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Uroperitoneo en potros

PorThomas J. Divers, DVM, DACVIM, DACVECC;Meredyth Jones, DVM, DACVIM-LAIM
Revisado/Modificado ene 2021

El uroperitoneo es una fuga de orina hacia el espacio peritoneal que está causada con mayor frecuencia por la rotura de la vejiga de la orina o del uraco. Los síntomas, como letargo, taquicardia, intentos frecuentes de orinar y distensión abdominal, aparecen poco después del nacimiento. El diagnóstico se basa en la historia clínica, los hallazgos clínicos, las pruebas de laboratorio y la ecografía. La corrección quirúrgica suele tener éxito en los casos no complicados.

El uroperitoneo se define como la fuga de orina al espacio peritoneal. En los potros suele ser el resultado de un desgarro de la vejiga de la orina o del uraco durante el parto, la postración prolongada mientras se trata alguna enfermedad neonatal o, con menor frecuencia, una rotura del uraco secundaria a un absceso umbilical. Los desgarros ureterales o uretrales son causas poco frecuentes de uroperitoneo.

Algunos estudios indican una mayor incidencia de la rotura de la vejiga en machos que en hembras, posiblemente porque un factor predisponente es la pelvis más estrecha en potros, así como una uretra más larga y estrecha. Independientemente, la rotura del uraco ocurre tanto en machos como en hembras.

Se cree que la rotura traumática de la vejiga se debe a las contracciones uterinas cuando la vejiga está llena, a medida que el potro pasa a través del canal del parto. Aunque se cree que la mayoría de las roturas de las vejigas urinarias en el parto son traumáticas, la presencia de bordes lisos y la ausencia de hemorragia alrededor del punto de rotura en algunos potros sugiere un origen congénito (un defecto en el desarrollo de la pared de la vejiga urinaria). La mayoría de las roturas de la vejiga urinaria se localizan en el dorso de esta.

En el caso de la rotura del uraco, la infección del muñón umbilical puede debilitar la pared y provocar una fuga de orina dentro del abdomen o subcutánea cerca del ombligo.

La prematuridad, la encefalopatía neonatal, la postración prolongada, la cistitis, las infecciones ascendentes, los traumatismos abdominales, el fallo de la transferencia pasiva y la sepsis pueden predisponer a la rotura de vejiga en potros.

Hallazgos clínicos del uroperitoneo en potros

Los potros con uroperitoneo suelen parecer normales al nacer, pero progresivamente se vuelven letárgicos, taquicárdicos y taquipneicos a lo largo de 24-72 horas después de la rotura. A medida que esta afección evoluciona, el abdomen se vuelve notablemente distendido, y al percutir el abdomen podrá producirse una onda ascítica. La mayoría de los potros intentan orinar con frecuencia, produciendo escasa orina. Esta estranguria se confunde con frecuencia con un esfuerzo para defecar. Otros potros pueden ser anúricos, pero algunos continúan orinando normalmente.

Diagnóstico del uroperitoneo en potros

  • Historia, hallazgos clínicos, pruebas de laboratorio y ecografía

El examen ecográfico abdominal y el análisis de sangre y líquido peritoneal son cruciales para confirmar el diagnóstico de uroperitoneo. Se observa en la mayoría de los casos hiperpotasemia sérica combinada con hiponatremia e hipocloremia, debido a la alta concentración de potasio y a los bajos niveles de sodio y de cloro en la orina, que rápidamente se equilibran a través del peritoneo en el plasma y otras localizaciones del líquido extracelular.

Debido a la hiperpotasemia, el ECG puede mostrar complejos QRS anchos y ondas T muy altas. Un incremento del potasio sérico predispone al potro a la bradicardia y a arritmias (bloqueo AV, parada auricular y paro cardiaco) si no se corrige.

Los valores séricos del BUN y la creatinina pueden ser normales pero suelen estar incrementados. La gasometría puede ser normal o demostrar una acidosis metabólica. El líquido abdominal es de color amarillo pálido y abundante, y puede detectarse fácilmente como líquido de aspecto hipoecoico en la evaluación ecográfica. El nivel de creatinina en el líquido peritoneal es, por lo menos, el doble del nivel sérico. Esta prueba es la más exacta para el diagnóstico de esta patología.

Si no se dispone de la prueba de laboratorio, pueden inyectarse 10 mL de azul de metileno en la vejiga urinaria a través de un catéter urinario. Si la vejiga urinaria está conectada al espacio peritoneal, se observará el colorante en el líquido peritoneal al cabo de 15 min. Esta prueba rara vez es necesaria para establecer el diagnóstico y, por tanto, no se suele realizar.

Los síntomas clínicos de depresión progresiva y estranguria pueden confundir el diagnóstico con impactación de meconio ( ver Impactación de meconio en potros). Se enumeran otros diagnósticos diferenciales para el uroperitoneo ( ver la Tabla: Diagnóstico diferencial de los síntomas clínicos asociados al uroperitoneo en potros). La disinergia del esfínter del detrusor se suele resolver en 2-4 días si se coloca un catéter en la vejiga para prevenir la rotura. Ésta puede ser una forma de encefalopatía neonatal.

Tabla
Tabla

En el caso de una rotura del uraco, la ecografía abdominal puede ser útil para establecer un diagnóstico etiológico. La ecografía de los restos umbilicales puede sugerir la presencia de una infección o de un absceso. También se observa una gran cantidad de líquido en el abdomen si el defecto del uraco está dentro del abdomen. Asimismo, pueden producirse roturas subcutáneas del uraco, que causan una acumulación de orina en esa zona y una marcada estranguria. Los potros neonatos rara vez desarrollan azoemia debido a la rotura de uno o ambos uréteres. Con la rotura de un uréter, la acumulación de orina en el área retroperitoneal puede observarse mediante ecografía hasta que se rompe la membrana retroperitoneal, momento en el cual los hallazgos ecográficos abdominales y los hallazgos de laboratorio son idénticos a los de la rotura de la vejiga.

Tratamiento del uroperitoneo en los potros

  • Cirugía

La cirugía es necesaria para poder corregir el defecto uroperitoneal y, en casos no complicados, el resultado es muy satisfactorio. El potro debe estabilizarse con fluidos intravenosos y drenando la orina del espacio peritoneal cuando sea necesario para corregir anomalías electrolíticas, déficits de líquidos y presión sobre el diafragma antes de la cirugía. El potasio >6 mEq/L debe reducirse preoperatoriamente, ya sea con 500 mL de suero salino fisiológico, bicarbonato de sodio más dextrosa al 10 % administrados durante 30-40 minutos, o bien con la administración de bicarbonato de sodio solo. Todos estos tratamientos ayudan a que el potasio penetre en las células. Si el potasio es >8 mEq/L o los tratamientos anteriores no dan resultado, puede considerarse la administración de insulina a 0,1–0,2 U/kg/h, IV, en dextrosa y solución salina y/o el drenaje del líquido peritoneal.

La vejiga debe repararse empleando suturas absorbibles. Si el desgarro está en el uraco, se extirpa quirúrgicamente. Si las estructuras umbilicales están engrosadas (lo cual indica infección), estas deben extirparse en el momento de la cirugía y analizarse mediante un cultivo. Después de la corrección quirúrgica de la vejiga, se debe colocar un catéter urinario permanente durante 48 h para disminuir la distensión de la vejiga y la filtración de orina en la zona reparada; sin embargo, esto no suele ocurrir tras la primera reparación.

Si se reconoce precozmente una rotura de vejiga en potros que están sanos y el potro es estabilizado adecuadamente antes de la cirugía, el pronóstico para la recuperación es excelente, con tasas de éxito de hasta el 95 %. En potros sépticos o prematuros, en los que pueden darse con más frecuencia complicaciones como peritonitis, complicaciones incisionales, adherencias y muerte por anestesia, el pronóstico es reservado. Se debe considerar que todos los potros que están postrados presentan un alto riesgo de rotura de la vejiga y pueden requerir un cateterismo permanente profiláctico.

Puntos clave

  • La rotura de la vejiga o el uraco que produce uroperitoneo es frecuente en los potros neonatos.

  • Cuanto antes se pueda realizar la corrección quirúrgica, menos graves serán las alteraciones de los electrólitos plasmáticos y el volumen de orina que se acumula en el espacio peritoneal, factores que facilitan el tratamiento médico preoperatorio.

  • Los potros neonatos enfermos que permanecen postrados de forma permanente también corren riesgo de desarrollar una rotura de la vejiga, por lo que puede ser necesario un catéter urinario permanente para evitar esta complicación.

Para más información

  • Schott HC, Waldridge B, and Bayly WM. Disorders of the Urinary System, in Equine Internal Medicine 4th ed. Reed SM, Bayly WM, and Sellon DC (eds), pp 895–898, Elsevier, 2018.

  • Consulte también la información para propietarios sobre el uroperitoneo en potros.