La estomatitis es un signo clínico de muchas enfermedades en grandes animales. Los traumatismos orales o el contacto con agentes químicos irritantes (p. ej., caballos que se lamen las patas después de habérseles aplicado un revulsivo con agentes cáusticos) pueden producir una estomatitis transitoria. Las lesiones traumáticas producidas por la ingestión de espigas de cebada, cola de zorro, Miscanthus sinensis, o zacate retorcido moreno, así como la ingestión de plantas infectadas por orugas peludas, también producen estomatitis en caballos y vacas.
Los signos clínicos comúnmente asociados con la estomatitis activa aguda incluyen ptialismo, disfagia o resistencia a la exploración oral. La exploración oral se facilita mediante la sedación, después de lo cual se puede examinar cuidadosamente la boca con la ayuda de un espéculo oral y una fuente de luz. Las úlceras se deben evaluar visual y digitalmente para determinar si hay material extraño incrustado (p. ej., espigas). Si la etiología es la ingestión de sustancias extrañas, un cambio en la calidad y la cantidad del heno o retiral al animal del pasto con espigas puede solucionar el problema.
El diagnóstico diferencial incluye actinobacilosis, fiebre aftosa, fiebre catarral maligna y diarrea vírica bovina. Las enfermedades epidémicas como la lengua azul en los rumiantes, la enfermedad vesicular porcina y la estomatitis vesicular en los caballos, han de diferenciarse de otras formas de estomatitis no infecciosa o infecciosa agudas.