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Descripción general de las cojeras en cerdos

PorJerry L. Torrison, DVM, PhD, DACVPM
Revisado/Modificado dic 2023

En los cerdos, como en otros animales, el término "cojera" se refiere a una marcha anormal. La causa de la cojera en los cerdos puede ser de origen musculoesquelético, neurológico o tegumentario, y puede ser de etiología traumática, infecciosa, nutricional o del desarrollo. Los cerdos afectados pueden estar visiblemente cojos, ser incapaces de levantarse o simplemente estar menos dispuestos a moverse hacia los comederos y bebederos; también pueden apreciarse articulaciones inflamadas o lesiones en las pezuñas. El examen de la cojera en los cerdos implica una evaluación exhaustiva de la instalación y del lote, así como de los animales afectados. Los diagnósticos incluyen necropsia, análisis nutricional y pruebas de enfermedades infecciosas. Dada la naturaleza de la medicina de la producción, el tratamiento de la cojera en los cerdos se dirige más a menudo a un cambio de manejo apropiado para prevenir casos adicionales, más que al tratamiento del animal individual.

La cojera es un problema perenne en la producción porcina en todo el mundo. Aunque la cojera puede estar causada por anomalías congénitas o del desarrollo, la mayoría de las cojeras en animales de producción se deben al dolor asociado con infecciones, lesiones relacionadas con traumatismos o enfermedades metabólicas subyacentes. Por esta razón, la cojera se ha convertido en un área de interés para las auditorías de bienestar animal en explotaciones porcinas.

La cojera también es un problema económico, porque es probable que afecte a la viabilidad, el crecimiento o la reproducción de los cerdos. La cojera en un lote puede afectar negativamente al suministro general de cerdos a través de la línea de producción; por ejemplo, si se pierden animales reproductores debido a una cojera, es posible que no se alcancen los objetivos de partos, o si los cerdos más jóvenes están afectados por una enfermedad musculoesquelética, sus tasas de crecimiento pueden prolongarse y, por tanto, el tiempo de acabado.

Como ocurre con las enfermedades de otros sistemas orgánicos, los problemas de cojera en un explotación porcina requieren un enfoque integral si se quiere llegar a un diagnóstico, de modo que se puedan instituir medidas preventivas o curativas. La comunicación respetuosa, objetiva y oportuna con las partes interesadas es un componente importante del proceso de investigación.

Reseña de las cojeras en cerdos

Los tipos y causas de la cojera en cerdos pueden variar ampliamente según la edad del cerdo y, en menor medida, según el sexo y la raza. Las lesiones traumáticas pueden provocar cojera en cerdos a cualquier edad; sin embargo, algunos tipos de cojera que surgen de causas infecciosas o fisiológicas pueden tener un rango de edad más limitado o un conjunto de circunstancias bajo las cuales se desarrolla la cojera.

Algunos agentes infecciosos pueden afectar y causar cojera en múltiples edades. Por tanto, parte de un abordaje integral del diagnóstico es comprender la reseña no solo del lote de cerdos sometido a evaluación, sino también de otros cerdos que recientemente estuvieron en contacto o en proximidad con el lote afectado.

Además de la reseña de los cerdos afectados en una población, la reseña del lote completo compuesto (es decir, la demografía) también es una consideración importante. Algunos ejemplos de reseña grupal incluyen la proporción de cerdas primíparas en los lotes de partos (porque es más probable que las cerdas transmitan bacterias patógenas a su progenie) y el estado inmunitario del lote con respecto a un patógeno particular, basado en la presencia endémica conocida o el estado de vacunación.

Anamnesis de las cojeras en cerdos

En los casos de cojera, la anamnesis ha de ser minuciosa y debería incluir información sobre la edad de inicio, la presencia de signos clínicos y la evolución de la cojera. La morbilidad y la mortalidad asociadas con cualquier cojera, así como el número de grupos, lotes, naves o edificios que alojan cerdos afectados, son todos relevantes.

La información sobre morbilidad debe incluir los tratamientos y las respuestas observadas. Las tasas de eliminación pueden proporcionar información sobre la morbilidad; sin embargo, las razones registradas para eliminar cerdas son notoriamente inadecuadas.

Los decomisos en el matadero también pueden proporcionar datos objetivos sobre la morbilidad. Los decomisos por anomalías en las extremidades, abscesos articulares o fracturas tienen una relación directa con las estadísticas de cojera. Los decomisos por poliserositis, adherencias o cerdos "caídos" tienen una relación indirecta con las estadísticas de cojera.

Los datos de mortalidad pueden evaluarse como una tasa absoluta o, más útil, como incidencia por fase o semana de producción. Para las cerdas, la puntuación de la condición corporal en el momento de la muerte o la eutanasia puede ayudar a revelar las condiciones subyacentes de la cojera, ya que las causas de la muerte registradas también son propensas a la inexactitud, y las cerdas cojas tienden a perder condición corporal antes de la muerte o la eutanasia.

La investigación de un problema de cojera en una granja también requiere una comprensión del funcionamiento de la granja. Se deben explorar las fuentes, el transporte y la ubicación de los cerdos. La historia de reproductores de reposición es relevante, especialmente si han introducido con origen en nuevos lotes o diferentes líneas genéticas.

Se deben considerar los programas y las prácticas sanitarias actuales. Es importante determinar si se han modificado los protocolos de vacunación o de medicación. Es igualmente importante determinar si los protocolos se han seguido correctamente. Las auditorías de consumo de productos o las pruebas de anticuerpos para los títulos de las vacunas, si están disponibles, pueden usarse como métodos de verificación.

Revisar los programas de nutrición como un posible contribuyente a los problemas de cojera puede ser complejo. Entre las preguntas fundamentales figuran qué raciones se formularon y cómo y dónde se mezclaron y suministraron a los cerdos. Los problemas son relativamente raros pero posibles durante cada etapa del proceso:

  • En la etapa de formulación pueden producirse problemas de cojera; por ejemplo, cuando los valores contables de fósforo son diferentes a las cantidades reales en el producto utilizado, o cuando las actividades de vitamina D o fitasa no están en las concentraciones esperadas debido al almacenamiento, procesado u otros problemas. Estas discrepancias pueden afectar finalmente a la ingestión de calcio y fósforo por parte del animal.

  • En la etapa de mezcla, los molinos pueden tener limitaciones de tiempo que no permiten una mezcla adecuada de los lotes de alimento, por lo que la composición del alimento puede ser desigual o incluso depositarse en el recipiente incorrecto.

  • En el momento del consumo, las diferencias en la densidad del alimento en la gestación de las cerdas pueden dar lugar a sobrealimentación o subalimentación cuando los comederos volumétricos no se ajustan para mantener el ritmo de los cambios de peso y densidad de nutrientes en la ración.

La sospecha de problemas de cojera nutricional se conoce colectivamente como enfermedad ósea metabólica, que suele implicar el metabolismo del calcio, el fósforo o la vitamina D. El diagnóstico requiere la prueba del alimento, los componentes del alimento y su disponibilidad (consúltese Raquitismo).

El personal de la granja desempeña un papel importante en el cuidado de los cerdos en las explotaciones, por lo que es una fuente clave de información y de posibles soluciones a los problemas de cojera. El personal que trabaja con los cerdos también puede contribuir a los problemas de cojera. La observación del entorno laboral y de la interacción entre los cerdos y el personal de la granja puede ayudar a revelar las fuentes de los traumatismos que pueden producirse rutinariamente en la granja. El grado de capacitación, competencia y cumplimiento del personal es un componente importante de la anamnesis.

Es importante comprender las prácticas de higiene de la granja para identificar los riesgos de lesiones y enfermedades (p. ej., superficies resbaladizas o contaminación de los vehículos de transporte). Si se usan camas, determinar las fuentes y su manejo también es importante para caracterizar los riesgos de enfermedad.

Finalmente, revisar los antecedentes de enfermedades anteriores, los informes de diagnóstico y todos los resultados de las pruebas en la explotación son de vital importancia para establecer un punto de partida para una mayor investigación de los problemas de cojera. Si está disponible, el historial de enfermedades entre granjas vecinas puede ayudar a dilucidar los riesgos de enfermedad. Como mínimo, se requiere una revisión de todos los resultados de las pruebas diagnósticas pertinentes para el rebaño específico.

Evaluación clínica de la cojera en cerdos

El diagnóstico de la cojera puede ser complejo. Pueden estar afectados al menos tres sistemas orgánicos (musculoesquelético, nervioso y tegumentario) independientemente o en combinación. Además, existen múltiples tipos de lesiones, factores de riesgo y agentes o enfermedades específicos que pueden actuar secuencial o simultáneamente para contribuir a la expresión de la cojera.

El objetivo de una evaluación clínica exhaustiva en una investigación diagnóstica es caracterizar la cojera mediante un cuidadoso examen ante mortem de individuos y grupos para formular definiciones precisas de casos. La necropsia estratégica y la evaluación de las lesiones macroscópicas también contribuyen a la definición final del caso.

El diagnóstico diferencial de la cojera se determina generando una lista de sospechas de traumatismos primarios o contribuyentes. Las pruebas de laboratorio pueden ser necesarias para confirmar el papel de agentes o procesos patológicos específicos.

La tabla Traumatismos y agentes que afectan a la deambulación incluye algunos de los tipos comunes de lesiones, enfermedades y agentes que pueden considerarse en las investigaciones de la cojera.

Tabla
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El examen de un lote con un problema locomotor debe incluir no solo a los animales o grupos afectados individualmente, sino al entorno en general, los grupos de animales no afectados y los lotes adyacentes a los grupos afectados. La modificación del enfoque de los "cuatro círculos" para las investigaciones de la explotación es útil, especialmente si el veterinario responsable no está familiarizado con la granja.

  • El círculo 1 es el examen de instalaciones para comprender su diseño, los patrones de tráfico, la bioseguridad externa y la impresión general del manejo.

  • El círculo 2 es el examen de las naves individuales para las características ambientales y las prácticas de manejo.

  • El círculo 3 es el examen más detallado de las naves y corrales para proporcionar una idea general de la salud, la actividad y el comportamiento general del lote.

    Las evaluaciones de los corrales uno a uno proporcionan una oportunidad para hacer recuentos o estimaciones de la prevalencia y gravedad de la cojera. Se debe procurar que los cerdos se muevan (en los corrales o en los pasillos), que permanezcan de pie y, si el alojamiento lo permite, que caminen, mientras se observa para detectar indicios de cojera.

    Se debe observar el corral por delante y por detrás de los últimos cerdos en levantarse y los primeros en tumbarse. Se deben anotar los cerdos que aprovechan la alteración causada por la evaluación para acceder al alimento o al agua. Deben observarse la marcha y la postura anormales, la condición corporal (los cerdos delgados son más propensos a la cojera) y los indicios físicos de traumatismo, infección o malformación (hinchazón, vesículas, etc.) en los cerdos individuales.

    Esta etapa del examen debe proporcionar una definición de caso más precisa con la identificación de cerdos cojos representativos.

  • El círculo 4 es el examen clínico en profundidad de cerdos individuales que cumplan con las definiciones de casos emergentes, con el objetivo de identificar las causas específicas de la cojera (p. ej., como en la fotografía del corvejón hinchado).

    La exploración física de los cerdos individuales suele requerir cierta sujeción. Por ejemplo, se puede usar un panel de clasificación para evitar que el cerdo se aleje. Si se necesita más sujeción, los cerdos pequeños se pueden levantar o sujetar manualmente para examinarlos.

    Los cerdos más grandes se pueden atrapar o inmovilizar con cuerdas. La ventaja de este tipo de sujeción es que inmoviliza al cerdo. Las desventajas son que el cerdo se coloca en una postura poco natural, se suele estimular el tono muscular en exceso y por lo general se necesita la ayuda de personas adicionales.

    La anestesia es otro medio posible de mayor sujeción. La ventaja es que los músculos están relajados, permitiendo la manipulación de estructuras esqueléticas como posibles fracturas. Además, se puede evaluar la masa muscular, se pueden realizar punciones articulares u otros procedimientos diagnósticos y se pueden realizar evaluaciones más extensas, como radiografías u otras exploraciones, si están justificadas. Las desventajas son que se han de manejar las sustancias controladas utilizadas como anestésicos, que se exigen periodos de retirada y que el manejo de la recuperación de la anestesia con otros cerdos presentes o en instalaciones que pueden no estar preparadas para estos procedimientos puede ser complicado.

    En ocasiones, las explotaciones pueden tener mangas elevadoras para inmovilizar a los verracos, cerdas y primíparas para el recorte de pezuñas u otros procedimientos. Las mangas elevadoras permiten una buena sujeción con pleno acceso a las pezuñas y la parte inferior de las extremidades.

    Un examen físico general de un cerdo individual para detectar la cojera requiere un proceso completo, sistemático y consistente por parte de los clínicos individuales. Un abordaje es proceder de abajo hacia arriba y de delante hacia atrás del cerdo. Primero se evalúan las pezuñas, seguidas de las extremidades y el torso, en una progresión de adelante hacia atrás.

Las pezuñas se pueden examinar más fácilmente cuando el cerdo está tumbado lateralmente o se eleva (manualmente para cerdos pequeños o usando una manga mecánica para cerdas). Existen guías estandarizadas para clasificar las lesiones de la pezuña por tipo. La prevalencia y la gravedad de las lesiones de las patas en un rebaño de cerdas pueden estimarse puntuando las patas usando un muestreo estadístico. El uso de una buena linterna es de ayuda para la valoración de lesiones de las pezuñas.

Puede ser necesario limpiar las pezuñas de los cerdos alojados en suelos sin rejilla. La exploración de las lesiones recortando con un cuchillo para pezuñas, cortauñas o esmeriladora requiere una sujeción adecuada y protocolos de seguridad.

Las lesiones de las pezuñas están bien definidas; sin embargo, no siempre se relacionan con la cojera en cada cerdo, porque el dolor asociado con las lesiones de las patas depende de la exposición o infección de los tejidos sensibles subyacentes a la pezuña, el talón y la suela de las pezuñas.

Se debe utilizar un abordaje consistente para palpar y manipular extremidades y articulaciones. Como se indica en la descripción del círculo 4 anterior, la cantidad y el tipo de sujeción dependen del tamaño del cerdo y de otras consideraciones logísticas.

Deben observarse los signos cardinales de inflamación: calor, hinchazón, dolor y enrojecimiento. Deben evaluarse la fuerza, la amplitud de movimiento, la crepitación y la distribución del peso. Las articulaciones rodeadas de masa muscular (p. ej., cadera, rodilla, hombro) requieren una palpación profunda, que puede no ser posible en cerdos grandes y muy musculosos.

La fractura de la cabeza del fémur, una causa común de las cerdas caídas, es difícil de diagnosticar ante mortem porque la cadera está enterrada bajo una gran masa muscular. Incluso la artritis infecciosa en la rodilla, un sitio comúnmente afectado por Mycoplasma hyosynoviae, se puede pasar por alto en cerdos individuales en un examen superficial.

El torso puede evaluarse y palparse en busca de masa muscular, tono y simetría; las costillas deben examinarse en busca de evidencia de fracturas o engrosamiento nudoso (rosario raquítico). La columna vertebral puede palparse y examinarse en busca de cifosis.

Algunas de las enfermedades más frecuentes que afectan a huesos, articulaciones y músculos se describen en las tablas Enfermedades de los huesos y las articulaciones y Disfunción locomotora asociada con el sistema muscular.

Tabla
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La exploración neurológica está indicada en los casos en los que se sospecha una enfermedad neurológica. La exploración debe realizarse de forma similar a la de los perros, las vacas y los caballos (consúltese Exploraciones físicas y neurológicas).

Necropsia y recogida de muestras

El examen post mortem de cerdos cojos es a menudo necesario para tener confianza en un diagnóstico en un lote con problemas de cojeras. La necropsia de campo de lechones neonatos, lactantes y en crecimiento es relativamente fácil de realizar. Sin embargo, para los cerdos de cebo más grandes, las primíparas, las cerdas y los verracos, el proceso es laborioso debido al tamaño del animal y a la necesidad de examinar numerosas articulaciones y huesos, incluyendo la médula espinal.

El examen de un mayor número de cerdos mejora las posibilidades de caracterizar con precisión las causas de la cojera. Abrir las articulaciones en cerdos muertos que pueden no ser candidatos óptimos para el muestreo diagnóstico es una buena práctica; puede ayudar a dirigir los esfuerzos diagnósticos cuando se dispone de cerdos más adecuados.

Con una anamnesis completa, evaluaciones clínicas cuidadosas y la detección de lesiones macroscópicas, deben surgir una o más definiciones de caso. Las definiciones de casos impulsan la formulación y priorización de los diagnósticos diferenciales: los agentes y factores de riesgo que son posiblemente causantes y de los que se sospecha que son primarios o secundarios.

La confirmación diagnóstica suele necesitar algunas pruebas de laboratorio, incluida la detección del agente con lesiones microscópicas compatibles.

Lo ideal es que las muestras para las pruebas de laboratorio de las necropsias de campo en la explotación se recojan de tres cerdos eutanasiados, no medicados y gravemente afectados, con signos clínicos característicos que se ajustean a las definiciones de caso. Las muestras deben empaquetarse e identificarse individualmente para cada cerdo. Es conveniente la comunicación proactiva con un laboratorio de diagnóstico para determinar el rango y los tipos apropiados de muestras para las pruebas de laboratorio.

Otra opción es enviar a los cerdos recién eutanasiados o vivos, no medicados y afectados de forma aguda a un laboratorio de diagnóstico de servicio completo. Este abordaje puede mejorar la precisión diagnóstica, especialmente cuando están implicados múltiples agentes o el diagnóstico diferencial es complejo. Este abordaje también aumenta las probabilidades de aislar con éxito las bacterias causales, que son necesarias para las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos o la producción de vacunas autógenas.

Los laboratorios de diagnóstico tienen las instalaciones y el personal para realizar disecciones más completas y cuidadosas de las articulaciones, la columna vertebral y el cerebro de cerdos de cualquier edad. Estos envíos deben ir acompañados de una comunicación clara de una anamnesis exacta y una lista de diagnósticos diferenciales para asegurar el muestreo, las pruebas y la interpretación de los resultados.

Los pasos para la necropsia de campo y el muestreo de cerdos cojos incluyen los siguientes:

  1. Recoger suero y sangre completa en hielo.

  2. Examinar las articulaciones (p. ej., carpo, codos, hombros, corvejones, rodillas, coxofemoral, intervertebral):

    • Limpiar el área o quitar la piel antes de intentar la recolección de líquido sinovial con jeringa y aguja. Alternativamente, abrir la articulación con instrumentos limpios y recoger el líquido sinovial o un hisopo de cualquier exudado sospechoso (v. fotografía de recolección de líquidos).

    • Recoger la membrana sinovial y el tejido conectivo anómalo, refrigerados y en formol. En los cerdos más pequeños, a menudo es más fácil lavar o quitar la piel y colocar la articulación intacta en hielo.

  3. Si se sospecha afectación del cerebro o de la médula espinal, realizar lo siguiente:

    • Recoger LCR con jeringa y aguja, utilizando un abordaje dorsal desde un lugar limpio o sin piel. Como alternativa, se extrae la lengua y las vísceras faríngeas para exponer la articulación atlantooccipital y se recoge el LCR mediante un abordaje ventral.

    • Desarticular la cabeza; cuidadosamente coger un hisopo de las meninges mientras se abre la articulación atlantooccipital.

    • Sacar el cerebro con una sierra o hacha; recoger el cerebro, el cerebelo y el tronco encefálico intactos, la mitad en formol y la otra mitad refrigerados.

    • Alternativamente, enfriar rápidamente la cabeza para su envío intacta.

  4. Abrir las cavidades torácica y abdominal para exponer los órganos internos:

    • Recoger fibrina de las superficies serosas con hisopos si están presentes.

    • Recoger cortes frescos de bazo, nódulos linfáticos, corazón, riñones o pulmones si las lesiones macroscópicas son evidentes o si es relevante para las pruebas de agentes incluidos en el diagnóstico diferencial.

    • Los tejidos frescos deben ser cubos de ≥2 a 3 cm en hielo; también se recogen trozos de 1 cm fijados en formol para el examen histológico.

    • Recoger hígado fresco, que es útil si es necesaria la química analítica.

  5. Examinar y recoger los huesos a medida que estén disponibles:

    • Las costillas en cerdos sanos >5-6 semanas de edad no deben doblarse antes de romperse con un chasquido. Recoger dos o tres costillas intactas si se sospecha enfermedad ósea metabólica.

    • Enviar las fracturas y los huesos con sospecha de osteomielitis, deformidades, callosidades o placas de crecimiento inflamadas intactas y frías.

    • Examinar todas las articulaciones abiertas para detectar cualquier superficie articular anormal. Enviar cualquier articulación o hueso afectado o lesiones sospechosas congeladas.

    • Basar la selección de huesos para el análisis de densidad y cenizas en la recomendación del laboratorio de análisis.

  6. Recoger muestras de músculo si se sospecha afectación muscular:

    • Las muestras preferidas son cortes frescos y fijados de cualquier lesión macroscópica o diafragma, músculo semimembranoso, músculo longísimo y corazón.

  7. Recoger la médula espinal si hay signos del SNC o se sospecha afectación bilateral con paresia o parálisis:

    • Examinar los músculos y los tejidos conectivos en busca de lesiones macroscópicas a medida que se extraen de la columna vertebral.

    • Retirar la médula espinal con una sierra, un hacha o un dispositivo de descornado de Barnes.

    • Recoger porciones de la médula de las áreas cervical, torácica y lumbar en secciones de 5 cm en formol y enfriar el resto.

    • Alternativamente, presentar toda la columna vertebral o partes (dos o tres vértebras de cada una de las áreas cervical, torácica y lumbar) congelada.

  8. Recoger y conservar muestras adicionales de la granja que pueden ser relevantes (p. ej., alimento, agua, componentes de la ración, premezcla de vitaminas o minerales).

La evaluación de los problemas de cojera en mataderos no suele ser productiva, porque las líneas de procesado van demasiado rápido para evaluar todos los elementos del sistema musculoesquelético y no todas las articulaciones pueden examinarse a fondo. A veces puede haber disponibles canales decomisadas o de cerdos "lentos o caídos" para su examen. Algunos mataderos están dispuestos a cooperar en proyectos específicos para recuperar extremidades inferiores con fines de investigación, si se les solicita.

Pruebas diagnósticas

Las muestras recogidas ante mortem para pruebas de laboratorio pueden ser útiles, pero su alcance es limitado.

  • Las vesículas en las bandas coronarias o en el hocico siempre deben buscarse utilizando protocolos recogidos en la normativa. Los aspirados o frotis de vesículas pueden recogerse simultáneamente para la detección de otros virus.

  • El líquido sinovial y los aspirados con aguja de masas fluctuantes pueden recogerse para la detección microbiológica y la citología.

  • El suero, la sangre completa, el alimento y el agua pueden ser útiles para la analítica clínica, la detección de ciertos agentes relevantes o la química analítica.

Las pruebas de diagnóstico molecular, como la PCR, son muy sensibles y muy específicas. Por tanto, muchos de los agentes endémicos comunes potencialmente patógenos (y algunas vacunas) se detectan fácilmente, aunque algunas variantes pueden pasar desapercibidas.

La distinción entre la presencia de un agente endémico benigno y una variante patógena de ese agente requiere la presencia de lesiones macroscópicas y microscópicas compatibles, junto con los signos clínicos típicos. El examen histológico también puede implicar a agentes que no se detectan en una muestra particular o que no se buscaron mediante pruebas.

Confirmar la presencia y el papel causal de un agente ofrece una comprensión más precisa de la exposición y la transmisión con la que desarrollar estrategias de control más efectivas para agentes específicos.

El cultivo bacteriano es necesario para las pruebas de sensibilidad a los antimicrobianos y la producción autógena de bacterinas.

La química analítica del hueso (p. ej., densidad, cenizas, calcio, fósforo) no suele diagnosticar la causa; sin embargo, puede ofrecer apoyo a las observaciones clínicas o anatomopatológicas en casos de sospecha de enfermedad metabólica ósea.

El análisis del alimento debe interpretarse con cuidado por las variaciones entre las fuentes de las muestras, los lotes, la mezcla y el suministro en los comederos. El alimento actualmente presente puede no representar el alimento de los lotes de las semanas o meses anteriores. Algunas fábricas de alimentos y explotaciones retiran rutinariamente muestras de cada lote por esta razón.

Es importante recoger y conservar todas las muestras relevantes durante la investigación inicial del lote para asegurarse de que se dispone de muestras adecuadas en caso de que sea necesario realizar pruebas adicionales.

El diagnóstico final del lote es competencia del veterinario responsable, que tiene acceso y conocimiento directo de toda la información cualitativa y cuantitativa disponible, incluyendo la anamnesis, los signos clínicos, las lesiones macroscópicas, las definiciones de casos y los resultados de laboratorio. Un diagnóstico preciso y la identificación de cualquier factor de riesgo contribuyen al éxito de las estrategias de intervención.

Entorno y manejo de las cojeras en cerdos

El manejo ambiental de los cerdos es fundamental para los problemas potenciales de cojera, e incluye el alojamiento, el mantenimiento de las instalaciones, la limpieza y las prácticas de alojamiento o agrupación. El tipo de suelo es un determinante importante de la cojera en los cerdos, y todos los tipos tienen formas de cojera asociadas:

  • Los lotes en tierra y pastos pueden variar desde demasiado secos hasta demasiado húmedos, lo que provoca grietas verticales en las paredes de las pezuñas o infecciones en los pies, o pueden servir como fuente de bacterias que causan artritis infecciosa, como Erysipelothrix rhusiopathiae en las camas de paja.

  • Los suelos compactos, parcialmente enrejados y completamente enrejados también tienen ventajas y desventajas relativas en cuanto a las cojeras asociadas.

Además del tipo de suelo, su estado de conservación tiene una influencia considerable sobre el efecto en la cojera. Los agujeros, huecos y bordes afilados en los pisos de hormigón pueden traumatizar las pezuñas y la parte inferior de las patas. La superficie del suelo puede no ser suficientemente abrasiva, lo que hace que el suelo sea resbaladizo y provoca lesiones, o puede ser demasiado abrasiva, desgastando las pezuñas y favoreciendo el sobrecrecimiento del talón.

La limpieza y la humedad son factores adicionales a evaluar. La acumulación de heces en las áreas de descanso puede producir infecciones en los pies, y el exceso de humedad de los sistemas de enfriamiento por nebulización puede conducir al reblandecimiento de las pezuñas, a grietas en las paredes de los cascos y a un desgaste excesivo.

Las interacciones entre los cerdos también son factores importantes a evaluar. El origen y la mezcla de poblaciones de cerdos aisladas pueden influir en que las enfermedades infecciosas se mantengan endémicas dentro de la población o se conviertan en brotes epidémicos; los cerdos pueden volverse sensibles con el tiempo a medida que la inmunidad materna disminuye y quedan expuestos al mezclarse con cerdos de origen externo.

La densidad de población y el espacio para que los animales muestren comportamientos sociales pueden influir en el grado de comportamiento social agresivo dentro de los lotes de cerdos. La distancia que los cerdos deben recorrer para acceder al alimento y al agua, así como las condiciones del espacio, pueden afectar al desgaste de las pezuñas y a los traumatismos en las articulaciones.

El tamaño y la estabilidad del lote también influyen en el desarrollo de la cojera.

  • Las cerdas alojadas en establos individuales están restringidas en términos de movimiento; sin embargo, tienden a desarrollar menos problemas de cojera que las cerdas confinadas en lotes.

  • Los cerdos mantenidos en lotes muy grandes tienen menos interacciones agresivas que los cerdos alojados en lotes pequeños.

  • La clasificación de los cerdos en crecimiento para permitir una mayor variación de tamaño dentro de los corrales puede disminuir el tiempo necesario para que las estructuras sociales se establezcan en el momento del destete o del reagrupamiento.

Nutrición y cojeras en cerdos

El desarrollo del esqueleto en cerdos se puede ver afectado por deficiencias nutricionales en un periodo de tiempo relativamente corto, especialmente considerando las expectativas para un crecimiento rápido y el desarrollo muscular en los cerdos híbridos modernos. Es posible que los problemas iniciales en el ciclo de producción se reflejen como un crecimiento óseo anormal en los cerdos en transición o crecimiento. Las deficiencias recurrentes o aquellas que se producen más tarde en la fase de finalización pueden provocar debilidad de los huesos en cerdos destinados al matadero o como reposición para la reproducción.

Durante la fase de crecimiento de los cerdos, el objetivo del programa nutricional debe ser el de garantizar el desarrollo de un esqueleto fuerte, para que la incidencia de fracturas óseas espontáneas en las fases finales de cebo o durante el proceso de sacrificio sea baja y así evitar un gran número de desechos o la eliminación de las canales.

Las fracturas del fémur, el húmero, las costillas o las vértebras de los cerdos pueden inducirse por fuertes contracciones musculares durante el proceso de sacrificio y pueden aparecer ocasionalmente como artefactos post mortem. Sin embargo, la detección de fracturas múltiples o frecuentes en un lote debe levantar sospechas de enfermedad ósea metabólica. Los signos clínicos de hipocalcemia pueden desarrollarse antes del sacrificio de los cerdos y pueden incluir cojera, fractura en espiral del fémur, debilidad de la pata y paresia posterior, postración y pedaleo e incluso muerte súbita.

Las lesiones en las patas pueden causar cojera, especialmente en los cerdos reproductores. La excesiva dureza del agua o las altas concentraciones de hierro o metales pesados en el agua pueden antagonizar la absorción de oligoelementos, lo que da lugar al desarrollo de lesiones en las patas. Las dietas deben estar cuidadosamente equilibradas en macronutrientes y oligoelementos, así como en vitaminas clave, como la vitamina D y la biotina.

Causas bacterianas frecuentes de cojera en cerdos

Una variedad de bacterias puede causar o contribuir a la cojera en cerdos de todas las edades (consúltese la tabla Agentes bacterianos comunes asociados con la cojera). A continuación se analizan varios de los agentes más frecuentes asociados con los brotes de cojera.

Existe una variación considerable entre y dentro de los géneros y especies de bacterias que colonizan a los cerdos, así como en la virulencia de los patógenos que infectan a los cerdos, la expresión de epítopos protectores importantes para la inmunidad y la eficacia de la inmunidad materna o inmunidad activa, ya sea por colonización o vacunación. Esta complejidad de matices se magnifica cuando están presentes múltiples factores de riesgo y coinfecciones, como es frecuente en la medicina de poblaciones.

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Streptococcus suis

Consúltese también infección por Streptococcus suis en cerdos.

Las infecciones estreptocócicas son un problema importante para la industria porcina en EE. UU., particularmente la enfermedad causada por Streptococcus suis, que también es zoonótica. S suis reside en la nasofaringe, es un oportunista en la neumonía y es una causa frecuente de sepsis. Con la sepsis, S suis causa no solo artritis, sino también graves brotes de meningitis y poliserositis supurativa. La lesión predominante en las articulaciones es la sinovitis fibrinopurulenta (v. fotografía de sinovitis). Los brotes pueden darse en lechones lactantes o cerdos en acabado; sin embargo, son mucho más frecuentes y graves en las fases posdestete y de lactancia.

El diagnóstico de la infección estreptocócica se basa en el aislamiento bacteriano y, lo que es más importante, la evaluación histológica de los tejidos afectados (p. ej., membrana sinovial, cerebro, médula espinal, superficies serosas) porque S suis es bastante diversa en virulencia y es un contaminante común.

El tratamiento de la infección estreptocócica se basa en la administración precoz y agresiva de antimicrobianos según los datos de sensibilidad antimicrobiana.

El abordaje para prevenir y controlar la infección estreptocócica es completo. Esto incluye, sin limitarse a controlar las infecciones víricas primarias, prestar atención a la mezcla de fuentes, garantizar una nutrición adecuada y establecer la inmunidad de rebaño en los lotes de cerdas mediante la aclimatación adecuada de las cerdas jóvenes.

En algunos cerdos, unas cantidades marginales o deficientes de micronutrientes (p. ej., vitaminas A, D y E, así como algunos oligoelementos) pueden ser factores de riesgo para aumentar la sensibilidad a la expresión de la enfermedad estreptocócica.

S suis muestra una considerable diversidad de antígenos y virulencia dentro de las especies. Por esta razón, a menudo se intenta la vacunación estratégica con productos autógenos, con el objetivo de proporcionar una inmunidad más específica; sin embargo, la eficacia varía considerablemente. Otros estreptococos (p. ej., S porcinus, S dysgalactiae equisimilis, S equi zooepidemicus, entre otros) son a menudo oportunistas en las infecciones articulares y también pueden inducir lesiones piógenas en todo el organismo. S equi zooepidemicus puede causar brotes graves de sepsis, con una mortalidad elevada.

Glaesserella parasuis

Consúltese también Enfermedad de Glässer en cerdos.

Glaesserella parasuis causa signos clínicos y lesiones muy similares a las resultantes de la infección por S suis. Estos signos pueden ser bastante graves en poblaciones sin experiencia inmunitaria previa. La expresión de la enfermedad es una amenaza a lo largo de las etapas posdestete y de crecimiento-acabado, y se dan ocasionalmente en adultos jóvenes o reproductores mezclados.

Existe una considerable diversidad antigénica dentro de los serotipos de G parasuis y entre ellos. Por tanto, este agente causa una enfermedad particularmente grave cuando se mezclan poblaciones de diferentes fuentes o con nuevas introducciones de reproductores. Los brotes se ven exacerbados por el estrés ambiental y las coinfecciones víricas.

Como S suis, G parasuis es un agente endémico en la mayoría de las explotaciones porcinas, y los mismos comentarios generales sobre diagnóstico, tratamiento y control mencionados anteriormente para S suis se aplican también a G parasuis.

G parasuis es exigente y a veces difícil de aislar de las muestras de campo; por tanto, la prueba de PCR se utiliza frecuentemente para la detección y se combina con el examen histológico de las lesiones típicas para confirmar un papel causal.

Las vacunas están disponibles comercialmente; sin embargo, la diversidad de cepas de G parasuis a menudo requieren el uso de productos autógenos para mejorar su eficacia.

Mycoplasma hyorhinis

Mycoplasma hyorhinis es un agente infeccioso endémico muy común en los cerdos y puede ser clínicamente silencioso dentro de los lotes. La enfermedad se manifiesta con mayor frecuencia durante la fase de destete y el periodo de cría.

El signo clínico predominante de infección por M hyorhinis es la cojera o el malestar, con lesiones macroscópicas de poliserositis y artritis fibrinosa prominentes; la meningitis es poco frecuente con este agente.

Algunos cerdos son colonizados por M hyorhinis de sus madres en la fase de lactancia, y la transmisión lateral también puede darse a medida que disminuye la inmunidad materna.

La alteración de la inmunidad de rebaño con prácticas modernas de producción, incluidas las estrategias de eliminación de Mycoplasma hyopneumoniae, pueden contribuir a aumentar la expresión de la enfermedad. Además, los factores de riesgo son probablemente similares a los mencionados anteriormente para S suis y G parasuis.

M hyorhinis puede detectarse a partir de las lesiones por PCR o cultivo, con diagnóstico confirmado por hallazgos histológicos compatibles.

Debido a que Mycoplasma spp carecen de una pared celular, el tratamiento requiere antimicrobianos que sean apropiados para los micoplasmas (p. ej., tilosina, lincomicina, tetraciclinas) y se basa en datos actuales o históricos de sensibilidad antimicrobiana.

Hay vacunas comerciales y autógenas frente a M hyorhinis disponibles que son beneficiosas en algunos casos. Al igual que ocurre con las infecciones por otras bacterias endémicas analizadas en esta sección, el control de las coinfecciones víricas y la atención a los detalles de la nutrición, el entorno y el tratamiento son importantes en la prevención de la enfermedad clínica.

Actinobacillus suis

Actinobacillus suis es la cuarta bacteria relativamente frecuente que puede causar poliserositis, sepsis e infecciones articulares, así como neumonía. La enfermedad tiende a ser menos frecuente y más aguda, y a menudo se produce como una enfermedad porcina individual esporádica o en pequeños brotes asociados con otras fuentes de estrés o coinfecciones víricas (de nuevo, similares a los mencionados para otros agentes de poliserositis).

El reconocimiento precoz y el tratamiento antimicrobiano agresivo pueden ser eficaces frente a A suis. La búsqueda y el control de los factores de riesgo es la primera prioridad para el control y la prevención de la infección. Cuando los casos están en curso, las vacunas autógenas pueden tener valor.

Se ha descrito con poca frecuencia que Pasteurella multocida cause signos y lesiones similares a las provocadas por A suis. Actinobacillus pleuropneumoniae causa muertes súbitas, neumonía y pleuritis fibrinosa; sin embargo, no suele asociarse a artritis o cojera articular.

Mycoplasma hyosynoviae

Mycoplasma hyosynoviae es un comensal común y por lo general endémico en la mayoría de las explotaciones porcinas.

Las madres infectadas pueden ocasionalmente infectar a las crías, que luego sirven como fuente de transmisión lateral a las cohortes en las etapas de crecimiento y acabado. La inmunidad materna probablemente mantiene baja la transmisión hasta el destete, con una transmisión gradual entre cohortes y la expresión de la enfermedad más comúnmente en cerdos de 12-26 semanas de edad.

M hyosynoviae habitualmente coloniza la nasofaringe, y el estrés o la disminución de la inmunidad permiten una bacteriemia transitoria y, a veces, la localización del microorganismo en la membrana sinovial.

Por lo general, la morbilidad asociada a la infección por M hyosynoviae es de baja a moderada; sin embargo, la morbilidad puede exceder el 50 % cuando se exponen grupos de cerdos sin exposición previa. La tasa de mortalidad por infección es muy baja; sin embargo, los cerdos cojos se quedan atrás o desarrollan infecciones secundarias, lo que da lugar a pérdidas en el mercado o al sacrificio.

Clínicamente, la cojera aguda debida a la infección por M hyosynoviae dura unos 10 días en cerdos sensibles o reproductores. La expresión clínica de la artritis se exacerba por traumatismos, transporte u otros factores de estrés y riesgo comunes. Los cerdos afectados están afebriles, con dolor en las articulaciones principales (p. ej., codos, rodillas, corvejones) e hinchazón blanda y fluctuante de las articulaciones.

En la necropsia, las lesiones por M hyosynoviae se limitan a las articulaciones, sobre todo las rodillas, e incluyen un exceso de líquido sinovial transparente y amarillo que puede contener escamas de fibrina. La poliserositis y la neumonía no son características de esta enfermedad. La membrana sinovial puede estar engrosada por una evidente hipertrofia de las vellosidades. Las superficies articulares y los tejidos periarticulares no acostumbran a estar afectados.

Como oportunista endémico, M hyosynoviae puede detectarse simultáneamente con otras lesiones articulares, como traumatismos u osteocondrosis, con un efecto aparentemente aditivo.

El diagnóstico definitivo se basa en la detección por PCR de M hyosynoviae en la membrana sinovial o en el líquido sinovial recogido de los cerdos afectados de forma aguda, acompañado de un examen histológico de la membrana sinovial para confirmar lesiones compatibles.

A diferencia de la erisipela, la infección por M hyosynoviae no se puede tratar con penicilina. Sin embargo, los cerdos afectados a menudo responden a la tilosina, la lincomicina, la tiamulina o la tetraciclina.

No suele haber vacunas disponibles frente a M hyosynoviae.

Erysipelothrix rhusiopathiae

Consúltese también Erisipela porcina.

La infección por Erysipelothrix rhusiopathiae, o erisipela, se puede producir en cerdos a todas las edades. Sin embargo, los brotes son más comunes en cerdos en crecimiento y acabado. Los signos clínicos y la gravedad de la enfermedad están directamente relacionados con la cantidad de inmunidad pasiva o activa presente en los cerdos individuales.

La erisipela aguda en los lechones lactantes y los lechones jóvenes se suele producir cuando las cerdas carecen de inmunidad o cuando la transferencia pasiva de la inmunidad falla, es decir, cuando las prácticas de inmunización del lote son deficientes.

La erisipela se suele manifestar como sepsis aguda, con fiebre, cianosis de las extremidades y progresión rápida a la muerte. La necropsia puede revelar esplenomegalia o hemorragias focales en riñones o nódulos linfáticos, pero poco más de importancia diagnóstica. El aislamiento bacteriano o la prueba de PCR del bazo, la membrana sinovial u otros tejidos confirman el diagnóstico.

En la fase de cría, la erisipela aguda tiene una presentación similar a la de los lechones lactantes, con sepsis, fiebre, cianosis, las lesiones macroscópicas agudas mencionadas anteriormente y, a menudo, exceso de líquido sinovial. Las lesiones cutáneas en forma de diamante y la artritis son menos frecuentes a esta edad que en los animales de más edad. Las infecciones pueden ser subclínicas, pero posteriormente se manifiestan como endocarditis valvular o artritis proliferativa crónica.

La mayoría de los brotes clínicos de erisipela se producen en el periodo de crecimiento-acabado, y es más probable que estos brotes muestren los signos clínicos típicos de la enfermedad aguda. Los signos clínicos incluyen muerte súbita, fiebre, letargo, postración, vocalización y dolor cuando se empuja a moverse, así como, por lo general, tumefacción de las articulaciones, que contienen abundante líquido sinovial menos viscoso.

Las infecciones subagudas por erisipela (2-3 días) pueden desarrollar lesiones cutáneas romboides (en forma de diamante) (urticaria); la piel afectada puede desprenderse posteriormente en casos graves. Si no hay intervención, los cerdos afectados de forma crónica pueden desarrollar rótulas o corvejones tumefactos y duros como resultado de una artritis proliferativa con hipertrofia de las vellosidades y fibrosis de la membrana sinovial, acompañada de una marcha dolorosa. Con menor frecuencia puede producirse endocarditis valvular o discoespondilitis; esta última es importante en verracos y cerdas y puede interferir con la reproducción.

La erisipela en los lotes de cerdas en acabado tardío puede, pero a menudo no lo hace, mostrar signos clínicos agudos típicos. Las infecciones agudas pueden ser subclínicas y, por ello, pasar desapercibidas hasta que se observan lesiones cutáneas romboides características, tanto por parte de los cuidadores como por los inspectores del matadero. Aunque los cerdos parecen estar sanos, las lesiones cutáneas típicas provocan el decomiso de las canales.

La confirmación de la infección por E rhusiopathiae es complicada en muchos casos subagudos a crónicos; sin embargo, casi todos los casos se confirmarán como erisipela si se procede decididamente. Rara vez se han descrito lesiones urticarianas romboides con infecciones por otras bacterias, como A suis.

El aislamiento del microorganismo causal es importante para un diagnóstico definitivo de erisipela y tiene más éxito cuando las muestras se recogen durante la fase aguda de la enfermedad. Los cerdos no tratados se someten a necropsia y se cultivan el líquido articular, la membrana sinovial y el bazo. La prueba de PCR de lesiones subagudas o crónicas puede usarse a veces para confirmar la presencia de la bacteria en casos crónicos.

E rhusiopathiae y otras Erysipelothrix spp pueden residir de forma subclínica en las amígdalas. Por tanto, la detección del microorganismo por PCR de muestras de superficies mucosas, amígdalas o el medio ambiente no confirma la enfermedad.

El tratamiento oportuno de los casos agudos de erisipela con penicilina, con o sin antisuero frente a la erisipela, puede ser muy eficaz; la respuesta rápida a la inyección es una ayuda diagnóstica. En los brotes también se justifica la administración concomitante de vacunas muertas. También son útiles otros antimicrobianos; la selección del tratamiento debe basarse en pruebas de aislamiento y sensibilidad a los antimicrobianos.

La vacunación adecuada con microorganismos modificados vivos o muertos controla eficazmente la erisipela en la mayoría de las explotaciones porcinas. Los brotes suelen estar relacionados con el incumplimiento o con protocolos de vacunación inadecuados más que con cambios en la virulencia del microorganismo causante o en la naturaleza de la enfermedad. Por tanto, cualquier investigación del problema debe comenzar con una anamnesis detallada para asegurarse de que las cerdas se han vacunado regularmente.

La vacunación de las cerdas a menudo no es suficiente para prevenir la enfermedad en los cerdos en crecimiento y acabado en explotaciones endémicas o en explotaciones conocidas por estar en riesgo. Por tanto, la vacunación durante la fase de lactancia-crecimiento está a menudo justificada.

Agentes víricos que afectan a la locomoción en cerdos

Muchos agentes víricos contribuyen directa o indirectamente a los brotes de cojera en cerdos de todas las edades. En particular, las enfermedades víricas vesiculares pueden causar cojera en los cerdos reproductores y en crecimiento. La fiebre aftosa, el virus del valle de Seneca, la enfermedad vesicular porcina, la estomatitis vesicular y el exantema vesicular se ajustan a este cuadro clínico. La preocupación por la fiebre aftosa significa que cualquier episodio de enfermedad vesicular en cerdos justifica una investigación diagnóstica completa que involucre a los profesionales que redactan la normativa.

La prevalencia y la gravedad de los signos clínicos varían entre los virus que afectan a la locomoción del cerdo.

La infección con otros agentes víricos puede ser un factor de riesgo para una mayor sensibilidad a las infecciones bacterianas o puede afectar directamente a la deambulación, por lo general a través de efectos sobre el sistema nervioso (consúltese la tabla Agentes víricos que pueden contribuir a la expresión de cojera o ataxia). La prevención o vacunación frente al virus del síndrome reproductivo y respiratorio porcino (PRRSV), el circovirus porcino 2 (PCV-2) y el virus de la pseudorrabia (VPR), así como posiblemente el virus de la influenza A (VIA), es importante para mitigar el impacto de estos agentes como factores de riesgo.

Tabla
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Varios tipos diferentes de virus, históricamente denominados enterovirus, pueden afectar directamente a la deambulación en los cerdos al infectar la médula espinal o el tronco encefálico, particularmente en lotes sin experiencia inmunitaria. Según la localización de las lesiones, los signos clínicos varían desde debilidad bilateral de las extremidades posteriores o de las extremidades anteriores hasta paresia posterior, parálisis o ataxia. La mayoría de los cerdos afectados están afebriles y permanecen alerta. Varios de estos enterovirus ahora se clasifican en el género Sapelovirus o Teschovirus.

El diagnóstico requiere el envío de la médula espinal y el tronco encefálico para el examen histológico y la detección del virus.

No se dispone de vacunas registradas frente a agentes víricos que causan cojera en los cerdos; faltan datos sobre la eficacia de los productos autógenos. Por lo general, los signos clínicos asociados a estos virus disminuyen con el inicio de la inmunidad de rebaño. Al igual que con otros agentes endémicos, a menudo se recomienda una adecuada aclimatación de las cerdas jóvenes y evitar las mezclas.

Consideraciones terapéuticas en la cojera en cerdos

Las prácticas y condiciones de producción para los cerdos en crecimiento están cambiando constantemente. En algunas áreas, la cría de cerdos se está volviendo más intensiva; en otras, más extensiva. Estos cambios pueden alterar la epidemiología de las enfermedades, planteando tanto un reto como una oportunidad para intervenir de manera más efectiva a la hora de disminuir las cojeras a través de prácticas de bioseguridad, así como para mejorar el manejo, el entorno y la nutrición.

Sin embargo, el panorama normativo para el uso de productos para tratar o prevenir la cojera es una consideración principal. Esto se aplica no solo a las normativas federales sobre el uso de antimicrobianos y analgésicos, sino también a diversas restricciones vigentes en programas o contratos de marketing comercial. Por tanto, el tipo de producto, dosis, forma y uso de cualquier producto debe considerarse cuidadosamente a la luz de la normativa pertinente para las jurisdicciones en las que los cerdos se crían y comercializan. El uso de cualquier fármaco en cerdos debe cumplir con los tiempos de espera recomendados por el fabricante o exigidos por la normativa.

Los cerdos con enfermedad bacteriana infecciosa aguda suelen necesitar un tratamiento parenteral agresivo y oportuno con un antimicrobiano eficaz. La selección inicial del tratamiento se suele basar en un diagnóstico provisional y en la experiencia del clínico, hasta que estén disponibles los resultados de la necropsia, los resultados de las pruebas diagnósticas y los perfiles de sensibilidad a los antimicrobianos.

Los antimicrobianos deben inyectarse en el cuello detrás de la oreja en todas las categorías de edad, con la salvedad de que las inyecciones demasiado cerca de las vértebras cervicales, especialmente en los cerdos jóvenes, pueden causar lesiones en la médula espinal. La medicación administrada en agua o alimento puede ser apropiada para la prevención, el control continuo o el tratamiento en las primeras etapas de un brote de enfermedad.

Más allá del tratamiento antimicrobiano dirigido o la inmunización, el tratamiento de apoyo tiene un papel importante en el tratamiento de la cojera en los cerdos. Por ejemplo, trasladar a los cerdos cojos de un lote competitivo a una nave de recuperación o proporcionar analgesia. Los agentes antiinflamatorios inyectables para aliviar el dolor en los cerdos con cojera pueden ser útiles y beneficiosos.

  • El flunixino meglumina está disponible para su uso en cerdos como cuidado de apoyo en brotes de enfermedad respiratoria porcina; sus propiedades antiinflamatorias y analgésicas pueden ayudar a aliviar el dolor en una articulación inflamada o en un músculo magullado (uso fuera de registro).

  • La dexametasona es beneficiosa para algunas afecciones en las que los agentes infecciosos no intervienen.

  • El acetato de isoflupredona está registrado para el dolor musculoesquelético que causa cojera en los cerdos.

  • El meloxicam ha demostrado ser útil para aliviar la cojera dolorosa y no infecciosa en los cerdo allí donde está registrado.

  • El ácido acetilsalicílico y el salicilato de sodio pueden ser un tratamiento complementario útil como tratamiento del agua.

La vacunación es una intervención útil para algunos de los agentes infecciosos comunes que contribuyen a la cojera en los cerdos; sin embargo, la disponibilidad y eficacia de los productos registrados varían considerablemente.

  • Los productos registrados para el tratamiento de la erisipela se consideran eficaces, al igual que las vacunas frente al PCV-2 para prevenir la enfermedad asociada al circovirus porcino, que es un factor de riesgo indirecto de infecciones bacterianas.

  • Existen vacunas comerciales disponibles frente a G parasuis y M hyorhinis, pero la eficacia varía a menudo.

Las vacunas registradas no suelen estar disponibles para muchos de los agentes bacterianos asociados con la cojera en los cerdos. Por tanto, con frecuencia se preparan vacunas autógenas o bacterinas en un intento de estimular cierta cantidad de inmunidad.

Las vacunas autógenas se preparan a partir de cepas específicas de la explotación adquiridas de cerdos clínicamente afectados con lesiones típicas de la cojera. El beneficio percibido es que las cepas aisladas específicas de la explotación representan mejor la variación en las "cepas" (p. ej., biotipos, genotipos, serotipos o configuraciones antigénicas) para el agente infeccioso particular implicado, y así son más capaces de aumentar las respuestas inmunitarias específicas. Estos productos se suelen considerar seguros; sin embargo, los datos de eficacia no son un requisito para la fabricación.

La fabricación de productos autógenos se permite solo durante un periodo limitado con cada aislamiento; por tanto, la monitorización regular de microorganismos causantes y variantes es importante tanto para la renovación de la vacuna como para los posibles cambios en las sensibilidades a los antimicrobianos.

S suis, A suis, G parasuis y M hyorhinis son ejemplos de microorganismos frente a los que pueden ser útiles los productos autógenos. Las nuevas tecnologías de selección y administración de antígenos han permitido la expansión de productos autógenos para incluir otras bacterias, así como algunos virus.

Puntos clave

  • La cojera en los cerdos puede ser el resultado de diversas causas infecciosas, nutricionales o ambientales.

  • Un análisis exhaustivo de la anamnesis, la implementación de estrategias nutricionales y de vacunación, el examen de los animales afectados y no afectados y el muestreo diagnóstico son todos componentes necesarios de la evaluación de la cojera en cerdos.

  • La diferenciación de los agentes patógenos que causan la cojera puede ser difícil porque muchos microorganismos también pueden ser endémicos en la producción porcina.

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