La insuficiencia pancreática exocrina está causada por la disminución de la producción de enzimas digestivas por parte del páncreas. Los signos clínicos más frecuentes son polifagia, pérdida de peso y un gran volumen de heces blandas. El diagnóstico se establece con la prueba de la inmunorreactividad de la lipasa pancreática. El tratamiento incluye la suplementación de enzimas digestivas pancreáticas y cobalamina.
La insuficiencia pancreática exocrina (IPE) es un síndrome causado por la insuficiente síntesis y secreción de enzimas digestivas por parte del pancreas exocrino. La IPE es menos frecuente que la pancreatitis tanto en perros como en gatos, pero es el segundo trastorno pancreático exocrino más común en ambas especies.
Etiología y patogénesis de la insuficiencia pancreática exocrina en perros y gatos
La atrofia acinar pancreática es la causa más frecuente de insuficiencia pancreática exocrina en Pastores Alemanes, Collies de pelo largo y Eurasiers, mientras que la pancreatitis crónica es la causa más frecuente en perros de otras razas y en gatos. Otras causas menos frecuentes de IPE en perros y gatos son las masas pancreáticas o extrapancreáticas que dan lugar a la obstrucción del conducto pancreático.
El páncreas exocrino tiene una reserva funcional notable, de la que se debe perder más de ~90 % antes de que aparezcan los signos clínicos de la IPE. Las enzimas acinares pancreáticas desempeñan un papel integral en la asimilación de todos los macronutrientes principales, y su falta conduce principalmente a una mala digestión. Sin embargo, los animales con IPE también muestran signos de malabsorción, cuya base patogénica es menos conocida. Los nutrientes que quedan en el lumen del intestino dan lugar a heces blandas, voluminosas y esteatorrea. La falta de nutrientes también causa pérdida de peso y puede originar deficiencias vitamínicas. En animales con IPE causada por pancreatitis crónica, la destrucción de tejidos pancreáticos puede no estar limitada a las células acinares, pudiendo desarrollar simultáneamente diabetes mellitus.
Hallazgos clínicos de la insuficiencia pancreática exocrina en perros y gatos
La insuficiencia pancreática exocrina debida a la atrofia acinar pancreática es más frecuente en los pastores alemanes adultos jóvenes, pero también se ha descrito en los Collies de pelo largo y los Eurasiers. Los perros y gatos con IPE producida por otras causas suelen ser de mediana edad a viejos y pueden ser de cualquier raza. Los signos clínicos más frecuentemente descritos son la polifagia, la pérdida de peso y las heces sueltas. En algunos pacientes se observan vómitos y anorexia, que pueden ser un signo de trastornos concomitantes más que de IPE. Las heces suelen ser pálidas, blandas y voluminosas y pueden ser malolientes. En raras ocasiones se puede ver diarrea acuosa. En una pequeña parte de los gatos con IPE, el alto contenido en grasa de las heces puede dar lugar a un aspecto grasiento del pelaje, especialmente en la región perianal y de la cola.
Diagnóstico de la insuficiencia pancreática exocrina en perros y gatos
Determinación de la inmunorreactividad sérica similar a la tripsina
Una concentración de inmunorreactividad similar a la tripsina (TLI) sérica ≤ 2,5 mcg/L en perros o ≤ 8,0 mcg/L en gatos es diagnóstica de insuficiencia pancreática exocrina. Dado que la digestión de un macronutriente se puede lograr por más de una enzima, la falta de secreciones pancreáticas exocrinas produce necesariamente signos clínicos. Por ejemplo, se han descrito varios Pastores Alemanes con IPE subclínica. Estos perros tenían concentraciones séricas de TLI gravemente disminuidas y falta de tejido pancreático exocrino, pero ningún signo clínico de IPE o solo alguno intermitente.
Se ha validado un ensayo que mide la elastasa fecal en perros. Por desgracia, algunos perros sanos o con enfermedades crónicas de intestino delgado pueden tener una concentración de elastasa fecal muy reducida, lo que hace que esta prueba sea mucho menos fiable que la concentración sérica de TLI.
Tratamiento de la insuficiencia pancreática exocrina en perros y gatos
Suplementación con enzimas digestivas y cobalamina
La mayoría de los perros y gatos con insuficiencia pancreática exocrina pueden tratarse con éxito mediante la suplementación con enzimas pancreáticas. El polvo es más eficaz que en comprimidos, cápsulas, y productos con un recubrimiento entérico especial. Inicialmente, debe administrarse 1 cucharadita/10 kg con cada comida para los perros y 1 cucharadita/gato con cada comida para los gatos. Una vez que los signos clínicos se han resuelto completamente, la dosis puede disminuirse lentamente hasta alcanzar la dosis mínima eficaz. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la dosis eficaz más baja puede variar entre lotes de enzimas. Se han notificado hemorragias orales en 3 de 25 perros con IPE tratados con suplementos de enzimas pancreáticas; las hemorragias cesaron en los tres perros tras una reducción de la dosis. Humedecer la mezcla de comida y polvo pancreático puede disminuir la frecuencia de este efecto secundario no deseado.
El páncreas fresco puede ser una alternativa viable al uso de polvo; 30-90 g de páncreas crudo picado puede sustituir a 1 cucharadita de extracto pancreático. El páncreas crudo se puede mantener congelado durante varios meses sin que pierda su actividad enzimática. No es necesario preincubar los alimentos con enzimas pancreáticas ni suplementarlos con sales.
Aunque el suplemento con enzima pancreática bovina disminuye los signos clínicos en casi todos los animales, la absorción de nutrientes, especialmente de las grasas, no se normaliza. Se han sugerido dietas bajas en grasas para compensar la digestión alterada de grasas, pero esto puede disminuir aún más la asimilación de grasas y dar lugar a deficiencias de vitaminas liposolubles y/o ácidos grasos esenciales. Algunos tipos de fibra dietética interfieren con la actividad enzimatica pancreática, y se debe administrar una dieta baja de fibras insolubles o no fermentables. Por el contrario, se puede administrar fibra fermentable (p. ej., FOS, pulpa de remolacha o similar).
La suplementación enzimática por sí sola puede no resolver completamente los signos clínicos; la deficiencia de cobalamina debe considerarse como una posible causa. La absorción de cobalamina depende de la síntesis y secreción adecuada de factores intrínsecos. Tanto en los perros como en los gatos la mayor parte del factor intrínseco es sintetizado y secretado por el páncreas exocrino, y >80 % de los perros y casi todos los gatos con IPE tienen deficiencia de cobalamina. Además, la deficiencia de cobalamina fue el único factor de riesgo independiente para un mal resultado en un estudio de perros con IPE. Por eso, las concentraciónes de cobalamina y folato en suero deben evaluarse rutinariamente en pequeños animales con sospecha de IPE. Los perros y los gatos con déficit de cobalamina, revelada por una concentración sérica de cobalamina gravemente disminuida, deben recibir suplementos de cobalamina, ya sea por vía parenteral u oral. Se han descrito otras hipovitaminosis en animales con IPE. Por ejemplo, se ha descrito en algunos gatos con IPE, una deficiencia de vitamina K dando lugar a una coagulopatía.
Algunos animales pueden no responder al suplemento enzimático y al tratamiento con cobalamina, y esos animales probablemente tienen patología concomitante de intestino delgado. Los animales con IPE suelen presentar disbiosis concomitante del intestino delgado y pueden beneficiarse del tratamiento antibiótico (p. ej., tilosina). La enfermedad inflamatoria intestinal también se produce en algunos animales con IPE. En los pacientes que no responden al tratamiento puede estar indicado el uso de un inhibidor de la bomba de protones.
Pronóstico de la insuficiencia pancreática exocrina en perros y gatos
La IPE es el resultado de una pérdida irreversible de tejido acinar pancreático en la mayoría de los casos, y la recuperación es rara. No obstante, con el tratamiento y la monitorización adecuada, estos animales suelen aumentar de peso rápidamente, tienen deposiciones normales, y pueden vivir una vida normal con una esperanza de vida normal.
Puntos clave
La IPE se diagnostica midiendo la concentración sérica de inmunorreactividad similar a la tripsina.
El tratamiento de perros y gatos con IPE incluye la suplementación con enzimas digestivas y cobalamina.