Botulismo del visón
El botulismo está causado por la ingestión de neurotoxinas preformadas de Clostridium botulinum. En el visón, la causa más frecuente es la ingestión de la toxina tipo C.
El botulismo puede dar lugar a pérdidas esporádicas y elevadas en visones no vacunados que consumen alimentos contaminados que han sido manipulados o conservados inadecuadamente. Los visones vacunados también pueden desarrollar signos clínicos de enfermedad, aunque la mortalidad suele ser menor y los animales pueden recuperarse. Dependiendo del nivel de exposición, algunos visones pueden morir a las pocas horas o 24 horas después de la exposición a la toxina, mientras que otros visones pueden mostrar grados variables de fotofobia, paresia de las extremidades posteriores, parálisis, postración y disnea. Los hallazgos de la exploración post mortem suelen ser inespecíficos; la muerte se produce por parálisis respiratoria.
Históricamente, el diagnóstico se intentaba usando el ensayo de inoculación (letalidad) en ratones; sin embargo, este ensayo no es fiable para el diagnóstico de la intoxicación botulínica en visones y se está eliminando progresivamente en los laboratorios de diagnóstico veterinario por razones éticas. Alternativamente, el diagnóstico se confirma mediante el aislamiento de la toxina botulínica tipo C a partir de muestras de alimentos sospechosos o de bacterias o esporas de muestras gastrointestinales, seguido de cultivo y prueba de PCR en tiempo real para los genes de la toxina de Clostridium botulinum tipo C. Los diagnósticos diferenciales incluyen la rabia u otras intoxicaciones, como la intoxicación por plomo, aunque sería inusual que cualquiera de ellos afectara a un gran número de animales simultáneamente.
Los alimentos sospechosos deben retirarse y tomarse muestras para su análisis, y los alimentos o ingredientes conservados también deben analizarse para detectar la toxina. Los visones que se recuperan no desarrollan inmunidad. La vacunación anual de las crías (a las 6-8 semanas) y de los reproductores con vacunas que contengan toxoide botulínico tipo C es muy recomendable. Además, en algunas áreas geográficas, los subproductos del sacrificio suministrados como alimento a los animales se acidifican a un pH de 4,0 o se tratan térmicamente para minimizar el crecimiento microbiano. El alimento debe congelarse a –18 °C si no se administra inmediatamente después de su preparación.
Neumonía hemorrágica del visón
Cortesía del Dr. John Easley.
Cortesía del Dr. John Easley.
La neumonía hemorrágica es una enfermedad altamente contagiosa del visón causada por Pseudomonas aeruginosa, una bacteria ambiental ubicua.
Los visones de todas las edades pueden verse afectados durante un brote, y los animales son más sensibles a la infección durante el estrés de la muda de otoño. La mortalidad puede ser elevada dentro de una explotación (≥20 %), y los visones suelen encontrarse muertos con pocos signos prodrómicos. Las lesiones macroscópicas pueden incluir secreción oronasal roja y espuma roja en el árbol traqueobronquial, con neumonía hemorrágica grave y consolidación de uno o más lóbulos.
La respuesta a un brote implica la vacunación inmediata de todo el rebaño. Se recomienda una bacterina de P aeruginosa como parte de la vacunación rutinaria de la explotación. La limpieza y desinfección a fondo de los corrales y nidales debe realizarse después de un brote, incluyendo la desinfección de los bebederos y de los conductos del agua.
Escherichia coli también puede causar neumonía hemorrágica en los visones, y los signos macroscópicos y clínicos son indistinguibles de los causados por P aeruginosa. La evaluación histológica y el cultivo bacteriano y las pruebas de sensibilidad antimicrobiana se utilizan para determinar un diagnóstico definitivo y hacer recomendaciones antimicrobianas apropiadas, respectivamente. La infección por E coli se produce con mayor frecuencia después de la exposición a agua contaminada; sin embargo, los componentes de los alimentos también pueden estar contaminados, de ahí la necesidad de unas prácticas adecuadas de higiene y manipulación de los alimentos. Las infecciones víricas intercurrentes, como las causadas por el virus de la influenza o el parvovirus (enfermedad aleutiana), pueden exacerbar las infecciones bacterianas.
Infecciones del tracto urinario y urolitiasis del visón
Las infecciones del tracto urinario (cistitis), comúnmente conocidas como enfermedad de la vejiga de ciruela, pueden causar graves pérdidas en las hembras adultas en la primavera durante la gestación y la lactación y en los machos pesados de rápido crecimiento a finales del verano y principios del otoño. El pelo del abdomen ventral del visón afectado puede estar teñido en animales que gotean orina, lo que conduce a la degradación o descarte de la piel; por tanto, esta es una consideración veterinaria y económica importante para los visones de granja. El rango normal de pH para la orina de visón es de 6,3-7,5; las dietas de alta calidad ricas en proteínas animales ayudan a mantener un pH urinario bajo. La infección por bacterias productoras de ureasa, como E coli, Pseudomonas spp y Staphylococcus spp, pueden aumentar el pH de la orina y precipitar la cristalización de los urolitos de estruvita (fosfato de amonio y magnesio). Este trastorno puede deberse a varios factores predisponentes, como las malas prácticas de higiene que provocan la contaminación de los alimentos, jaulas o nidales por bacterias oportunistas productoras de ureasa, la disminución del acceso al agua y de la ingesta de agua durante el invierno o la deshidratación durante los periodos calurosos en el verano, una alimentación con una dieta subóptima (p. ej., raciones granuladas secas o grandes cantidades de proteínas alcalinas de origen vegetal se asocian a un aumento de la urolitiasis) y la predisposición genética.
Cortesía del Dr. John Easley.
Los visones aparentemente sanos pueden encontrarse muertos de forma súbita. Otros animales con cistitis pueden esforzarse y vocalizar cuando intentan orinar (disuria), gotear orina (comúnmente conocido como vientre húmedo) o desarrollar hematuria o prolapso rectal debido al esfuerzo constante. Los machos están particularmente predispuestos debido a su uretra larga y estrecha, que puede dificultar la expulsión de los urolitos. A menudo se puede palpar clínicamente una vejiga grande y distendida. Los hallazgos post mortem incluyen cistitis hemorrágica aguda o pielonefritis, por lo general asociada con cálculos de estruvita en la vejiga urinaria, los riñones o la uretra.
Cortesía del Dr. John Easley.
Se deben realizar cultivos bacteriológicos de orina o tejidos y pruebas de sensibilidad antimicrobiana para una selección antimicrobiana óptima; la medicación se puede añadir al alimento. Las buenas prácticas de saneamiento e higiene ayudan a reducir la contaminación ambiental. Los animales deben tener acceso al agua en todo momento. Cuando la urolitiasis es crónica, existe cierta evidencia de que la adición de acidificantes urinarios puede ser beneficiosa. Por ejemplo, se puede añadir cloruro de amonio al alimento al 0,2 % desde marzo hasta principios de junio y desde mediados de julio hasta octubre para reducir el pH de la orina. Otros acidificantes comunes de los alimentos son el ácido fosfórico, el bisulfato de sodio y el ensilado de pescado. El pH de los alimentos y de la orina debe controlarse para mantener el pH de la orina entre 6,0 y 6,6. El uso crónico de algunos acidificantes de alimentos puede dar lugar a una pérdida de palatabilidad de los alimentos con pérdida de peso asociada. El pH del alimento no debe caer por debajo de 5,1.
Necrosis de la almohadilla del pie del visón
Cortesía del Dr. Marina Brash.
La necrosis de las almohadillas del pie, también conocida como piodermia necrótica epidémica de los animales de pelo (FENP) en la UE, es una afección cutánea infecciosa grave que afecta a los visones, los zorros y los mapaches de granja. En el visón, las lesiones se observan predominantemente en las patas y la cabeza, caracterizadas por pérdida de pelo, formación de costras e hiperqueratosis con piodermia entre superficial y profunda, con o sin ulceración. La etiología es probablemente multifactorial; sin embargo, se ha asociado con la infección tanto por Arcanobacterium phocae y Staphylococcus delphini, o ambas. También puede haber infección por otros agentes oportunistas. Los machos más grandes y pesados pueden verse afectados con mayor frecuencia, posiblemente debido a la abrasión mecánica inicial de las almohadillas de las patas por el fondo de las jaulas, lo que permite la entrada de bacterias. No se ha desarrollado ningún tratamiento eficaz. Los productores deben sacrificar a los animales afectados de forma moderada a grave y lavar y desinfectar las jaulas en las que se alojaban estos animales. La pododermatitis y las costras periorales pueden parecer superficialmente similares a la infección por el virus del moquillo, una enfermedad rápidamente progresiva y mortal en los visones. Para el diagnóstico diferencial se pueden utilizar otros signos clínicos observados en el moquillo, así como la evaluación histológica de las lesiones. El mantenimiento continuo de la jaula es importante para minimizar las abrasiones mecánicas, que pueden permitir la entrada de bacterias.
Mastitis en visones
La mastitis se produce esporádicamente en granjas de visones y puede estar relacionada con la infección por una de las diversas bacterias (p. ej., estafilococos, estreptococos o E coli). La mastitis estafilocócica suele dar lugar a la formación de abscesos en las glándulas afectadas o a una enfermedad subclínica, con diarrea leve en las crías de la madre. La infección por E coli tiende a causar mastitis necrotizante hiperaguda y endotoxemia similar a la observada en el ganado lechero. No está claro si la diarrea predestete de las crías (comúnmente conocida como síndrome de la cría pegajosa) se da con mayor frecuencia en las camadas de madres con mastitis. Entre los factores que predisponen a la mastitis figuran la mala higiene del nidal y de la jaula, unos bordes ásperos o afilados en la entrada a los nidales y la contaminación bacteriana de los alimentos. La prevención y el tratamiento implican mejorar las prácticas de higiene y manejo y tratar a las hembras afectadas con agentes antimicrobianos apropiados basados en cultivos y pruebas de sensibilidad antimicrobiana.
Enfermedades bacterianas diversas del visón
Varias enfermedades o afecciones bacterianas, como la septicemia, la neumonía, la pleuritis, la enterocolitis, la metritis, la celulitis y los abscesos, se producen esporádicamente en las granjas de visones. Estas enfermedades se asocian con la infección por una amplia gama de bacterias grampositivas y gramnegativas en gran parte oportunistas, como Proteus spp, Klebsiella spp y Campylobacter spp, coliformes, estreptococos, estafilococos y serovariedades de Salmonella enterica por lo general asociadas con aves de producción o cerdos.
El uso indiscriminado de agentes antimicrobianos en granjas de visones en América del Norte y en la UE ha dado lugar a una resistencia antimicrobiana moderadamente alta en granjas. Un principio clave de la administración responsable de antimicrobianos es que el tratamiento de las enfermedades bacterianas debe estar focalizado, supervisado por el veterinario de la granja y basado en el cultivo y las pruebas de sensibilidad antimicrobiana. Según el número de animales afectados, los fármacos pueden administrarse a animales individuales por vía parenteral o a grupos de animales en su alimento o agua. Las dosis de los fármacos pueden estimarse sobre la base del peso corporal; las hembras adultas tienen un promedio de 0,9-1,4 kg, mientras que los machos tienen un promedio de 2,3-2,8 kg. Se deben emplear las dosificaciones recomendadas para gatos y ajustar según su peso. Algunas sulfamidas (p. ej., sulfaquinoxalina y sulfametacina) y la estreptomicina no deben usarse rutinariamente en visones debido a su toxicidad potencial. La trimetoprima/sulfadiacina y las sulfamidas por lo general deben evitarse en visones gestantes porque su uso puede estar asociado a defectos de nacimiento, toxicidad fetal y abortos.
Siempre que sea posible, se debe determinar y eliminar la fuente de infección más probable. Hay que tener en cuenta que la enteritis está causada a menudo por el alimento contaminado o en mal estado y nidales sucios. Los abscesos suelen estar relacionados con lesiones provocadas por la malla metálica o las astillas de madera en las jaulas, las aristas del heno o la paja empleados en las camas o las espículas de huesos del alimento. Los brotes pasados de tularemia, ántrax, brucelosis, tuberculosis e infecciones por clostridios en las granjas de visones se han debido al suministro de alimentos contaminados con tejidos de animales que murieron o son portadores de estas infecciones. La selección cuidadosa de los ingredientes de los alimentos y la desinfección del equipo y los corrales son importantes para prevenir y controlar muchos patógenos potenciales. Los animales encontrados muertos no deben usarse como alimento para visones.