelen una enfermedad más sutil o difusa. Las pruebas serológicas tienen un uso limitado; los títulos de anticuerpos y antígenos, incluida la prueba del antígeno de galactomanano, a menudo dan lugar a falsos negativos o falsos positivos. A menudo se produce un falso negativo debido a la inmunodepresión, por lo que es importante consultar con el laboratorio sobre la interpretación. La prueba de PCR para detectar ADN específico de Aspergillus es un método mucho más sensible para confirmar la infección y es más adecuado para aves inmunocomprometidas porque la detección de anticuerpos no está implicada.

El proteinograma con elevados niveles de beta globulinas es compatible con la aspergilosis. El diagnóstico definitivo puede requerir la visualización directa de las lesiones mediante cirugía o endoscopia y la confirmación por biopsia, citología y/o cultivo fúngico de las lesiones. La baja viabilidad fúngica puede producir un cultivo negativo a pesar de la confirmación mediante resultados citológicos.

Tratamiento de la aspergilosis en aves de compañía

  • Antifúngicos (oral, intravenoso, intranasal, nebulización)

  • Cuidados de apoyo (oxígeno, nutrición, líquidos), posible colocación de un tubo de saco aéreo

  • Exploración endoscópica y/o desbridamiento quirúrgico

El tratamiento de la aspergilosis varía según la localización de la infección. Una infección traqueal aguda con obstrucción por un aspergiloma es una emergencia que puede requerir la intubación de un saco aéreo. Después de la colocación del tubo, los granulomas de la siringe o tráquea se eliminan con un endoscopio rígido. La anfotericina B puede entonces instilarse intratraquealmente a 1 mg/kg a través de la glotis y debe iniciarse el tratamiento con antifúngicos sistémicos y nebulizaciones. La anfotericina B es el único agente fungicida disponible que puede usarse en nebulización, como irrigación nasal, intratraqueal y en administración IV. En las nebulizaciones se puede utilizar una concentración de 0,25-1 mg/mL de agua estéril. Los lavados nasales y de los senos nasales, suelen estar más diluidos (0,05 mg/mL de agua estéril). La anfotericina no debe diluirse con salino, porque este reduce su potencia.

El lavado de las fosas nasales y los senos nasales con agua estéril no medicada o solución salina antes de la medicación puede permitir la obtención de muestras para examen citológico y cultivo. Deberán realizarse varios lavados de solución salina isotónica tibia o agua estéril antes de la perfusión final de la mezcla medicamentosa. Se debe tener cuidado en mantener el ave con la cabeza posicionada hacia abajo para evitar la posibilidad de la aspiración de los desechos infectados hacia dentro de la vía respiratoria baja.

El itraconazol (5-10 mg/kg, PO, una-dos veces al día) es el azol más usado para la infección sistémica. Los loros grises africanos son más sensibles a los efectos adversos del itraconazol, especialmente la regurgitación y la anorexia, y debe administrarse a dosis de 5 mg/kg/día, PO. La terbinafina (10-15 mg/kg, PO, 2 veces al día) se puede utilizar en lugar del intraconazol o junto con él. El clotrimazol se puede utilizar para la nebulización junto con la terapia sistémica (10 mg/mL, nebulizado 15-30 min dos-cuatro veces al día). El voriconazol (12-18 mg/kg, PO, 2 veces al día) se utiliza para cepas resistentes de Aspergillus.

Si se identifican granulomas fúngicos y las lesiones son accesibles, la reducción endoquirúrgica o el tratamiento tópico de las lesiones con anfotericina B pueden mejorar el resultado. Las aves sometidas a tratamiento deben vigilarse estrechamente para detectar efectos adversos de muchos fármacos antimicóticos, que pueden incluir depresión, anorexia y disfunción hepática. Las concentraciones de enzimas hepáticas, ácidos biliares y ácido úrico deben monitorizarse cada 4 semanas durante el tratamiento. El éxito del tratamiento puede ser difícil de determinar, pero los hemogramas completos y las radiografías pueden ser útiles. El tratamiento farmacológico oral debe continuarse durante 2-4 semanas después de que los signos clínicos hayan desaparecido. Las aves con aspergilosis a menudo tienen problemas de enfermedad subyacentes y pueden estar inmunocomprometidas, lo que puede afectar el tratamiento y la recuperación. Los sacos aéreos engrosados y con cicatrices, que se desarrollan durante la infección y que persisten después de ella, pueden proporcionar un entorno ideal para la recidiva de la enfermedad.

Infección por Macrorhabdus ornithogaster

Macrorhabdus ornithogaster es una levadura que afecta con mayor frecuencia al proventrículo y al ventrículo de las aves de compañía más pequeñas (p. ej., periquitos, forpus, agapornis, ninfas y pinzones). Previamente descrito como bacteria, este organismo tiene una distribución mundial y varía mucho en patogenicidad.

Hallazgos clínicos y diagnóstico de la infección por Macrorhabdus ornithogaster en las aves de compañía

  • Valoración clínica

  • Examen fecal

Los signos clínicos de la infección por Macrorhabdus ornithogaster son pérdida de peso, regurgitación, letargo, eliminación de alimentos no digeridos y diarrea. Estos signos clínicos pueden confundirse con la enfermedad de dilatación de proventrículo. La mortalidad puede ser elevada, pero las aves pueden recuperarse. En las aves recuperadas, es probable que se produzcan recidivas y una posible eliminación del microorganismo en heces. Esta enfermedad se observa con frecuencia junto con inmunosupresión (p. ej., infección por poliomavirus o circovirus, o asociado a un mal mantenimiento). La infección asintomática es frecuente.

El diagnóstico de la infección por Macrorhabdus ornithogaster se establece mediante examen de una preparación en fresco de heces frescas, con un aumento de ×10-50 con el condensador de la platina casi cerrado para aumentar el contraste. Los microorganismos son grandes, con forma de bastón, miden aproximadamente 2-4 micrómetros de ancho y 60-90 micrómetros de largo. Muchas aves son asintomáticas y excretan un número reducido de microorganismos, mientras que las aves enfermas tienden a excretar grandes cantidades. Las aves pueden excretar el microorganismo de forma intermitente, por lo que un examen fecal negativo no excluye la infección. Las preparaciones en fresco, la tinción modificada de Wright o la tinción de Gram de una muestra fecal a menudo revelan los microorganismos.

M ornithogaster aparece como una varilla grande, grampositiva, con moteado o punteado en toda su longitud. Aunque el tamaño y la longitud pueden variar, los organismos recogidos de los excrementos suelen ser varias veces más grandes que los bacilos digestivos normales que se encuentran en las aves. Los laboratorios veterinarios seleccionados ofrecen identificación visual y pruebas de PCR. M ornithogaster no crece en medios fúngicos convencionales.

Las radiografías pueden revelar un proventrículo dilatado. Las lesiones de la necropsia pueden incluir adelgazamiento del istmo, dilatación de proventrículo y ulceración, engrosamiento de la pared proventricular, producción de moco y ablandamiento de la capa de koilina de la molleja.

Tratamiento y control de la infección por Macrorhabdus ornithogaster de aves de compañía

  • Fármacos antifúngicos

Los objetivos del tratamiento de las infecciones por Macrorhabdus ornithogaster son reducir el número de microorganismos y mejorar la salud general y la inmunocompetencia del ave. La anfotericina (100 mg/kg, PO, 2 veces al día durante 30 días) ha tenido la tasa más alta de éxito del tratamiento, pero los fracasos son frecuentes, especialmente con una duración más corta del tratamiento. Se ha descrito la acidificación del proventrículo (vinagre de manzana, vitamin C) creando un ambiente menos propicio para la proliferación de Macrorhabdus. El voriconazol se ha descrito de forma anecdótica como eficaz a dosis de 10 mg/kg, PO, 2 veces al día.

El tratamiento con benzoato sódico en el agua de bebida se ha descrito de forma ocasional como eficaz, pero es todavía experimental. El benzoato de sodio a 1 cucharadita/L de agua durante 5 semanas eliminó la infección en periquitos no reproductores, pero en periquitos que estaban criando polluelos en temperaturas ambientales >32,2 °C, el tratamiento con ½ cucharadita/L de agua dio como resultado signos neurológicos y la muerte de periquitos adultos debido a su mayor consumo de agua.

La recomendación actual para el tratamiento de la infección por Macrorhabdus ornithogaster con benzoato de sodio es ½ cucharadita (2,5 g) de benzoato de sodio en polvo/L de agua (se usa como fuente única de agua y se prepara diariamente). Si las aves no están bebiendo el agua medicada, la dosis debe reducirse a ¼ de cucharadita (1,25 g)/L de agua y volver a aumentarla lentamente a ½ cucharadita durante los próximos días. Las heces se deben volver a controlar a los 14 días; si los microorganismos de Macrorhabdus todavía están presentes, la dosis debe aumentarse durante varios días a 1 cucharadita (5 g)/L. Las heces se deben volver a controlar a los 30 días. La dosis más baja de ¼ a ½ cucharadita de polvo/L de agua debe usarse en aves alojadas al aire libre en verano (temperaturas >32,2 °C) y en aves que alimentan a los polluelos. Deberían usarse guantes mientras se manipulan medicamentos.

Los portadores asintomáticos son frecuentes. La incubación artificial de huevos y la alimentación manual de los polluelos pueden ayudar a establecer una población libre de patógenos.

Micosis variadas

Se ha descrito Malassezia spp en aves con picaje de las plumas y afecciones dermatológicas. Rodotorula mucilaginosis es una levadura que se observa en ocasiones en infecciones de la piel de aves rapaces (halcones). Causa áreas costrosas de color marrón amarillento de la piel en las áreas axilares o inguinales. La criptococosis tiene una incidencia mundial y está causada por un hongo saprófito, Cryptococcus neoformans. Este hongo es infrecuente en las especies aviares, pero se ha aislado de los excrementos de aves silvestres, especialmente de las palomas, y de las heces de canarios y aves psitácidas. La infección por C neoformans se ha descrito en Columbiformes, una cacatúa de las Molucas, una cotorra serrana occidental, un guacamayo rojo o aliverde y un loro gris africano. Las dermatofitosis se han descrito en ocasiones en aves de compañía, como Trichophyton y Microsporum spp. Se utilizan los protocolos de tratamiento para perros y gatos. La histoplasmosis y la mucormicosis también se han descrito ocasionalmente en aves domésticas.

Para más información