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Patogenia de la enfermedad endocrina en animales

Última revisión/modificación abr 2019

Los síndromes de exceso o deficiencia hormonal pueden ser el resultado de múltiples mecanismos. En las especies veterinarias, las causas más comunes del exceso hormonal son el adenoma o la hiperplasia que afecta al propio tejido endocrino o la neoplasia en un sitio secundario que a su vez estimula el exceso de secreción hormonal. Los síndromes que implican una deficiencia hormonal suelen ser consecuencia de un ataque autoinmunitario y de la destrucción de un órgano endocrino.

Las enfermedades endocrinas pueden surgir por varias causas. Las hormonas pueden producirse en exceso o de manera insuficiente, los receptores pueden fallar y las vías normales para eliminar la hormona pueden estar interrumpidas. Los signos clínicos compatibles con el mal funcionamiento de un tejido endocrino pueden desarrollarse debido a un problema que proviene de la fuente de la hormona en sí misma, o pueden deberse a la interrupción en otra ubicación que esté afectando secundariamente a la secreción o a la acción hormonal.

En veterinaria, las clases más habituales de enfermedades endocrinas son 1) la sobreproducción hormonal relacionada con un tumor o con un tejido hiperplásico que fabrica cantidades excesivas de hormonas y 2) la deficiencia hormonal debida a la destrucción de la fuente de tejido endocrino. Las enfermedades más comunes relacionadas con la sobreproducción hormonal son el hipertiroidismo en los gatos y el hiperadrenocorticismo (enfermedad de Cushing) en los perros.

A menudo, el tejido endocrino anormal no solo produce hormonas en exceso, sino que además tampoco responde con normalidad a las señales de retroalimentación, contribuyendo a una liberación inapropiada de la hormona. La sobreproducción hormonal de un tejido endocrino puede ser también consecuencia de la estimulación a partir de una fuente secundaria; por ejemplo, la enfermedad renal puede dar lugar a hiperplasia paratiroidea y secreción excesiva de PTH. La hiperfosfatemia se produce como consecuencia de algunos tipos de enfermedad renal. Este proceso provoca una disminución en la formación de la forma activa de la vitamina D, 1,25-dihidroxicolecalciferol (calcitriol). En su lugar, las bajas concentraciones de calcitriol contribuyen a disminuir los valores de calcio en el fluido extracelular, el cual actúa como un estímulo para la secreción de PTH. Los tejidos no endocrinos pueden producir y secretar hormonas en cantidades suficientes para causar signos clínicos; por ejemplo, ciertos tumores (los tumores de la glándula apocrina del saco anal en los perros, el linfoma) pueden producir la proteína relacionada con la PTH que puede simular la acción de la PTH, lo que origina la hipercalcemia (síndrome paraneoplásico).

Los síndromes asociados con una deficiencia o ausencia de la secreción hormonal poseen asimismo múltiples causas. A menudo se cree que la causa es la destrucción del tejido endocrino secundario a un ataque autoinmunitario mediado por células. Los ejemplos más característicos de hipofunción endocrina resultantes de la pérdida de tejido primario incluyen el hipotiroidismo canino, la diabetes mellitus tipo 1, el hipoparatiroidismo primario y el hipoadrenocorticismo primario.

Tabla
Tabla

En las fases iniciales de pérdida de tejido, los mecanismos de compensación que implican rutas de retroalimentación estimulan la actividad (la hormona de producción) desde el resto del tejido. Por ejemplo, en el hipoadrenocorticismo primario (enfermedad de Addison), la secreción de la ACTH de la hipófisis se incrementa al mismo tiempo que desaparece la corteza adrenal. El apoyo trófico aumentado resulta de una activación completa del resto del tejido y suele proporcionar una secreción suficiente de la hormona como para retrasar los signos de la deficiencia hasta que la pérdida de tejido simplemente elimine la fuente hormonal. Los trastornos que dan lugar a signos clínicos de hipoactividad endócrina también pueden producirse debido a la interrupción de los tejidos distantes de la fuente hormonal. El hipotiroidismo secundario es consecuencia de la insuficiencia de la hormona estimulante de la tiroides hipofisaria (TSH) que reduce el estímulo necesario en la tiroides para la producción y la secreción de la T4 y de la T3. Los tratamientos a base de glucocorticoides pueden causar una atrofia de las zonas que producen cortisol en la corteza adrenal. Los esteroides exógenos inician una retroalimentación negativa sobre la hipófisis, suprimiendo la secreción de ACTH y provocando una atrofia de la corteza adrenal. Otro causa potencial de hipofunción endocrina se relaciona con la perdida de tejido secundaria del crecimiento compresivo y/o destructivo de los tumores no funcionales.

La enfermedad endocrina y otras enfermedades relacionadas también son el resultado de las alteraciones en la sensibilidad del tejido a las hormonas. Un importante ejemplo es la diabetes mellitus tipo 2 o no insulinodependiente, en la que se observa una insensibilidad relativa a la insulina, frecuentemente relacionada con la obesidad. La diabetes insípida nefrogénica se debe a la insensibilidad renal a las acciones de la vasopresina (la hormona antidiurética). La insensibilidad renal a la vasopresina en este síndrome puede relacionarse con las alteraciones congénitas en el receptor de la vasopresina, pero con frecuencia es secundaria a otras enfermedades (p. ej., la piometra, el hiperadrenocorticismo) o a las anomalías de las concentraciones del ion (p. ej., la hipopotasemia, la hiperpotasemia).

Puntos clave

  • Las enfermedades que implican un exceso o deficiencia hormonal son frecuentes en la medicina veterinaria.

  • Las enfermedades endocrinas más frecuentes en los perros son la enfermedad de Cushing, el hipotiroidismo y la diabetes mellitus.

  • Las enfermedades endocrinas más comunes en los gatos son el hipertiroidismo y la diabetes mellitus.