Su veterinario puede diagnosticar muchos problemas comunes relacionados con el aparato urinario tomando una anamnesis, realizando una exploración física y realizando pruebas en la sangre y la orina del gato. La anamnesis puede incluir información sobre los cambios en la cantidad de agua que bebe su mascota, la frecuencia con la que orina, la cantidad de orina que produce, el aspecto de la orina y el comportamiento de su mascota. Su veterinario también necesitará información sobre los medicamentos que su mascota ha tomado o está tomando actualmente, el apetito y la dieta de su mascota, los cambios en el peso corporal y las enfermedades o lesiones anteriores.
Al realizar la exploración física, su veterinario palpará los riñones y la vejiga de su gato, examinará sus genitales y, a veces, su recto. Si su mascota tiene problemas para orinar, su veterinario también puede querer realizar una exploración neurológica (de los nervios y del cerebro). Además de la exploración física, hay muchas pruebas adicionales que un veterinario puede realizar a veces en el caso de un trastorno urinario. Estos incluyen análisis de sangre, pruebas de presión arterial, análisis de orina (pruebas de laboratorio en la orina de su mascota), otras pruebas de orina, radiografías, radiografías de contraste (pruebas en las que se administra una tinción especial para delinear el tracto urinario en la radiografía), ecografía, biopsias y cistoscopia. La cistoscopia implica la inserción de un tubo con una pequeña cámara en la punta dentro de la uretra. Esto permite al veterinario ver los problemas o cambios en el tracto urinario con mayor claridad.
El análisis de orina es una prueba de laboratorio que evalúa la orina. Es una de las herramientas más importantes que puede utilizar un veterinario para diagnosticar problemas del tracto urinario. Se realizan muchas pruebas como parte de un análisis de orina. Estas incluyen la densidad específica (que mide la concentración), el aspecto y el pH de la orina. El análisis de orina también evalúa la presencia de ciertas sustancias químicas o sustancias en la orina, como azúcar, cuerpos cetónicos (un subproducto del procesamiento de la grasa en el organismo), bilirrubina (un pigmento producido cuando el hígado procesa los desechos), sangre y proteínas. El sedimento urinario también se examina bajo un microscopio para buscar elementos como glóbulos rojos, glóbulos blancos, otras células, bacterias, cristales y cilindros renales (partículas en forma de tubo que provienen del riñón).
El análisis de orina se realiza mejor en muestras de orina frescas, ya que los retrasos pueden causar resultados inexactos. Su veterinario le recomendará una forma apropiada de recoger la orina de su gato. Si recoge una muestra de orina en casa, mantenga la muestra refrigerada y dígale a su veterinario a qué hora fue recogida.
Si se encuentra proteína en un análisis de orina, puede ser necesaria una prueba de orina adicional llamada cociente proteína/creatinina en la orina. Si su veterinario sospecha que su gato puede tener una infección del tracto urinario, se puede realizar un cultivo bacteriano en lugar o además del análisis de orina. La cistocentesis, un procedimiento en el que la orina se extrae directamente de la vejiga mediante el uso de una aguja insertada a través del abdomen, es la forma preferida de recoger la orina para un cultivo bacteriano.
Consulte también el contenido para veterinarios sobre el aparato urinario.