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Tratamiento hormonal para la enfermedad tegumentaria en animales

PorMichael Shipstone, BVSc, FACVS, DACVD
Última revisión/modificación abr 2022

Glucocorticoides para la enfermedad tegumentaria en animales

Los glucocorticoides tienen efectos importantes en casi la totalidad de los distintos tipos celulares y sistemas y aparatos, especialmente sobre la actividad inmunológica e inflamatoria. Pueden utilizarse por su capacidad antiinflamatoria o inmunosupresora, dependiendo de la dosis. Los glucocorticoides se utilizan frente a dermatosis por hipersensibilidad, dermatitis de contacto, enfermedades inmunomediadas (p. ej., el pénfigo, el penfigoide o el lupus eritematoso) y neoplasias (p. ej., tumor de mastocitos o linfoma). Los glucocorticoides pueden clasificarse de acuerdo con la duración de su efecto y relativa potencia ([XRef]). Pueden administrarse por vía oral, intravenosa, intramuscular o subcutánea.

Tabla
Tabla

La dosis antiinflamatoria de prednisolona es de 0,5-1 mg/kg, PO, cada 24 horas en perros (los casos graves pueden necesitar 2 mg/kg, PO, cada 24 horas), 1-2 mg/kg, PO, cada 24 horas en gatos y 0,8-2,2 mg/kg, PO, cada 24 horas en caballos. Esta dosificación se da para el periodo inicial de inducción de 5-7 días y después se reduce al nivel más bajo posible de dosis de mantenimiento (preferiblemente 0,25 mg/kg, PO, cada 48-72 horas o menos en perros y 0,4-1 mg/kg cada 48-72 horas en caballos). Las dosis de mantenimiento deben darse cada ≥48 h para minimizar la supresión adrenal y los efectos adversos crónicos. La dosis inmunosupresora de prednisolona es de 2,2 mg/kg, PO, cada 24 horas en perros (pueden ser necesarios hasta 6,6 mg/kg, PO, cada 24 horas en la enfermedad grave), de 4,4 mg/kg, PO, cada 24 horas en gatos y de 2-4 mg/kg, PO, cada 24 horas en caballos. La dexametasona puede usarse en caballos a una dosis de inducción antiinflamatoria de 0,1 mg/kg, PO, cada 24 horas y después reducirse a 0,05 mg/kg cada 48-72 horas como mantenimiento y a 0,1-0,2 mg/kg, PO, cada 24 horas como dosis inmunosupresora antes de reducir a dosis de mantenimiento.

El periodo de inducción suele ser más largo (10-20 días) que para las dosis antiinflamatorias, pero se disminuye gradualmente a un régimen de días alternos, una vez que hay evidencia de remisión de la enfermedad. El tratamiento nunca debe suspenderse bruscamente, porque existe riesgo de inducir signos de hipoadrenocorticismo. Si se produce una recidiva durante el proceso de reducción gradual, la dosis se aumenta al menos un paso por encima del punto al cual ocurrió la recidiva y si es posible, se intenta de nuevo una reducción de la dosis. En muchos casos, el tratamiento se puede retirar completamente sin que se produzca recidiva, mientras que otros requieren tratamiento de por vida.

Se prefiere administraciones orales, porque la dosis se puede regular de forma más precisa y se alteran menos los procesos fisiológicos que con las formulaciones de repositorio. En algunos casos, las dificultades de manejo del animal o la decisión del propietario pueden requerir tratamiento inyectable. Esto es por lo general adecuado frente a enfermedades agudas a corto plazo que no requieran administraciones repetidas (p. ej., una única inyección de acetato de metilprednisolona altera la función corticoadrenal en perros durante 10 semanas).

Los efectos adversos incluyen poliuria, polidipsia, polifagia, aumento de peso, aumento de la propensión a infecciones, úlceras gastrointestinales, pancreatitis, osteoporosis, hiperglucemia, miopatía por esteroides y calcinosis cutánea. La extensión y la gravedad de los efectos adversos están relacionados con la dosis, duración del tratamiento y el tipo de glucocorticoide utilizado, junto con la sensibilidad de cada paciente. Las infecciones que se encuentran con mayor frecuencia son infecciones urinarias, piodermia e infecciones pulmonares. En muchos animales se pueden desarrollar infecciones urinarias con los tratamientos a largo plazo con glucocorticoides (68 % en un estudio), y además estos animales pueden no mostrar signos clínicos de la infección. Se recomienda el cultivo bacteriológico de la orina cada 3-6 meses para todos los animales en tratamiento a largo plazo.

Se puede desarrollar durante el tratamiento con glucocorticoides inflamación hepatocelular progresiva, debida a la acumulación de glucógeno. La fosfatasa alcalina (ALP), la ALT y la gamma-glutamil transferasa muestran aumentos progresivos. En los perros, el incremento inicial de la actividad ALP se debe a ALP hepática, pero posteriormente se debe a un isoenzima de la cortisona.

La mayoría de las formas inyectables están registradas para uso intramuscular; sin embargo, se suelen administrar por vía subcutánea. Pueden aparecer áreas locales de alopecia, pigmentación y atrofia dérmica y epidérmica con la inyección SC.

Hormona tiroidea para la enfermedad tegumentaria en animales

Las hormonas tiroideas están indicadas como tratamiento sustitutivo en el hipotiroidismo primario, secundario y terciario. La mayoría de los casos de hipotiroidismo canino son de origen primario y se deben a la destrucción inmunomediada de la glándula tiroides. La baja concentración de hormona tiroidea inducida por fármacos o el síndrome de enfermedad eutiroidea no son indicaciones para la suplementación con hormonas tiroideas.

La levotiroxina sintética (T4) es el fármaco de elección en el hipotiroidismo canino. La mayoría de los perros responden clínicamente a una dosis de 0,02 mg/kg, PO, cada 12 horas a largo plazo. Las dosis deben incrementarse cuando los niveles hormonales en suero son insuficientes después de 4-6 semanas de tratamiento o hay ausencia de respuesta clínica después de 12 semanas. En casos raros para animales que no pueden convertir la T4 a T3, se puede utilizar la liotironina sintética (T3) a una dosis de 4-6 mcg/kg, PO, cada 8-12 horas a largo plazo. No debe administrarse como tratamiento rutinario del hipotiroidismo porque evita las vías reguladoras celulares normales y tiene una semivida corta. Los preparados naturales de tejido tiroideo y las combinaciones de hormona tiroidea sintética con la misma proporción T4:T3 que en las personas no deben emplearse en los animales.

Los signos clínicos de tirotoxicosis en los gatos y los perros son poco frecuentes. Entre ellas están la poliuria, la polidipsia, el nerviosismo, la agresividad, el jadeo, la diarrea, la taquicardia, la fiebre y el prurito. Las complicaciones en el perro se relacionan, por lo general, con insuficiencia cardiaca o adrenal simultáneas. En los animales con poca reserva cardiaca, el tratamiento con T4 debe iniciarse con la cuarta parte de la dosis recomendada e incrementarse gradualmente hasta la dosis total en 1 mes.

Trilostano para la enfermedad tegumentaria en animales

El trilostano es un inhibidor competitivo de esteroides, hormonalmente inactivo, de la enzima adrenal 3-beta-hidroxiesteroide deshidrogenasa. Se utiliza en el tratamiento del hiperadrenocorticismo hipofisario. Inhibe la producción de progesterona y 17-hidroxiprogestrona y sus productos finales, incluidas las hormonas adrenales, gonadales y placentarias. Sin embargo, la inhibición de la esteroidogénesis adrenal se produce a dosis más bajas que las necesarias para inhibir la síntesis de hormonas esteroideas en otros órganos. La dosis inicial recomendada para perros es de 2-10 mg/kg, PO, cada 24 h; sin embargo, puede aumentarse o disminuirse, según los resultados de la prueba de estimulación periódica con hormona adrenocorticotropa (ACTH) (realizada 3-8 h después de la administración de trilostano). Si la concentración plasmática de cortisol post-ACTH es <20 nmol/L, la administración de trilostano debe interrumpirse durante 48-72 h y repetirse la prueba de estimulación con ACTH. Si la concentración de cortisol plasmático tras la administración de ACTH es de 20-200 nmol/L, la dosis no debe alterarse. Si la concentración de cortisol plasmático tras la administración de ACTH es >200 nmol/L, se debe aumentar la dosis.

Los efectos adversos incluyen depresión, ataxia, hipersalivación, vómitos, temblores musculares y cambios en la piel. En un número limitado de casos se ha descrito muerte súbita. Puede producirse hipoadrenocorticismo iatrogénico, pero suele ser reversible. Debido a la inhibición de las hormonas placentarias, el trilostano está contraindicado en animales gestantes y lactantes y en cualquier animal destinado a la reproducción. Se deben realizar análisis seriados bioquímicos, electrolíticos y hematológicos y pruebas de estimulación con ACTH para monitorizar la función hepática y renal antes del tratamiento y a los 10 días, 4 semanas, 12 semanas y cada 3-6 meses a partir de entonces.

Mitotano (o,p'DDD) para la enfermedad tegumentaria en animales

El mitotano es un hidrocarburo clorado con potentes efectos adrenocorticolíticos que causa necrosis selectiva de la zona fasciculada y zona reticular y necrosis parcial o completa de la zona glomerulosa. Se usa para tratar el hiperadrenocorticismo hipofisario. Antes de iniciar el tratamiento, se debe registrar la ingesta de alimentos (cantidad), el tiempo necesario para comer y la ingesta de agua durante las 24 h, para determinar una línea base. Una vez establecido esto, se administra una dosis de ataque (25 mg/kg, PO, cada 12 h) hasta que el animal se quede letárgico, la ingesta de agua disminuya, el apetito se reduzca o el animal presente otros efectos adversos gastrointestinales (vómitos, diarrea) o después de 5 días de administración. Se debe realizar una prueba de estimulación con ACTH para confirmar si se ha logrado una supresión adecuada de las glándulas adrenales.

La mayoría de los perros responden al tratamiento con mitotano a la dosis de ataque inicial en 5-10 días, y la decisión de cambiar a un tratamiento de mantenimiento debe basarse en los signos clínicos (disminución del apetito y de la ingesta de agua) y en los resultados de la prueba de estimulación con ACTH. Los perros con una concentración plasmática de cortisol post-ACTH <25 nmol/L no deben recibir medicación durante 2 semanas y luego deben tratarse con 25 mg/kg/semana divididos en 2 o 3 dosis. Los perros con una concentración plasmática de cortisol post-ACTH de 25-125 nmol/L deben recibir 25 mg/kg/semana en 2 o 3 dosis, y los perros con una concentración de cortisol post-ACTH >125 nmol/L deben recibir 50 mg/kg/semana.

Durante el tratamiento de mantenimiento, se debe realizar una prueba de estimulación con ACTH después de 1 mes y luego cada 3-4 meses. Si la concentración plasmática de cortisol post-ACTH es <25 nmol/L, la dosis de mitotano debe reducirse; si la concentración excede los 125 nmol/L, la dosis debe aumentarse, por lo general alrededor de un 20-25 % semanalmente. Aunque la mayoría de los perros se mantienen estables con el tratamiento de mantenimiento, su reserva adrenal puede no ser adecuada para responder a un estrés importante (fisiológico o psicológico). En estos casos, la administración de mitotano debe suspenderse y reemplazarse con glucocorticoides (por lo general prednisona a 0,2 mg/kg, PO, cada 24 horas, reduciéndose) durante este periodo.

Los efectos adversos son relativamente frecuentes, especialmente en los casos de sobredosis de mitotano. Estos incluyen signos clínicos de hipoadrenocorticismo, por ejemplo, debilidad, ataxia, depresión, vómitos, diarrea e inapetencia. Los análisis bioquímicos y hematológicos pueden ser normales a pesar de la enfermedad sistémica. El tratamiento consiste en disminuir la dosis o suspender la administración de mitotano y suplementar con glucocorticoides. La mejoría clínica suele producirse en 1-6 horas. El hipoadrenocorticismo iatrogénico es el efecto adverso más grave y puede desarrollarse en cualquier momento durante el tratamiento de mantenimiento. Se debe interrumpir la administración de mitotano e iniciar la suplementación apropiada con glucocorticoides y mineralocorticoides. Otros efectos adversos infrecuentes del SNC incluyen ataxia, ceguera aparente, movimiento en círculos y presión de cabeza.

Progesterona para la enfermedad tegumentaria en animales

Las dos formas más usadas de progesterona son el acetato de megestrol y el acetato de medroxiprogesterona. El acetato de megestrol tiene un rápido inicio de la acción, potente actividad glucocorticoide y ligera acción mineralocorticoide, y se puede administrar oralmente. El acetato de medroxiprogesterona es antiestrogénico y tiene una actividad glucocorticoide significativa. Los gatos castrados y las gatas con alopecia bilateral, probablemente inducida por desequilibrios en las hormonas sexuales, pueden responder al tratamiento. La dosificación del acetato de megestrol es 2,5-5 mg/gato, PO, cada 48 h, disminuyendo cada 1-2 semanas para el mantenimiento. Se administra acetato de medroxiprogesterona a dosis de 50-100 mg/gato, IM, y puede repetirse al cabo de 3-6 meses.

Se deben evitar los progestogenos siempre que sea posible, por sus efectos adversos; se produce una grave supresión adrenocortical prolongada, incluso con dosis bajas. Se ha descrito diabetes mellitus en gatos tratados con acetato de megestrol. Puede producirse reducción de la espermatogénesis, piometra, incremento de los concentraciones de la hormona de crecimiento con acromegalia, hiperplasia de las glándulas mamarias y tumores, y cambios en el comportamiento.

Hormona del crecimiento para la enfermedad tegumentaria en animales

La hormona del crecimiento (somatotropina) es un polipéptido producido por el lóbulo anterior de la hipófisis (adenohipófisis) que actúa directamente sobre los tejidos diana o indirectamente a través de factores de crecimiento similares a la insulina (somatomedinas) producidos por el hígado. Es necesaria para el crecimiento del pelo y para el desarrollo de las fibras de elastina de la piel. Se usa para tratar la alopecia que responde a hormona del crecimiento en perros. Tanto la hormona del crecimiento bovina como la porcina o la humana (0,1 UI/kg, 3 veces/semana durante 4-6 semanas) son eficaces. El pelo vuelve a crecer por lo general a los 2-3 meses, y la remisión puede durar de 6 meses a 3 años. La hormona de crecimiento es diabetógena, y los perros pueden desarrollar diabetes mellitus transitoria o permanente durante el tratamiento. Se recomienda la monitorización semanal de la glucemia antes y durante el tratamiento.

Hormonas sexuales para la enfermedad tegumentaria en animales

Muchos síndromes en perros y gatos se han atribuido a desequilibrios de hormonas sexuales; sin embargo, la etiopatogenia de estas alteraciones no se comprende bien. El hipoestrogenismo en perras esterilizadas, el hipoandrogenismo en perros machos y la alopecia simétrica adquirida felina pueden responder al tratamiento con hormonas sexuales. El tratamiento sustitutivo con hormonas sexuales es empírico. El hipoestrogenismo en perras castradas se puede tratar con la administración de dietilestilbestrol (0,02 mg/kg, PO, cada 24 h, durante 3 semanas de cada mes, hasta que el pelo vuelva a crecer o hasta alcanzar una dosis total máxima de 1,0 mg/perra). Una vez que el pelo vuelve a crecer, debe administrarse la dosis de mantenimiento de 1-2 veces/semana. Como protocolo alternativo, el tratamiento puede administrarse en días alternos o dos veces por semana hasta que el paciente responda. El crecimiento del pelo debe ser evidente a las 3-4 semanas, con una respuesta completa antes de los 4 meses. Los estrógenos exógenos pueden causar hipoplasia de la médula ósea, por eso se debería realizar un hemograma completo y de plaquetas, semanalmente durante el tratamiento. Entre otros efectos secundarios potenciales están la inducción del celo, hepatotoxicidad, ninfomanía, abortos, piometra o la hiperplasia prostática. Los gatos son muy sensibles a los estrógenos, y una dosis total de 10 mg de dietilestilbestrol puede ser letal.

El hipoandrogenismo de los perros macho puede tratarse con metiltestosterona (0,5-1 mg/kg, hasta una dosis máxima total de 30 mg, PO, cada 48 horas). Como alternativa, el propionato de testosterona puede administrarse a dosis de 0,5-1 mg/kg, cada 7 días, o a 2 mg/kg, IM, cada 4-16 semanas. Entre las complicaciones están la agresividad, el engrasamiento del pelo, la hipertrofia prostática y la hepatotoxicidad. Debe evaluarse la función hepática antes del tratamiento y mensualmente durante este.

La testosterona exógena, 12 mg/gato, vía IM, puede administrarse como tratamiento frente a la alopecia simétrica adquirida en los gatos o combinada con una dosis baja de dietilestilbestrol, 0,625 mg/gato, vía IM, o con una dosis baja de estradiol, 0,5 mg/gato, vía IM. También se han descrito alteraciones hepatobiliares en gatos tratados con testosterona.

Melatonina para la enfermedad tegumentaria en animales

La melatonina se genera en la glándula pineal y está implicada en el control de la muda fotodependiente de algunos mamíferos. La secreción está inversamente relacionada con la duración de la luz natural y es máxima durante el invierno. Varios trastornos del crecimiento del pelo de los perros, incluyendo alopecia recurrente del flanco, la alopecia patrón y la queratinización triquilemal excesiva, han mejorado con la suplementación de melatonina. La alopecia recurrente del flanco puede tratarse con implantes SC de 36 mg. También hay disponible melatonina oral; una dosis empírica de 3-6 mg/perro, PO, cada 6-8 horas, se ha usado con éxito.

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