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Prurito en animales

(Picor)

PorKaren A. Moriello, DVM, DACVD
Revisado/Modificado ene 2020

El prurito se define como una desagradable sensación en la piel que provoca el deseo del rascado. Es el problema dermatológico más común en pequeños y grandes animales.

Fisiopatología del prurito en animales

El prurito puede estar bien o mal localizado. Puede manifestarse como una sensación de quemazón aguda o difusa. A pesar de que la piel está ricamente inervada, no hay conocimiento de receptores especializados en el prurito. La sensación de picazón se transmite a través de grupos especializados de fibras aferentes. Las fibras mielinizadas que conducen las sensaciones a 10-20 m/s transmiten la sensación punzante de picor bien localizada. Por el contrario, la sensación de punzada de ardor se transmite mediante fibras no mielinizadas que conducen las sensaciones a 2 m/s. Ambas fibras entran en las raíces dorsales de la médula espinal, ascienden a través de la columna dorsal y cruzan al tracto espinotalámico lateral. Desde allí van al tálamo y a la corteza sensorial.

Los mediadores del prurito son discutibles y pueden variar según la especie. Estos mediadores incluyen las histaminas (liberadas por la degranulación de los mastocitos), las enzimas proteolíticas (proteasas) y los leucotrienos. Las proteasas son liberadas por hongos, bacterias y por la degranulación de los mastocitos y durante las reacciones antígeno-anticuerpo. Los leucotrienos, las prostaglandinas y el tromboxano A2, que derivan del ácido araquidónico, son agentes proinflamatorios.

Etiología del prurito en animales

El prurito es un signo clínico y no un diagnóstico o una enfermedad específica. Por lo general, las causas más comunes de prurito son los parásitos, las infecciones y las enfermedades alérgicas, entre otras causas (p. ej., neoplasia cutánea). Muchas enfermedades que no son pruriginosas (p. ej., las endocrinopatías) pueden volverse pruríticas cuando el animal desarrolla infecciones secundarias bacterianas o por levaduras.

Diagnóstico del prurito en animales

  • El diagnóstico requiere un estudio metódico realizado en una secuencia lógica en un periodo de tiempo compacto.

Debe hacerse una anamnesis dermatológica y una exploración física minuciosas. Las causas parasitarias que provocan prurito, como Demodex, pulgas y garrapatas, ácaros contagiosos y piojos, deben excluirse, ya que son los más comunes. Los raspados cutáneos o tricogramas de pelo pueden descartar (o incluir) varias infestaciones por ácaros, incluidos Demodex. No obstante, algunas infestaciones por ácaros (p. ej., Sarcoptes, Cheyletiella, Psoroptes, Chorioptes) pueden pasar inadvertidas en raspados cutáneos.

Si se sospecha una infestación por ácaros, se debe realizar una prueba de respuesta a la terapia. El fármaco más comúnmente utilizado en grandes animales es la ivermectina, que debe usarse simultáneamente con un producto tópico como el sulfuro de cal. En los pequeños animales, la mejor opción es una isoxazolina aprobada para la especie.

El siguiente grupo más importante de enfermedades pruriginosas que se debe excluir son las causas infecciosas de enfermedades de la piel. Estas incluyen infecciones bacterianas (principalmente infecciones estafilocócicas y sobrecrecimiento de Malassezia). Las infecciones concomitantes bacterianas y por levaduras son reconocidas cada vez más como causa frecuente de prurito en perros, gatos y grandes animales. La piodermia bacteriana y el sobrecrecimiento de levaduras están infradiagnosticados en gatos, y puede ser necesaria una respuesta al tratamiento para excluirlos o incluirlos.

Las causas infecciosas de prurito frecuentemente producen signos clínicos de alopecia, descamación, escamas que perforan los pelos, olor y/o seborrea oleosa. Un notable prurito en los pies y el frotado facial son frecuentes en animales con infecciones concomitantes por levaduras y bacterias. Antes de pensar en las alergias como causa del prurito o de realizar una biopsia de piel u otras pruebas diagnósticas más caras y/o invasivas, se deben descartar las infecciones concomitantes bacterianas y por levaduras. Se puede administrar un tratamiento tópico con champú antimicrobiano (clorhexidina al 2 %/miconazol al 2 %) diariamente o en días alternos. La terapia con antibióticos orales debe usarse solo con evidencia de una infección confirmada en el cultivo y las pruebas de sensibilidad. El número de levaduras encontradas en la citología no es relevante en animales con prurito porque es una hipersensibilidad a Malassezia lo que causa el prurito. Los fármacos antimicóticos sistémicos incluyen ketoconazol, 5 mg/kg PO una vez al día (solo perros) e itraconazol, 5 mg/kg PO una vez al día (gatos o perros pequeños). No se debe utilizar fluconazol ni terbinafina.

Es posible que el desencadenante inicial haya pasado hace mucho tiempo o sea estacional. No obstante, si el prurito del animal no está cambiando o solamente está un poco mejor, la causa subyacente más probable es alérgica (asumiendo que las causas parasitarias e infecciosas se han excluido). Las causas más comunes de prurito alérgico son la hipersensibilidad a las picaduras de insectos (p. ej., alergia a las pulgas, alergia a las picaduras de mosquitos, picadura de moscas) y la dermatitis atópica. La alergia alimentaria es menos común como causa única de prurito. La dermatitis alérgica por pulgas y la hipersensibilidad a las picaduras de insectos se excluyen en función de la respuesta al control de insectos.

Los animales que no tienen hipersensibilidad a las picaduras de insectos pero tienen prurito estacional es más probable que tengan una dermatitis atópica. Los animales con alergia prurítica durante todo el año sufren dermatitis atópica o alergia alimentaria. La alergia alimentaria se excluye o se incluye en función de la respuesta a una prueba de dieta y un estímulo provocador. El simple cambio de la dieta no es adecuado, y las dietas hidrolizadas son el tratamiento estándar. La dermatitis atópica es un diagnóstico clínico; las pruebas de alergia in vitro y las pruebas cutáneas intradérmicas muestran solo patrones de exposición a antígenos. Estas pruebas se llevan a cabo para determinar el contenido de una vacuna de inmunoterapia.

Tratamiento del prurito en animales

  • El tratamiento depende de la identificación de la causa subyacente.

El éxito del tratamiento depende de la identificación de la causa subyacente. Los animales con prurito idiopático o aquellos en los que el tratamiento de la enfermedad subyacente no elimina el prurito (p. ej., animales atópicos) requieren tratamiento médico del prurito. Actualmente, las revisiones basadas en la evidencia del tratamiento antipruriginoso no apoyan el uso de antihistamínicos para controlar el prurito.

Ácidos grasos esenciales

Los ácidos grasos esenciales rara vez son eficaces como agentes antipruriginosos únicos y no son adecuados para los brotes agudos de prurito. Si son beneficiosos, es una terapia a largo plazo.

Glucocorticoides

Los glucocorticoides son los fármacos más eficaces en el tratamiento del prurito. No obstante, no pueden utilizarse con seguridad a largo plazo debido a sus efectos adversos (p. ej., supresión de la función adrenal, riesgo de desarrollo de diabetes mellitus, riesgo de infecciones secundarias del tracto urinario). Además, los propietarios rara vez soportan los efectos adversos frecuentes (polidipsia, poliuria, polifagia y jadeo) durante largos periodos de tiempo. Se recomiendan dosis antiinflamatorias de prednisona o prednisolona que varían de 0,5-1,0 mg/kg/día, PO, durante 5-10 días y después en días alternos. Las formulaciones tópicas en aerosol de acetato de triamcinolona son muy eficaces y buenas alternativas a los esteroides orales.

Otros agentes sistémicos antipruríticos

La ciclosporina modificada es un fármaco no esteroideo muy eficaz para el control del prurito. La única formulación que se puede utilizar es la ciclosporina modificada. La dosis es de 5 mg/kg para perros y de 7 mg/kg para gatos. El beneficio máximo puede tardar hasta 30 días en observarse. Una vez establecida la eficacia, se puede intentar reducir la dosis a días alternos. Los efectos adversos frecuentes incluyen vómitos y diarrea (frecuentes) e hiperplasia gingival (menos frecuentes). Otro fármaco para el control del prurito en perros es el oclacitinib, un inhibidor de la cinasa de Janus (JAK) que proporciona un alivio rápido del prurito y la inflamación en perros con enfermedad cutánea alérgica a corto y largo plazo. Los anticuerpos monoclonales son beneficiosos para el tratamiento del prurito en perros.

Puntos clave

  • El prurito es el problema dermatológico más común de los animales.

  • Los parásitos son la causa más común de prurito y, a menudo, la respuesta al tratamiento durante 3-4 meses es la única forma de descartar infestaciones parasitarias.

  • Las infecciones son complicaciones frecuentes del prurito y deben tratarse. Los fármacos sistémicos han de usarse de forma conservadora porque la primera línea de tratamiento es la terapia antimicrobiana tópica.

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