La parálisis parcial es la parálisis de los músculos que afectan a la expresión facial (párpados, labios, orejas, nariz, etc.). Puede estar causada por una lesión de la porción periférica del nervio facial o del núcleo facial en el tronco encefálico. El diagnóstico se basa en los signos clínicos y el uso de pruebas para identificar la causa específica. El tratamiento está dirigido a la etiología subyacente.
El núcleo del nervio facial se localiza en la médula oblongada rostral del tronco encefálico. El nervio facial (par craneal VII), sale del tronco encefálico cerca del nervio vestibulotroclear, pasa a través de la porción petrosa del hueso temporal y después sale del cráneo a través del foramen estilomastoideo y se divide en las ramas auricular, palpebral y bucal.
Hallazgos clínicos y lesiones de la parálisis facial en animales
Los signos clínicos de la parálisis facial varían con la localización, gravedad y cronicidad de la lesión. Una lesión unilateral del núcleo facial o porción proximal del nervio facial causa paresia o parálisis de los párpados, las orejas, los labios y las fosas nasales. Una lesión en la rama auriculopalpebral del nervio facial, cerca del arco cigomático, produce una paresia o parálisis solo del párpado y la oreja. Una lesión en la rama palpebral del nervio facial, cuando cruza el arco cigomático, provoca una paresia o parálisis solamente en los párpados. Una lesión en la rama bucal del nervio facial mientras discurre por la superficie de los músculos maseteros produce una paresia o parálisis únicamente de los labios y de las fosas nasales.
El síntoma clínico más consistente es la incapacidad para parpadear. Hay una pérdida del reflejo palpebral y una respuesta de amenaza. En lugar de cerrar los párpados, los pacientes afectados retraerán el globo ocular, lo que hace que el tercer párpado se eleve pasivamente. En la denervación aguda, el porte de la oreja suele estar más bajo en el lado de la lesión (el lado ipsilateral). Los labios del lado paralizado pueden colgar sueltos, exponiendo la mucosa. Cuando el animal come o bebe, la comida y/o los líquidos pueden caerse de los labios. El animal puede babear excesivamente y puede acumularse comida entre los labios y dientes. En las lesiones unilaterales, la nariz se desvía del lado de la lesión. En los caballos, la fosa nasal afectada es incapaz de dilatarse.
Si la porción parasimpática del nervio facial está afectada, se reduce la producción de lágrimas y saliva en el lado de la lesión. La reducción de la producción de lágrima y la paresia del párpado puede provocar ulceración corneal, especialmente en los caballos. La prueba de Schirmer está indicada en cualquier paciente con parálisis facial para evaluar la producción de lágrima.
La presencia o ausencia de otros déficits neurológicos ayuda a localizar la lesión. La paresia de las extremidades, los déficits de reacción postural o la alteración mental indican que la parálisis facial probablemente está causada por una lesión en el tronco encefálico. La inclinación de la cabeza ipsilateral o síndrome de Horner ipsilateral (ptosis, miosis y enoftalmía) con un estado mental y una función de las extremidades normales indica que la lesión está en el oído medio/interno; esto se debe a que el nervio facial y la inervación parasimpática de la cara transitan cerca del oído medio e interno. Los caballos con osteoartropatía temporohioidea a menudo presentan parálisis facial ipsilateral y disfunción vestibular.
Diagnóstico de la parálisis facial en animales
Historia clínica y exploración física (incluso neurológica)
El examen otoscópico también debe realizarse en perros y gatos.
La prueba de la función tiroidea está indicada en perros
El examen endoscópico de la bolsa gutural debe realizarse en caballos.
El examen oftálmico también puede ser necesario.
La otitis media es una causa frecuente de parálisis facial, especialmente en perros y gatos. El diagnóstico se basa en el examen otoscópico con citología y cultivo. En algunos casos, son necesarias radiografías de cráneo, tomografía computarizada o resonancia magnética. En los gatos, los pólipos nasofaríngeos a menudo se extienden hacia las bullas timpánicas, lo que da lugar a parálisis facial. Los pólipos son a menudo visibles en la exploración otoscópica o mediante la elevación del paladar blando para visualizar la nasofaringe; esto suele necesitar anestesia general.
El traumatismo es una causa frecuente de parálisis facial, especialmente en animales grandes. En los caballos, las lesiones por el cabestro o por un decúbito lateral prolongado pueden dañar las ramas bucales del nervio facial, en el lado afectado de la mandíbula, y causar paresia o parálisis uni- o bilateral de los labios y las fosas nasales. Los bovinos que forcejean en las instalaciones pueden lesionarse la rama palpebral del nervio facial cuando este cruza el arco cigomático, lo que da lugar a paresia o parálisis uni- o bilateral de los párpados. En pequeños animales (es decir, perros, gatos), el nervio facial puede dañarse durante la cirugía, como la ablación total del conducto auditivo o la extirpación de tumores en la región del nervio facial.
Las infecciones de la bolsa gutural pueden causar parálisis facial en caballos. Las lesiones del núcleo del nervio facial pueden provocar parálisis del nervio facial en la meningoencefalitis protozoaria equina (MPE). El análisis del LCR y la determinación de los títulos de MPE son esenciales para el diagnóstico y la instauración del tratamiento apropiado.
El hipotiroidismo en los perros puede afectar a varios pares craneales, incluido el nervio facial. El diagnóstico se basa en las pruebas de la función tiroidea y, si está indicado, en la respuesta al tratamiento.
La neuritis facial idiopática es frecuente en perros. Este síndrome mal entendido puede ser similar a la parálisis de Bell en el ser humano. Se presenta en perros de mediana edad o más mayores como un inicio súbito de parálisis facial unilateral o, con menor frecuencia, bilateral sin otros signos clínicos. Todas las pruebas diagnósticas normalmente arrojan resultados normales.
La neoplasia primaria del nervio facial es poco frecuente, pero las neoplasias en la región del oído medio pueden afectar al nervio. El carcinoma de células escamosas y el adenocarcinoma de la glándula ceruminosa del oído medio son más frecuentes en perros y gatos. El análisis de la biopsia del tejido afectado es necesario para el diagnóstico definitivo. Una prueba de TC o RM es útil para determinar la extensión de la lesión cuando se considera la cirugía.
Tratamiento y pronóstico de la parálisis facial en animales
El tratamiento se dirige a la causa subyacente, si es posible. La aplicación de lágrimas artificiales en los ojos es útil, especialmente si la producción de lágrimas está disminuida. La ulceración corneal debe vigilarse y tratarse rápidamente. Los caballos con las fosas nasales colapsadas pueden requerir corrección quirúrgica. A las especies que utilizan los labios para beber y prender la comida se les debe proporcionar contenedores de agua hondos y purés húmedos y voluminosos.
El pronóstico es variable según la etiología. El tratamiento precoz de las infecciones aumenta las posibilidades de recuperación neurológica; sin embargo, en muchos casos hay paresia permanente. La parálisis facial asociada con el hipotiroidismo generalmente mejora en 6-8 semanas después de la suplementación tiroidea. Con la parálisis facial idiopática puede producirse una mejoría parcial o completa durante varias semanas o meses; sin embargo, en algunos casos se ve afectado el lado contralateral.
Si la función nerviosa no se recupera, puede producirse una contractura permanente secundaria a la parálisis muscular crónica y la fibrosis. La contractura de los músculos afectados puede confundirse con una mejoría porque los músculos ya no se doblan ni se comban. Con la contractura de los músculos faciales, el labio del lado afectado puede estar más alto que en el lado normal, la nariz se desvía hacia la lesión y la base del pabellón auricular se coloca anormalmente alta en la cabeza.
Puntos clave
El diagnóstico de la parálisis facial se basa principalmente en los síntomas clínicos.
La causa subyacente debe tratarse, si es posible.
El pronóstico de recuperación neurológica es reservado en muchos casos; sin embargo, la parálisis facial aislada rara vez es debilitante.